Siempre dicen que las personas que más aman el romanticismo son las que menos reciben ese tipo de gestos, las personas que tienen las expectativas tan elevadas caen con fuerza al suelo y yo no había aprendido aún de mis errores.
No tenía idea de lo que era estar enamorada de la persona indicada en el momento equivocado o el confundir la amistad con el amor pues yo crecí viendo el amor incondicional que mis padres se tenían pues era tan grande y desinteresado que mi mamá decidió dejar su país para poder ayudar a papá a cumplir su sueño.
Por otra parte el amor que le tengo a mis padres es tan incondicional que si decidí dejar mi hogar fue para seguir viéndolos felices.
Al llegar a México el cambio cultural fue grandísimo y me golpeó con fuerza pero agradezco no haber estado sola en ese camino.
Después del primer mes en el país natal de mi padre todo dio un giro espectacular. Conocí a gente que me acompañó en todo el proceso para adaptarme, me enamore, conocí la amistad incondicional y me rompieron el corazón pero no me arrepiento pues todas esas experiencias me han llevado a ser la persona que soy hoy en día.
Siempre pienso en el hubiera, ¿Que hubiera pasado si nunca hubiéramos coincidido? ¿Qué hubiera pasado si ninguno fuese reconocido ahora? ¿Seguiríamos juntos o también lo hubiéramos jodido?
Siempre que pienso en el porque me enamore de él, recuerdo su sonrisa, sus chistes malos, sus salidas en auto por la noche, su forma tan caballerosa de ser, las veces que no necesitábamos hablar para sentir la compañía del otro.
Y si me preguntan, no creo que haya sido un error enamorarme de Alexis Maldonado, mi error fue pensar que después de todo el iba a seguir siendo el mismo de siempre. Mi error fue pensar que Quackity iba a tener la esencia de Alexis.
📍Guadalajara, Jalisco | Agosto | 9:00 a.m
—Que te vaya bien corazón—dijo mi papá estacionando el auto frente a la que sería mi nueva escuela o bueno, frente a su estacionamiento.
—Gracias Pa—le di un beso en la mejilla—¿Podes intentar conseguir mate?—pregunté.
Hizo una mueca de disgusto y yo reí—Si mija, yo lo busco. Espero que tengas un buen día—Agitó mi cabello y le sonreí. Bajé del auto y cerré la puerta, camine por el estacionamiento hasta que el sonido de un claxon me hizo sobresaltar.
Miré hacia atrás, un auto Hyundai polarizado estaba ahí.
Alexis
"Aquí de regreso, rimándola con peso
Nomás pa' que waches la agilidad del seso
Por eso sigo siendo el patrón
Cabrón como no, desde casa Babilón"
Subí el volumen de mi estéreo cuando estaba una cuadra de la prepa, mi hermana se acomodó mejor en el sillón, la verdad me gustaba manejar y mis papás me habían ayudado a sacar la licencia antes de tiempo. Privilegios que tengo por ahí, humildemente.
Acomode mi gorra y los lentes de sol, bajé el vidrio dejando que el aire golpeara mi rostro mientras entraba al estacionamiento de la escuela y MJ hizo lo mismo.
"El que los desbarata cuando los ataca
Bola de perras flacas, a mí no me opacan
Voltéame la placa como lo que acostumbran
Pero ni así me tumban, soy el que los derrumba"
Una chica caminaba por el centro de la entrada, no había notado la presencia del auto detrás suyo.
Espere un momento a que se moviera pero era un poco inútil así que hice sonar el claxon de mi automóvil provocando un sobresalto en ella y en mi hermana que iba perdida en su mundo, la chica miró el auto pero no se movía.
—Quítate a la chingada pues—dije para mi mismo y MJ me dio un golpe, asomé la cabeza por el vidrio—Oye flaca, ¿Si me das chanse de meter el coche?—dije amablemente, llevaba prisa y no tenía su tiempo.
La chica se hizo a un lado, hice a mi hermana pegarse al sillón mientras avanzaba un poco por el estacionamiento, me puse a la distancia de la chica y agache un poco la cabeza.
—Gracias flaca—antes de que pudiera decir algo subí el vidrio y avancé un poco más rápido. En mi vida había visto a esa morra por aquí, todos nos conocemos, sin excepciones.
