Morir No Duele

By veronicarumbos31

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Rin era la princesita de papá, criada en un mundo de mafiosos. Cuando su padre es asesinado frente a ella dec... More

La Princesa de la Mafia
Encubierto
Planes
Integración
Yako
Verdadero Rostro
Taisho
El Primo de la Reina
El Otro
La Araña
Algo Bueno
Tres Mujeres
Cacería En El Oeste
Los Niños De La Mafia
Lealtades
Lágrimas de Sangre
Movimientos
Caos
Operaciones Especiales
Traidor
Cacería En El Sur
Sesshomaru Taisho
Malos Entendidos
En Las Buenas Y En Las Malas
El Fin De La Reina
Epílogo

Objetivos Fijados

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By veronicarumbos31

Rin se sentó tras el escritorio y oyó hasta la última palabra sobre lo ocurrido con “La Grulla”, ahora debía actuar, no permitiría que nadie se atreviera si quiera a traicionar su reinado, los asesinaría a todos, no dejaría piedra sobre piedra en el sur. Solo el golpe en la puerta la sacó de sus pensamientos de muerte y destrucción.

Entró kagome y Ryokuto, sus miradas eran frías, tanto como la de la reina, ahora es cuando Sesshomaru debía estar alerta, tenía que escuchar y recordar todo, era la reunión que como detective había estado esperando, para eso estaba allí no para un absurdo enamoramiento adolescente.

Kagome miró a Yako y luego a Rin, podía notar un gran distanciamiento entre ambos, sus expresiones corporales eran de dos personas que no querían estar juntas y esto la hizo sentir un ligero alivio, la llegada de Ryokuto había Sido provechosa si había logrado separarlos, aún cuando el primo fuera un pesado en su forma de actuar.

Ryokuto solo miraba a Rin, le gustaba verla así, centrada, con la mente fría y no calentándola con tonterías, también amaba su parte dulce e inocente pero el mejor que nadie sabía que para el trabajo debía ser ruda o se la comerían viva, la asesinaría hasta su sombra. Fué a acercarse cuando volvieron a tocar, entraron 8 sujetos a la oficina y se pararon en fila, firmes esperando las indicaciones de su reina.

Sesshomaru reconocía a casi todos de su prontuario policial, por el número de personas debían ser los que compartían pasillo con él, solo a un par había visto por la casa, por lo que sabía eran 7 hermanos, letales para quien se cruzara con ellos ¿Pero quién era el octavo? Tenía el cabello púrpura claro y ojos rojos pero no como los de la familia de Naraku, tenía un uniforme chino, estaba seguro, además de brazaletes negros con rojo.

—Al parecer estamos todos—dijo Rin mirando a cada uno sin detener la mirada en nadie en especial—me he enterado que Naraku quiere mi lugar haciendo rodar mi cabeza, ustedes me conocen perfectamente ¿Creen que me quedaré aquí sentada esperando mi fin?—apoyó el codo en el escritorio y en su palma su mentón, una posición relajada pero su expresión no se relajó.

—Mis hermanos y yo iremos hasta donde usted diga mi reina—dijo un hombre moreno de cabello largo trenzado, Sesshomaru lo reconoció de inmediato, era el líder de los Shichinintai, un grupo de asesinos temibles que dejaban un rastro de muerte a su paso. Bankotsu.

—¿Hasta el Inframundo?

—Y más lejos si es necesario—sonrió de lado, su tono coqueto no pasó desapercibido por nadie, Kagome rodó los ojos con fastidio, Ryokuto suspiró con cansancio, uno de los hermanos soltó una risita burlona mientras otro se cruzó de brazos torciendo el gesto. Sesshomaru estaba atento a todo esto ¿Acaso no había hombre que no coqueteara con la reina? La miró, ella parecía satisfecha con su respuesta.

—Perfecto xq para allá vamos—miró al octavo hombre que permanecía en silencio—Shishinki, ¿Sigo teniendo tu lealtad?—él sonrió ampliamente.

—¿Sigo teniendo la autoridad para asesinar a los hermanitos Taisho?—Sesshomaru prestó mayor atención a este sujeto ¿Él era el encargado de asesinarlo?

—Son tuyos—dijo la reina sin dudar—Por cierto, el menor de ellos está en la ciudad, no se si lo sepas.

—Lo se—dijo con una mirada brillante—ambos lo están.

—¿Que?—esto sorprendió a los miembros de la mafia—¿Sesshomaru Taisho también lo está? ¿Estas seguro?—la reina se sentó erguida y miró apenas por un segundo a Yako.

—Yo mismo lo he visto su magestad—rió—tienen un padre muy cruel para exponer a sus hijos a la muerte de tal forma, por lo menos al menor lo tiene cerca, pero al mayor…—rió—definitivamente debe odiarlo.

—¿Los tienes vigilados?

—De cerca.

—Bien, no quiero más sorpresas, suficiente tengo con Naraku para estar pensando en los cachorros de ese perro policía. Estaba pensando…—el sonido de la vibración de un celular interrumpió a la reina, ella tenía excelente oído como para detectar aquel zumbido, miró a Yako y su mirada se ensombreció—Debe ser nuestro amigo—dijo con asco.

Sesshomaru sacó su celular, era un número restringido, contestó.

—¿Yako? Soy Naraku, cabeza de la familia del sur, mi hermano ya se comunicó contigo

—Habla rápido que no tengo ni tiempo ni humor para oírte—nadie podía creer que Yako hablara con tal frialdad y desinterés frente a ellos, sin dar seña de con quién o qué hablaban, esa llamada podía significar el rumbo de sus planes cuando esté era un recién llegado.

