Wenclair - Rivales

By chaengmygf

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Wednesday Addams comienza la secundaria sintiendo las burlas de sus compañeros, entre un grupo de chicas que... More

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CAPITULO 4
CAPITULO 5
CAPITULO 7
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CAPITULO 13
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CAPITULO 19
CAPITULO 20
CAPITULO 21
CAPITULO 22
CAPITULO 23
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CAPITULO 26
CAPITULO 27
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CAPITULO 29
CAPITULO 30
CAPITULO 31
CAPITULO 32
CAPITULO 33
CAPITULO 34
CAPITULO 35
CAPITULO 36
CAPITULO 37
CAPITULO 38
CAPITULO 39
CAPITULO 40
CAPITULO 41
CAPITULO 42
CAPITULO 43
CAPITULO 44
CAPITULO 45
EPÍLOGO
EXTRA 1
EXTRA 2
EXTRA 3
EXTRA 4
EXTRA 5
EXTRA 6
EXTRA 7
EXTRA FINAL

CAPITULO 6

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By chaengmygf

Era el último día de clases. Las semanas siguientes pasaron volando y al fin Wednesday ya no tendría que estudiar para cada maldito examen, era realmente un alivio. Más cuando últimamente las chicas del grupito le habían hecho la vida imposible y ahora que acababan las clases, no las vería durante dos meses. Dos hermosos y largos meses.

De alguna manera, aquello debía alegrarle. Estaría divirtiéndose con sus amigos y sin la presencia de la imbécil de Enid Sinclair, pero no pudo evitar sentirse deprimida todo el día. Podía notar que Divina se sentía igual que ella. La única que parecía realmente feliz era Bianca, quien no dejaba de sonreír.

Hoy no había razón alguna para ir a la biblioteca, así que no lo hizo. Wednesday tampoco pensaba que la rubia fuera a ir. Pero, al llegar al comedor y no encontrar a sus amigas, se asustó. Fue al primer lugar dónde esperó encontrarlas, el baño.

-¡Son unas zorras!- escuchó la voz de su mejor amiga hablar, Bianca.

-¡¿Qué coño les pasa?!- bueno, últimamente su otra mejor amiga había mejorado su carácter, seguía siendo tímida pero aveces soltaba unos tacos cuando estaba furiosa.

Wednesday entró al baño y se encontró con las dos chicas cubiertas de pintura rosa. Habría reído si no fuera porque las dos chicas parecían furiosas y no quería que se desquitaran con ella.

- Siendo honesta, Bianca. Tu color no es el rosado-intentó bromear y las chicas la fulminaron con la mirada - A ver, ¿Yoko? ¿Enid? ¿Sabrina? ¿Quién fue?

- Todas ellas - respondió una molesta Divina y después de quitarse el pegote del cabello, soltó un chillido - ¡Como detesto a Yoko!

- ¡A todas esas malcriadas! - dijo Bianca, sin referirse a alguien en especial.

Wednesday si lo había hecho. No soportaba específicamente a Enid, pero no lo dijo.

-¿Cómo sucedió? - preguntó, dejando su mochila en el suelo y abriéndola.

Le entregó una camiseta limpia a su amiga y luego una sudadera a la castaña. Ya era la costumbre traer ropa de cambio, desde principios de año que llevaba haciéndolo, aunque sus amigas nunca siguieran su consejo. A ella le era muy útil.

- Estaba abriendo mi casillero tranquilamente, Bianca estaba conmigo - comenzó a decir Divina mientras se lavaba la cara y el cabello, después se despojó de su camiseta y se colocó la que Wednesday le había entregado - Entonces, de la nada, algo explota en él y cuando abro los ojos estoy cubierta de pintura.

-Yo, por estar allí, también fui bañada en pintura. Qué desagradable - dijo Bianca, también quitándose la camiseta sucia y colocándose la sudadera.

- Que zorras - comentó una Wednesday sorprendida, ellas cada vez mejoraban sus métodos de acoso para las chicas.

- ¡Y Enid! Ella es una perra-dijo muy enojada Bianca, pudo ver como Divina también la apoyaba, asintiendo.

