Lagrimas

By PaulaGianfelici

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Durante el verano después del 4 año Harry es severamente golpeado por su tío, dejándolo al límite. Mientras... More

Capítulo 1: Comienzos
Capitulo 2: Reencuentro
Capítulo 3: Descubriendo
Capítulo 5 Preguntas y respuestas
Capítulo 6 Verdades
Capitulo 7 Liam...
Capítulo 8 Reconstruyendo el pasado
Capítulo 9 Arreglos
Capítulo 10 Familia
Capítulo 11 Planes en acción
Capítulo 12 Prófugos y Verdades
Capítulo 13 Prófugos y verdades 2
Capítulo 14 Tom Riddle
Capítulo 15 Nueva escuela
Capítulo 16 amigos
Capítulo 17 Primer juicio
Capítulo 18 Nueva vida
Capítulo 19 La nueva vida de Liam
Capítulo 20: Juicio y acuerdos
Capítulo 21 Verdades e interrogatorios
Capítulo 22 Afrontando la realidad
Capítulo 23 Reinara el infierno
Capítulo 24 Familia
Capítulo 25 la caída de un rey
Capítulo 26 El fin de Albus Dumbledore
Capítulo 27 volviendo a la normalidad
Capítulo 28 Navidad y amigos
Capítulo 29: Eileen
Capítulo 30 La vida después del caos
Epílogo
Anuncio Sin Censura

Capítulo 4: señor y señora Shacklebolt

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By PaulaGianfelici


    Unos días después cuando Severus ya estaba mucho más recuperado de sus heridas y Harry ya se instaló correctamente en la casa y en la rutina de los hombres, los tres decidieron ir al mar, el más joven estaba ilusionado con la perspectiva de pasar un día en la playa, tanto el pocionista como el auror habían notado que el joven pasaba bastante tiempo en el jardín pero que nunca se había aventurado hasta la playa, por mucho que esta estuviera dentro de las protecciones de la casa. Por eso esa misma mañana aprovechando el día soleado en las costas de escocia y la mejora en el estado de salud del pocionista, así como el hecho de que era domingo, único día libre del jefe de aurores, Severus y Kingsley le dijeron a Harry que pasarían el día en la playa de la propiedad.

    Se instalaron cerca de la orilla, Severus coloco la sombrilla y la manta bajo ella, fue extraño para el joven estudiante ver a su maestro que usualmente vestía por completo de negro, usar ropa de lino blanca, Kingsley por su parte llevaba ropa común de playa shots y camiseta de mangas cortas. El pocionista se acomodó bajo la sombrilla con una novela de misterio en sus manos, decidido a ignorar a su exaltado esposo que parecía haber retrocedido a la edad de quince años.

    Un par de horas después y una excelente victoria por parte del joven en los bolos de playa los tres se dispusieron a comer lo que Severus había preparado esa mañana para comer en la arena, todo consistía en sándwich de varios tipos, jugos de fruta, ranas de chocolate de postre para el joven y para ellos pudin de queso. Harry nunca había experimentado la sensación de confort y seguridad que sentía al estar rodeado de esos dos hombres, era como estar en casa, ambos se preocupaban mucho por él, su maestro de pociones había demostrado con creces que no era lo que todos pensaban, había cuidado a Harry, le había comprado ropa, lo alimentaba, incluso corregía sus tareas de verano, Kingsley por su parte siempre estaba ahí para dedicarle una sonrisa, hacer el desayuno, jugar al ajedrez, o hablar de cualquier cosa que aquejara su corazón en esos días.

    ―Ponte más protector Harry, estas rojo―dijo el pocionista luego de escuchar que volverían a jugar en el agua.

    ―Si señor―contesto mientras lo miraba con asombro.

    El hombre demostraba un nivel de preocupación y cuidado que solo había visto en el señor Weasley cuando se trataba de sus hijos y por supuesto del pocionista quien parecía tener un trato preferencial por parte del pelirrojo.

    ― ¿Vendrás al agua con nosotros?―pregunto Kingsley―, voy a enseñarle a Harry a pararse en una tabla―aclaro.

    ―Quieres matar al niño―murmuro Severus mientras se ponía de pie y salía de debajo de la sombrilla.

