Diferentes Sinfonías (Jelsa)

By Jacqueline4g

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Forzados a un matrimonio arreglado que ninguno de los dos desea, los corazones de la Prima Ballerina Elsa Are... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34

Capítulo 27

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By Jacqueline4g

Narrador

. . .

Un suave golpeteo en la puerta despertó a Elsa. Con un suspiro pesado, se sentó, frotándose los ojos mientras trataba de sacudirse la pereza. Anna entró tarareando una canción, llena de esa energía que siempre la caracterizaba.

—¡Buenos días, Elsa! Espero que hayas dormido bien —dijo con una sonrisa contagiosa, dejándose caer en el borde de la cama.

—Buenos días, Anna. Creo que dormí demasiado... ¿qué pasa? —respondió Elsa, llevándose una mano a la frente.

—Eso es raro en ti. Debiste tener un buen sueño, ¿no? —le guiñó un ojo—. ¿Tal vez uno con cierto peliblanco? —sonrió, acercándose un poco más.

Elsa intentó esquivar el comentario, disimulando el rubor que empezaba a subirle al rostro.

—¿De qué querías hablar? —preguntó

—¡Ah, entonces sí soñabas con tu prometido! —soltó una carcajada y aplaudió, encantada—. ¡Sabía que algo bueno había pasado!

—Ni siquiera he dicho nada —Elsa puso los ojos en blanco, tratando de mantener la compostura, aunque sus labios formaron una sonrisa sin que ella pudiera evitarlo.

—Pero tampoco lo negaste. Te conozco demasiado bien. ¡Soy tu hermana menor, no lo olvides! —sonrió triunfante.

Elsa suspiró, rindiéndose ante la astucia de su hermana, aunque no quería dejar que su mente divagara demasiado.

—Creo que hay temas más importantes de los que hablar que mis sueños, Anna.

—Está bien, no te molestaré más —dijo con mueca—. Mamá y papá quieren verlos el martes en el restaurante Bavette's. Los esperan a los dos. Una reunión familiar... ya sabes cómo son.

—Lo hablaré con Jack. Ayer me mencionó algo sobre eso.

—Perfecto. Tengo una cita con Kristoff en una hora, así que me voy. ¡Que tengas un buen día, Elsa! —dijo Anna, levantándose de la cama y dándole un beso en la mejilla antes de dirigirse a la puerta.

—Igual tú, Anna —respondió Elsa, sonriendo mientras veía a su hermana salir de la habitación, siempre tan vibrante.

Cuando la puerta se cerró, el silencio llenó la habitación. Elsa se quedó sentada en la cama, procesando todo aún. Los pensamientos sobre Jack volvieron a su mente, las palabras y gestos de la noche anterior resonando en su cabeza.

. . .

Después de un rato de indecisión, Elsa decidió llamarlo. "¿Y si lo molesto? ¿Y si está ocupado?" Las preguntas se acumulaban en su mente. Finalmente, respiró hondo y apretó el botón. El tono comenzó a sonar, y con cada timbrazo sin respuesta, sus nervios aumentaban. Justo cuando estaba a punto de colgar, un suave clic se escuchó al otro lado de la línea.

—¿Elsa? —la voz ronca de Jack le provocó un escalofrío.

—Jack —respondió, intentando sonar tranquila, aunque la culpa de haberlo despertado la invadió.

El sonido grave y somnoliento de su voz la desarmó por completo. Era como si él tuviera el poder de hacer desaparecer todas sus dudas y reorganizar sus pensamientos con solo pronunciar su nombre.

—¿Mhm? —murmuró Jack, aún entre sueños.

"Dios, ¿por qué su voz me afecta tanto?", pensó mientras mordía su lengua, insegura de qué decir, tamborileando nerviosamente con los dedos sobre su pierna. Cerró los ojos por un instante, intentando recuperar la compostura. Cada palabra, cada gesto de Jack la hacía sentir viva, pero también la desconcertaba. Era una atracción incontrolable.

—Lo siento, ¿te desperté? —pregunto, la ligera tensión en su voz era evidente.

Al otro lado, Jack soltó una suave risa, una que resonó en su pecho. Era esa risa despreocupada y cálida que lograba hacerla vulnerable.

—Está bien, hermosa. Puedo sentir tu preocupación desde aquí.

Elsa contuvo la respiración. Cada vez que él usaba esos apodos cariñosos, sentía cómo sus defensas se desmoronaban, capa por capa. Jack tenía esa habilidad de traspasar sus barreras sin siquiera intentarlo.

