CAPITULO 50
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Aro siguió insistiendo en que fuera a su casa ya que evan se lo ordenó decidí hacerle caso y fuimos, su casa era muy linda y alejada de la ruidosa ciudad solo era naturaleza y aire puro
Subí a la habitación que él me otorgó era pequeña pero tenía una vista a un pequeño lago
— ¿te gustó la habitación? — aro dijo
Asentí — estuve pensando algunas cosas
— así ¿Cómo que?
— en mi antigua casa tengo muchos libros es una lista larga y están en muy buen estado quizás si los vendo me puedan dar algo de dinero
— taylor no te mortifiques
— ¿acaso no estás preocupado por tu hermano? Te veo tan tranquilo
— no es eso solo que yo conozco a evan y se que saldrá de esta
— pues yo lo conozco mucho mejor que tú, ustedes creen que es muy fuerte, que todo lo puede hacer y no es así él también es débil, tiene miedo, tiene emociones — me comenzaba a exaltar
— por favor cálmate todos somos humanos lo sé, claro que lo ayudaré y no te preocupes por el dinero
— ¿mañana me puedes volver a llevar? Quiero verlo
— por ahora será mejor no ir
— ¿por qué!?
— a él no le gusta que lo veas así, tan solo espéralo él llegará pronto lo verás
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En toda la noche no pude conciliar el sueño me preguntaba si él habrá comido, estará durmiendo, mis lágrimas rodaban al pensarlo, realmente anhelo que vuelva a mi lado en estos momentos, abrazaba la almohada imaginando que es él.
Sin más cuando dieron las 4 de la madrugada lentamente tomé el coche de aro, nunca en mi vida había manejado pero debía arriesgarme
Recordaba que dennis a veces robaba el coche de su padre y yo siempre ponía mucha atención en como lo hacía
— ¡vamos taylor es solo un coche de juguete! — quería mentirme
El coche empezó a andar muy suave así que acelere de más
— ¡aahhh! — choque con un árbol algo leve — perdón aro
Después de tanto intentar por fin llegué a mi casa, me vine de madrugada y llegué en la tarde
Rompí el seguro de la puerta ya que mi madre es la única que tiene llave, subí a mi habitación hace mucho que no venía es tan extraño y melancólico
Mis libros son mi más preciado tesoro, mi colección es extensa tomé todos desde los más viejos hasta los más nuevos los guardaba en cajas y sin querer llene como unas 12
Recuerdo que con aquiles alguna vez fuimos a la feria del libro que estaba por la biblioteca, los libros se vendían muy bien y para mi suerte hoy habría una, así que decidí ir.
Tomé un pequeño lugar de bajo de un árbol y abrí las cajas solo esperaba no meterme en problemas por no tener un permiso
La gente comenzaba acercarse, una chica se llevó mi libro de Romeo y Julieta eso dolió, cada que se llevaban alguno mi corazón dolía solo espero que los cuiden.
Terminé antes de lo que esperaba, estaba feliz al ver el dinero en mi bolsa sin más arranqué para ir hacia evan se que estará feliz al ver esto.
Cuando llegué busqué al tipo que aro soborno e hice lo mismo, pasé corriendo no quería perder tiempo
— ¡AMOR!! — dije exaltada
Él regreso a ver, se veía un poco despeinado
— ¡que estás haciendo aquí!
— quería verte ¡no me regañes!
— es peligroso que vengas entiéndelo
— ¡y por qué! Si tú eres inocente
— solo no quiero perjudicarte
— ¡mira! — abrí la bolsa con dinero
— ¿De donde conseguiste eso?
— vendí todos mis libros, esto te ayudará mucho — sonreía
— ¡acaso eres estúpida!
— eh?
— ¡yo no te pedí que hicieras eso! Sabes tienes razón, que bueno que decidiste venir ya que tengo que decirte algo
— que
— lo estuve pensando toda la noche y creo que es lo mejor para ambos
— ¿a qué te refieres?