Fui directo a el primer cajón vacío que encontré, me quite la gorra un segundo y acomode mi cabello para después volver a ponerla.
"No ando de crecido, soy un vato sencillo
Raperos presumidos quedaron sorprendidos
Al ver que sin billete me ganaba a la gente
Pinche bola de ojetes, por algo somos los jefes"
Salí de mi auto con la frente en alto. Miré alrededor.
Todos empezaron a murmurar. Sonreí egocéntricamente, no era un wey mamón ni mucho menos, pero mi hermana y yo estábamos en boca de todos.
Abrí la puerta de MJ y ella salió acaparando la mirada de todos. Saqué nuestras mochilas y cerré con seguro el coche.
—Ya llegaron los niños de papi—grito alguien a lo lejos y giré la cabeza para ver quien hablaba—Oye MJ, ¿Qué tal si me consigues un tostón y un ratito contigo?—el tipo que se dirigió a mi hermana era uno de los "Graciositos de la clase" un pendejo diría yo. Iba a responderle pero mi hermana fue mas rápida que yo.
—Ya quisieras pinche naco—dijo con voz seria—en primera no te alcanza y en segunda ni en tu casa te topan papi—contestó mi hermana con simpleza mientras caminaba hacían la escuela.
No éramos los más queridos en la institución pero tampoco los más odiados, todos se dejaban llevar por las apariencias pero nadie sabía nada.
Éramos la "Elite" en Guadalajara. Nadie se metía con nosotros y nosotros evitábamos caer en sus juegos pendejos
"No ando de presumido
Soy un vato sencillo
Vivo la vida chido y brillo
Más que tu puto bling bling"
MJ y yo entramos juntos a la escuela, Ella entrelazó nuestros brazos y yo iba viendo mi teléfono mientras mi hermana me guiaba.
MJ era un año menor que yo, pero éramos tan apegados que siempre nos veían juntos y la cuidaba por encima de todo, por eso mismo traía pleito con el pendejo de su ex novio.
Todos nos miraban, todos murmuraban y los ignorábamos, lo que hablaran de nosotros no era lo que realmente éramos.
Llegamos a la zona donde estaban nuestros edificios y tuvimos la desgracia de toparnos con la persona más idiota de toda la ciudad.
Emiliano Torres, el ex novio de MJ.
—Vete a tu salón Marijo—le dije en voz baja y ella asintió.
—¿En donde quedaron tus modales María José?—dijo burlista el chico, mi hermana se detuvo en la puerta del edificio y apretó sus puños.
—MJ, metete—dije seriamente y el chico me volteó a ver.
—Alexis como que ya va siendo hora de que dejes que tu hermanita se defienda sola, ¿no? Es algo entre nosotros dos, no tienes porque meterte—dijo acercándose a mi—¿O quieres que te rompa la madre?
"Así que cuidado, mejor ni las muevas
Que los que han intentado acaban dando pena ajena"
Reí un poco.
—Puedes intentar romperme la madre pero no te lo recomendaría, porque aparte de la putiza que te voy a dar te vas a llevar una demanda de la que ni el mejor abogado de todo México te va a poder sacar—dije seriamente sin mirarlo—Solo te pido que dejes a mi hermana en paz—bajé un poco mis lentes—O voy a tener que sentarte de una vez.
Le sonreí. Sin esforzarme hacía temblar a más de uno.
"Se creen la mera vena y en corto los humillo
Yo desde bien morrillo traigo afilado el colmillo
Así de sencillo en pocas palabras los perros que más ladran
Resultan los mas cabras, es mejor que se abran"
—¿Y que va a pensar la directora cuando se entere que los hijos del gran señor Maldonado son los dealers de la prepa?—dijo de una forma amenazante.
—Eso fue algo que tu inventaste cuando mi hermana se dio cuenta de que no estabas a su nivel—dije tranquilamente— El que nada debe, nada teme Emiliano. Que tengas un buen día—le sonreí y empecé a caminar hacia mi edificio, que estaba un poco más alejado pero me detuve y lo volví a ver—Por cierto, si se te atraviesan unos gramos de lo que le plantaste a mi hermana el año pasado, me marcas. A ver si esta vez si te alcanzó para comprar la de calidad—hice un saludo militar con una sonrisa burlona y volví a caminar hacia mi salón.
