Sofía estando casada a los veintiocho años, con un trabajo que realmente disfrutaba, una buena relacion con su esposo, o es lo que ella pensaba, aunque para ser honesta, los últimos meses sentía que algo no marchaba bien, lo sentía cada vez más distante, aunque el siempre se excusaba en el trabajo o alegaba problemas en la empresa, a pesar de que fingía creerle algo dentro de ella, le daba cierto temor o tal vez era su inseguridad de siempre..., no sentirse suficiente.
Una noche anterior preparo una cena, con el platillo favorito de su esposo Santiago, pensaba que el trabajo era lo que los estaba distanciando y solo necesitaba tener el espacio y el tiempo ideal para relajarse, convivir y pasarla bien.
Preparo la mesa, se maquillo y se vistió muy guapa, pasaba el tiempo y Santiago no llegaba, ni respondía sus llamadas, pasaban ya de las 9 y recibió un mensaje de Santiago, hasta su mensaje se podía sentir igual de frio e impersonal, "sigo en la oficina", así sin más detalles, tal vez una disculpa o algo más cálido, pero no. Recogió la mesa, guardo la comida y se fue a su habitación. Se dio cuenta de que Santiago había llegado, vio la hora y eran casi las 2 de la mañana, pensó que ese retraso y ausencia no podía ser por trabajo.
El entro a la habitación y ella fingió estar dormida y el no hizo por hablarle, al día siguiente fue casi lo mismo, ella salió temprano y durante todo el día no hablaron, ni un mensaje, ni una llamada, en la noche ella se encerró en su estudio para no tener que afrontar lo que evidentemente estaba sucediendo, Santiago tampoco la buscaba.
La mañana siguiente, un rato antes de que sonara el despertador de Santiago, Sofia despertó y aunque lo consideraba un recurso un tanto bajo, sabía o pensaba que recurrir al sexo podía servir, se auto engañaba pensando que si retomaba la chispa o si podían conectar nuevamente, aunque sea de manera sexual, eso podía ayudar.
Comenzó por tocarse ella misma para entrar en calor, tocaba sus pechos, los masajeaba y tocaba sus pezones, daba pequeños estirones lo cual poco a poco fue excitándola, abrazo a Santiago y comenzó a besar su cuello y pequeños besos en sus labios, notaba como se movìa y despertó por completo, aunque no le sorprendía ya que Sofía le gustaba practicar sexo mañanero, se resistió un poco.
-Sofía detente, tengo que ir a la oficina...
-Aún hay tiempo, es temprano, apoco no te gusta? Sofía continuaba besándolo, metió su mano en el bóxer de Santiago empezó a pasar de arriba abajo su mano por el pene de Santiago, lo sintió como se empezaba a poner duro, internamente aplaudió ya que pensó que aún tenia efecto en su marido, ella se quito la blusa ya que sabía que sus pechos realmente los disfrutaba, verlos y probarlos, se monto arriba de el y empezó a frotarse junto con el, para este punto Santiago ya respondía sus besos de una forma ardiente y llena de deseo, la tomo y dio la vuelta, estando ahora el encima de ella. Besaba su cuello y bajo a sus pechos, tomo uno en su boca, pasaba su lengua, daba pequeños mordiscos, mientras con su mano acariciaba el otro pecho y jugaba con su pezón, Sofía no paraba de lanzar gemidos de placer y abrazarlo a su pecho, buscando que no se detuviera, o tal vez, más intensidad. Santiago sin soltar sus pechos, llevo una de sus manos bajando por su abdomen, la toco y pudo sentir lo mojada que estaba, esto lo excito aún más, metió uno de sus dedos y notaba el placer que le daba a Sofía, otro dedo más y los empezó a mover, mientras con el pulgar acariciaba su clítoris, sentía como Sofía se contraía y estaba a punto de tener un orgasmo, siguió moviendo sus dedos dentro de ella y dándose un festín con sus pechos, Sofía no pudo más y se entrego al orgasmo, aún sin retomar el aliento ya que no quería perder la oportunidad, intento nuevamente tocar su pene, pero Santiago la detuvo;
- Creo que ya debo levantarme...
-Aún hay tiempo, la estamos pasando bien Lo besaba, lo abrazaba, lo tocaba pero por una razón el se resistía
-Basta Sofía!, Por Dios, tan necesitada estas que tienes que rogar?!
Sofía se detuvo en seco, se sentó en su lado de la cama y se puso un camisón pero no dijo ni una palabra, salió de la habitación, cuando regreso Santiago ya estaba cambiado y preparándose para irse a la oficina, noto que ella había llorado pero ninguno de los dos quiso hablar.
- Me voy a la oficina.
Sofía guardo silencio.