—Ya he oído hablar de tu carácter indiferente, distante, lo mucho que detestas que te fastidien.

—¿Si lo sabes para que me contactaste?—no era difícil notar la mirada impaciente de todos.

—Me parece que eres el indicado para ayudarme en un pequeño plan que tengo, por supuesto que nada es gratis, a cambio te daré lo que quieras, poder, dinero.

—No me conoces si crees que eso me interesa.

—¿Que tal si te doy el honor de tener a la reina?—Sesshomaru guardo silencio—veo que te interesa.

—¿De que forma?

—De la que desees, captura a esa chiquilla y puedes tomar su cuerpo cuántas veces gustes antes o después de asesinarla, pero no olvides que la deseo muerta—oyó una ligera risa—todos mis hombres desean lo mismo, no me extrañaría que tú también Yako.

—No soy uno de tus hombres, ese trato no me interesa.

—Pide lo que tú quieras.

—Iré a verte en una semana, si de verdad deseas tanto mi ayuda esperarás hasta que yo vaya a buscarte—colgó.

—¿Tanto te cuesta poner el altavoz Yako?—le quejó la reina claramente irritada, detestaba que la hicieran esperar—¿Que ha dicho esa asquerosa araña peluda?—dijo sentándose un poco más relajada pero Sesshomaru veía en su mirada la tensión que aquel tema le causaba.

—Quiere tu cabeza y está dispuesto a pagar lo que sea, incluso pagar contigo.

—¿Conmigo?—lo mira extrañada.

—¡Debes estar bromeando!—le queja Ryokuto—Naraku se a atrevido no solo a desafiar el poder de mi reina sino que también ha dispuesto de ella como ficha de cambio ¡Definitivamente lo asesinaré!—todos miraban ahora a Ryokuto, pocas veces lo vieron molesto y esta vez lo estaba en gran medida.

—¿De que hablan?—la mirada confundida e inocente de ella se dejó ver.

—¡Está negociando con tu cuerpo!—dice mirando de forma amenazante a Yako—¿Eso es lo que quieres Yako? Poseer a mi prometida a la fuerza—Kagome lo sujetó por un brazo aún sabiendo que él podría soltarse de un solo jalón.

—¿Ese es tu precio Yako?—mas que molesta estaba dolida.

—No acepté, iré en una semana a verlo, tienes una semana para hacer un plan y te recomiendo no sea entrar destruyendo todo como una psicópata, me han hablado de tu astucia y tus estratégia ¿O esperas dejar evidencias?—ella sonrió como si fueran las palabras más hermosas que había oído en su vida.

—Tienes razón Yako, debo pensar con la mente clara, me estaba dejando llevar por la ira, déjenme poner las cosas claras y nos reunimos más tarde, ya es hora de comer, nos vemos a las 3pm—les sonrió a todos.

—¿Esta segura mi reina? Estamos listos para sus órdenes—Dice Bankotsu.

—Estoy segura, Ryokuto quédate solo tú—Bankotsu suelta una ligera risa escondida en un resoplido, ante esto Ryokuto sonrió ligeramente.

—Por supuesto cariño, siempre a tu disposición y más ahora que serás mi esposa—ante esto ella se sonrojó mientras los 8 servidores de la reina los miraban sin poder ocultar su sorpresa.

—¿Se casa la reina? ¡Un segundo!¿El había dicho prometida y no prima? ¡Que maravilla!—dijo Yakotsu realmente emocionado con las manos juntas a un lado de su rostro—Nunca hemos hecho una boda en esta institución, el señor Tasudo ya estaba casado, hemos hecho y causado muchos funerales pero nunca bodas ¿Puedo dar mi opinión en el protocolo?—la reina le sonrió aún sonrojada.

—No será mañana Yakotsu, tranquilo.

—Pero que buen ojo tienes, el primo es un excelente especimen—mira al hombre en mención con evidente lujuria.

—Oye Yakotsu, vamos a comer, no incomodes más a la reina—le dije Bankotsu tomándolo por los hombros.

—¿Yo? Si tú casi que le haces un hijo con la mirada—se queja aquel de los hermanos que vestía un traje negro de corte femenino y una bufanda morada.

—Pueden retirarse—volvió a decir Rin sin dejar de estar colorada.

—¡Oh! Pero yo quiero aunque sea un beso—hizo un puchero Yakotsu.

—Su majestad, no me meta en aprietos, si no me lo da usted seguro que Yakotsu querrá ser quien me lo dé—le dijo Ryokuto, se acercó y la reina se puso de pié para permitir aquel beso ante los gritos de felicidad de uno de los incondicionales de la reina.

—Se ven tan hermosos juntos, ahora sí me voy a almorzar—tomó del brazo a su hermano para salir del lugar, al pasar frente a Sesshomaru se detuvo y lo miró bien, se le hacía conocido pero no sabía de donde, aquel cabello largo y platinado, aquellos ojos dorados, lo que podía reconocer era que ese sujeto era un hombre atractivo así que le sonrió de forma coqueta antes de salir.

Sesshomaru ignoró a los Shichinintai, solo veía a la reina que lo observaba en ese momento de una forma disimulada pero sus miradas estaban fijas uno en el otro, se sentía molesto ,mas que con ella, con él mismo, estaba como un idiota ayudándola, evitando que la mataran por la espalda en vez de dejar que se asesinaran entre ellos, mientras ella estaba feliz haciendo su vida con otro, era un idiota dejando todo tirado por alguien que no lo valía.

