Cuarto día: pelea/malentendido
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Diciembre había llegado junto a un terrible frío y la necesidad de decorar cada centímetro de la casa con adornos y pequeñas figuras de porcelana con la forma del famosísimo Santa Claus en cualquier repisa. Por lo menos para Lionel Messi sí era una necesidad muy real.
En un vecindario bastante tranquilo y familiar, en una bonita casa celeste se encontraba un bonito castaño de baja estatura vistiendo un tierno suéter rojo con un Rodolfo abarcando más de la mitad de aquella prenda, un pantalón de pijama igualmente rojo con diminutas esferas por todas partes y unas pantuflas verdes con un peluche del Grinch en la punta. Con dificultad había arrastrado todas las cajas con adornos navideños a la sala, donde se dispuso a sacar todo para acomodarlo después. Tres horas después tenía las botas puestas sobre la chimenea, el árbol armado cerca de la ventana, un bonito nacimiento acomodado en la mesa del centro y nieve falsa rociada en las ventanas. Con las esferas y adornos fuera, estaba por empezar a decorar el árbol cuando el ruido de la puerta lo distrajo, notando enseguida como si esposo entraba con dificultad gracias a la cantidad de bolsas que traía consigo.
—Siento la tardanza, amor. Hay mucha gente afuera...y me perdí un poco en el camino—dejó las bolsas en el sillón y lo saludó dándole un beso
—Lo importante es que ya estás aquí. Y justo a tiempo, porque voy a iniciar a decorar el árbol. Recuerda, morado este año— le dió un último pico entregándole una caja llena de cintas y colgantes.
Entre platicas, empezaron a decorar el árbol y la casa entera. Cristiano estaba disfrutando ese momento al máximo, pues tristemente habían tenido muchas peleas en los últimos días y el estar ahí, tranquilos haciendo algo que ambos querían lo hacía pensar que todo estaba bien. Su pequeño esposo había estado actuando un poco raro los últimos días, cambiando de humor rápidamente y comportándose ligeramente agresivo cuando tocaba su celular o volteaba sin querer a verlo cuando una notificación de mensaje llegaba. Intentaba no sobre analizar ni sacar un problema donde no lo hay, por eso lo que estaban haciendo en ese momento le daba algo de paz a su confundido corazón.
Casi al finalizar, Lionel se acercó a las bolsas sacando las decoraciones que lo había mando a comprar. Todo iba bien hasta que se topó con las que él consideraba más importantes.
—Cris, cariño ¿Dónde está lo que te pedí?—
—Mmmh, ahí en las bolsas, amor. Todo debería de estar ahí— respondió distraído colgando un par de esferas en la parte maas alta del árbol.
—No, no está. Para terminar el nacimiento te pedí seis pastores, ocho pastoras, tres vacas, cuatro burros, dos puerquitos, un caballo, tres docenas de ladrillos, una bolsa de aserrín azul marino para el agua de los animalitos y dos de aserrín verde oscuro para el pasto, y aquí hace falta dos pastores, una vaca, media docena de ladrillos y el aserrín es azul rey, no azul marino— su voz era tranquila, pero la forma en la que agarraba con rudeza la bolsa demostraban la furia que sentía
—Oh, quizás me confundí y no conté bien. Mañana voy por eso— solucionó con simpleza el asunto causando que la molestia en Lionel aumentara.
—También hacen falta las luces de diez metros en forma de pinos con siete colores diferentes que cambian cada cuatro segundos, la casita hecha a mano con yeso del herrero, carpintero, la escuelita con la puerta en la derecha y la estación de bomberos— a ese punto los dientes le rechinaban del coraje
—Sobre eso, las luces estaban agotadas y las casitas se las llevó una señora antes de mi. Me dijeron que el lunes surten, así que iré a darme una vuelta después. Pero no te preocupes, lo tengo todo bajo control— guiñó intentando calmar el ánimo del más chico. Sabía que se estaba molestando y lo que menos quería era iniciar otra discusión, así que estaba dando todo de sí para no equivocarse y darle una respuesta a sus preguntas.
Messi respiró hondo un par de veces intentando mantener la calma, pero un destello en su árbol llamó su atención, y como un torbellino, corrió horrorizado a sostener la razón de su inminente explosión.
—¿Sabes qué es esto, Ronaldo?— tragó saliva al escucharlo llamarlo por su apellido
—Es— carraspeó aclarando se la garganta—...una esfera...rosa— más que afirmación parecía pregunta. Algo dentro de él le decía que se trataba de algo más, pero no podía descifrar qué era.
—Una esfera rosa, sí. Una esfera rosa ¡En un maldito árbol con temática morada! ¿Cómo se te ocurre poner algo rosa donde claramente todo es morado? Te repetí un millón de veces de qué color sería la temática este año— pasando entre las cajas vacías tiradas en el suelo, llegó hasta la bolsa que había traído Cristiano—¿Y esto? Te pedí que me trajeras cinco metros de listón morado con un patrón de estrellas dorado de ocho centímetros de alto por ocho centímetros de ancho que se encuentra en el segundo pasillo al tercer piso de la mercería que está a media hora de aquí, ¿Y qué me trajiste? Cinco metros de listón dorado con un patrón de estrellas morado de ocho centímetros de alto por ocho centímetros de ancho ¡Definitivamente no es lo que pedí!— gritó exasperado moviendo el listón frente a sus ojos.
