Tn Lowell
Llegué a las gradas y me senté hasta la última fila, ahí donde no era visible para nadie, bueno, exepto para una persona.
Aidan me miró desde la cancha a varios metros de mi, sostenía su balón de basket con ambas manos y sonrió cuando notó que lo miraba. Apartó la vista de mi y se concentró en la canasta, lanzó el balón y mis ojos lo siguieron en el aire, y cuando estaba a punto de encestar, el balón pegó en la orilla de la canasta y salió fuera del aro.
Reí por lo bajo y Aidan solo inclinó la cabeza hacia atrás y soltó un gran suspiro. Se acercó a pasos lentos a la reja que dividía las canchas de las gradas y yo bajé a la misma velocidad los escalones para llegar a dónde mismo.
Una vez frente a frente, Aidan se recargó en la reja y la tomó, yo solo me mantuve quieta, sosteniendo mi mochila y mi botella de agua.
- Eres pésimo para el deporte - solté con diversión.
- Hago lo que puedo - se encogió de hombros - ¿Tú no estás en ninguno?
- No. El semestre pasado estuve en natación pero era mucho trabajo - respondí -. Tengo mucho con el club como para agregar un deporte.
- Puedes más que un simple club.
- No, no lo creo. Demasiado estrés, competencia, entrenamientos y trabajos - negué rápidamente, cerrando los ojos -. Solo de pensarlo ya me estresé.
Aidan rió y yo lo seguí.
- Quería saber si querías ir saliendo a la cafetería - hablé un poco torpe.
- ¿Me estás invitando a salir? - preguntó coquetamente.
- Puedes tomarlo así, o solo como una invitación de amigos - hablé sonriente -. Sasha quería ir saliendo a un lugar y dijo que podía invitarte. Así que...
- Es por Sasha. Por un momento creí que habías decidido invitarme - musitó un poco decaído y liberó la reja con su mano izquierda.
- Aidan, si tengo la intención de salir contigo lo sabrás, créeme.
- ¿Y cómo lo sabré?
- No entenderás lo que digo. Hablaré muy nerviosa. Y no podré ni siquiera mirarte a los ojos - confesé.
- Pondré más atención a tu habla entonces - soltó tentador.
- Estoy soltera, pero no significa que esté disponible, Gallagher - hablé con el mismo tono.
- Gallagher... - susurró cómo si saboreara cada letra -. Que bien suena mi apellido con tu voz.
- Sigue intentando, tal vez algún día te haga caso - comencé a caminar a la salida de las gradas, Aidan siguiendo mis pasos del otro lado.
- ¿Qué dices? No me gustas, Tn. Si lo hicieras, lo sabrías - dijo con una risa oculta en sus palabras.
- ¿Y cómo lo sabría?
- Porque te lo diría. No puedo mantenerme callado cuando algo me gusta - sonrió de lado.
- Dejando de lado tu fallido intento de coqueteo...
- ¡Oye!
Reí.
- ¿Irás con nosotras? - me detuve cuando llegué al final de la reja.
- Claro, te veo allá, tengo turno - contestó.
- Bueno, te veo luego, extraño - sonreí y me fuí alejando poco a poco.
- ¡Nos vemos, curiosa! - escuché su voz a mis espaldas.
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- ¡Ahí estás! - Patrik habló entre dientes, acercándose a mi. Cuando estuvo frente a mi me tomó de la muñeca y me obligó a seguirlo.
- ¡Oye! ¡Suéltame! Me lastimas - traté de safarme pero su agarre solo se volvió más fuerte.
Abrió la puerta del cuarto de limpieza y me aventó levemente hacia el interior.
- ¿¡Qué diablos te pasa!? - exclamé.
Cerró la puerta con fuerza y puso el seguro, después se giró y me penetró con los ojos.
- ¿Qué carajos te pasa a ti? - preguntó con dureza -. ¿Por qué le dijiste a tu padre que ya no somos nada?
- ¡Porque no lo somos!
- ¡No puedes terminar conmigo!
- ¡Claro que puedo! - alcé la voz y me acerqué a él sin miedo -. No tienes ningún derecho sobre mi, nunca lo tuviste.
- Tu y yo no podemos terminar porque... - guardó silencio -. Porque te amo.
- Yo dejé de amarte hace mucho tiempo - musité -. Solo estaba cegada por una fantasía.
Tomó mis manos y todo el enojo había desaparecido de sus orbes.
- ¿Ya no me amas?
Me miró con cariño. Después de tanto tiempo había vuelto a mirarme como lo hizo la primera vez que nos conocimos. Había pedido por los últimos meses ver ese brillo de nuevo en sus ojos, y ahora que lo hacía solo quería que dejara de mirarme.
Aparte la vista sin poder enfrentarlo.
Mi corazón volvió a latir rápido con solo mirarlo. Esa sensación que había dejado de sentir volvió. Todo había vuelto. Y justo ahora.
- Mírame - pidió con voz dulce.
A duras penas volví a mirarlo y aún seguía intacto ese brillo, esa intensidad.
- ¿Segura que ya no me amas? Porque te juro que mi amor por ti sigue intacto - agregó con tono débil.
Entonces llevó mis manos a su pecho, ahí donde se sentían sus latidos, pero su corazón no latía cómo lo hacía el mío, tal vez porque mentía.
Con lentitud llevé mi mano hasta su mejilla. La acaricié con calma y sonreí perdida.
- Sabía que...
Y sus palabras se ahogaron en su garganta cuando mi palma estampó con fuerza contra su mejilla.
- Tu ya no me amas. Así que espero que apartir de ahora solo seamos amigos. Algo que nunca debimos dejar de ser - hablé firme -. Ve a manipular a alguien más, porque yo no caeré ante ti.
- Joder - habló entre dientes, tocándose la zona afectada.
- Y una cosa más. No vuelvas a tocarme - aseveré.
Lo empujé a un lado, dejando la puerta libre. Salí casi corriendo y caminé a pasos rápido hacia la salida, en dirección a mi auto.
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Nuevo Capítulo
¿Patrik de verdad ama a Tn?
¿Cómo les parecío?
Nos vemos en el siguiente
Los amo.
Con amor, Esme.