—¿Tienes un minutos?—Sesshomaru puso su atención en el hombre de cabello purpura que lo miraba con cierta burla en su expresión, de frente pudo notar que una máscara blanca cubría parte de su rostro —Es algo que estoy seguro te conviene… Yako—ese sujeto era el encargado de asesinarlo, algo le decía que lo mejor era seguirlo y ver qué quería, miró a la reina que ahora platicaba con su prometido—Sígueme—el sujeto salió y Sesshomaru lo siguió sin decir nada. Llegaron a las habitaciones y entraron a la última de ellas—he querido hablar contigo desde que llegaste aquí pero he estado ocupado—dijo buscando algo en su armario—vaya que si he querido tener esta conversación —lo miró sonriendo con mayor burla—Sesshomaru—el detective lo mira sorprendido y molesto al estar desarmado, la pistola en su cintura estaba descargada así que solo fungía de accesorio.

—¿Si sabes quién soy xq no haz hablado?

—Me gusta jugar con mi cena—le extendió una carpeta—ademas que tu jueguito con la reina evitó que pudiera matarte sin que ella luego me asesinara, pero ahora que ella se casará con otro imagino puedo acabar contigo con libertad, pero deberías leer esto—Sesshomaru tomó la carpeta y al abrir vió decenas de fotos de él—Yo era el espía favorito de Tasudo, todo lo que él me pedía yo lo averiguaba, nada se me escapaba, solo una vez fuí sorprendido y tú querido padre casi termina con mi vida, me he salvado de milagro—se quitó la máscara que le cubría medio rostro dejando ver las cicatrices dejada en aquella área donde Toga le había disparado múltiples veces destrozando parte de su cabeza—Tasudo pagó los mejores doctores para mantenerme con vida, le debo la vida y ya que él no está debo seguir pagando con servicio a su hija—volvió a cubrir su rostro—Eres un muchacho muy inteligente Sesshomaru, no comprendo xq tu padre te odia, mira hasta donde haz llegado, así que te propongo un trato, trabaja para mí y solo mataré al estorbo de tu hermano, incluso te ayudaré a asesinar a Toga y ganar el favor de la reina, serías magnífico aquí.

—¿Xq no simplemente acabas con esto?—arroja la carpeta a los pies de Shishinki.

—Quería darte una oportunidad, mostrarte un poco de aprecio en este momento tan oscuro de tu vida—se ríe—tu padre te odia, sino no te mandaría a morir aquí, el único lugar donde nadie te protegería, a tu hermano no le importas, incluso te disparó, para Kirinmaru solo eres una ficha en su juego y para la reina…—volvió a reír al ver la expresión irritada del detective—para la reina no eres nadie Sesshomaru, ya hay alguien más a su lado, además cuando se entere de tu verdadera identidad te odiará y odiará cada segundo que pasó contigo. No la culpo, es una chiquilla de 22 años cegada por un hombre que supo jugar bien sus cartas de seducción.

—Me has vigilado muy bien aquí adentro, nunca llegué a verte hasta hoy.

—Me halaga—fingió estarlo.

—Asesíname ahora, me haz vencido.

—Aún no Sesshomaru, aún no, quiero jugar un poco más, además me encantaría que los hijos de Toga murieran frente a él, sería tan excitante verlo destrozado, muriendo en vida, agonizante de dolor, un dolor que nadie podría calmar más que la muerte. Vete ya Yako, no queremos que nadie sospeche, me gusta que mi trabajo sea un secreto hasta que esté realizado, lástima que no te he convencido de nada—Sesshomaru mira la carpeta a los pies de Shishinki, aquel era un peligro no solo para su misión sino también para su vida, debía deshacerse de él y pronto.

—Tal vez te arrepientas de decirme todo esto cuando descubras que soy mejor que mi padre, yo no te dejaré con vida cuando nos toque vernos cara a cara como rivales—sale de la habitación, estaba más que molesto, estaba furioso, todo se le venía abajo, debía armar un plan rápido, debía verse con Kirinmaru y su padre, debía recargar su arma, no podía estar desarmado un segundo más.

Se dirigió a su habitación notando de inmediato que tenía una visita no deseada esperando por él.

—Nacesito hablar contigo—le dijo la mujer sin mirarlo.

—La reina ha mandado a su hermana a verme otra vez.

—Ella no me ha mandado—El abrió la puerta y dió espacio para que ella entrara.

—Habla—ella suspiró.

—Rin ahora está comprometida con un hombre que la ama y ella ama, vengo a pedirte te alejes de ella.

—¿Y que te hace venir aquí a pedirme un absurdo?

—¿Absurdo? Ella merece ser feliz con un hombre que le convenga, tú solo la harás sufrir, además…—apretó los puños viéndolo enfadada y con las mejillas sonrojadas guardándose algo.

—¿Además?—ella volteó.

—Oí quien eres—esto no se lo esperaba, que Shishinki supiera era una cosa, su sonrisa burlona y sádica le garantizaba que nadie supiera, pero que la hermana de la reina supiera solo era cuestión de minutos para que su vida acabara.

—¿Quien soy?

—Eres un Tai…—él cubrió su boca dejándola sorprendida de lo rápido que fué en llegar a ella.

—Ahora escuchas tras las puertas kagome—hace presión con su mano en su rostro, ella intenta soltarse sin éxito pero no detuvo sus intentos—¿Te das cuenta que ahora no puedo dejarte ir con vida?

