KyungSoo mantuvo firme su mano, en medio de la espalda de ChanYeol, mientras caminaban hacia la puerta de Belcanto. Sabía que estaba nervioso.
Podía sentir como, los pequeños temblores que sacudían al hombre, aumentaban de intensidad a más se acercaban al restaurante.
—Calma bebe — susurró a su oído—. Recuerda tú calma. Céntrate. Concéntrate en mi voz, y sólo en mi voz.
—¿No podemos irnos a casa? —preguntó ChanYeol desesperado, con un ligero temblor en su voz. Antes de llegar a las puertas, ChanYeol se giró sobre sus talones y miró a KyungSoo —. Por favor, Señor, voy a meditar. Te la voy a chupar, cualquier cosa. Vámonos a casa.
Curvó, por un momento, su mano a un lado de la cara de ChanYeol y luego la deslizó hacia atrás, hasta alcanzar unos mechones de su cabello, envolviéndolos en su mano y apretando su agarre. Podía ver como ChanYeol inhaló rápido y como el placer se apoderó de su rostro.
—Vas a estar bien, ChanYeol. Te lo prometo.
Instantáneamente, los ojos marrones de ChanYeol se llenaron de preocupación. — Pero, Señor.
—¿Qué es lo que te preocupa, ChanYeol?
Estaba bastante seguro, que tanto el pequeño ceño fruncido de ChanYeol, junto con la dulzura de sus ojos, eran las jodidas cosas más lindas que hubiera visto nunca.
Y esas eran algunas de las razones por las que KyungSoo había organizado esta pequeña cena con sus amigos. Quería que JongIn, SeHun y BaekHyun conocieran a la persona más importante en su vida. Y quería que ChanYeol se encontrase con sus amigos.
—No quiero avergonzarlo, Señor, y ambos sabemos que eso, va a pasar.
—No, no lo hará. En primer lugar, porque nada de lo que puedas hacer, podría avergonzarme, por muy torpe que fueras. En segundo lugar, porque no vas a ser torpe. Tú, mi pequeño y dulce hombre, eres muy simpático cuando te olvidas de estar nervioso, y voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para asegurarme que te olvides.
ChanYeol parpadeó mientras levantaba la cabeza. —¿En serio?
—¿Te gustaría una demostración?
ChanYeol se lamió los labios mientras dejaba caer sus ojos en la boca de KyungSoo. —Está bien —gruñó.
Sonrió y se inclinó para capturar los dulces labios de ChanYeol. Un toque de menta flotó a través de la lengua, un sabor que había llegado a asociar con el hombre. Gimió cuando este abrió automáticamente su boca para él.
No importaba lo que lanzara en dirección a ChanYeol, el hombre lo aceptaba fácilmente. Se pasaba horas de rodillas sobre un cojín, meditando. Incluso había conseguido buenos resultados en mantener la calma cuando KyungSoo jugaba con él.
Y esa podría ser su forma favorita para jugar con ChanYeol. Se sentaba en una silla y veía como este caía en un estado meditativo y después se desplazaba al suelo para reunirse con él, tocarlo y acariciarlo.
En un principio, ChanYeol instantáneamente se desmoronaba, y se solía correr sobre ellos. Pero poco a poco, aprendió a controlarse a sí mismo, aguantando más y más tiempo sin correrse. KyungSoo siempre lo recompensaba follándolo hasta la extenuación.
Tan fantástico como era el sexo, y era verdaderamente de otro mundo, observar como ChanYeol ganaba confianza, aprendía a centrarse en sí mismo y se convertía en el hombre elegante que KyungSoo sabía que era, era la cosa más gratificante para él.
En las pocas semanas que llevaban viviendo juntos, ChanYeol había crecido a pasos agigantados. Incluso, habían conseguido evitar la sala de emergencias, excepto una vez, cuando el pequeño hombre había experimentado uno de sus colapsos y se había caído de cabeza contra la puerta de la limusina. Pero esos colapsos, ahora, eran por lo general, pocos y distantes entre sí.
Salvo esta noche.
KyungSoo separó, a regañadientes, sus labios de ChanYeol cuando oyó reír a alguien cerca. Se volvió para ver a SeHun y MinSeok de pie junto a la puerta principal de Belcanto. SeHun tenía una amplia sonrisa en su rostro. MinSeok se reía detrás de la mano sobre su boca.