—No quería molestarte. Pensé que estarías descansando...

Ah, ¿sí? ¿Y yo pensando que creías que tenía más resistencia que eso? —replicó él en un tono juguetón.

El calor subió a sus mejillas, y aunque intentó ocultar su sonrisa, la vergüenza la invadió.

—No me lo recuerdes —murmuró.

No tengo intención de que lo olvides, cariño.

Elsa tragó saliva.

—Tonto —dijo con una ligera risa—. Solo quería preguntarte a qué hora nos vemos más tarde.

Estaré en la pista por la tarde. ¿A las siete te parece bien?

Elsa asintió para sí misma.

—Perfecto. Te veo entonces.

Después de colgar, Elsa dejó el teléfono a un lado y se quedó un momento en silencio, mirando al vacío. Los recuerdos de la noche anterior volvieron a su mente, y aunque intentaba no dejarse llevar, era inevitable. La conexión que compartía con Jack iba más allá de la atracción física; era algo que la hacía sentir vulnerable, pero también más viva que nunca.

. . .

Elsa recordó con claridad cómo, después de aquel beso apasionado, sus frentes quedaron pegadas, sus respiraciones entremezclándose en un compás. Podía sentir el latido acelerado de Jack sincronizado con el suyo, como si ambos estuvieran atrapados en el mismo ritmo. Jack deslizó sus manos por la cintura de Elsa, apenas rozando su piel, provocando un escalofrío que la recorrió desde la nuca hasta la base de la espalda. Ambos intentaban recobrar el aliento, pero ninguno parecía querer alejarse.

—Mi nueva adicción... —murmuró Jack, levantando su barbilla con la yema de los dedos, obligándola a mirarlo a los ojos—. Espero que te haya quedado claro, linda.

Elsa sintió un calor suave en su pecho ante esas palabras.

—Cristal —respondió con la respiración entrecortada, mientras sus labios aún recordaban el sabor de los de Jack y el aroma de la noche.

—Bien —dijo él antes de besarla nuevamente, esta vez más profundo, más intenso, como si ella fuera el oxígeno que necesitaba para vivir.

Sus labios se movían en perfecta armonía, y el mundo a su alrededor se desvanecía una vez más. Todo lo que importaba era ese momento, esa conexión.

—Jack... —murmuró Elsa entre besos.

El simple hecho de pronunciar su nombre lo incitaba a besarla con más pasión. Cada vez que lo decía, Jack perdía un poco más el control. Sabía que estaba perdido.

Todo en ella lo intoxicaba. No solo físicamente —aunque no podía negar cómo su cuerpo reaccionaba ante cada toque—, sino de una manera mucho más profunda. Elsa lo cautivaba, y no podía dejar de pensar en ella ni un segundo. Era más que simple deseo. Había algo en su forma de mirarlo, como si pudiera ver más allá de sus capas, que lo confundía por completo.

Esa noche, mientras Elsa se sentaba frente a él en la moto, Jack la rodeaba con sus brazos, acercándola más a su pecho, protegiéndola de la brisa fría. Sus cuerpos encajaban de manera tan natural que parecían haber sido hechos para estar juntos.

—Pensé que me odiabas —dijo Elsa, rompiendo el silencio con una sonrisa.

Jack cerró los ojos brevemente, dejando escapar un suspiro profundo, como si liberara algo que había mantenido dentro por mucho tiempo.

—No tienes idea de lo difícil que fue fingir que no me interesabas —confesó.

El tono honesto de su voz la hizo agradecer la tenue luz de la calle, ya que sus mejillas ardían y no quería que él lo notara. La confesión la tomó por sorpresa, latiendo su corazón más rápido.

—Pero me llamas con esos apodos... ¿qué debo pensar? —bromeó Elsa.

—Son de cariño, Elsa —replicó Jack, con una sonrisa que iluminaba su rostro.

—No me parecen simpáticos —respondió seria, aunque una sonrisa ya asomaba en sus labios.

Se miraron durante unos segundos, hasta que no pudieron contener la risa. Siempre sucedía lo mismo entre ellos; las bromas y los pequeños juegos formaban parte de su dinámica, algo que solo ellos comprendían.

La mirada de Jack se suavizó al ver la chispa de felicidad en los ojos de Elsa.

—Sal conmigo —dijo de repente.