—No voy a delatarte—se apartó varios pasos de él—comprendo que si tu padre te hizo a un lado y te odia actúes en su contra, Kirinmaru te dió una excelente oportunidad para vengarte—soba su rostro—ahora comprendo xq no lograste asesinarlo, la tensión del momento debió jugarte una mala pasada—él apenas podía creer lo que sucedía, ella tenía su identidad y se había hecho toda una historia donde justificaba quién era.

—La próxima podré hacerlo ¿Le dirás a tu hermana?—le siguió la corriente, era su mejor opción.

—No creo sea necesario, ella no necesita algo más que la preocupe o moleste, pero de verdad te pido te alejes de ella, ninguno se conviene.

—¿A qué se debe tu consideración?

—A que… mereces una oportunidad—dijo evitando la mirada del peliplata, esto le sorprendió, nunca se propuso tener en sus manos a esta hermana de la reina, nunca hizo algo más que querer el favor de la reina, no hubo gesto ni palabra para ella, ni un solo coqueteo, pero al parecer eso no fue necesario.

—Soy Yako, es lo único que importa y mis acciones hablan por mi mismo, Toga no es nadie para mí.

—Por eso Shishinki no te asesinó ¿Cierto?—lo miró expectante, él apenas podía creer su suerte, ella estaba a su disposición, él asintió y ella sonrió más—Debo irme, me alegra saber que estás de nuestro lado.

—Creí me odiabas así como kohaku.

—Necesitaba confiar en tí, ahora que se la razón de tu actuar y que Shishinki te avala me siento más tranquila, eso y que Ryokuto está aquí.

—Eso es todo, estás tranquila no xq confíes en mí sino xq “el primo de la mafia” está aquí—ella se sonrojó.

—No es eso—suspiró en un fallido intento por calmarse—tengo algunas cosas que hacer—se dirigió a la salida y al pasar por su lado él la sujeta del brazo.

—Aceptarte sería indicador de que lo que siento por Rin es falso, también una muestra de que mis intenciones con la reina es de causarle daño, solo serías un juguete de consuelo.

—Siempre me quedan las sobras de mi hermana—dijo bajando la mirada.

—No eres una mujer cualquiera, deberías darte tu lugar, podrías tener al que quisieras.

—Menos a tí—Sesshomaru la soltó y ella salió. Se disponía a irse de allí lo más rápido posible sin ser vista pero se encontró de frente con la mirada llena de muerte de la reina—Rin—era la primera vez que la reina la miraba así, conocía la mirada pero nunca había sino personal.

—¿Que se supone que haces Kagome?—su voz amenazante heló su sangre.

—Cerciorarme que Yako te fuera leal ahora que estás con otro así como me cercioré con Kohaku cuando supimos que te gustaba Yako, tal vez no lo sepas pero cuando la gente se enamora comete estupideces y cuando se separan tambien—dice fingiendo que no estaba aterrada de que su hermana, la reina de la mafia, la asesinará así como asesinó a tantos.

—¿Y me es leal?—intentaba calmarse pero todo su cuerpo vibraba, tenía frío mientras su sangre parecía hervir, le costaba respirar, se sentía tensa y pesada.

—Sí, completamente leal, a la reina y a Rin.

—¿A Rin?—este comentario le sorprendió, quiso ir con él pero no debía, no debía ya que estaba comprometida, significaba que tenía pareja, que no podían estar juntos.

—Ryokuto es un buen hombre Rin,una mejor opción que Yako, por muy atractivo que te parezca no sabes quién es mientras el primo es alguien en quién confías, alguien que te ama y conoces de toda la vida.

—Sí, lo se—mira una última vez en dirección a las habitaciones de sus seguidores, aquellas dónde se alojaba Yako y luego se va. Kagome suspiró y miró sus manos que temblaban, se estaba arriesgando demasiado por un hombre, era el hombre más atractivo de todos pero aún así estaba arriesgando su vida si se acercaba a él antes de que Rin lo superara.

Sesshomaru daba vueltas en su habitación, necesitaba comunicarse con Kirinmaru, con Toga, hasta con Inuyasha, tenía que armar su plan, se detuvo y se dirigió a la salida, ignoró a todos con los que se cruzaba, incluso ignoró el saludo coqueto de aquel hombre que vestía traje de mujer, atravesó el "palacio" y llegó al patio tracero, alejado de todo estaban una serie de árboles frondosos, se sentó en las raíces de ellos sintiendo que su cuerpo se destensaba con cada respiración pausada, estar rodeado de árboles lo relajaba y ayudaba a pensar mejor.

Iría a la reunión y se grabaría cada palabra, cada gesto de todos, de allí sacaría el que hacer con Naraku y como actuar con la reina, se comunicaría con Kirinmaru y que él preparara una reunión urgente. Su misión había cambiado, no solo era capturar a la reina con evidencia, no solo era destruir la organización, era mantenerse con vida ahora que varios sabían que era un Taisho, debía fingir lealtad mas ahora que nunca.

Llegó la hora de volver a reunirse con la reina, los Shichinintai estaban ya allí esperando fuera de la oficina, él los detalló, eran hombres de distintas edades y tamaños, ninguno parecía ser familiar pero había leído de ellos, hijos de una misma madre que se había dedicado a la comercialización de su cuerpo desde niña, aunque seguramente lo más idóneo sea decir que había Sido obligada a ello hasta que sus siete retoños asesinaran a cuánto hombre dañó a su madre, había sido una auténtica carnicería entre chicos de 12 y 23 años, todo dirigido por el de 12 quien desde entonces era el líder del grupo y el más sanguinario. Tasudo aún cuando era el dueño de aquel lugar les tendió la mano admirado por su hazaña, la mujer fué trasladada a un mejor lugar con todas las comodidades y los hijos contratados para servirle a él, cuando la princesa tuvo 15 y volvió a casa los puso a disposición de ella, al principio no estaban muy convencidos de fungir de niñeras pero al conocerla mejor con aquel carácter agresivo y sed de sangre le tomaron aprecio, reconocían a una futura líder y no se equivocaron.

