Jisoo comprendió cuando Seokmin había dicho que conforme pasaban los días tendría más ganas de consolarse, porque durante el resto de la mañana, el medio día y la temprana tarde no lo había dejado separarse de él ni para bañarse, aunque él tampoco puso mucha resistencia. Aunque el baño quedó en segundo lugar, ya que también terminaron haciéndolo bajo la ducha, jugando con la espuma del shampoo, con risas y besos, hasta terminar con el cuerpo de Seokmin acurrucado contra el pecho de Jisoo, con esté acariciando su espalda en círculos y apoyando el rostro sobre la cabellera del omega, inhalando su aroma.
— ¿Sabes que conocí a tu hermano?— soltó Seokmin de la nada, haciendo que Jisoo tardará unos segundos en responder con un simple ¿Qué?—. Wen Junhui— añadió.
Jisoo asintió, por supuesto que sabía el nombre de su hermano.
— Me habló mucho de ti— continuó el omega—. Se ve que te extraña bastante, te siguen esperando.
Jisoo tardó un segundo en suspirar.
—Que digas esas cosas no me hace sentir mejor o algo, ya lo sé, prefiero no hablar de-
— Me dijo que si tú hubieras estado en casa aún, me hubieran presentado contigo en vez de él.
Las palabras lo hicieron callar.
Seokmin movió un poco el rostro para mirar hacia arriba, chocando sus ojos con los de Jisoo.
— Si no me hubieran marcado... Y yo no hubiera huido— habló el mayor con lentitud—. Yo sería uno de tus pretendientes— sonrió.
Seokmin asintió.
— Incluso si nada hubiera pasado nos hubiéramos conocido— respondió el omega—. Destino.
Jisoo alzó el rostro de Seokmin para besarlo.
Al salir del baño, cuando ya comenzaron a tener frío, Jisoo tomó una toalla para Seokmin y otro para él, aunque no había terminado de secarse la mitad del cuerpo cuando el omega pasó la toalla sobre él, enganchado su cuello para atraerlo hacia sí mismo, sonrío a centímetros de su rostro antes de besarlo.
A Jisoo simplemente le encantaba.
Pensó apenas unos días atrás, donde se había avergonzado cuando despertó abrazando a Seokmin en la primera noche. Y ahora estaban pegados piel con piel sin ninguna vergüenza de su desnudez, habían aprendido que la ropa solo les era un estorbo.
Las manos de Jisoo bajaron sin querer hacia el collar de Seokmin, tocando la textura de la tela que lo forraba.
Sus dedos fueron hacia la curva entre su hombro y cuello, y maldijo al collar con todo su corazón.
Seokmin pareció sentir que pasaba, porque se separó del beso para mirarlo como si pidiera perdón, su mirada se tornó melancólica repentinamente.
El omega llevó sus manos al collar, apretando con fuerza, enganchando sus dedos debajo de este, como si al tirar lo suficiente podría romperlo, sus nudillos se volvieron blancos y las mejillas se tornaron rojas por la fuerza.
— Seokmin, no, no...— Jisoo tomó las manitos, tirando de ellas para que soltara su collar, usando un poco más de fuerza de la que quería para que el otro se rindiera.
Vió las lágrimas de frustración en los ojos de Seokmin, y como se mordía el labio con fuerza para intentar contenerse.
— Seok-
— Lamentó que tenga que ser así, Jisoo— dijo, intentando hacer dura su voz—. No sé la contraseña... De saberla me lo hubiera quitado el primer día, pero- — un hipido de llanto interrumpió sus palabras—. Quiero quedarme contigo, Jisoo— las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.
Jisoo sentía su corazón estrujado al ver a Seokmin así, su lobo estaba igual que él, pero con ganas de pelear con lo que sea que esté haciendo llorar a su omega.
El mayor envolvió a Seokmin en brazos, apoyando el rostro del otro sobre su cuello, para que respirara su aroma, mientras acariciaba la espalda del omega hasta que los espasmos del llanto desaparecieron.
— Agradezco con todo lo que tengo el sólo haberte encontrado, Seokmin— dijo, hablando con voz tranquila, baja, cerca del oído del omega—, y que seas mío — su lobo hablo son su permiso, aunque no podía decir que él no estuviera de acuerdo.
Seokmin no dijo nada, respirando pesadamente, haciendo un esfuerzo para no volver a llorar.
Él no era un omega llorón, pero atribuía a la presencia de Jisoo el estar tan sensible.
— No quiero irme— dijo, finalmente.
