Ese no era el plan | Minsung

By luuvth

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Jisung ama la persona que es hoy en día y al mismo tiempo ama la idea de la persona en la que desea convertir... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo Final
Epílogo
Datos curiosos y secretos

Capítulo 18

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By luuvth

Cuando Jisung entregó el último trabajo del penúltimo ciclo, sintió la presión en sus hombros desaparecer por arte de magia. Era increíble lo estresado que podías estar sin darte cuenta.

—Esto se merece una celebración —Chaeyoung inició la conversación cuando el grupo de amigos salió del salón— Yo propongo el departamento de Changbin.

—Por primera vez estoy de acuerdo con Chae. —Dahyun se unió a la propuesta—. Que Bin se saque casa e invite a los chicos.

—¿Pueden dejar de hablar de mi como si no estuviera?

Jisung caminaba a la par de sus amigos en dirección a la entrada de la universidad pues por fin todos habían concluido con las pesadas semanas de final de ciclo y tendrían sus vacaciones de medio año.

—No creo que pueda hoy chicos, tengo planes.

Esos planes tenían escrito Minho en letras mayúsculas, por lo que sonrió internamente para que sus compañeros no lo noten.

—Jisung, por favor, en vacaciones ya no nos veremos. —La más bajita rogó.

—Chae, trabajaremos en la misma clínica, no seas dramática. —Rodó los ojos—. Les prometo que mañana hacemos lo que ustedes quieran.

Sus amigos no tuvieron otra opción más que aceptar. Si Jisung decía algo, ninguno iba a lograr hacerlo cambiar de opinión así que solo continuaron con su camino mientras conversaban de sus asuntos.

Jisung estaba a punto de voltear para despedirse de sus amigos, pero la llamativa presencia de cierta persona parada frente al edificio le causó sorpresa.

Vestida con un conjunto rosa con blanco, observaba con una mirada peculiar el enorme lugar, al mismo tiempo que ignoraba con naturalidad a las personas cuyas vistas caían sobre ella. Frente a él ahora se encontraba Kim Minju. ¿Por qué? Fue lo primero que se preguntó Jisung.

Se apresuró en despedirse del resto de sus amigos y se acercó a la hermosa mujer que ya había notado su presencia y le sonreía a la distancia con amabilidad. Una forma de hacerle saber que iba en son de paz.

—Buenas tardes, Jisung. ¿Tienes tiempo libre?

Esa pregunta confundió al menor. ¿Qué asuntos tenían pendientes Minju y Jisung?

...

Llegaron a una bonita cafetería cercana a la universidad que mantenía una decoración retro, jugando con los colores amarillo, negro y blanco. Jisung había ido a ese lugar en muy pocas ocasiones, pero asumió que era un caso totalmente distinto para Minju que cuando llegó, saludo con una enorme confianza a una señora mayor que parecía la dueña del lugar y la acompaño a pedir dos cafés para ambos.

Jisung observaba a Minju actuar tan tranquila en ese entorno, con una sonrisa tan segura y una mirada que transmitía comodidad en el resto que hasta cierto punto lo intimidaba, la persona que era Minju lo intimidaba un poco. Él creía que lo había citado porque se había enterado de lo sucedido con Youngseo y Minho, lo que desconocía era si iba a reclamarle o advertirle algo.

—¿Te puedo contar algo, Jisung? —Le preguntó con confianza cuando estuvo sentada frente a él, a lo que solo obtuvo un pequeño asentimiento—. Este lugar es muy especial para mí, lo ha sido desde que lo descubrí cuando tenía dieciocho durante mi último año de escuela, cuando decidí que quería estudiar en la misma universidad en la que tú estás ahora.

Aquella información cayó como un balde de agua fría para Jisung. Pudo notar que Minju no se lo decía en son de reclamo, ni cuestionándole por algo que no era su culpa. Jisung sabía que vivir parte del plan a futuro que Minju deseaba para sí misma no era algo por lo que sentirse culpable, pero inevitablemente se sintió así al imaginar todo lo que ella también debió sacrificar en su momento. Jisung no sabía si él pudiera haberlo hecho si hubiese estado en su lugar.

—De igual manera es especial para mí porque este fue mi primer trabajo, creo que el único lugar donde no me echaron en el momento que supieron que estaba embarazada. —Confesó con algo de tristeza y gracia al mismo tiempo—. No me mires con lastima, por favor.