Luego llegó Shishinki que le sonrió a Sesshomaru con burla y sadismo.

—Yako—saludo, de respuesta recibió una mirada seria—¿Cuando verás a tu primo?

—Cuando él venga, me interesa poco lo que él haga o deje de hacer—Shishinki iba a contestar cuando se abrió la puerta y Kagome los hizo pasar.

La reina se veía más tranquila y segura de si misma.

—¿Que ha decidido mi reina?— Preguntó Bankotsu.

—Le haremos creer que no sabemos nada, le daremos suficiente cuerda para que se cuelgue y se lleve a su familia con él. Yako, tendrás libertad de desplazamiento, podrás entrar y salir sin necesitar mi autorización,así Naraku tendrá más acceso a tí, hazle creer que me odias como seguramente lo haces, cuando se crea listo para atacarme nosotros lo atacaremos.

—Ya todos deben saber de nuestra reunión—dijo Suikotsu, otro de los Shichinintai, tenía apariencia pacífica pero su expediente criminal decía todo lo contrario.

—Tienes razón, por eso los he mandado a almorzar, necesitaba que todos vieran que están en casa—esto los sorprendió—incluso contaba con que Yako no se les uniera y se mantuviera ignorando a todos como siempre, eso daría a entender que por su parte nada ha cambiado—su tono fué tan relajado que no sabían que pensar de la reina ¿Estaba siendo cuerda y calculadora o estaba delirando?

—Mi reina, al parecer aún no comprenden—dijo Ryokuto tan calmado y gentil como solía ser.

—Todos saben que atacaré al oeste, incluso ellos lo saben, solo que se hacen los desentendidos, pues armaremos una gran cacería, será entrenamiento para lo que se le viene al sur. Luego te daré a tí esa casa Bankotsu, serás la cabeza de la familia del oeste, por supuesto tus hermanos estarán a tu lado si ellos lo desean.

—Mi reina, pero nuestra misión es estar a tu lado—dijo el moreno sorprendido por su nombramiento.

—¿Y que mejor forma de estar a mi lado que dirigiendo la zona oeste?—él miró a sus hermanos, todos estaban de acuerdo con la reina, lo podía ver en sus miradas.

—Aceptamos este honor mi reina, pero estaremos a su lado cuando nos llame—dijo con gran seriedad.

—Eso espero—miró a los Shichinintai—de todos. En fin, en 15 días iremos contra el oeste, Yako, tú ve a la reunión con Naraku, supongo no necesito recordarte que debes decirme cada palabra de ese encuentro.

—Ya lo estás diciendo.

—¿Entonces deberé decirlo diario?—pregunta alzando una ceja, aunque esperaba esa respuesta no dejaría que la tratara con tanta informalidad frente a todos—¿Harás que la reina de la mafia te recuerde a diario la orden que te ha dado?

—No su magestad—tal vez estaba siendo demasiado condescendiente y arriesgando la poca suerte que le quedaba.

—Perfecto—sonrió complacida y entusiasmada—ya quiero ir de cacería y…—su mirada se perdió y su sonrisa se borró de su rostro, todos sabían a qué se debía, estaba planeando una cacería a solo días de perder a su mejor amigo—esten atentos a mi llamado—dijo en un tono apagado—sin esperar más todos salieron a excepción de kagome y Ryokuto.

—Rin, todo irá bien—se le acercó Ryokuto—mírame—toma su rostro con delicadeza—todo irá bien y tu amigo estará orgulloso allá en el Yomi, también Tasudo y mi tía lo están, estoy seguro—ella lo abraza—calma, estoy aquí para tí—correspondió.

—Gracias—susurró acurrucándose en sus brazos, esos días fueron su refugio aún cuando se pensaba en brazos de otro, uno que la hizo sentir completa y ahora se había llevado parte de ella.

—Kagome, sal—ordenó Ryokuto y la mujer salió al no ver a su hermana oponerse—Rin—ella alzó su rostro y él la besó—No me hagas esto.

—¿De qué hablas?

—De Yako, no soy el otro, soy tu pareja ahora, tú me aceptaste así, no te estoy obligando.

—No tengo nada con Yako—se excusó sorprendida por el dolor en la mirada de Ryokuto.

—Se que lo amas pero permite que el amor que sientes por mí sea como el que yo siento por tí, aún cuando te ví nacer y crecer desde que te volviste una hermosa señorita empecé a sentir cosas por tí, esa es la verdadera razón por la cual no podías vivir conmigo, algún día el deseo sería más fuerte y te tomaría—ella estaba sonrojada—disculpa mi franqueza pero creo tenemos la confianza para hablar así—ella afirmó con la cabeza—pero me alejé mucho, tanto que te enamoraste de otro y te entregaste a él—Rin bajó la mirada pero Ryokuto hizo que lo mirara nuevamente—No estoy molesto contigo, te amo demasiado mi pequeño sol—acarició su rostro—además solo era… tu primo.