- Enid simplemente pasó a nuestro lado y nos tomó varias fotos mientras se reía. Ahora deben de estar por toda la red escolar - dijo echando humo y Wednesday abrió los ojos ¿Enid había hecho aquello?

- Ella... ¿Hizo eso? - le sorprendía, ya que hasta el momento la rubia nunca había participado directamente en las bromas.

- ¡Si!- vociferaron los dos, ahora más limpias, y Wednesday tomó asiento en el frío adoquín del baño.

Ya era una costumbre para ellas sentarse en el sin temor a que las vieran, nadie nunca utilizaba el baño del tercer piso.

- Supongo que todas son zorras - susurró un poco decepcionada, pero luego pareció molestarse.

- Más Yoko y Enid - dijo Bianca y las dos chicas saltaron.

-Todas - corrigieron y después se miraron.

¿No las estaban defendiendo? ¿Verdad? Era simplemente porque en general las cuatro son unas zorras, no solamente ellas dos.

- Cómo sea. Esperemos no encontrarnos una sorpresa parecida en tu casillero, Wends - dijo tomando asiento en el piso junto a ellas, las tres chicas suspiraron.

Faltaron a las primeras dos clases y fueron por el pasillo, hablando. Habían varios chicos que las miraban y comenzaban a reír, pero ellas simplemente lo ignoraban. Oídos sordos.

Ahora era el momento de la verdad.

Se encontraban frente al casillero de la pelinegra y esperaban una gran explosión. Wednesday se colocó a un costado, no quedando frente a la puerta, la abrió con cuidado y apartó rápidamente la mano cuando la explosión de pintura azul se hizo presente, empapando todo el piso y los casilleros del frente.

Las chicas sonrieron y ella suspiró de alivio, por poco. Todos contemplaban aquella escena y el conserje soltó la escoba.

- ¡Ustedes siempre me dan trabajo! - se quejó, refiriéndose a las chicas.

En cualquier desastre que hubiera en el colegio siempre estaban ellas y él terminaba limpiando.

Wednesday río fuerte e intentó salvar los libros que no hubieran quedado arruinados por la pintura. Por suerte, ya era el último día y no necesitaría ninguno. De camino a clases, cuando entraron al salón, repartieron los anuarios escolares.

Wednesday aún recordaba ese día, justo cuando Enid y su grupo le habían escondido la ropa después de la clase deportiva. Las tres chicas en sus fotos salieron con el cabello mojado y una ropa muy grande para ellas. Se las habían entregado en la enfermería y ahora las tres se reían ya que era muy gracioso recordarlo.

Sin poder evitarlo, cuando las chicas ya no la estaban mirando, buscó entre las páginas del libro hasta encontrarse con la foto de Enid. Aparecía con una sonrisa brillante resaltando sus pómulos y los ojos igual de hermosos que siempre. Su cabello estaba suelto con ligeras ondas y llevaba una camiseta de tirantes. Realmente había salido preciosa. Observó la foto por más tiempo del que esperaba y cerró el anuario de golpe ¡Debía de dejar se hacer eso! (Pero que tontita era Wednesday ¡Babeando por una niñita mimada!)

- Parezco un perro mojado- opinó Bianca, observando su foto, era verdad y por eso las chicas se burlaron - ¡Oigan! Qué ustedes tampoco salen bien... bueno, Wends. Tú no estas tan mal.

Las dos amigas de Wednesday observaron que era cierto, no salía del todo mal. Su cabello húmedo peinado hacia atrás y sus ojos cafés brillaban, llevaba una camiseta de botones azules haciendo resaltar sus ojos y le sonría a la cámara con los labios, sin mostrar los dientes.

Pero igual había salido linda. A ella no le pareció así. No solía utilizar colores claros, la mayoría de su guardarropa era generalmente oscura, pero no era gótica ni emo. Sólo que pensaba que ese color le quedaba mejor. Sus amigas siempre decían que podría ser la chica mala del grupo. Claro, si fuera cruel al igual que las del grupo de imbéciles.

- Si. Saliste muy bien, Wends - dijo Divina, pero sus ojos observaban la foto de Yoko.

Wednesday pensó que tal vez estaba intentando planear cómo hacerle una broma a la pelinegra. Divina había estado hablando toda la semana sobre vengarse de las chicas al menos una vez. Pero ellas nunca podrían hacer eso, no era tan fácil.