—SeHun, MinSeok. —KyungSoo asintió en su dirección antes de mirar hacia ChanYeol con su rostro sereno—. Este es mi bebé, ChanYeol.
SeHun asintió respetuosamente. MinSeok rebotó justo encima.
ChanYeol se dio la vuelta y retrocedió contra KyungSoo, con una mirada aturdida en su rostro.
—Hola, soy MinSeok. —Estiró su mano—. SeHun es mi maestro. También trabajo en su departamento de Michelson Inc, aunque a él no le gusta que se lo diga a la gente, pero pensé que ya que eres el asistente personal de KyungSoo estaría bien. —MinSeok miró por encima del hombro—. Está bien, ¿no, Señor?
SeHun asintió, dando a MinSeok una mirada indulgente. —Está bien, MinSeok, pero sólo por esta vez.
—Está bien, Señor, gracias. —Sintió como ChanYeol se presionaba más contra él, cuando MinSeok se dio la vuelta para enfrentarlos—. Así que, ¿cómo obtuviste el nombre de ChanYeol? En realidad nunca he conocido a nadie que se llame ChanYeol, aunque supongo que no es tan extraño. Mi nombre es MinSeok después de todo, y ese sí que es un nombre muy muy extraño. Pero a mi Maestro le gusta, así que supongo que eso es todo lo que importa, aunque prefiero cuando me llama bebé y da órdenes a mí alrededor, lo que prácticamente hace todo el tiempo.
MinSeok no respiró durante su discurso, lo cual era una hazaña increíble. Cuando hizo una pausa momentánea y respiró hondo, SeHun se adelantó y cubrió la boca de MinSeok con su mano.
—Es suficiente mocoso —dijo SeHun—. Creo que estás asustándolo.
KyungSoo no creía que ChanYeol, realmente, tuviera miedo, sólo estaba un poco aturdido. MinSeok era una persona única, y el único que parecía ser capaz de domarlo, era SeHun. KyungSoo seguro que no deseaba la tarea. Prefería a su pequeño propenso a los accidentes.
—Vamos a entrar y sentarnos —sugirió KyungSoo—. JongIn, Junmyeon y BaekHyun ya deberían estar aquí.
—JongIn me llamó y me dijo que llegaría un poco tarde, algo sobre Junmyeon estando un poco ocupado. —Había una sonrisa en la voz de SeHun, y KyungSoo sabía exactamente lo que el hombre quería decir con sus palabras. Junmyeon probablemente estaba muy ocupado.
Puso, de nuevo, su mano sobre la espalda de ChanYeol, para entrar en el restaurante. Mantener constante contacto con alguna parte de su cuerpo parecía calmar al hombre como nada más podía.
—Señor Oh, Señor Do —dijo el anfitrión, cuando entraron—. ¿La mesa de siempre?
—Gracias, Taemin—dijo KyungSoo—. Eso sería perfecto.
—Por aquí, caballeros.
No le pasó desapercibido, que Taemin no se dirigiera a MinSeok o a ChanYeol, pero no esperaba que lo hiciera. Taemin estaba en la escena D/s, aunque no era un Dom. Sabía que los hombres que acompañaban a KyungSoo y SeHun eran sumisos.
Hubiera estado fuera de lugar que Taemin hablara con MinSeok o ChanYeol sin permiso. Sólo esperaba que a ChanYeol no le importara que, básicamente, lo ignorara.
Cuando llegaron a su mesa, KyungSoo esperó a que ChanYeol se deslizase en el circular asiento y luego se deslizó a su lado. MinSeok se sentó a su otro lado, con SeHun tomando asiento al lado de MinSeok.
—¿Tienes hambre, ChanYeol?
—No mucha, Señor. —ChanYeol lo miró con una pequeña mueca en su cara. Mantuvo sus manos fuertemente enlazadas en su regazo—. Tengo un nudo en el estómago.
—¿Por qué tienes un nudo en el estómago?
ChanYeol miró por encima de la mesa y luego al resto de la decoración de alta gama del restaurante. —Aquí hay tantas cosas que se pueden romper. —Susurró—. ¿Qué pasa si me tropiezo o me caigo o —ChanYeol tragó saliva con fuerza—. Incluso el agua la sirven en copas de vino, Señor.
—ChanYeol, mírame. —Cuando el hombre no lo obedeció de inmediato, lo agarró la barbilla y lo giró hacia él—. Tengo completa fe en que vas a hacer que me sienta orgulloso. No hay nada por lo que estar alterado.