Elsa dejó de reír, sorprendida y algo confundida.

—¿Qué?

—Cena conmigo. Mañana —repitió Jack, esta vez con una sonrisa genuina, sin bromas ni juegos.

Elsa lo miró, sintiendo una ola de emociones. Había algo en esa invitación que la hizo estremecerse, como si todo lo que habían evitado confrontar durante tanto tiempo estuviera ahora a punto de salir a la luz.

—¿De verdad? ¿Sin condiciones? —preguntó, mordiéndose el labio para contener una sonrisa.

—Mhm —asintió Jack, sin apartar los ojos de los suyos, asegurándole que no había trampa alguna en su propuesta.

Elsa sonrió, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo. Tiró suavemente de la manga de Jack, acercándolo más, mientras sus brazos rodeaban su cuello, buscando esa cercanía que tanto ansiaba.

—Me encantaría —murmuró.

Jack sonrió mientras apartaba con ternura un mechón de cabello del rostro de Elsa, sus dedos rozando suavemente su piel antes de inclinarse para besarla nuevamente. Esta vez, el beso fue lento y profundo, sellando una promesa no dicha. Permanecieron acurrucados por un rato, disfrutando de la intimidad del momento, sin necesidad de palabras.

Finalmente, Jack la llevó de regreso a casa, despidiéndose con un suave beso en la mejilla y la promesa de verla al día siguiente para su tan esperada cita. Mientras se alejaba, Elsa no pudo evitar sentir que algo importante había cambiado entre ellos. Pero lo que más la emocionaba era que, por primera vez, no tenía miedo de un posible futuro junto a Jack.

. . .

Los últimos tweets de Jack y Elsa dejaron a todos sus amigos completamente desconcertados. Sus palabras no eran para nada sutiles:

Jack twitteó: "¿Cómo se supone que alguien duerma después de escucharla? ¿Ella no se da cuenta de eso?"

Elsa, por su parte, escribió: "Incluso su voz matutina es ardiente... Deja de pensar en él, Elsa..."

La reacción fue inmediata. Charlotte no perdió tiempo y entró rápidamente al chat grupal: 

Operación #Jelsa

¡Chicos! 
¡¿Vieron los tweets?!

Rapunzel
Claro que los vimos...

Hiccup
Pero, ¿cómo escucho su voz?
¿Elsa está con él?

Eugene
Hiccup tiene razón.
¿Cómo es que Jack escuchó su
voz? ¿Elsa está en su cama? 

Tadashi
¿Y si fue una llamada?
¿De verdad creen que Jack y Elsa
y Elsa son del tipo que... ya saben,
antes del matrimonio?

Mérida
¡Por favor, Tadashi! Se
estuvieron comiendo con los
ojos toda la fiesta, ¿de verdad
crees que no ha pasado nada? 

Astrid
Mérida tiene razón, jaja.

Pero si están juntos... 
¿Cómo paso?

Rapunzel
Es sábado después de todo.

Astrid
¿Y eso que tiene qué ver?

Tadashi
Jack tiene entrenamiento por
la tarde y Elsa no tiene clases.

Hiccup
Entonces... ¿pudieron haber
estado juntos hasta tarde?

Rapunzel
Exactamente.

Mérida
Me gusta la idea, pero algo me
dice que aún hay exes rondando
por ahí, como Carly.

¿Qué hacía ella en la
fiesta de Jack?

Hiccup
Pregunte, parece que se coló 
usando el nombre de otra persona.

Eugene
No me digas que usó...

Tadashi
El nombre de su prima. Sí, seguro.
Pero eso también significa que la ex
de Jack está de vuelta en el país...

Astrid
Genial, justo lo que necesitábamos...

Rapunzel
Dicen que Carly es lo de menos,
que su prima es mucho peor...

Estoy nerviosa... no quiero que
arruinen lo que Jack y Elsa tienen.
Lo que paso en la fiesta me hizo
pensar que él si se casará con ella.

Tadashi
Estoy de acuerdo.
Jack nunca ha sido fan de las muestras
de cariño en público, pero con Elsa... no le
importo abrazarla o besarla frente a todos. 
Y ese beso...

Hiccup
Ese beso fue otra cosa...

Rapunzel
¿Qué tiene de especial ese beso?

Astrid
Sí, ¿alguien puede explicarlo?