—Yo no... Lo lamento. —Agachó la mirada al creer que la había ofendido, pero solo recibió una risa por su parte.

—No te culpo Jisung, creo que lástima es el sentimiento más usual que las personas suelen sentir cuando se enteran de nuestra situación, después del rechazo. —Explicó con franqueza—. Aun así, como convives con Minho debes saber que no quita que sea algo molesto. Ya sabes, la gente siempre opina "Se arruinaron la vida", "Se lo buscaron", "Eso les pasa por irresponsables", entre otras cosas que prefiero no decir.

Para Jisung, escuchar a Minju era similar a escuchar a Minho, pero al mismo tiempo era tan diferente, y asumía que se debía a que nuestra sociedad se encargaba de juzgar de manera distinta a hombres y mujeres.

—Bien, iré directo al grano. —Suspiró para darse valor en continuar—. En primer lugar, quiero disculparme contigo, Minho me contó todo lo que sucedió ese día y me aterra que hayas entendido mis palabras de manera equivocada.

—¿Lo hice? —Ahora estaba confundido.

—No me desagradas Jisung, creo con toda confianza que, si Minho permitió que estés en su vida y en la de Youngseo, debes ser alguien realmente especial. —Aclaró para alivio del menor—. Solo sentí miedo por lo que podía afectarle a ella y como dije, tal vez proyecté mis inseguridades en ti.

El peliazul no comprendió por completo ese último punto y Minju pudo notarlo, por lo que decidió abrir con él una de las más ocultas partes de su vida, al menos un hecho que ella se esforzaba por ignorar la mayor parte del tiempo.

—Cuando Youngseo tenía cuatro años me fui de casa. Yo tomé mis cosas, dejé una carta para Minho y una nota para Youngseo encima del peluche que dejé en su mesa de noche. Desaparecí de sus vidas por tres semanas, veintiún días en los que ignoré a mi hija que me necesitaba a su lado y dejé a Minho cargando solo con la presión a la que yo traté de huir.

En ese momento, Jisung tuvo que aplicar todos sus conocimientos en terapia para reprimir sus emociones y abstenerse de reaccionar a la sorpresiva información que estaba recibiendo.

—Puedo darte mil excusas, pero no creo que ninguna pueda justificar el daño que causé en ambos.

—Estabas cansada. —Pudo inferir al respecto.

—Lo estaba, me sentía agotada de todo lo que era mi vida en ese momento así que hice lo más cobarde que fue huir. —Explicó—. El día que regresé Youngseo me preguntó si me había ido por su culpa.

Nuevamente Jisung quiso llorar al imaginar a la pequeña niña que tanto quería en esa situación y pudo notar que, si él se sentía mal, no quería imaginarse como debía estar sintiéndose Minju.

—¿Cómo le puedes explicar a tu hija que te sientes cansada de ser su madre? —Preguntó más para sí misma—. No era justo para ella, no lo merecía.

—Tenías derecho a sentirte cansada.

Jisung hacía su esfuerzo por validar los sentimientos de la mujer pues algo de razón tenía, incluso si sus acciones no fueron las adecuadas en su momento.

—¿Lo tenía? Es solo que, cuando eres madre, todos esperan que siempre estés bien para tus hijos y yo jamás me sentí tan fuerte para cumplir ese rol. —Confesó en voz baja—. Minho, por otro lado, siempre fue maravilloso en esa tarea, a pesar de llevar sus propias luchas internas. Él me dejó volver a formar parte de sus vidas y nunca me recriminó lo que hice, pero me imagino que también contribuí en agrandar la herida que él ya llevaba.

No podía juzgarla. Parte de su trabajo consistía en no juzgar a las personas por las decisiones que toman en un momento de vulnerabilidad y ahora, Jisung no se sentía capaz de siquiera mirarla mal cuando sabía que ella había estado luchando todo ese tiempo por enmendar su error.

No era necesario que Minju se lo dijera, podía notarlo.

—Yo comparto aquel pensamiento con Minho, los hijos son los más afectados cuando una relación termina, pero reconozco que me dejé cegar al conocerte y verme reflejada en ti, pensar en algún posible daño que Youngseo pudiera volver a sufrir. —Tuvo que explicar a que se refería si quería arreglar las cosas—. Tú sabes, para Minho y para mí fueron solo tres semanas y pensamos tontamente que ella lo olvidaría al ser tan pequeña, pero con todo lo que Minho me contó que ella dijo ese día, parece que hay mucho que tenemos que solucionar.