Todos comenzaron a firmarse los anuarios y, en cambio, eso no le interesaba Wednesday. Eran mínimamente compañeros y sólo esas dos chicas eran sus amigas, sus mejores amigas. A Divina tampoco pareció importarle, aunque estuvo todo el día muy ansiosa y Bianca decía que no sabía el por qué. Wednesday no se preocupó mucho, ya que ella estaba con su propia lucha interna. Por alguna extraña razón quería que Enid le firmase el suyo. Era muy tonto y ella lo sabía, por eso se sentía enferma.

Salio por los pasillos, intentando dar vueltas y aclararse la cabeza, pero lo que sí le sorprendió fue la escena que tenía delante de ella. Se detuvo, con una mueca de desagrado en su mayor expresión. Ajax estaba muy cerca de Enid y jugaba con su cabello, la rubia parecía muy lejos de molestarse y le sonrió coquetamente. Wednesday sintió la sangre hervirle en las venas. Iba a ir justo a su casillero, ahora que estaba limpio, a buscar unas cosas la peor noticia era que ellos estaban recostados justo en él. Mierda. ¿Por qué a ella?

Tomó varias bocanadas de aire. Enid se mordía el labio y parecía muy divertida coqueteándole al chico. La pelinegra no sabía hacer aquello ya que su cerebro no se lo permitía. Ella nunca se comportaría así y ver a la rubia actuando cómo una princesa con el chico, la hizo irritarse. Lo peor era que Ajax parecía encantado. Fue hasta donde estaban ellos y con la mayor voz inexpresiva que encontró, les habló.

- Con permiso, ese es mi casillero - dijo señalando la puertecita, Enid la miró divertida y Ajax bufó.

Lárgate a otra parte, fenómeno. - habló bruscamente, Wednesday apretó los puños.

- Es mi casillero. El que tiene que largarse eres tú - replicó muy seria, sentía la necesidad de darle un golpe en la nariz.

-¿Quieres que golpee esa carita? Porque yo podría - amenazó Ajax, separándose de la rubia y acercándose a ella.

Si a Enid le preocupaba el bienestar de la pelinegra, nunca lo demostró.

Wednesday alzó las cejas y por un terrible momento sonrió de tal manera que Enid la miró fijamente. Era una sonrisa burlona que no se le veía hace tiempo, cómo si fuera superior.

- Atrévete - lo retó y por un segundo las facciones de Enid cambiaron. Ella pensaba que tal vez la pelinegra se haría para atrás, pero no lo hizo.

Antes que el chico alzará el puño dispuesto a golpearla, Enid lo llamó, intentando aparentar diversión.

- Ajax, es un mosquito muerto. No vale la pena ¿Sí? - le dijo acariciando su brazo y de inmediato el chico le sonrió, olvidándose de la existencia de Wednesday.

La pelinegra estaba echando humo por las orejas al observar las caricias que le estaba dando al chico.

- Mira tú, pedazo de...

- Ajax, ¿podrías ir a guardarme un asiento, en la cafetería? Por favor - pidió Enid, interrumpiéndola, mientras hacía un puchero y el chico, como un tonto le sonrió y obedeció.

Se dio la vuelta, olvidando por completo a Wednesday y se fue por una esquina. La pelinegra siguió su camino con sus ojos y ahora estaba indignada. ¿Tan poco importante era? Se resignó y volvió los ojos a la rubia. Enid no sonreía ya, pero sus ojos azules estaban clavados en ella.

- Si me disculpas - hizo un ademán para que se apartara, pero Enid no movió ni un pelo, es más, se recostó en su casillero.

-Yo estaba cómoda, podrías irte tú a otro lado - comenzó a mirarse las uñas en un acto despreocupado, Wednesday rechinó los dientes.

- Sinclair, es mejor que te hagas a un lado - le dijo acercándose a ella, Enid la fulminó con la mirada.

Oblígame, Addams.

Wednesday no hablo más y la tomo por la cintura, tan rápido que la rubia no alcanzó a reaccionar, para apartarla de su casillero y abrió la puerta mientras escuchaba los chillidos de Enid.