Tadashi
Jack siempre tuvo una regla extraña:
nunca dejar que lo besarán en los
labios. En la mejilla, en la frente, lo que
sea, pero los labios eran "sagrados", algo
que solo compartiría con su futura esposa.

Astrid
¿En serio?

Sí, y por eso no fue tan sorprendente
que dejará que Elsa lo besará
Quiero decir, ya van en serio. 

Rapunzel
Así que ese tipo es sentimental.
Vaya, eso es dulce. 

Mérida
Básicamente, Elsa es la única
que puede besarlo, ¿no?

Astrid
¡Oh, él está enamorado!

Aunque, estoy segura de que Jack
había besado a alguien cuando
éramos niños. Recuerdo que se
jactaba de ello durante un viaje a
la playa cuando teníamos 11 años.

Para todos solo era un amor fugaz.
Supongo que hizo esa tonta regla
antes de empezar a salir en serio.

Rapunzel
Entonces, ¿la prima
de Carly nunca lo beso?

No.

Astrid
Y Elsa besandolo frente a Carly...
seguro que Carly se lo contará
a su prima. 

Hiccup
Y conociendo a esa chica, hará
todo lo posible para que
Jack vuelva con ella.

Eugene
¿Pero no estaba casada y
con un hijo?

Eso no la detendría.
Créeme, no lo haría.

Mérida
Entonces, ¿qué vamos a hacer?

Rapunzel
Tenemos que hacer algo antes de
que las cosas se compliquen.
¿Alguien recuerda su nombre?

Krista Black...

Rapunzel
¡¿Qué?! ¿Krista Black?
¿La famosa modelo?
¿Ella es la ex de Jack?

Mérida
¿La misma que firmo
recientemente con Ferrari?

Astrid
Elsa no ha dejado de hablar de ella
desde que fue a la Semana de la
Moda en París el año pasado.
¡Y se siguen en redes sociales!

¡¿Elsa está en buenos 
términos con esa bruja?!

Esto es peor de lo que pensaba...
Si Elsa se entera de todo lo que
pasó entre Jack y Krista, podría
complicar las cosas aún más.

Tadashi
Chicos, tenemos que hacer algo.
Si Krista se entera de que Jack y
Elsa están juntos, no se va a
quedar de brazos cruzados.

. . .

"Va a pasar por mí, pero... ¿y si lo sorprendo en la pista?", pensó Elsa, sintiendo una mezcla de emoción y nervios que le retorcían el estómago. "¿Y si simplemente me presento ahí?", se preguntó mientras salía de casa, con la adrenalina corriendo por sus venas.

Conducía bien, sin problemas, pero los verdaderos nervios no venían del acto de manejar. Lo que la inquietaba era imaginar la reacción de Jack al verla aparecer sin aviso.

"¿Cómo lo tomará?", se preguntaba, mirando su reflejo en el espejo retrovisor. "¿Y si lo interrumpo?", "¿Y si le resulta molesto?". Se pasó una mano por el cabello, intentando calmar el mar de emociones que sentía. Lo que más deseaba era verlo feliz... orgulloso de ella. Pero la posibilidad de decepcionarlo le aterraba.

"Dios, odio depender de la validación de los demás", se dijo con una mueca. Siempre había sido segura de sí misma, firme en sus decisiones, pero con Jack era distinto. Bastaba una palabra, una sonrisa o un simple toque suyo para cambiar su ánimo por completo. "Él tiene ese poder sobre mí", admitió, aunque le costara hacerlo.

Todo el día, Jack y su cita habían estado en su mente. Mientras se probaba el vestido frente al espejo, mientras ajustaba su cabello, sus pensamientos siempre terminaban girando en torno a él. Todo lo hacía pensando en cómo se vería ante sus ojos, buscando casi inconscientemente su aprobación, su atención.

"Estoy cambiando por él", se dio cuenta, sorprendida. Y aunque eso debería asustarla, no la aterraba tanto como esperaba. Sabía la verdad desde hacía un tiempo. Esa sensación rara en el estómago, las mariposas revoloteando, los latidos acelerados... no eran solo nervios. Era algo más profundo.

Se estaba enamorando, lenta pero inevitablemente. Cada día, Jack le daba una nueva razón para dejar su orgullo de lado y pensar en un futuro juntos. Lo que antes veía como una idea lejana, el matrimonio, ahora empezaba a tomar forma en su mente. Sin embargo, con esa visión también llegaba una nueva inquietud: "¿Jack sentirá lo mismo...?"

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