    Harry observo como su maestro se acercaba a ellos con una sonrisa jugando en sus labios, era evidente para el más joven que Kingsley era la debilidad del pocionista y si un día alguien osaba hacerle algo al auror pagarían el precio bajo la varita de Severus Snape. Harry en los pocos días que llevaba viviendo con los hombres nunca había visto una pelea, una queja o recriminación, muy diferente a los Dursley o incluso los Weasley, que siempre alguien estaba recriminando algo o quejándose por algún motivo, ellos eran un matrimonio muy pacifico.

    ―Protector solar señor―dijo Harry tendiéndole el pomo blanco con letras azules.

    Kingsley estallo en carcajadas al escucharlo, generalmente nadie tomaba confianza con el hombre, aunque se estaba haciendo muy evidente que el joven no temía del pocionista, quizás eso tenía que ver con la cantidad de veces que había enfrentado destinos mucho peores que un maestro gruñón. Severus acepto la crema solar y luego de colocarla en su rostro y brazos lo dejo caer en la manta bajo la sombrilla.

    ―Déjame rehacer el hechizo de tus lentes―dijo el maestro acercándose al niño.

    Le habían colocado un hechizo para que sus lentes no se cayeran ni se arruinaran con el agua o la arena, además de la posibilidad de que pudiera ver bajo el agua. Curiosamente la parte más divertida para el joven fueron los veinte minutos que su maestro dedico a enseñarle el hechizo y luego los elogios recibidos por parte del ambos hombres al logar hacerlo tan rápido. Harry acepto que el pocionista rehiciera el hechizo en sus lentes, a pesar de saber hacerlo, era una hermosa forma de cuidado que él no pensaba en rechazar.

    Paso un buen rato de la tarde hasta que Harry logro pararse en la tabla de stand paddle, aún faltaba un tiempo para que pudiera agarrar el remo y surfear como había visto a Kingsley hacerlo esa mañana, sin embargo se sentía motivado, y especial al haber pasado más de una hora con ambos hombres en el mar, todos juntos, casi como una familia, había oído y visto a su maestro reír alegremente luego de algunas de sus caídas, también lo había visto surfear, era elegante para hacerlo, casi daba envidia su forma de moverse.

    Cuando la tarde comenzó a enfriarse, y el sol no brindaba ningún tipo de calidez los tres hombres se encaminaron hasta la casa, allí en el jardín de la entrada Harry pudo ver a dos personas, un hombre y una mujer cómodamente sentados tomando el té en la mesa blanca.

    ―Mamá, papá―exclamo Kingsley al notar a la pareja.

    ―Kingsley, Severus―dijo la mujer mientras se ponía de pie.

    ― ¿Cómo están Tina, Henry?―pregunto Severus mientras recibía un abrazo del hombre.

    ―Muy bien querido―contesto ella con una sonrisa ―, ¿y quién es este joven?

    ―Él es Harry mamá, se queda con nosotros este verano.

    — ¿Estudiante tuyo Severus?

    —Así es Tina.

    — ¿Secuestraste al niño Severus?

    —Yo no, tu hijo.

    — ¡Rey!—exclamo su madre con una sonrisa.

    Harry observo la interacción familiar con una sonrisa, eran realmente lindos, la mujer vestía una hermosa túnica de colores naranja que contrastaba muy bien con su color de piel, el hombre por su parte tenía un hermoso traje de lino en color azul. Él no podía creer lo cariñosos que eran esos padres con su hijo, había visto padres que eran cercanos con sus hijos, los Granger y los Weasley, pero esta pareja era diferente, no había juicio en sus ojos, además parecía que habían adoptado a Severus como un hijo más pues Henry el padre de Kingsley lo tenía del brazo en un gesto cariñoso y de confianza.

    —Cuéntanos Harry, ¿En qué año estas?

    —Estoy por ingresar a mi quinto año señora—respondió tímidamente el joven.

    —Maravilloso, podrás elegir algunas materias nuevas este año, y tienes tus TIMOS—comento entusiasmada mientras arrastraba al joven a sentarse junto a ella.

    — ¿Ya has tomado una decisión joven?