Los niños no comprenden el sentido del tiempo. Recordó una de las lecciones que aprendió sobre el desarrollo infantil. Lo que para Minho y Minju fueron solo tres semanas, para Youngseo fue una eternidad en la que no supo si volvería a ver a su madre.

—Están a tiempo de mejorar Minju, no creo que ninguno de los dos sea un mal padre o madre.

Minju sonrió un poco más tranquila por ello, ya que el hecho de que fuera Jisung el que le dijera eso significaba bastante para su lastimado corazón.

—Tuve muchos sentimientos feos por ti desde que te conocí, Jisung, lo lamento por eso. Creo que en este corto tiempo has hecho por mi hija, mucho más de lo que yo pude haber hecho por ella. —La vergüenza la inundaba ahora—. A veces siento que debería odiarme.

—No es así, Minju, esa niña te ama y estoy seguro que ni siquiera está enojada contigo.

La mujer agachó la cabeza y esbozó una leve sonrisa.

—Una vez más, te pido perdón por arrastrarte a nuestros problemas personales. —Habló—. Si lo compensa un poquito, como ex mejor amiga de Minho, de verdad creo que ustedes son lindos juntos.

Jisung se permitió reír por ese comentario y asintió a sus palabras, agradecido por ello.

Su conversación se vio interrumpida por un mensaje al celular de Minju que rápidamente revisó para avisar que debía volver al trabajo.

—Unas dos últimas cosas Jisung, la primera, me preguntaba si tenías algún contacto que sea psicólogo y lo recomiendes. Minho y yo estuvimos hablando sobre eso y creemos que es necesario.

—Les pasaré con gusto, no se preocupen.

—Y la última cosa es agradecerte, por como eres con mi hija, muchas gracias. —Dijo— Es lo que debí decirte desde que te conocí, Youngseo siempre habla de ti.

Esa frase había indicado el final de su encuentro y Jisung podía afirmar con seguridad de que era necesario que haya sucedido de ese modo. Ya no veía a Minju como una amenaza, ni se sentía intimidado por ella, ahora lograba comprenderla. Independientemente de que sus acciones fueran acertadas o no, era su preocupación lo que la había cegado y no iba a guardarle rencores por eso.

...

—¿Este es el plan? ¿Quedarnos aquí hasta que uno de nosotros se duerma primero? —Jisung habló divertido. Acarició las manos de Minho que se encontraban entrelazadas sobre su abdomen, pues el mayor estaba abrazándolo por detrás sobre la cama.

—Podemos hacer lo que sea, pero ahora disfruto estar así.

Minho se acercó al cuello del menor y dejó un par de besos que le ocasionaban cosquillas.

La cercanía era agradable, pasar el tiempo de esta manera se sentía especial a pesar de que no estaban haciendo algo en particular. ¿Así se sentía estar enamorado? Había pasado tanto tiempo desde que ambos lo habían experimentado.

—Yo tengo una idea, si aceptas.

—¿Cuál es la idea?

—Es sorpresa, solo necesito saber que aceptas.

Minho sonrió de lado y observó al menor que se volteó sobre la cama para quedar frente a él. Jisung lo miraba con esos ojitos brillantes, producto de la sonrisa que portaba en el rostro y no pudo evitar presionar una de sus mejillas, lo que hizo al menor quejarse en voz baja.

—¿Qué es lo que planea tu mente malvada?

—¿No confías en mí? —Preguntó con un fingido drama.

—Lo hago, solo me causa temor que tu plan improvisado involucre un viaje durante el fin de semana.

—Mi propuesta sigue en pie.

Hace dos días, cuando estaban en el departamento de Jisung, el menor estuvo revisando su celular, mientras Minho le hacía cariñito en el cabello. Supuestamente se habían reunido a ver una película, pero esta había quedado rápidamente en segundo lugar en el momento que ingresaron a la habitación, por lo que solo se dedicaron a pasar el resto del tiempo juntos.

Un mensaje había llegado de improvisto al correo de Jisung y no dudó en compartirlo con Minho.

—Hay ofertas de viaje por vacaciones de medio año, deberíamos ir. Puede ser un fin de semana que no hagamos algo ¿No crees? —Propuso, totalmente emocionado—. Piénsalo, salimos un viernes por la tarde y regresamos el domingo en la noche.