—Ryokuto, lo que sentí por Yako fué algo que me golpeó y me sacó de mi comodidad, algo nuevo y que me abrió los ojos a muchas cosas y sentimientos, todos han estado a mi lado gran parte de mi vida, eran solo familia y con él al ser de fuera no tenía ningún vínculo emocional, por eso tal vez empecé a sentir cosas.

—Óyete, fingiendo que está en el pasado cuando hace unas horas…—se fué a apartar pero Rin no lo permitió.

—Yo te elegí.

—Y tu corazón a él.

—Te lo estoy entregando a tí—él la besó de una forma más intensa con deseo de devorarla toda pero conteniendo las ganas de más.

—Rin—suspira al apartarse—quiero seas mía por completo pero te esperaré, siempre esperaré a que estés lista—dijo suavemente al pegar sus frentes y mirarla a los ojos.

—Yo… no sé cuando esté lista, pero cuando lo esté te lo haré saber—él rió sutilmente.

—Se que así será, eres mala ocultándome cosas—ella se sonrojó.

—Yo no te estoy ocultando nada.

—Xq todo ya lo sé—beso una última vez sus labios y Rin lo abraza. El apreciaba el calor de aquella chica entre sus brazos, no deseaba tocar más ese tema desde la última vez pero debía sacarla del letargo al que caía en picada, ella en un estado depresivo se sumergía en un abismo difícil de sacarla, después de todo era una chica de 22 años sin nadie que le enseñara sobre sentimientos, Kagome no es que fuera una gran ayuda con su complejo de inferioridad, sabía que amaba a Rin como hermana pero siempre la veía como a una diosa a la que debían dejar ser por lo que nunca fungió de guía aún siendo mayor.

Sesshomaru entró a su habitación y se acostó en su cama cubriendo sus ojos con un brazo, sintió una pequeña punzada y recordó que era donde Inuyasha le había disparado. Debía comunicarse con Kirinmaru y con Toga, incluso con Inuyasha. Ya podía salir pero seguro sería vigilado, debía darle seguridad a la reina, aburrirlos con salidas absurdas, se puso de pié y comenzó su estratégia.

Al salir de la mansión nadie le preguntó nada, se dirigió a un café, luego fué a un restaurante, era relajante comer sin pensar en que debía tener veneno, incluso había adoptado un plan para saberlo, comía solo lo que las aves que llegaba a su ventana comían sin morir, además que recordó que tenía días sin probar bocado. Fué a una biblioteca solitaria antes del atardecer, allí notó a dos de los hombres de la reina, nunca habían hablado pero los había visto un par de veces en el campo de entrenamiento, sería mucha casualidad que estuvieran allí para leer.

Cerca de las 8pm fué a cenar y por último a una plaza, estaba abarrotada de gente y su bullicio nocturno, parecía una feria, la risa de los niños y las parejas tomadas de la mano, aún cuando detestaba estar rodeado de gente podía apreciar un momento así, la gente en paz, felices, por cosas así se unió a la policía, para que todo estuviera en armonía, su misión personal era detener el caos y en esta misión el caos era la reina, la que ya no era su Rin.

A la media noche llegó a la mansión, el movimiento era el de una noche cualquiera, nada fuera de lo común, armas, drogas, cuerpos en sacos, al principio aquellas imágenes le eran perturbadoras, asquerosas y lo hacían enojar, ahora era algo de cada noche, solo le quedaba tomar notas mentales de cada crimen, cada rostro, cada nombre, ya podía salir, cuando se deshiciera de sus nuevas niñeras compraría un nuevo celular para poder comunicarse con su gente y tomar fotos, necesitaba evidencias, el actual teléfono estaba conectado a la red de la reina y oían cada llama, imaginaba que podían ver las fotos y tener un rastreador también.

Los siguientes tres días hizo prácticamente lo mismo, ya al cuarto día no vió entrar a nadie a la biblioteca ni al restaurante, dió varias vueltas y cuando estuvo seguro que no lo seguían entró a un centro comercial, las miradas de todos sobre él le era molesto, mujeres que lo miraban como si fuera un trozo de carne, detallando cada centímetro, los hombres queriendo ser él, eran testigos de lo que hiciera, se acercó a un puesto donde vendían accesorio un tanto cursis, apenas era una casilla pero también vendían teléfonos, la vendedora lo miraba como si fuera la persona más hermosa del mundo, como si en cualquier momento le fuera a saltar encima, tenía un ridículo disfraz de algún programa de televisión y el cabello rosa chicle.

—Un celular desechable—dijo colocando el dinero en la barra.

—Todo lo que tú quieras ¿Te anexo mi número?—él la miró con seriedad pero ella solo pareció más embelesada.

—Ahora, color negro—ella sacó una caja de debajo del mostrador, llegar con esa caja sería muy notorio por más pequeña que fuera—solo el celular—ella parpadeó y sacó el celular.

—¿Y el cargador, los audífonos y los accesorios?

—Deme un cargador individual, de esos—lo señala.

—¿Esta seguro? Ya la caja trae uno—él no respondió, si lo seguían vigilando su coartada sería que compró aquel cargador. Entonces vió el un absurdo colgante para celular, creía eso ya no se usaban, pero por alguna razón le recordó a Rin.

—¿Que es eso?—la vendedora volteó y tomó el accesorio.

—Es un strap, se usa como accesorio para el celular, hay de muchos diseños, éstas son frutas, si no me equivoco melones—dijo ella analizando el empaque—dice que tiene olor—sonríe y se lo tiende, al tenerlo en manos supo xq le recordó a Rin, sus besos siempre sabían a fruta fresca, lo abrió y reconoció el olor, sin pensarlo dos veces colocó un par de billetes mas—A su novia le encantará—dijo con un puchero. Sesshomaru guardó el celular en su bolsillo mientras la vendedora guardaba en una bolsa el cargador y el strap.