    —No del todo señor, pero pensaba abandonar adivinación, creo que no podre pasar un examen sobre eso...

    —Solo los verdaderos videntes podrían querido, no debes afligirte por eso—dijo la mujer con una sonrisa.

    — ¿Qué tienes elegido hasta ahora?—Kingsley pregunto luego de haber servido el té.

    —DCAO, Pociones, Encantamientos, Transformaciones, Cuidado de Criaturas y estoy indeciso pensaba ponerme al día con Runas Antiguas y quizás Aritmcia — contesto con calma.

    —Si quieres ayuda, tengo una maestría en Runas Antiguas— comento Henry con una sonrisa.

    —No quiero abusar señor.

    —Tonterias estaremos aquí una semana, será un placer.

    Harry le dedico una sonrisa al hombre antes de ocultar su sonrojo por la atención detrás de su taza de té. Mientras Tina asentía contenta con la cabeza. Los cinco pasaron el resto de la tarde tomando el té y poniéndose al día, allí Harry se enteró que Kingsley había nacido en Francia pues sus padres eran diplomáticos ingleses allí, y aunque ahora estaban retirados seguían prefiriendo las cálidas campiñas francesa a las orillas del mediterráneo que el frio campo inglés. También se enteró que su maestro hablaba fluidamente el francés y que había pasado tiempo con la familia en aquel país, además descubrió que el auror era el mayor de tres hermanos, aprendió que el del medio era rompedor de maldiciones, tal como lo era Bill Weasley y que el más chico era medimago de urgencias en un prestigioso hospital de Francia.

    — ¿Entonces usted no estudio todos los años en Hogwarts?

    —No, solo de quinto a séptimo, me gradué allí, pero hice mis primeros cuatro años en Beauxbatons.

    —Pensé que era una escuela para niñas.

    —Qué tontería, es una escuela mixta como todas las escuelas mágicas del mundo.

    — ¿Por qué cambio de escuela?

    —Me ofrecieron un intercambio de un año, y luego no quise irme—explico mirando a Severus.

    Los padres de Kingsley dejaron escapar una risita, pues habían estado en el extremo receptor del pedido de su hijo mayor que se había negado a sus dieciséis años a dejar a su novio solo en esa escuela. Ni Tina ni Henry habían tenido corazón para negarle eso a su hijo, por lo que accedieron al cambio de colegio, por mucho que les disgustara el director de la institución.

    Esa noche Harry se enteró de porque estaba allí el matrimonio Shacklebolt, claro no fue como si le contaran la historia, el joven se enteró al escucharla detrás de una puerta. Luego de que el joven se despidiera para descansar, pues los juegos de playa lo habían agotado inmensamente, los adultos se retiraron a la biblioteca, fue allí donde una hora más tarde Harry que había bajado por un vaso de agua los encontró.

    Tina y Henry eran un mar de lágrimas mientras miraban lo que parecía ser un álbum de fotos. El rostro de su maestro y el de Kingsley eran duros, estaban obviamente conteniendo sus emociones, Harry se quedo observando por la puerta entre abierta la escena desgarradora. Fue entonces cuando escucho.

    —No puedo creer que ya hayan pasado catorce años—sollozo Tina

    — ¿Aún siguen sin saber nada?—esa pregunta la había hecho Henry que tenía la voz más gruesa, producto de las lágrimas.

    —El jefe de inefables hace años que dice que deberíamos darnos por vencidos, que sea lo que sea que le hicieron es evidente que negaron su herencia, solo siguen buscando porque es nuestro hijo, hijo de Sev, papá, pero...—

    ‹‹No, por merlin, no›› pensó Harry al escuchar esas palabras.

    —No pueden darse por vencidos—exclamo la mujer

    —No lo hemos hecho Tina—hablo Severus, su voz era oscura, podía sentirse el dolor en sus palabas—, pero cada año que pasa hay menos posibilidades de encontrarlo.

    Tina volvió a romper en llanto ocultando su rostro en el hombro de su esposo, Harry desde la puerta estaba horrorizado por lo que oía, su maestro había perdido un hijo, evidentemente lo habían secuestrado, y no habían vuelto a saber del niño. Harry sentía pena por los hombres que lo habían acogido, deseaba hacer algo para aliviarles el dolor como lo habían hecho ellos por él.