Giró la cabeza para ver a su pareja que no había reaccionado como por completo.

—No lo sé Ji, creo que sale de mi presupuesto de este mes.

—Yo puedo pagarlo, incluso el de Youngseo. Mis padres tienen una casa en Jeju así que solo nos costaría el pasaje y...—Fue interrumpido por un beso sobre sus labios.

—No puedo permitir que gastes de ese modo, también debo aportar algo para que sea equitativo. Creo que debemos planearlo mejor, puede ser para más adelante.

Minho lo había dicho de forma inconsciente y recién cayó en cuenta de sus palabras cuando la mirada de Jisung se perdió en algún punto de la habitación. Se regaño mentalmente por haber dicho eso.

Sabía que existía la posibilidad de que Jisung vuelva en un futuro debido a que ese intercambio universitario tenía un límite de tiempo, pero de igual forma existía otra posibilidad como que a Jisung le ofrezcan ofertas de trabajo o la propuesta de pasarlo a planilla privada en el lugar en el que estaría trabajando. Por eso ninguno había hablado sobre que sería su relación a futuro.

No querían atarse el uno al otro.

Minho no deseaba que Jisung le prometiera volver algún día y Jisung sabía que tampoco podía prometerle eso, porque él también era consciente de todas las oportunidades que se abrían para él una vez llegara a su destino.

Sería egoísta por parte de ambos pintar un "Felices por siempre" y crear ilusiones en el otro por una relación que desconocían si tenía futuro.

—Bien, no tiene que ser tan adelante. —Trató de animar al menor.

—Lo siento Minho, es solo que... —Pensó en sus palabras para que no sonaran tan deprimentes. —Deberíamos enfocarnos en el presente.

Minho lo tomó de la mano y lo impulsó para que se ponga de pie sobre la cama y así pueda sentarlo sobre su regazó, donde comenzó a dejar leves caricias en su cintura cuando estuvo frente a él.

—Lo entiendo Jisung, está bien vivir el presente. —Habló con calma—. "Mientras esos días sean contigo, el presente es todo lo que tenemos".

Jisung amplió su mirada al reconocer la especial frase que Minho había empleado en la conversación y sintió su corazón palpitar con fuerza, con unas enormes ganas de llorar acechándolo.

—Eso es...

—De la serie que viste. Te gusta tanto que no pude evitar sentir curiosidad por lo que sucedía. —Detuvo su hablar para dejar una suave caricia en el mentón de su pareja.

—¿No es masoquista verla sabiendo el final que tiene? —Llevó su mano hacia la de Minho, que acariciaba con gentileza su piel canela—. ¿Te gustó?

—Creo que ellas tienen una historia de amor muy bonita que vale la pena conocer, incluso si no terminó como deseaban. Se amaron y fueron felices juntas en el tiempo que pudieron, no todos tienen eso.

—Sigue siendo cruel. —Refutó.

—Lo es, pero ¿No crees que valió la pena?

Comprendió el doble sentido en las palabras de Minho y aquel sentimiento de tristeza se convirtió en paz, en una mezcla de nostalgia y tranquilidad. Una sensación tan extraña que no sabía describir pues no era novedad que sintiera tanto cuando de Minho se trataba. Por eso se había enamorado de él, por hacerlo sentir lo que nunca pensó sentir por alguien.

—Lo valió. Desde el principio hasta el final.

Minho sonrió hacia Jisung.

—Estoy seguro de que ellas pensaron igual.

En un rápido movimiento, Jisung salió de entre las sábanas, se colocó encima de Minho y repartió besos por todo su rostro para animarlo a salir de casa.

—¿Ya aceptas?

—De ese modo me dan menos ganas de salir ¿Sabes?

Vio al menor rodar los ojos y aprovechó ese descuido para atraerlo a él y besarlo del mismo modo. Lento y sin apuro pues su única intención en ese momento era aprovechar cada sensación que podían experimentar juntos.

Estaba bien, ellos se sentían bien.

...

La música a un alto volumen resonaba por toda la enorme habitación, las personas bailando de un lado a otro, a veces empujándose, era el escenario que predominaba bajo los distintos reflectores de colores que iluminaban el lugar.

Desde la alta plataforma en la que Jisung se encontraba podía ver a todas las multitudes, podía percibir el olor del cigarrillo y el alcohol mezclados llegar hasta sus fosas nasales y mareándolo un poco en el proceso.