Los ojos de ChanYeol parpadearon hacia la mesa otra vez, en concreto hacia el conjunto de artículos de vidrio, de aspecto frágil, sobre el mantel negro. —Pero, Señor.
KyungSoo metió su mano bajo la mesa y agarró la polla de ChanYeol a través de sus pantalones. Los ojos de ChanYeol golpearon hacia él.
—¡Señor!
—Relájate, ChanYeol. Respira como te he enseñado.
Su cuerpo permaneció rígido en su asiento durante un largo rato mientras KyungSoo frotaba, suavemente, el bulto cada vez mayor en los pantalones del hombre.
Cuando ChanYeol estaba completamente duro, su respiración se había relajado y la tensión en sus hombros se había desvanecido.
KyungSoo miró a SeHun cuando oyó una risa ahogada. SeHun asintió, diciéndole en silencio, que había visto lo que había hecho y que aprobaba como KyungSoo había controlado a su sumiso.
Era bueno saber que, en este ámbito, KyungSoo se había ganado la aprobación de su amigo, pero no lo había hecho por eso.
Lo había hecho por ChanYeol.
Cuando JongIn, Junmyeon y BaekHyun llegaron, la mano de KyungSoo estaba dentro de los desabrochados pantalones de ChanYeol, y sus dedos se envolvían libremente alrededor de su gruesa polla. No quería llevar al hombre al borde, sólo darle algo más en lo qué pensar. Mantuvo su mano allí, acariciándole la dura longitud cada pocos minutos. De vez en cuando, golpeaba su dedo pulgar sobre la punta o exprimía la polla entera, pero no quería poner a ChanYeol completamente al límite.
Sólo quería distraerlo.
Y parecía estar funcionando mucho mejor de lo que había imaginado. Pidieron la cena y hablaron mientras esperaban que su comida llegara. MinSeok y Junmyeon charlaban como viejos amigos, mientras que ChanYeol los escuchaba y de vez en cuando arrojaba una palabra aquí y allá.
Incluso, ChanYeol, había bebido de las copas de vino y se había comido su cena, sin derramar una gota, dañarse a sí mismo o a cualquier otra persona. KyungSoo estaba tan orgulloso que lo podría haber gritado a los cuatro vientos.
Para cuando los postre llegaron y SeHun, KyungSoo, JongIn, y BaekHyun disfrutaban de una copa de coñac después de la cena, ChanYeol parecía haberse asentado. Estaba haciendo buenas migas tanto con MinSeok como con Junmyeon, para deleite de KyungSoo.
Entonces las cosas parecieron calmarse.
SeHun colocó unas esposas forradas en piel en las muñecas de MinSeok, conectándolas entre sí. MinSeok se acurrucó en el lado derecho de SeHun.
JongIn ató un trozo de cuerda alrededor de las dos muñecas de Junmyeon. Los ojos de KyungSoo se le salieron de la cara, ante el profundo suspiro satisfecho que oyó venir de Junmyeon cuando el hombre inclinó su cabeza en el hombro de JongIn.
Tal vez la cuerda y los puños, provocaban en Junmyeon y MinSeok, la misma reacción, que su toque provocaba en ChanYeol.
KyungSoo se volvió para ver la reacción de ChanYeol ante la cuerda en las muñecas de Junmyeon y los puños en las de MinSeok, sólo para ver con total sorpresa como ChanYeol le sonreía con malicia y sin esfuerzo se deslizaba bajo de la mesa.
Un momento más tarde, KyungSoo sintió que bajaban su cremallera.
—ChanYeol —graznó KyungSoo.
—Mi recompensa por no haber roto nada —dijo ChanYeol entre sus piernas y luego los cálidos labios envolvieron su polla
Podía ser un restaurante de lujo, pero todos los tipos de lascivos juegos, pasaban debajo de sus mesas, y el personal fingía no ver nada. Los ojos de KyungSoo se entrecerraron, pero todavía podía ver a SeHun, BaekHyun, y JongIn observándolo atentamente. Su boca les mostró una sonrisa mientras ChanYeol aspiraba su polla hasta la parte posterior de su garganta.
Gracias a los dioses el mantel llegaba al suelo.
—Entonces, KyungSoo, ¿tienes planes para este fin de semana? —preguntó JongIn, con una sonrisa en sus labios, pasando sus manos por el pelo de Junmyeon.
