-Quiero...... quiero tocarte ...... - dije casi sin aliento
El agarro mi mano y la puso en su erección comencé a sobarlo con mi mano y luego lo chupe con gran placer. El gemía mientras yo hacía esto una y otra vez su miembro salía y entraba en mi boca mientras susurraba mi nombre y me pedía que mas rápido, yo obedecía.
-Me....... Me voy........ me voy a co.....me voy a correr en tu boca - dijo y con mas ganas presione mis labios alrededor de su pene cuando sentí que se iba a correr lo deje y me senté a horcajadas encima de el metiendo su pene dentro de mi. El me dio la vuelta y se coloco encima de mi y comenzó a moverse fuerte y lento tanto así que sus gemidos se convirtieron en gritos y llenaron la habitación rápidamente.
-Bruuuuuuceeee - grite su nombre cuando llegue al climax junto a el.
-Vamos nena, córrete.
Me embestía cada vez mas fuerte y rápido metiendo su miembro hasta el fondo y sacándolo, una, dos, tres, cuatro, seis embestidas más y me corrí gritando nuevamente en un gemido su nombre, tres embestidas mas y Bruce también se corrió dentro de mi. Sentí como me llenaba mas mientras disminuía su ritmo y se detuvo cayendo encima mío.
Quede exhausta luego de esto, nunca lo habíamos hecho tan intenso como lo hicimos hoy, mis ojos comenzaron a cerrarse hasta que quede completamente dormida.
Una brillante luz entraba en el cuarto, me negaba a abrir mis ojos pero recordé que tenia que hacerlo tenia mucho trabajo hoy. Trate de moverme pero sentí algo dentro de mi y unos brazos que no me dejaban moverme, inmediatamente abrí mis ojos, no era mi cuarto, mire hacia un reloj que estaba en la mesita de noche eran las 8:58 dios mío llegaría súper tarde al trabajo y mi jefe estaría como loco. Moví a Bruce para que despertase pero nada mis intentos fallaron, trate de zafarme de sus brazos y lo logre pero se sentía demasiado bien tenerlo dentro de mi que no tuve el valor de dejarlo.
-Nena, no te vallas aun es muy temprano.
-Son las 9 Bruce, SON LAS 9 Y HOY LLEGA UNA NUEVA ASISTENTE Y NO ESTOY ALLA.
-Ya, no te alteres vamos a ducharnos.
Se levanto conmigo de la cama y salió de mí. Entramos al baño que estaba en una puerta a la derecha. Abrió el grifo:
-Nena, déjame bañarte.
-Claro, si tú me dejas que te bañe a ti.
-Si mi amor - me sonrió con picardía.