Una semana después...
–¿Qué te parece mi idea sobre el dibujo? –le preguntó Azul, enseñándole un boceto de su dibujo para el concurso.
[Referencia del boceto de Azul☝️]
–Bueno... eres muy espontánea –comentó Brandon, algo desorientado–. Pero... ¿por qué hay ballenas en el cielo?
–Porque... –Se quedó pensando en una respuesta–. No... lo sé, lo saqué de internet; ¿Tú que dibujo harás?.
–Yo no participaré, no me gusta dibujar –respondió él, desinteresado.
–Ahhh, no tengo ideas para el concurso, será mejor que me rinda –expresó ella, con fatiga.
Ambos se echaron pensativos en el suelo de la casa de Azul; en eso, Brandon se levantó de golpe.
–Ya sé como hacer para que tengas inspiración.
–¿Escuchar música de The Rose o Day6? –preguntó ella, levantándose rápido.
–Mmm... sería buena idea, pero no; ¿Cuántas horas faltan para que tus padres regresen de su reunión política?.
–Son casi las cuatro y ellos regresarán a las siete u ocho.
–Perfecto; necesito una pared grande, una tela blanca del mismo tamaño y algo de acompañamiento musical, esto se va a poner interesante –expresó Brandon, sonriente.
Ambos salieron al patio trasero y limpiaron el muro de aquella casa; Brandon se subió en una escalera y clavó la tela blanca en cada esquina de la pared, mientras que Azul solo obedecía las ordenes del castaño y se dirigió a la azotea a traer todas las acuarela y pinturas que tenia en casa.
[...]
–Listo –habló el castaño, junto a la pared.
–Esto solo lo había visto en los dramas asiáticos, nunca pensé que convertiría la pared de mi patio en un muro para dibujar –comentó ella, encantada–. ¿Ahora debería lanzar las pinturas al muro verdad?.
–Espera, aún falta algo importante. –Sacó su celular y empezó a reproducir la banda favorita de ambos–.
–¡Esa es "Cure"! –exclamó Azul, fascinada–. ¡Ponla a todo volumen!
Brandon, empezó tirando un frasco de pintura celeste; Azul le siguió y esparció uno de color rosa, luego empezaron a esparcir muchos colores al compás de la música.
Ambos estuvieron divirtiéndose juntos, arrojándose las pinturas entre sí y riéndose como si nunca lo hubieran hecho. Luego empezaron a cantar y bailar "Beauty and the beast"...
Sin pensarlo, él la tomó de la cintura con una mano, mientras que la otra mano estaba estirada para que la pelinegra la tomara. Azul tomó su mano, mientras que la otra estaba posicionada en su espalda.
Los dos, estaban dejándose llevar por la dulce melodía, mientras que hacían contacto visual; el brillo que desprendían de ambos y aquellas sonrisas genuinas eran deslumbrantes.
–"Ooh-oh, ooh-oh, ooh-oh". –cantaron en dueto–.
–"You are the beauty...". –Cantó él–.
–"You are my destiny...". –Cantó ella–.
–"You are the beauty...". –Cantó él–.
–"It's a beautiful life you and I". –Cantaron a dueto–.
[...]
Al llegar la noche; Brandon se encontraba en su cuarto haciendo tareas, en eso, el sonido de una piedra, golpeó su ventana.
«Estos días fueron muy divertidos, sin embargo... es hora de despertar de aquel sueño», pensó Brandon, levantándose para abrirle la puerta a la única persona que sabia que para llamarlo, lanzaba una piedra a su ventana. «Lo he estado evitando durante mucho tiempo, pero como siempre, todo tiene un final».
–Sal, vamos a hablar –dijo Nic, cuando apenas la puerta se abrió. Tenia una mirada tan vacía, que parecía como si estuviese perdido en algunos de sus pensamientos.
Brandon cerró la puerta de su casa y ambos se dirigieron a la cabaña abandonada, donde Nic siempre recurría a desahogarse.
Cuando llegaron, se sentaron en la entrada; Nic sacó un encendedor de su bolsillo e hiso lo que siempre hacía cuando llegaba, cogió un papel que había encontrado en uno de sus bolsillos, le prendió fuego y luego lo arrojó encima de algunas ramas que habían amontonadas.
–Has progresado este año, idiota –dijo Nic, mirando fijamente el fuego–. Ahora, sonríes más.
Brandon se abstuvo de responderle.
–Mi madre me quiere llevar con un psicólogo, piensa que estoy loco –indicó, con un gesto mordaz.
–Nic... creo que es lo mejor, además...los psicólogos no son para locos, son para... –Fue interrumpido por Nic–.
–Si, si; deja toda esa mierda para tu amiguita, llevo años tratando de olvidar aquella noche, ¿Sabes lo doloroso que se siente pasar el día del padre sin él, por cinco malditos años? –dijo, con una expresión áspera–. Nunca lo sabrás porque tu padre está vivo.
«Sí Nic, sé lo que se siente pasar el día del padre solo, pasar navidad con una familia rota; sé lo que se siente que llegue tu cumpleaños y no tener a un padre que te diga lo grande que estas o que tengas charlas de padre a hijo con forme estamos creciendo», pensó Brandon, apretando la mandíbula.
–Han pasado cinco años desde entonces, Nic... te sugiero que aceptes ir a terapia y... dejes que tu padre descanse en paz.
–¡Eres un maldito hipócrita, la culpa de la muerte de mi padre es tuya y la de tu padre! –le gritó con un tono airado, chocando sus miradas–. ¡El que debió de morir fue tu padre, no el mío!
«Tienes razón, fue mi... culpa, pero ¿A quién quiero engañar?, no lo supero yo, así que menos debería esperar que lo supere su propio hijo», pensó Brandon, culpándose. Se puso de pie y musitó:
–Se esta... haciendo tarde, volvamos. –Caminó hacia el centro de la salida.
–¡Eres un maldito cobarde! –gruñó Nic y apresuró su paso. Cuando alcanzó a Brandon, le dio un golpe en la nuca y luego en el ojo derecho, haciendo que le quede una marca alrededor.
[...]