KyungSoo abrió la boca para contestar, pero ChanYeol eligió ese momento para raspar suavemente los dientes sobre su polla. Lo único que salió de sus labios fue un siseo. Metió una mano de debajo de la mesa y agarró los mechones de ChanYeol, dándole un fuerte tirón.
El gemido de ChanYeol se oyó en torno a la mesa. Los ojos de MinSeok se dispararon hacia arriba, Junmyeon sonrió ampliamente, pero ninguno de los dos dijo una palabra.
—Ninguno —logró contestar, mientras ChanYeol se echaba hacia atrás, arrastrando sus labios a lo largo de la polla. Estaba lamiéndola como un cono de helado, y KyungSoo no podría haber detenido su gemido aunque hubiera querido.
Oh diablos, ChanYeol era muy bueno chupando pollas.
El hombre debería ganar un maldito premio por lo bien que su lengua estaba lamiendo sus huevos. KyungSoo lanzó su otro brazo sobre el respaldo del asiento, mientras su cabeza rodó sobre sus hombros.
—Maldita sea —se rio JongIn.
Abrió un ojo, miró al hombre, y luego poco a poco lo volvió a cerrar. Estaba demasiado ocupado disfrutando de la talentosa boca, como para mantener una conversación ahora mismo. En estos momentos, toda su atención estaba en el hombre entre sus piernas. La lengua lamió, nuevamente, la polla de KyungSoo, formando círculos alrededor de la cabeza, luego los labios de ChanYeol chuparon el eje completo de KyungSoo hasta su garganta.
—¡Mierda! —Disparó, con los ojos cerrados mientras su polla entraba en erupción, su semilla brotaba de la cabeza y ChanYeol se bebía con avidez hasta la última gota. KyungSoo jadeó cuando abrió los ojos, pero se las arregló para sonreírles a todos en la mesa.
Sobre todo porque todos estaban sonriéndole.
Su polla estaba de vuelta en sus pantalones. A continuación, ChanYeol se deslizó de debajo de la mesa, llegando a su lado y agarrando la mano de KyungSoo la deslizó debajo de la mesa. Un segundo más tarde, sintió la dura polla de ChanYeol de nuevo en la mano.
ChanYeol le sonrió inocentemente.
KyungSoo se echó a reír y puso un beso de aprobación en los hinchados labios de ChanYeol. El hombre era simplemente increíble. Había recorrido un largo camino en sólo unas pocas semanas, y KyungSoo era un hombre jodidamente feliz.
—Disculpen —dijo BaekHyun mientras se deslizaba de la mesa—. Enseguida vuelvo.
KyungSoo vio que BaekHyun se acercó a la multitud y comenzó a hablar con Taemin.
—¿Crees que está celoso? —preguntó JongIn con una leve sonrisa.
—Realmente espero que sí —dijo KyungSoo mientras se sentaba de nuevo, arrastrando a ChanYeol a su lado. El hombre inmediatamente se deslizó otra vez, pero mantuvo la mitad inferior de su cuerpo en una posición que permitía a KyungSoo sostener su polla.
—¿Por qué quieres que BaekHyun esté celoso? —preguntó ChanYeol—. Eso no es muy agradable.
SeHun arqueó una ceja mientras JongIn se echaba a reír.
—Porque —explicó KyungSoo—, BaekHyun no es lo que alguien consideraría un playboy, pero es muy coqueto y arrogante. Si tuviera un sumiso a su lado en este momento, puedes apostar que nos lo restregaría en la cara. El hombre es rico, poderoso, pero está solo.
—¿Cómo puede estar solo si es rico? —preguntó Junmyeon—. Tiene dinero para comprar lo que sea o a quien quiera.
—No —respondió JongIn mientras tiraba de las cuerdas alrededor de las muñecas de Junmyeon—. BaekHyun no quiere a cualquiera. Quiere encontrar a su sumiso perfecto como lo hemos hecho nosotros. Por lo tanto, gasta su dinero en ostentosos juguetes en su lugar. Realmente necesita encontrar un hobby.
KyungSoo negó entre risas mientras cogía su vaso y bebía un sorbo. Soltó la polla de ChanYeol mientras posaba el vaso.
—ChanYeol, necesito que vayas al coche y consigas el archivo que he dejado en el asiento de atrás.
ChanYeol metió su mano bajo la mesa, se arregló el pantalón, y luego se deslizó de la mesa, caminando con gracia alrededor de las mesas hacia la puerta principal.