Me miraba fijamente — taylor terminemos
De todas las cosas que pasaban por mi cabeza nunca creí que dijera eso
— cállate y escucha, ya no quiero seguir hiriéndote y es mejor que te diga las cosas claras, desde hace mucho tiempo ya no siento lo mismo por ti sé que en parte cambiaste por mi culpa pero simplemente no puedo acostumbrarme a esta taylor y sinceramente no me gusta, te comportas como una cualquiera, la forma en que te vistes tan provocativa me molesta, la forma en que hablas es tan irritante todo de ti simplemente me molesta, sabes cuándo te conocí la primera vez nunca me gustaste lo suficiente tan solo tenía curiosidad de ver qué es lo que había de bajo de toda esa ropa quería sexo así de simple ¿que se sentirá estar con una mujer tan miserable como tú? eso me lo preguntaba
— no te creo nada solo lo dices por qué no quieres que te vea en estás condiciones — mis lágrimas caían
— nunca te amé y creo que jamás lo haré y sabes por qué, por qué eres una niña inmadura y miserable que jamás podrá ser alguien en la vida, no tienes amor propio tan solo buscas imitar a chicas sexys para poder llamar mi atención
— ¡cállate! — mi voz se entrecortaba
— no sabes cuánto me arrepiento de haberme casado contigo ¡ah! Sabes creo que debería de ser actor, me creíste tan bien, cómo me desmoronaba frente a ti y al final me diste lo que siempre busqué sexo, creo que ni para eso sirves estoy tan aburrido de ti aunque sabes me quedé con ganas de acostarme contigo y tu amiga íntima dennis a puesto que eso hubiera sido tan divertido tenerlas en esa forma para mí y ustedes cómo las zorras que son, que suplican por mi terminarían aceptando ¡Quieres que continúe!
No podía seguir escuchando todo eso, salí corriendo con mi corazón hecho pedazos, se que soy tan miserable pero por qué tenía que decirlo él, me juró amor eterno y me termina de esa horrible forma.
Cuando salí tan solo me quedé parada viendo al estacionamiento
— ¡mamá! — tartamudeaba, no pude evitar correr a abrazarla y quebrarme ante ella
Ella daba suaves palmadas en mi espalda — todo estará bien mi querida hija mamá ya estoy aquí y te llevará a casa
......+.....
Mi madre me suplicó quedarme en su casa del bosque donde la encontré tocándose terminé aceptando, sinceramente si me quedaba con aro sería incómodo él no se molestó y acepto
Llegamos a su casa en la noche, mis ojos me ardían de tanto llorar mi madre preparó algo de comer
— ¿extrañaste la comida de mamá? — tenía una sonrisa
Asentí — ¿por qué no me dijiste que tenías esta casa?
— Perdóname es solo que no había tenido tiempo el trabajo, dinero ya sabes
— ¿como la obtuviste?
— esta casa es donde vivía cuando era una niña y mi madre la dejo a mi nombre lo que es mío es tuyo hija y lo que es tuyo también es mío — dijo con una voz algo tenebrosa
Cuando terminé subí a mi nueva habitación que mi madre preparó para mí, ella se acostó a mi lado abrazándome y acariciando mi cabello
— ¿mamá ya sabes lo de evan?
Asintió — lo vi en las noticias, estaba impactada
— ¿tu crees que él haya hecho esas cosas?
— si, sabes hija las apariencias engañan, ese hombre no tiene una buena vibra
— algo me dice que él es inocente, tengo miedo de equivocarme, me terminó — volvía a llorar — me dijo cosas horribles
— llora hija, mamá está aquí contigo yo nunca te dejare él es malo y está pagando sus pecados
— pero yo lo amo
— te dije que el mundo puede ser tan horrible y repugnante pero no quisiste creerme decidiste salir y ahora sufres las consecuencias pero aún así te amo mi hermosa hija
Llorar y llorar todo el día hizo que me doliera la cabeza así que me quedé dormida.
— ahora sufres las consecuencias de desobedecer, preferiste la lujuria que a dios y tienes que pagar, como te lo dije alguna vez al final solo seremos tú y yo hasta la muerte — ella susurró.
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