Saludé a verías personas, algunos compañeros de clase o amigos de conocidos. Me encantaba hacer nuevos amigos aunque mi imagen estuviera un poco manchada por el momento.
Cuando entre a la clase Rogelio se sentó a mi lado.
—¿Que onda Alexis?—dijo chocando los cinco conmigo y luego dándome un abrazo—¿Qué tal las vacaciones?
—Bien, estuve en California ya sabes. Lo mismo de siempre. ¿Y tú?—dije sonriéndole.
—Me fui para Sinaloa un rato, a visitar a mis abuelos y ese desmadre—reí un poco—¿Como sigue MJ?—pregunto algo preocupado.
—Ahí la lleva, sigue intentado superar todo lo qué pasó. Acabo de toparme al wey—Roier abrió los ojos en reflejo de la sorpresa que sintió—Pero me la pela el carbón. No va a volver a hacer sentir mal a mi hermana y menos meterla en más pedos legales.
—Todo va a estar mejor wey, no te preocupes. Tu dices rana y yo salto por ustedes papi—dijo riendo y yo lo abracé.
—¿Qué hay de nuevo en la escuela? En la mañana me tope a una morra que nunca había visto.
—Si es cierto wey—el chico se acomodó en la banca y me miró—mi mamá dijo que iban a llegar dos Argentinos de intercambio.
—¿Y quienes son o que?—dije recostando mi cabeza en el pupitre.
—La hija del nuevo Director técnico de las Chivas papá—dijo festejando y haciendo un bailecito—Y un wey que la neta esta bien raro su apellido, se llama Iván; ese wey si va a estar en nuestro salón.
—Pues que chingón—dije cerrando los ojos.
Pasando un rato la maestra de Química entro a la clase y junto con ella la tutora del
Grupo.
—Buenos días chicos—dijo con una sonrisa—Antes que nada quisiera desearles un buen inicio de semestre, que sus vacaciones hayan sido amenas y vengan con todas las ganas de estudiar y completar un semestre más—suspiró—Este es su último año y todos sabemos que es un poco extraño que gente nueva se integre a estas alturas pero quisiera que le den la Bienvenida a Iván Buhajeruk—Todos le dimos un aplauso al chico que entró a la habitación—Esperamos que te sientas cómodo, que esté último año sea memorable para ti y que consigas adaptarte en este país tan bonito como lo es México—sobo la espalda del chico y el asintió—Sin más. Los dejo empezar su primera clase. Éxito.
La tutora salió del salón mientras aquel chico se sentó atrás de mi y de Rogelio.
—¿Qué onda?—habló primero Roier—A toda madre que hayas venido a Mexico. Soy Rogelio pero todos me dicen Roier—le extendió la mano al chico y el la aceptó.
—¿Que onda Pa? Soy Iván, pero todos me dicen Spreen—me miró—¿Y vos sos?
—Alexis Maldonado—le extendí la mano con una sonrisa y el acepto también gustoso.
—Le decimos Quackity al perro— dijo Roier y yo sonreí—al rato vamos a ir a mi casa a tomarnos unas cheves. Algo tranqui porque va MJ. ¿Quieres ir?—dijo emocionado el chico.
—¿MJ?—pregunto.
—Mi hermana, es un año menor—dije tranquilamente y el asintió.
—Dale, no es como que tenga algo más que hacer. ¿Quieren que lleve algo?—dijo emocionado.
—No mijo no hay pedo, la cosa está así—Roier se acomodo para quedar viendo de frente a Iván—Saliendo de aquí nos vamos al Oxxo de aquí de la avenida en el coche de Alex, nos cooperamos entre los cuatro y nos vamos Pa mi cantón, no hay pedo—miré al argentino con una sonrisa de burla. Apenas y le entendió a Roier.
—No te preocupes wey, tu nada más avisa que te vas con nosotros y para las cervezas nos cooperamos en el Oxxo—el chico asintió y le pusimos atención a la maestra.
Tenía un buen presentimiento. Me sentía tranquilo y hace mucho tiempo no lo estaba.