Lo malo de morir de amor es que no te mueres"-Joaquín Sabina.
UNO
¿Quieres romperle el corazón a alguien? Olvida el único día en que jamás le habías olvidado. Hoy es mi cumpleaños veintisiete hice una reservación en mi restaurante favorito, no suelen gustarme las sorpresas así que decidí organizarlo; en mi vida solo somos tres, mi mejor amiga Carola, Austin, el amor de mi vida y con quien llevo siete años de relación y yo; nos conocimos en la universidad y durante estos nueve años solo hemos sido nosotros tres, no soy de tener muchos amigos y con mis dos trabajos mucho menos.
La reservación la hice a las 5:00pm, Carola llegó una hora tarde como de costumbre, lo que no es normal es que Austin no ha llegado.
las dos horas siguientes fueron sobre como Carola conoció a un chico en una app de citas y lo fácil que es conseguir citas a través de internet. La mesa se llenó de platos, copas y botellas vacías, el tiempo pasa demasiado rápido cuando la estas pasando bien, son las 11:00pm y ya estamos un poco ebrias lo mejor será irnos de aquí porque mañana tenemos que levantarnos temprano para ir a trabajar, A pesar de que solo somos nosotras dos festejando la pase bastante bien, lo único que me tiene preocupada es que Austin no me ha mandado mensaje en todo el día, ni siquiera un simple "Feliz Cumpleaños, amor "; en los nueve años que llevamos de conocernos no había olvidado felicitarme, suele ser el primero en hacerlo sin importar sus convenciones, viajes o el trabajo.
A la mañana siguiente, desperté con una pequeña reseca, nada de qué preocuparme, volví a revisar mi celular y no tengo mensajes de Austin, le marqué para saber si esta todo bien y al quinto intento al fin respondió.
—¿Bueno? —contestó con una voz somnolienta
—¿Amor? ¿Estas bien? —pregunté un tanto preocupada.
—Si, ¿por qué?
—Ayer no viniste al restaurante y tampoco me enviaste ningún mensaje, me quedé preocupada.
—¿Al restaurante? ¿para qué iría al restaurante si estás trabajando?
«No puede ser, lo olvidó, Austin olvidó mi cumpleaños»
—¿Sabes qué día fue ayer? —pregunté un poco molesta.
—Si, 11 de abril —contestó con una voz sarcástica.
—¿Y eso no te recuerda algo?
—¿Tendría que recordarme algo?
«Sé que el corazón no puede romperse, es algo prácticamente imposible, pero esto que acabo de sentir es lo más parecido a eso.»
—No...—tragué saliva con esfuerzo —, nada importante —nos quedamos unos segundos en silencio.
—¡Mierda! —Exclamó —, discúlpame lo olvide.
En este momento estoy segura de que todo mi sistema nervioso está sufriendo un colapso, me está costando trabajo poder respirar a un ritmo natural, mi garganta empieza a doler, se siente como si fueran dos puertas de hierro cerrándose poco a poco impidiendo el paso de cualquier cosa que quisiera entrar y la sensación de vomitar no sé si sea producto de mi resaca o que Austin me acaba de romper el corazón.
—Creo... que mejor hablamos al rato —. colgué el teléfono susurrando, apenas podían salir las palabras de mi boca.
No puedo creerlo, en todos estos años que llevamos juntos no lo había olvidado, la única razón por la que mis cumpleaños eran importantes y se sentían como magia era porque él los hacía sentir así, me hacía sentir como si existir y coincidir fuera lo mejor del mundo, decía que podía estar triste todos los demás días del año si quería, pero mi cumpleaños no, era el día en el que tenía que celebrar mi existencia y no había nada más, solo era yo y era la reina del mundo. Lleva varios meses estresado y viajando demasiado por el trabajo, pero no pensé que eso haría que olvidara mi cumpleaños; el teléfono volvió a sonar, es un mensaje de texto de Austin.
12 abril
Amor :
Lo siento Ayla, debemos terminar, no tengo el valor para decírtelo en persona.
Tengo que viajar y no sé hasta cuando regresaré.
Gracias por todo te amo cuídate.
No sé qué se siente cuando te mueres, pero estoy segura de que esto es lo más parecido a morir; mi cuerpo y mi cerebro dejaron de funcionar, quiero llorar, pero no puedo hacerlo, quiero respirar, pero no puedo, todo lo que quiero hacer en este momento me es imposible, como si el mundo se hubiera paralizado; las preguntas comenzaron a bombardear mi cabeza en menos de un segundo, mi corazón está palpitando tan rápido que siento que va a salir del pecho ¿me estará dando un infarto? acaban de terminarme y moriré por ello, no puedo creerlo sería la historia perfecta para Shakespeare "y ella murió de amor, fin";
1...2...3... mi cerebro volvió a funcionar, tomé una bocanada de aire y 4...5...6... mi vista comenzó a nublarse y en un segundo todo se volvió negro...