—Lo siento, amor. Un error lo comete cualquiera— solo que él no se equivocó. Si revisaban los mensajes con la lista que le mandó se vería claramente como pide listón dorado con estrellas moradas, pero el mayor temía tanto por su integridad física que prefirió no decirlo. Su espalda no soportaría otra noche en el sillón— Lo bueno es que ya está aquí, ¿No? Al final es casi lo mismo. Ya no hay que discutir más por cosas sin importancia, amor— se acercó a él poniendo con intensiones de abrazarlo
—¿Qué? ¿Acaso lo que pienso no es importante para ti?¿Acaso yo no soy importante para ti?¿Me estás diciendo que pido muchas cosas y que soy un maniático histérico que no sabe lo que quiere?— dramatizó alejándose de él
—Leo, amor, escúchame— pidió suavemente, esperando no alterarlo más.
—¡Amor nada! ¡Tú... tú... tú! Oh por Dios— se giró dándole la espalda y cayendo de rodillas al suelo, dónde empezó a llorar tan desconsolado que Cristiano sintió un profundo dolor en su pecho
—¿¡Qué tienes, corazón!? ¿Te lastimarte algo?— alarmado corrió a su lado intentando revisarlo. Esquivando sus manos, el menor habló
—Es que seguramente tú piensas que soy un chillón insoportable, que no hace nada más que berrinches y pelea por cosas tontas. Ya no me vas a querer más por ser tan insoportable y— hablaba con la voz entrecortada por el llanto, tartamudeando ligeramente—y después cuando me ponga todo gordo e hinchado pensarás que soy feo y me vas a dejar solo. Está bien, porque lo merezco, pero no quiero que te vayas y seguramente te irás a formar una bonita familia con el estúpido ese del centro comercial que siempre te está coqueteando— la tristeza le dió paso a la furia en cuestión de segundos—"señor, ¿Le interesaría contratar servicio de cable?" ¡No, carajo! Entiende que no queremos tu cochino servicio de cable, mocoso tonto. Eso sí te digo, Ronaldo, si me cambias por él ten por seguro que me enteraré y le diré a mi querida suegra que no lo deje pasar por su casa— amenazó girando un poco la cabeza para verlo de frente. El arrepentimiento por sus palabras llegó instantáneamente— Ahora pensarás que soy un idiota dramático y vengativo, que quiere controlarte y arruinar tu vida ¡Te juro que no soy así! Yo te amo y quiero que seas feliz, aunque me dejes— terminó estallando en un llanto aún más triste.
Una parte de Cristiano quería reírse por la absurda escena que estaban montando, pero presentía que vería Troya arder si lo decía.
—Amor, mi príncipe precioso, dueño de mi corazón y mi alma, la persona que más amo en todo el mundo, ¿Qué o quién te hizo pensar todo eso?— indagó dejando pequeños besos en su cabellera
—Nadie, yo solo— se paró apresuradamente de ahí dejando a Ronaldo abrazando el aire entre sus brazos—Lo siento tanto— lloró cubriendo sus ojos. A este punto estaba empezando a asustar lo. No quería pensar de más, pero sus comportamientos extraños, sus cambios de humor, el que ya no quisiera que lo tocara por las noches, el par de salidas a "escondidas" que tuvo, las nuevas comidas y chucherías que ninguno de ellos había probado jamás antes, pero que ahora estaban en la casa lo hacía sospechar que había algo más—Por favor, no te enojes— más tranquilo, Lionel sacó una carta que había estado escondiendo en su suéter y entregándose la a su esposo.
Temiendo por el contenido, el más alto contuvo la respiración y abrió aquel sobre. Cerró los ojos y una vez sintió la hoja desplegada entre sus manos, abrió los ojos leyendo rápidamente el contenido. Todo a su alrededor perdió importancia cuando una palabra llamó su atención.
—Leo, ¿Es lo que pienso que es?— con bastante calma, preguntó.
Lo siguiente fue como una escena en cámara lenta para Lionel. Asintió bajito viendo como la carta junto al sobre se deslizaba de sus manos hasta chocar contra la alfombra, mostrando su rostro con las primeras lágrimas bajando por sus mejillas para perderse en el absurdo suéter navideño que lo obligó a usar esa mañana. Lo vió dar el primer paso en su dirección, perdiéndose hasta sentir unos brazos que lo levantaban del suelo y unos cálidos labios besando los suyos.
—¡Vamos a ser papás, mi amor!— gritó lleno de júbilo. Dió un par de vueltas con el menor en sus brazos hasta que recordó que estabas embarazado. Rápidamente lo bajó y acostó en el sillón— ¡Lo siento amor! ¿Te sientes bien?¿Quieres que te traiga algo?¿Tienes frío, calor?— preguntó moviéndose inquieto causando una tierna risa en Messi.
—Estoy bien, amor. Me siento mucho más tranquilo sabiendo que estás feliz con esto— sonrió acariciando su rostro— Solo que la doctora dijo que al ser hombre y ser este mi primer embarazo, mis hormonas y antojos estarían como locos. Así que discúlpame si te trato mal o me pongo raro—
—No importa, cariño. Me estás dando uno de los mejores regalos de toda mi vida, puedo soportar todos los golpes e insultos que quieras darme— besó dulcemente sus labios. Al cabo de un rato, preguntó—Entonces, ¿No vas a querer servicio de cable?— riendo sintió el golpe en su brazo—Te amo tanto, mi hermoso enano gruñón—
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Después de tanto regresé:p
Hice un montón de veces este capítulo, porque siempre me salía angst y ya no quería tanta tragedia jajajaja
Muchas gracias por todo el apoyo y comentarios<3 aunque no conteste siempre los leo y guardo jjj los tqm