Un par de horas después volvió al "palacio", afuera estaba la reina hablando con uno de los que lo vigilaban, este al verlo llegar palideció, seguramente le tocaría un fuerte castigo por perderlo de vista.

—Buenas noches Yako, justo preguntaba por tí, necesito que hagas un trabajo—dijo mirando la bolsa que traía—¿Te haz comprado un teléfono? ¿Se ha dañado el que te dimos?

—Un cargador, se me ha descargado el celular, tal vez por eso no me haz encontrado—dijo de una forma tan natural que hasta él se lo hubiera creído.

—¿Solo eso?—su mirada desconfiada no paso desapercibida.

—Te he comprado algo—sacó el strap, la mirada de sorpresa y felicidad de Rin era la más hermosa que pudo ver en su vida, ella lo tomó y lo abrió.

—Es hermoso Yako, gracias—se lo colocó en su celular para luego abrazarlo, entonces se sonrojó y se apartó del peliplata—necesito que vayas con Genbu al Área 49, asesina a todos y que sea rápido—dice adoptado la actitud de la reina, Yako asiente y se da la vuelta—Yako—le llama—gracias, de verdad.

Sesshomaru no contestó, solo siguió su camino, junto a él iba su niñera que seguramente estaba agradecido de seguir vivo, se dirigieron a una camioneta negra que usarían de transporte.

—Eres muy escurridizo Yako—dijo Genbu—parpadié y ya no estabas.

—No me interesa cuidar niñeras, la próxima vez dejaré que la reina te corte la cabeza.

—Sabías que te seguía y has comprado un regalo solo para salvar mi vida—dice el hombre— aunque haz puesto mi vida en riesgo también la haz salvado.

—Solo guarda silencio el resto de la noche—dijo Sesshomaru, le sorprendía como los miembros de la mafia eran tan confiados, cada uno de sus actos eran siempre justificados por otros, tal vez se debía a la admiración que le tenían, ilusos.

Genbu condujo la camioneta hasta un sector lleno de clubes nocturnos, muchos de ellos ilegales, de aspecto asqueroso con luces parpadeantes y mujerzuelas excesivamente maquilladas.

—Tal vez no estés acostumbrado a estos lugares, pero aquí es a donde te mandaron—se detuvo en una bodega con un letrero en letras fluorescentes “Área 49”—¿Podrás solo?

—Quítate del medio—bajó de la camioneta, caminó hasta la puerta trasera de dónde sacó una par de armas más para luego dirigirse a la entrada.

—No pueden…—Yako alzó el brazo y disparó al guardia de seguridad de la puerta, este cayó muerto a sus pies permitiendo el paso sin problemas como un tapete de bienvenida.

Al entrar se percata que el lugar era una arena de peleas de perros, una misión fácil de ejecutar. El lugar era invadido por olor a carne asada y sake, alrededor de la arena tres hileras de sillas metálicas, solo unas 15 estaban ocupadas, más allá habían tres montículos en la sombra sobre un charco oscuro, no era difícil saber que eran los desafortunados en combate. En ese momento dos sujetos estaban en la arena sujetando a dos Rottweiler mientras él réferi comentaba con entusiasmo que aquellos animales eran hermanos y que lucharían a muerte, el público gritaba como loco.

Aquellos segundos que pasaron tenían harto a Yako, se acercó a la arena y disparó a los sujetos que sujetaban a los perros, al instante estos atacaron al réferi que no podía defenderse con aquel simple palo, unos cuantos quisieton ayudar pero Yako no estaba allí para observar así que uno a uno fueron cayendo todos.

Solo el sonido agónico del hombre en la arena y los gruñidos de los perros se oían en el lugar, Yako se acercó y silbó, de inmediato los perros pararon y se acercaron a él.

—Son unos estupendos chicos ¿Cierto?—ellos se sentaron firmes como esperando alguna instrucción—vendrán conmigo.

—Yako, la reina ordenó matar a todos, eso incluyen…—el ladrido fiero lo hizo guardar silencio.

—Tontetias—abrió la puertecilla y ambos Rottweiler salieron con rapidez parándose frente a Yako, este acarició ambas cabezas y retiró las cadenas que marcaban sus cuellos—andando—se pusieron en marcha dejando atrás a Genbu. En la camioneta Yako se sentó atrás con sus nuevos compañeros, se quedarían en su habitación, por fin dormiría tranquilo por las noches.

Los Rottweiler solo permitían a Yako y a Jaken cerca, aunque al hombrecito no lo aceptaron a la primera pero su fidelidad al peliplata los hacía permitir su cercanía.

Ya solo faltaba un día para su visita a Naraku, debía reunirse con urgencia, luego de su rutina para perder a su niñera sacó el celular y llamó a Toga.

—Comandante Taisho—contestó.

—Comunícate con Kirinmaru, debemos reunirnos ya mismo.

—¿Sesshomaru? ¿Es una línea segura?

—Nadie tiene este número, dile que me pase buscando por el callejón junto a “Ribu Roosu”, él debe saber dónde es, que sea rápido.

—¿Estás bien?—preguntó preocupado.

—Nos veremos en cuanto Kirinmaru me venga a buscar—colgó. 10 minutos después el pelirrojo llegó y le arrojó un bolso.