— ¿Crees que yo si quiero que te vayas?— respondió con automática ironía, haciendo que una risa pobre de Seokmin surgiera—. Se que no puedo mantenerte escondido para siempre, tampoco quiero que sea así.
>>Soy muy afortunado porque puedo tenerte unos días más.
Seokmin guardó silencio, Jisoo sintió como el omega no quería decir algo.
— ¿Qué pasa?
Un suspiro tembloroso surgió de los labios del omega.
Se separó de Jisoo para mirarlo al rostro, con los ojos rojizos por las lágrimas.
— Mi celo se fué— dijo.
Jisoo frunció un poco el ceño, confundido.
"¿No debería durar unos días más?"
Su entendimiento de los celos llegaba hasta cierto punto, pero de lo que menos sabía era de cuando terminaban.
Por lógica, el olor debía bajar, ya no tendría ganas de tener relaciones sexuales y dejaban de producir lubricante natural.
Aunque todo el lugar seguía oliendo a Seokmin, después de estar días encerrados allí, el olor se notaba tan fuerte como si estuviera en celo, además, de que debía haber terminado hacía poco.
Seokmin notó la confusión en el rostro de Jisoo.
— Ya no tengo la necesidad de consolarme, hyung. Ni estoy... húmedo— dijo, con las mejillas rojas con algo de vergüenza—. Mi celo terminó.
Jisoo sintió su alma caer a sus pies, comprendió la actitud de Seokmin, la única excusa que tenía para que el omega se quedara ya no era válida, y la idea de regresar con su familia, de no estar más a su lado, era horrible y real.
Notó que las lágrimas volvieron a ahogar sus ojitos, Jisoo tomó sus mejillas, besando su frente, luego su nariz para terminar en los esponjosos labios del omega, ahogando un sollozo, dejando un beso sutil, antes de volver a abrazarlo, dejando que Jisoo llore de nuevo, intentando discriminar las lágrimas en sus propios ojos.
— Ven— dijo Jisoo, bajo, tomando la parte posterior de las piernas de Seokmin, alzándolo, el otro acomodó sus piernas alrededor del mayor, sintiéndose como un bebé entre los brazos de su alfa.
Jisoo lo llevó hacia la cama, apoyando su propia espalda en la pared de la cabecera, acarició con cariño el rostro de Seokmin, haciendo que este separará su rostro de él para mirar sus ojos.
Los ojos oscuros del omega se abrieron un poco de sorpresa al encontrar las lágrimas retenidas en los ojos gatunos del otro.
Jisoo dió su mejor esfuerzo para sonreír, aunque solo logró que sus lágrimas comenzaran a salir.
Acarició la mejilla de Seokmin con ternura, el chico se frotó un poco en su tacto, hizo un ruido parecido a un ronroneo.
— Puede sonar horrible, Seokmin, pero... Eres hermoso incluso cuando lloras— dijo, con una mezcla amarga y dulce en su pecho, lo que sentía por lo que ocurría en ese momento y lo que sentía cada vez que miraba a Seokmin, mezclado—. Y soy la persona más afortunada del mundo por solo conocerte.
— Hyung... Esto suena como una despedida, no me gusta— Seokmin negó, haciendo un leve mohín adorable a los ojos Jisoo.
— No sirvo para despedidas, Seokmin... Si hay algo más que tenemos en común es huir— dijo, intentando sonar un poco humorístico, fallando.
Seokmin se inclinó, besando a Jisoo con lentitud, recorriendo su boca sin apuro, saboreando sus labios con amor.
Fue hacia su cuello para oler el aroma a café y pino, apoyando su frente en el hombro desnudo de su alfa.
— ¿Por qué tengo que dejar a la única persona de la que no quiero huir?
Jisoo acomodó su frente sobre el hombro de Seokmin, haciendo lo mismo que él.
— Desearía que eso fuera solo una pregunta— murmuró.
Se mantuvieron en silencio unos cuantos segundos, cómodos con el calor de la piel del otro.
— Jisoo— el otro asintió un poco para dar a entender que lo escuchaba—, cuando me quite el collar, te lo haré saber.
— ¿Cómo, Seokmin? No tengo celular, dudo que vayas a buscarme a la universidad o al trabajo... ¿Cómo?
Jisoo se dio cuenta que quizás había sonado un poco brusco, y tuvo miedo que Seokmin solo se sintiera mal por sus palabras.
Pero antes de hablar, el omega se le adelantó:
— De alguna manera, lo prometo.