“Una orden”
La primera vez que ví a ese chico rubio fue en el juego de pilla pilla. Era extraño pero al mismo tiempo tenía algo que me robaba la atención, le observé una gran parte del juego, hasta que tuve un combate con un armado.
Kobayashi Kimura era una chica tranquila y serena, no le gustaba meterse en pleitos y usualmente se portaba bien. Eso era antes de que entrara a estos juegos de mierda.
Aquí puso en práctica los años en artes marciales y su gran desempeño académico para resolver los acertijos, los que llevaban mucho tiempo en estos juegos sabían de su existencia mientras que los nuevos solo le veían como una chica con potencial, aún así era interesante como una chica que se veía tan débil podía crear impactos y asesinar a los que se atravesaban en su camino. Esa noche llegó por qué su tío le mando, él no quería que gastará su visa así que le "obligaba" a ir a los juegos, llegó sin mucho interés colocandose unos audífonos y un MP3 que por alguna razón servía, era de cuando era adolecente así que guardaba música de su agrado, miro al rededor después de meter un chicle en su boca, coloco su atención a aquel chico despeinado que hablaba con un nuevo, se acercó a él y miro como intentaba ayudarle.
— A veces la compañía es solo un estorbo -. Coloco en su plática y ambos le miraron
— ¿Para ti lo es?-. Cuestionó aquel chico despeinado.
— En los juegos de picas lo es-. Mostró la carta que jugarían y suspiro. — ¿No lo sabes o que? Las espadas son juegos físicos que requieren fuerza, agilidad y resistencia.
Los tréboles son juegos por equipos, donde a veces es necesario sacrificarse por el bien de los demás.
Los corazones son juegos psicológicos donde la confianza es fundamental.
Los diamantes son juegos de inteligencia. los jugadores necesitan analizar al rival y usar la perspicacia para salir victoriosos.- Miro a los contrarios y sus rostros de sorpresa, solo suspiro alejándose después.
El juego se anunció, "pilla pilla" un juego donde, según lo explicado, hay unas bombas que detonarán en cierto tiempo, para evitar esto tendrán que buscar dos botones que tendrán que tocar a la par para parar la bomba. Pero esto no sería fácil, ya que estando en un edificio de departamentos cuyos botones se encuentran en uno de estos al igual que son perseguidos por una bestia armada... En realidad no es un juego simple, o al menos eso pensó Kimura.
Ella suspiro cuando todos corrieron a buscar aquel botón, miro un momento a todos para subir todas las escaleras, tenía que examinar todo. Subió hasta el segundo piso, pero la alarma de que la bestia estaba suelta sonó, suspiro al sentir una bala justo a su lado, miro hacia atrás, le tenía cerca, se lanzó a un tubo para escalar hacia el último piso, al llegar se agachó hasta una esquina. Tocó un zapato y miro hacia arriba encontrándose con aquel chico de cabellera larga, soltó un ligero suspiro para separarse y levantarse.
—¿Tu que? -. Hablo tranquila para mirar hacia los que jugaban.
— Elegiste un buen sitio -. Comento aquel chico mirando alrededor —¿Que haces aquí? -. Hablo tranquilo, empezaba a fastidiarla.
— Lo mismo que tú... Observando -. Levantó su rostro mirando a todos con cierta superioridad. — Mucha gente aqui... Solo piensan en si mismos, no saben que estos juegos necesitan equidad.... Mínimo empatía -. Bufo molesta para mirarlo
— Wow~ sorprendente para una chica de 16 años -. Miro de nuevo a aquellos jugadores mientras ssupiraba.
— No tengo 16 años, anciano -. Miro sus ojos y este los suyos.
¿Que sucede? • Pensó ella
¿Que es lo que me cautiva de esos ojos lagañosos? •Se gritaba en su cabeza
Después de unos momentos aparto la vista y miro como una bestia atacaba.
— Bien, ya tengo que irme, fue un placer anciano -. Sonrió antes de agarrarse de un tubo y bajar para darle un golpe en la cara a la bestia antes de correr a aquella puerta.