Narrador omnisciente.
-No creo que sea mejor que tú, Daemon. Simplemente lo soy.-Le sonríe Alyrya.-Vete de mis aposentos, energúmeno estúpido.-
-Prepárate, debemos ir a ver a los Hightower.-Expresa con colera Daemon mientras camina hacia la puerta.-¿Y tú que me ves? Idiota.-Le recrimina a sir Christopher que le sonríe soberbio.
-¿Mi señora?-Le pregunta moviendo su cabeza para que pueda verlo.-¿Todo en orden?-
-Claro. No era necesario que me defiendas.-Le dice ella moviendo la mano para que ingresara a la habitación.
-Sé que no lo era pero es mi deber.-Dice él con algo de frialdad que trataba de ocultar el sentimiento que aún se alojaba en su pecho. Ira. La ira de ver como Daemon con total impunidad golpeaba a su señora le hacía hervir la sangre.-Nunca he soportado el maltrato a las mujeres y no empezaré a esta edad.-
-Te adoro, Christopher, en verdad.-Su corazón se apreta de ternura. La mujer que conocía hace más de veinte años era la única mujer que quería ver sonreír por siempre. La única persona que a su criterio merecía todo lo bueno que los dioses puedan darle.
-¿irá con los Hightower?-Pregunta con un tono temeroso.
-Claro, soy la mano.-Dice ella con cansancio.-En cuanto esta mierda termine haré que te nombren comandante de la guardia.-
-No la apoyo por eso, mi señora.-
-Lo sé. Pero no conozco a nadie más capacitado que tú para ese trabajo, tal vez yo, pero soy la mano.-Bromea haciéndolo reír jocoso.-¿Sabes? Necesito un favor.-
-Pidamelo y será suyo.-Alyrya contiene la sonrisa pervertida y procede a hablar.
-Necesito que veas a los salvajes del norte, los que acechan la muralla.-
-¿Confiaría en los salvajes?-Pregunta algo confundido.
-Dale a un hombre comida y abrigo y te seguirán. Serán buenos soldados. Necesitamos ahora más que nunca. Habla en mi nombre. Promete que la princesa Alyrya les dará un hogar para sus familias.¿Entiendes?-
-Claro.-Murmura pensativo.-¿Cree que soy idóneo para esta tarea?-
-Eres la persona idónea para cualquier tarea, mi amigo.-Palmea su hombro.-¿Qué fue lo que viste en mí? Dijiste que estabas enamorado.-
-Me agrada su mal humor, mi señora. Siempre peleadora con todos.-Ella sonríe.-Usted es fuerte y no deja que nadie la pisotee, eso me gustó de usted.-
-Puedes tutearme, tonto.-
-Alyrya.-Suspira.-Se escucha distinto.-Murmura saboreando su nombre.
-Nos vemos luego.-Palmea su hombro una vez más antes de que se vaya.-Dioses.
Decide borrar sus pensamientos que la hacen sentir triste, necesita a la Alyrya malvada ahora. Baja hacia el pozo viendo a Caraxes intentando abrazar a Atticus que se mueve molesto mostrando sus enormes dientes.
-Caraxes.-Lo regaña, el dragón la mira con fastidio pero es reemplazado por una emoción creciente al ver quien es. Ahora, siente los sentimientos que Daemon siente por ella, haciéndolo ser sumiso ante ella.-Atticus no es muy tolerante con el contacto físico, cielo.-
-Es igual a ti.-Ataca Daemon que estaba detrás de ella.
-No quiero hablar contigo.-Dice ella caminando hacia Atticus.-hola dragoncito.-Siempre lo había llamado así a pesar de ser casi tan grande como Vhagar. Pero seguiría siendo su dragoncito, como cuando su huevo elocionó en su nacimiento.
-¿podemos hablar? Estamos en una guerra, Aly.-
-Eso no justifica que asesines a mis sobrinos. Esos niños eran inocentes y no cambiaré mi pensamiento. ¿Asesinarías a mis hijos si fuesen parte Hightower?-
-No.-Afirma.-Serían cuidados por mí por el simple hecho de ser tus hijos, Alyrya. No soy un monstruo.-
Eso dejó muda a la princesa mano.
Ninguno dice nada más, Atticus se eleva ante el sentimiento de incomodidad de su jinete saliendo del pozo, Caraxes lo sigue ante la petición de Daemon. Ambos dragones viajan con el viento sobre su rostro, Caraxes gruñe a Atticus que sin que lo vea rueda levemente los ojos fastidiado pero accede ante el pedido del dragón, ambos juntas sus alas para que Daemon extienda su mano hacia Alyrya, la misma lo mira con fastidio pero accede de igual manera uniendo sus manos para luego soltarlas y que los dragones den unas vueltas en el aire, Alyrya ríe ante las cosquillas que surgen en su estómago haciendo que Atticus esté más que satisfecho y vuelva a su posición nomal, ambos dragones paran cuando sus jinetes se los piden. Ambos domadores obsevan el castillo donde solían vivir, estaba medio quemado, Alyrya sonríe con nostalgia. Extrañaba a Viserys.
-Vamos.-Ordena Daemon acercandose.
Alicent ya estaba fuera del castillo, Alyrya se adelanta y hace que Atticus aterrice haciendo temblar el piso.