KyungSoo reventó de orgullo por su pequeño sumiso. Tenía toda la confianza del mundo
—¡Mierda!
KyungSoo voló de su asiento al oír, lo que sonaba como un choque de coches, en el exterior.
Los otros hombres se apresuraron a seguir a KyungSoo mientras corría hacia la puerta. Su corazón estaba en su garganta. Sintió como sus rodillas flaqueaban cuando vio a ChanYeol, sentado de culo, en el aparcamiento, moviendo la cabeza hacia atrás y hacia adelante.
Corrió hacia su sumiso y se dejó caer a su lado, sus ojos parpadearon sobre el cuerpo del hombre, tratando de evaluar los daños. No vio ningún hueso roto ni contusiones, gracias a Dios. —¿Dónde estás herido, ChanYeol?
—En ninguna parte, Señor. Salí de su camino a tiempo, pero me tropecé con mis pies.
KyungSoo miró hacia el coche que estaba cruzado en medio de la calle, con su parte delantera derecha, chocando con un coche aparcado.
Su coche.
Jodida mierda.
—¿Qué pasó? —le preguntó SeHun al conductor, cuando el hombre salió del dañado coche, agitando con enojo un dedo hacia ChanYeol.
—¿En qué demonios pensabas, ChanYeol?
—¿Señor Kang? —preguntó ChanYeol mientras sus ojos se abrían.
La cara de ChanYeol se volvió de siete tonos de rojo distintos luego dio un largo suspiro de alivio. Casi moría.
KyungSoo se arrodilló allí aturdido por un momento y luego envolvió sus brazos alrededor de ChanYeol, abrazándolo cerca y agradecido de que el hombre no estuviera herido.
—¿Qué pasa con mi coche? —gritó el Señor Kang—. ChanYeol caminaba directamente hacia mí. ¡Tuve que pisar el freno y desviarme para no golpearlo!
—¿Es eso cierto, ChanYeol? —KyungSoo preguntó mientras arrastraba a su sumiso más cerca, listo para patear en el culo al Señor Kang por todos los gritos que estaba dando. Nadie le gritaba a su ChanYeol.
ChanYeol se encogió de hombros. —No estaba prestando atención, Señor. Podría haber ocurrido de esa manera.
—Me haré cargo de las reparaciones necesarias —dijo mientras miraba al Señor Kang. Pensó que el hombre estaba a punto de gritar de nuevo. Tenía la cara todavía roja como el infierno, pero el hombre sólo asintió.
—Te enviaré el presupuesto.
Ayudó a su asistente a levantarse y le sacudió el traje, luego pasa un brazo a su alrededor mientras cruzaban la calle hacia el restaurante.
—¿Está bien? —preguntó BaekHyun cuando KyungSoo se acercó a la puerta.
—Está bien —respondió KyungSoo, enredando su mano entre los largos rizos castaños de ChanYeol y se sentía mejor sabiendo que su hombre estaba de pie a su lado, a salvo de la destrucción... por el momento. El férreo control que ejercía sobre el pelo de ChanYeol era como un salvavidas. Significaba que el hombre no podía separarse de él, más de unos pocos centímetros, y a KyungSoo le gustaba eso, un montón. ChanYeol no podría salir lastimado.
El sonido del coche estrellándose estaba grabado en su cerebro. No creía que, jamás, pudiera olvidar el fuerte y chirriante ruido, ni el inconfundible sonido de metal contra metal. Lo perseguiría en sus pesadillas en los años venideros.
Realmente era sencillo. Sólo tenía que asegurarse que ChanYeol nunca dejara su lado. Nunca. Realmente era la única manera de mantenerlo a salvo. Su relación actual necesitaba ser actualizada.
Aunque ChanYeol dormía en su cama casi a tiempo completo, sabía que tenía que mudar, de forma permanente, al hombre a su dormitorio. Se estremeció al pensar en lo que podía pasarle a ChanYeol en medio de la noche. Podía tropezar caminando hacia el cuarto de baño y abrirse la cabeza con un buen número de cosas, la bañera, el marco de la puerta, el lavabo. La lista seguía y seguía.
Envolverlo en plástico de burbujas podría no ser suficiente.ChanYeol podría-
—¿Señor?
KyungSoo posó su mirada a ChanYeol, su cabeza estaba inclinada hacia atrás hasta el momento. Hubo una ligera mueca en el rostro ChanYeol, como si estuviera dolorido. KyungSoo se maldijo a sí mismo, al darse cuenta, que su mano estaba envuelta con tanta fuerza en el pelo del hombre que este ni siquiera podía moverse.