Jisung amaba la sensación que se generaba cuando se encontraba al centro de la pista de baile, moviéndose con tanta naturalidad como si dominara ese lugar a su antojo. La música, las personas, todo estaba específicamente creado por y para él. Jisung era la atracción principal a la que todos venías observar y eso le gustaba, tener las miradas de todos sobre él lo hacía sentir poderoso. Sin embargo, vale resaltar que en estos momentos la mirada que más le gustaba tener sobre él era la de Lee Minho.

Parecía que ambos se habían dedicado a repetir todo lo que ocurrió cuando se conocieron la primera vez. Era por eso que ahora los dos jóvenes intercambiaban miradas juguetonas bajo la tenue luz del club.

Jisung continuaba con su baile alrededor de las personas y Minho sonreía a la distancia desde la barra, demasiado cautivado por el espectáculo que ahora brindaba su pareja.

—¿Ansioso por tenerme cerca? —Preguntó cerca de su oído cuando llegó a su lado, rodeando con una mano la cintura del chico de cabellos azules.

—Te estabas demorando. —Contestó con gracia, para después dejar un beso sobre los labios del mayor.

Jisung tomó del vaso que Minho había traído para él y después rodeó el cuello de su pareja para bailar mucho más pegados, a lo que Minho no se resistió pues se acercó de igual manera, dejando ocasionalmente un rastro de besos por el cuello del menor.

—La primera vez que estuvimos aquí estabas bailando y rechazando a cada persona que intentara algo contigo, a pesar de que tenías a todo el mundo observándote con anhelo y yo, solo era uno más del montón presenciando al maravilloso Han Jisung. Creo que he ascendido bastante desde ese entonces. —Comentó con diversión hacia su chico.

—Te equivocas en algo. Yo tenía a todo el mundo mirándome con deseo, pero tú jamás fuiste uno del montón. A la única persona que quise desde el inicio fue a ti. —Respondió con una sonrisa coqueta en el rostro—. Puedo decir que gané este juego.

—¿Lo hiciste? —Vio al contrario asentir.

—Me llevé el mejor de los premios. Tenerte para mí, eres mío, Lee.

Minho sonrió en grande y se dejó cuando Jisung se acercó a besarlo. Estaba disfrutando tanto ese momento que solo les pertenecía a ambos.

—¿Te gustaría ir a otro lugar?

Jisung pudo sentir el especial trazo que Minho realizaba con sus dedos sobre su espalda baja y se permitió reír con gracia por lo interesante de la situación.

Ni siquiera tuvo que preguntarle dos veces al peliazul cuando este ya se encontraba guiándolo en dirección al estacionamiento donde su auto se encontraba.

Su primera acción al ingresar a aquella habitación de hotel, fue desprenderse de todas sus prendas superiores. Ambos se sentían inexplicablemente ansiosos y su único deseo era poder sentirse con la misma intensidad que tanto anhelaban.

Jisung fue empujando a Minho hacia el borde de la cama, ahí lo sentó y se colocó sobre él para continuar con la sesión de besos que no se había detenido desde que pusieron un pie en el lugar. Ninguno podía cansarse de esa sensación.

Minho abrazaba a Jisung hacia él, pegándolo más hacia su cuerpo para poder sentir la calidez que emanaba su pareja ante cada toque, ante cada roce que era propiciado por su parte.

—Eres precioso, Jisung. —Lo halagó en medio de los besos, dándose el tiempo de presenciar aquel rostro sonrojado que portaba, guardando en su memoria cada detalle que ahora mismo poseía su chico—. Y ahora eres mío.

Jisung sonrió con cariño ante esa frase y le devolvió un último beso ante de empujarlo sobre el colchón.

—Desde la primera vez que nuestras miradas se encontraron fue así.

Esa noche se entregaron a sus emociones, a las sensaciones compartidas en cada caricia y decidieron no preocuparse por un futuro. Ellos no deseaban pensar en el inevitable final cuando ahora lo único que importaba era que se pertenecían mutuamente.

Jisung y Minho se habían reclamado al otro y eso era lo único que les importaba a sus emocionados corazones.

...

La canción de este minsung es Those eyes de New West . Amo esa canción y me ayudó a escribir casi todas las escenas románticas de este fic.

Gracias por leer ♡

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