    —Hoy cumpliría dieciséis años, nuestro pequeño Liam—esas palabras fueron de Henry que sostenía una foto en sus manos.

    Harry vio como su maestro de pociones, aquel al que todos habían acusado de no tener emociones y ser un hombre sin corazón, dejaba caer su cabeza contra el pecho de su esposo y permitía que su dolor saliera en forma de lágrimas, el auror por su parte no estaba mucho mejor, solo que parecía encontrar fuerzas en abrazarlo. Harry no supo como termino la noche, huyo de allí sin mirar atrás, subió las escaleras y se oculto en su habitación, tenia un nudo en la garganta producto del dolor que había escuchado en las palabras de esa familia.

    La mañana siguiente Harry se tuvo que esforzar en no llorar desde muy temprano, su maestro de pociones fue a despertarlo pues se había quedado dormido y no estaba llegando al desayuno, el hombre era amable y cuidadoso, tratando de no asustarlo, sabiendo como era él con las cercanías y las confianzas, al verlo los ojos de Harry se llenaron de lágrimas pues pensó inmediatamente en lo que había escuchado la noche anterior, a Harry se le estrujaba el alma el saber que esa familia llevaba años buscando a un niño y que había por ahí un joven adolecente que debería estar allí recibiendo los cuidados de su maestro.

    ―¿Harry, estas bien?

    ―Si―mintió― un mal sueño.

    ―¿Quieres hablar de eso?― pregunto el pocionista mientras se sentaba en la cama para esperar que él se cambiara el pijama.

    ―No, no es importante.

    Harry no quería hablar y el pocionista lo noto inmediatamente. A Severus le hubiera gustado poder tomar al joven en sus brazos y consolarlo, mas esa no era una posibilidad, no con los miedos del más joven frente a él.

    Severus tenia las emociones revueltas, se sentía triste por no tener a su pequeño hijo, también sentía ira, pues se lo habían llevado, desde sus brazos, él realmente deseaba poder recuperar al pequeño, poder decirle que lo sentía y que no volvería a abandonarlo.

   ―Ya estoy listo.

    La voz de Harry detuvo el sin fin de pensamientos del pocionista. El mayor le dedico una sonrisa a medias y se dispusieron a bajar para tomar el desayuno junto con el matrimonio mayor que también los estaban esperando. El resto de la mañana transcurrió calmada, Harry trato de comportarse como el día anterior, sonriendo y siendo alegre con todos, más su cabeza no dejaba de reproducir la imagen de su maestro y el jefe de aurores llorando por el hijo perdido, el joven se sentía como un intruso en el dolor de la familia. ‹‹ojala pudiera hacer solo la mitad de lo que están haciendo por mi›› pensó.

    Antes del almuerzo, Tina y Henry se retiraron al estudio de Kingsley para poder escribir unas cartas que debían enviar a Francia ese mismo día, entonces el jefe de aurores y Severus se acercaron al joven y lo invitaron a caminar por la playa.

    ―Hay algo que queremos contarte―comenzó el hombre de pantalón violeta.

    Los tres se hacían sentados en la arena seca, mirando el agua luego de haberse alejado un poco de la propiedad. Harry estaba sentado en medio de los dos hombres quienes parecían comportarse con él de forma muy protectora, algo que Harry disfrutaba mucho.

    ―Hace dieciséis años yo estaba en mis primeros trabajos como practicante de auror en Francia―comenzó a contar Kingsley.

    ‹‹Por favor no, no, que no sea esa historia›› pensó Harry ‹‹por favor merlin, cual es la probabilidad de que haya ocurrido otra cosa hace dieciseis años››

    ―Por ese entonces yo era muy joven y me arriesgaba mucho en las misiones, en una de ellas, estábamos desmantelando una red de trafico de brujas jóvenes y una de ellas había quedado rezagada―el hombre miro el mar un momento, como buscando fuerzas antes de continuar― yo me negaba a dejarla por lo que regrese, ella no tenia fuerzas, no saldría, me lo dijo, pero me pidió que cuidara a su bebe, un pequeño que no tenia más que unas semanas.