-Lyrya.-La saluda.
-Alicent.-Saluda Alyrya mordaz.-¿Tienes una respuesta?-
-Nuestro rey desea pelear por el trono.-Habla.-No estoy de acuerdo. Le sugiero que hable contigo pero no oye razones, desde que Criston es su mano.-
-¿Criston su mano? ¿Qué sucedió con Otto?-Caraxes se mueve Inquieto al sentir la presencia de Aelys, observa a Atticus esperando que sienta su incomodidad.
Aelys estaba en el pozo, Aelor estaba sobre ella, la misma gruñe moviendo su cuerpo para que despertara pero no era posible. Para de moverse al oír la voz de la esposa de su jinete, junto a la presencia de Atticus y Caraxes. Sentía una felicidad que no podía caber en su pecho al volver a sentir a su amigo tan cerca. Atticus era el único que la aguantaba, Caraxes siempre fue agresivo con ella. A pesar de que Sunfyre dormía a su lado, Se mueve con lentitud en el suelo, para poder salir al patio y escuchar más atenta la situación, tal vez podría sacar a su jinete de esa situación.
-Mi padre está en Antigua resolviendo algunas cuestiones. Lamento lo de Vis, no he tenido oportunidad de decirtelo.-
-Gracias. Nunca te haría eso. ¿Comprendes?-
-Yo lo sé, Lyrya. Los niños son sagrados para ti, Helaena quiere que sepas que ella sabe que no tienes nada que ver.-
-¿Helaena dijo eso?-Se burla Alyrya.
-en otras palabras. Aemond lo tradujo para mí, nunca he podido entender a mi propia hija.-Ríe levemente.-No quiero que se maten entre ustedes.-
-Tampoco lo deseo. Aegon pagó por Viserya pero tu padre, Alice, es otro tema aparte.-
-Hazlo sufrir, por favor.-Le pide en un susurro.-Por fin he comprendido lo que llevabas años diciéndome, Lyrya.-
-Es bueno saberlo. Dale mi pesame a nuestra niña Helaena. Niña-Se ríe.-La reina Helaena. Hazle saber que ella será la única que estará con vida al final de esto. Protegela, y cuando no estés yo haré lo mismo. Rhaenyra también lo siente.-
-Gracias por eso, Alyrya. Siempre pudiste comprender a Helaena como yo no.-
-Es lo que las madres hacemos, Alicent.-Contesta Mordaz.-¿Sabes algo de Aelor?-Caraxes gruñe con furia al ver a Aelys salir del castillo.
Atticus la mira volar, algo herida por su causa y la de Vhagar.
-¿Aelys?-Se pregunta Alyrya.
Aemond le había dicho que Aelor no estaba en la fortaleza. En un momento una rafaga de fuego llega a Aelys haciéndola gritar, Atticus se eleva con furia para poder ayudarla.
-¡Atticus!-Brama Alyrya.-¿Qué haces? Alicent ingresa al castillo.
Atticus no escucha razones, le gruñe a Caraxes pidiendole ayuda, el mismo obedece a pesar de las negativas de Daemon, ambos dragones lanzan fuego tratando de restar el fuego desconocido así Aelys pudiera escapar.
-¡Atticus! Obedece.-le grita Alyrya moviendo las riendas.
No quería quemar nuevamente el castillo cuando no era el momento.
-¿Aelor?-Inquiere con sorpresa al verlo desmayado sobre Aelys.-Dracarys, Atticus.-Grita viendo que el dragón de Aegon era el que trataba de matar a Aelys.
-Dracarys, Sunfyre.-Brama Aegon, el fuego llega a Atticus que grita con dolor.
Caraxes enseña sus dientes con enojo y siguiendo las ordenes de Daemon (aunque lo habría hecho de todas formas al ver como herian a su amigo) lanza una ráfaga de fuego hacia Sunfyre haciendola retroceder.
-Aelys, siguenos.-Pide Alyrya elevándose con un herido Atticus.
Aelys al oír nuevamente su voz siente una seguridad que le permite esconder su dolor y seguir a Atticus. Mueve sus alas como le es posible, hasta que al momento de aterrizar en Dragonstone Aelys se desmaya haciendo que Alyrya corra hacia un Aelor que estaba en el suelo, pero es interceptada por Daemon, Atticus se mueve para ir hacia Aelys pero Caraxes se lo impide, Atticus le gruñe con furia moviendo su ala para moverlo.
-¡Muevete de mi camino!-Brama Alyrya empujando a Daemon para correr hacia su aún esposo.-¿Aelor?-Pregunta dándole la vuelta para verlo. Al hacerlo, nota que su rostro estaba quemado pero estaba curandose y casi no se notaba. Su cabello le tapaba la enorme mancha de la piel cayendo para regenerarse.-¡Llama a un maestre!-Pide desesperada hacia Daemon.
Atticus se recuesta a un lado de Aelys bufandole en el rostro para que despertara, sollozando como un pequeño perro bebé a su madre. Caraxes y Daemon bufan al mismo tiempo con fastidio. Sus amados habían vuelto a caer por alguien que odiaban.
-¿Viste a Sunfyre?-Pregunta Daemon volviendo luego de haber llamado al maestre.
-¿desde cuando es tan grande?-Pregunta Alyrya.-Lastimó a Atticus.-Se lamenta.