—Lo siento, ChanYeol —dijo mientras aflojaba, un poco, su agarre, pero sólo un poco. No tenía la fuerza personal suficiente como para dejar que se alejara demasiado de él, no en estos momentos.
—Estoy bien, Señor.
—Lo sé. —Esta vez ChanYeol estaba bien, pero ¿qué pasaría la próxima vez, o la siguiente después de esa? ¿Cuántas veces podría resultar lesionado ChanYeol antes de que le ocurriera algo drástico de lo que no se pudiera recuperar?
ChanYeol dejó caer sus ojos. —Lo está lamentando, ¿verdad, Señor?
KyungSoo frunció el ceño. —¿Lamentando que, ChanYeol?
Las lágrimas caían de sus pestañas mientras levantaba la cabeza para mirarlo de nuevo. Su rostro se había vuelto ceniciento.
—Está lamentando el mantenerme —susurró.
KyungSoo se sorprendió con la fuerza que ChanYeol utilizó para alejarse de él. Sabía que debía haberle dolido. Todavía tenía varios cabellos castaños en la mano.
—ChanYeol, ¿de qué demonios estás hablando? —espetó mientras cogía, de nuevo, los cabellos de ChanYeol, pero el hombre se apartó de su alcance, sorprendiendo a KyungSoo cuando el hombre hizo el movimiento sin tropezar con nada. ChanYeol podría tropezar con el aire.
—Está bien, Señor. —ChanYeol le mostró una sonrisa temblorosa mientras daba un paso hacia atrás—. Sabía que este día llegaría. Siempre lo hace. Estoy sorprendido que tardará tanto en llegar. —ChanYeol sorbió y se limpió los ojos. Ni siquiera trató de ocultar que estaba llorando—. Si usted me da un par de días hasta que encuentre otro lugar, le prometo que, para el fin de semana, me habré ido.
El mundo de KyungSoo se desplomó bajo sus pies al escuchar esas palabras. —¿Me estás dejando?
En todo caso, el rostro de ChanYeol palideció aún más de lo que ya estaba. —Prefiero dejarlo, antes que escucharle decirme que me vaya.
De pronto, imaginó su vida sin ChanYeol y no le gustó lo que vio.
No habrían más momentos tranquilos viendo como ChanYeol se centraba en sí mismo, ni más fantásticas mamadas, ni más sexo de fuera de este mundo. Tampoco volvería a sentirse pleno, mientras observaba como ChanYeol se convertía en el hombre sensual y seguro que KyungSoo sabía que era.
No habría más ChanYeol.
Gruñó y apretó los puños saliendo rápidamente detrás de ChanYeol antes de que pudiera escapar. Agarró unos mechones de cabello del hombre y tiró de ellos de tal manera que ChanYeol solo tenía dos opciones: o inclinaba la cabeza hacia atrás o perdía el pelo, porque KyungSoo no estaba dispuesto a dejarlo ir.
Nunca.
—Escúchame, Park ChanYeol , y escúchame bien. —KyungSoo estalló con satisfacción al ver como los ojos de ChanYeol se abrían plenamente al oír el áspero tono con que pronunciaba su nombre y el tono áspero con el que le hablaba—. Eres mío. Y siempre serás mío. No vas a irte. De hecho, tendrás suerte de conseguir estar a diez metros de mi lado en los próximos diez años. Por lo tanto, sácate la disparatada idea de alejarte de mí, de tu cabeza, porque no va a suceder.
KyungSoo no esperó a que ChanYeol contestara. Sólo empujó al pequeño hombre hacia la entrada del restaurante y a través de las puertas. Asintió hacia Taemin mientras caminaban dentro.
Taemin señaló una puerta al otro lado del vestíbulo, frente a la entrada del restaurante.
Buen hombre. Tendría que darle una buena propina más tarde... mucho más tarde.
Escoltó a ChanYeol hasta la puerta y la abrió. Rápidamente escaneó la habitación y era exactamente lo que estaba buscando.
Dioses, amaba este restaurante. Tenía todo, buena comida, un servicio impecable y un escondido ambiente con un sofá con cojines, una mesa y un cuarto de baño a un lado. Demonios, incluso tenía una pequeña cesta con condones y paquetes de lubricante de un solo uso.
Era perfecto.