    Los ojos de Harry se llenaron de lagrimas al escuchar la historia.

    ―Le pedí permiso a mi jefe de unidad y lo lleve a casa, yo me negaba a dejarlo en el hospital― dijo y luego con una media sonrisa agrego―creo que fue la primera pelea como esposos que tuvimos.

    ―Tienes tendencia a hacer locuras― murmuro Severus sin malicia― ciertamente pelamos pero luego llegamos a la conclusión de que no lo dejaríamos a su suerte y adoptamos al niño―los dedos del pocionista jugaban con el anillo dorado en su mano izquierda―Nosotros no teníamos más de un año casados, yo estaba empezando a trabajar como pocionista y cursando mi otra maestría y Rey estaba finalizando sus estudios como auror, pero logramos.

    ―Un año después, a Sev le ofrecieron trabajo como inefable aquí en Inglaterra, y a mi un puesto como investigador―continuo la historia Kingsley―, el jefe de los inefables sabia que teníamos un hijo y nos ayudo a que pudiéramos estar en casa y cuidarlo y al mismo tiempo tuviéramos el trabajo de nuestros sueños, o mas o menos.

    ―Hace catorce años, en el cumpleaños número dos de nuestro hijo ―la voz del pocionista se rompio― estábamos paseando por un callejón mágico cuando fuimos emboscados, eramos dos contra diez.

    ―Y hubiéramos podido salir ilesos, pero con un niño de dos años...―

    ―Nos encerraron detrás de una barrera anti aparición y luego nos atacaron, hasta dejarnos inconscientes y llevarse a nuestro hijo.

    ―Te contamos esto porque hoy es su cumpleaños y veras que ninguno de nosotros estará muy feliz o alegre hoy, queríamos que supieras que no se trata de ti, sino del hecho de que es otro cumpleaños que no podemos estar con nuestro hijo.

    Para cuando acabaron la explicación Harry era un mar de lagrimas, queriendo preguntar mil cosas y no pudiendo pues todas las emociones se le habían atascado en la garganta.

    ―¿Cómo se llama?―pregunto luego de unos minutos de llorar.

    ―Liam Harrison Prince Shacklebolt―dijo Severus mientras le tendía un pañuelo para secar sus lagrimas.

    ―Lo siento mucho― murmuro Harry.

    ―No fue tu culpa, para cuando eso paso, tu ni siquiera tenias un año...―

    ―¿Fueron mortifagos?

    ―No, pese a la creencia popular, los únicos niños pequeños que ese hombre ha perseguido fueron tu y Lombotton―

    ―Entonces...

    ―Creemos que fue más un crimen de odio, a diferencia de en Francia, aquí, desde hace un tiempo no es tan popular que un matrimonio de dos magos tenga hijos.

    ―Además, yo era un mortifago respetado, mis pociones le habían salvado la vida a la mayoría, ninguno atentaría contra mi o mi familia―explico Severus casi con pesar.

   ―¿Dumbledore?―pregunto Harry horrorizado.

    ―No lo sabemos, creemos que es la opción mas clara dado que son los hijos de muggles los que rechazan la idea de que dos magos tengan hijos, y en ese momento eran el único otro grupo armado y organizado―explico Kingsley―, pero no sabemos, nunca hemos podido averiguarlo.

    ―Queriamos explicarte porque no nos veras muy alegres y Tina y Henry no están mucho mejor― agrego Severus.

    ―Esta bien señor. ¿Quieren que me quede en mi habitación hoy?

    ―No, claro que no―aseguro el pocionista.

    ―Queriamos explicarte, pero no queremos que te aísles―agrego el jefe de aurores poniendo una mano en el hombre del joven.

    Se quedaron los tres en silencio. Ninguno podía hablar demasiado después de tocar un tema tan delicado. Harry estaba horrorizado y cada vez más disgustado con el supuesto héroe de la luz, él no dudaba de que había sido Dumbledore quien estaba detrás del robo del niño Prince pues el hombre parecía muy decidido a dañar a su maestro, y nada podía herirlo y derrotarlo tanto como la perdida de su hijo. 

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