-¡¿Quién te crees tú para tocarme?! ¡Idiota! !Imbécil! ¡Fenómeno! - cada vez que gritaba pegaba un pisotón en el piso, ahora si que parecía una niña malcriada.

Wednesday sacó algunos libros y cerró la puerta, observó a Enid y vio que ella tenía las mejillas coloradas de tanto gritar. Pensó que se veía hermosa, incluso toda enojada. Finalmente, se marchó por el pasillo, dándole la espalda.

- ¡Addams, no me ignores! - escuchó que le gritaba y no pudo evitar sonreír, no se percató de su anuario se deslizó de sus brazos y cayó al suelo.

Se fue sin siquiera notarlo.

El resto del día transcurrió con normalidad y en la última clase se sintió muy ansiosa. Cuando se escuchará esa campana sería la libertad de todos. El único detalle negativo era que no encontraba su anuario y era muy importante para ella, ya que allí se encontraba anotada las dos dedicatorias de sus mejores amigas. Aunque igual se iban a ver todos los días de verano, ella quería tenerlo para guardarlo.

- ¿Segura que ya revisaste todo los lugares? - pregunto por cuarta vez Divina, había estado ayudándole buscar el libro, sin éxito.

- Estoy Segura.

- ¿Volviste a hacer todo el camino que hiciste hoy? - preguntó Bianca mientras mascaba un chicle.

- Fui a cada lugar en el que estuve hoy - dijo muy deprimida, sus amigas, le dieron palmaditas en la espalda.

- Bueno, el próximo año volveremos a escribiste algo y estaba vez lo guardo yo - resolvió felizmente Bianca, dándole un guiño.

¡Sí! - exclamó Divina muy feliz, sostenía el suyo contra su pecho, como si fuera valioso.

Cuando entraron al salón y Wednesday llegó a su mesa, observó con emoción que allí estaba su anuario, lo sostuvo con sus manos y soltó un suspiro.

¿Ves? Allí está.

- Te lo habrás dejado antes de salir - dijo Divina ahora más feliz porque su amiga hubiera encontrado lo que buscaba.

- Supongo - dijo no muy convencida y así estuvo el resto de la clase, con la duda.

Todos parecían realmente ansiosos, incluso la profesora observaba su móvil con disimulo, verificando la hora.

- 3...2...1- comenzaron todos a contar y luego —: ¡Ya!

En ese momento se escucho el timbre y todos los gritos de los estudiantes mientras algunos lanzaban sus cuadernos al aire. Wednesday recibió abrazos de sus amigas y comenzaron a salir del salón.

Ya el estacionamiento, las chicas deberían de esperar a la mamá de Wednesday que venía por ellas, para celebrar su último día de clases, tendrían una noche de chicas en su casa.

Todos los estudiantes reían y gritaban, logró visualizar a Enid que casualmente no quitaba los ojos de ella. Wednesday tragó nerviosamente.

- ¿Qué sucede, Wednesday? - preguntó Divina observando el nerviosismo de su mejor amiga.

Wednesday no respondía y fue hasta su foto, ahora completamente alterada: en su rostro había un mostacho y un parche de pirata; junto con un sombrero de payaso, alrededor habían grandes corazones y la palabra «<loser>>> escrita varias veces.

Wednesday fue hasta la tapa y una hoja de la dedicatoria de sus amigas, estaba la hermosa letra de la rubia: "Espero que pases estás vacaciones en el salón de belleza (lo necesitas) y por favor rompete un pierna (literal). Cuidate fenómeno. Con gran desprecio tu gran amiga, Enid Sinclair." Y junto a ese discurso había un dibujo de ella misma, con la cara llena de bellos y una barriga enorme. (Ew)

Wednesday enloqueció y cerró el libro de golpe. Levanto la mirada, furiosa y observó con descaro como Enid reía al ver su reacción, para luego lanzarle un beso y subirse al carro de los padres de Ajax con sus amigos.

La pelinegra lanzó el libro contra el piso.

- ¡Sinclair! - gritó con todo lo que pudo y sus amigas la miraron, alarmadas.

Tendrían que comer mucho helado está noche, para así calmar el humor de su amiga.

______

Me siento algo culpable de poner a Ajax como un imbécil, realmente no me cae mal (tampoco es que lo ame) pero lo considero agradable

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