—Quítate todo, hasta el boxer, deja el celular, cámbiate, en el bolso hay ropa—dijo mirando a los lados, de inmediato Sesshomaru cambió sus ropas por unas deportivas.

—¿No había nada mejor?—dice al montar al auto de vidrios oscuros y dejando el bolso con sus ropas en un rincón oculto del callejón. El pantalón era morado y la franela verde oscura.

—Tuve que salir corriendo prácticamente, fue lo primero que tomé, agradece que te cabe y que está limpio—dice sin dejar de ver por el retrovisor mientras conducía.

—No me siguen.

—¿Que sucedió?—mira al detective.

—Mucho, llévame a ver a Toga.

—No es posible.

—Créeme que lo es, tengo las evidencias que quería y las fechas para que capture a la reina—Kirinmaru frenó de golpe y mira a Sesshomaru con sorpresa.

—Vamos inmediatamente a ver a Toga—tomó el teléfono y llamó a su superior, minutos después estaban en aquel estacionamiento donde empezó su misión—¿Que tanto pudo pasar en una semana?—le preguntó Kirinmaru mientras esperaban.

—Mucho, luego que colgué la llamada contigo, me ha costado comunicarme.

—He oído que los hombres más leales a la reina están en palacio.

—Lo están—en eso llegó un auto negro, Sesshomaru lo reconoció de inmediato, era Toga. El comandante de la policía bajó del auto y abrazó a su hijo aunque este no le devolvió el abrazo.

—¿Estas bien?—lo miró con cuidado, su hijo solo asintió—¿Que sucedió? ¿Te han descubierto?

—Solo vengo a entregar información de la misión—le ofrece el celular—es la evidencia que necesitas, fotos de armamento, drogas, cadáveres, personas involucradas, la reina—Toga mira las fotos sorprendido.

—Bien hecho chico—oyeron la puerta del auto abrirse y salió el peliplata menor.

—Sesshomaru—dijo en forma de saludo, la mirada del mayor de los hermanos de endureció, en unos cuantos pasos estaba junto a su medio hermano y lo golpeó con todas sus fuerzas arrojándolo al suelo—¿Que te pasa?¿Xq me golpeas?

—Eres un idiota Inuyasha—dijo preparado para volverlo a golpear pero su padre lo detuvo—¡Mira antes de disparar imbécil!¿Tanto te cuesta?

—¡Le disparaste al viejo!—le quejó.

—Todo estaba calculado, no soy tú.

—¿Cómo iba a saberlo? ¡Ninguno me dijo nada!

—¡Misión secreta inútil!—Inuyasha volteó la mirada ofendido.

—Pues ahora estoy en la misión y puedo saberlo todo.

—Ya lo sé, así como Shishinki—Inuyasha lo mira confundido y Toga lo mira sorprendido.

—¿Shishinki está vivo?—pregunta Toga.

—Y es el encargado de asesinar a Inuyasha y a mí.

—¿Quien es ese sujeto?—pregunta Inuyasha de pie.

—Un antiguo espía de Tasudo, lo creí muerto.

—Es el encargado de asesinarnos a nosotros, nos tiene vigilado, sabe que Inuyasha está aquí.

—Un minuto ¿Nos?

—Sabe quién soy, tiene años vigilando a ambos.

—¡Entonces no puedes volver allá!—le advierte Toga.

—Sin mi nunca atraparán a la reina, cuento con las fechas justas de grandes eventos donde será fácil su captura, además Shishinki no me asesinará aún, me necesita la reina y él no se arriesgará a molestar a la reina.

—Kirinmaru me dijo que tenías su nombre—muestra la foto

—Se llama Rin.

—¿Puedo ver?—Inuyasha toma él celular—Yo… yo la conozco—dice sorprendido.

—Por supuesto, fué tu vecina por años ¿Cierto Toga?

—No, la conozco del colegio, era de grados inferiores pero si la llegué a conocer, siempre andaba con su hermana.

—Vaya Toga, Tasudo siempre se encontró en tus narices.

—Dijiste que conocías fechas, habla—dijo Toga molesto por la verdad.

—Mañana me encontraré con Naraku, él quiere que lo ayude a asesinar a la reina, ella lo sabe y quiere que la ayude a asesinarlo a él, el plan es fingir estar de lado de Naraku para acorralarlo.

—Todos sabemos que los hombres más cercanos a la reina están en palacio, Naraku debe estar alerta ya.

—Ella es astuta, en una semana atacará a la familia del oeste.

—Va a enmascarar el ataque a Naraku con el ataque al oeste—dice sorprendido Kirinmaru—realmente astuta.

—Pueden intentar capturarla en el oeste o en el sur, yo recomiendo sea en el sur, se estarán matando entre ellos facilitando las cosas.

—Bien pensado ¿Cuando será?—dice Toga.

—En tres semanas, 15 días después del ataque al oeste. Si no la detienen ese día nunca lo harán, debo volver, nadie debe saber que hablamos, aunque lo más seguro es que Shishinki ya lo sepa.

—Ten cuidado hijo—le mira con preocupación Toga.

—Cuida mejor de Inuyasha, él no es indispensable para la reina.

—Tiene razón Toga, Yako se ha hecho de una gran cercanía con la reina, está entre sus hombres indispensables.

—¿Ah sí? ¿De que forma?—mira con cuidado a su hijo.

—Tengo la mejor puntería de todos, incluso confió tu vida en mis manos, yo soy el único encargado de tu muerte Toga, debes estar agradecido por eso, es una razón más para no sacarme del caso.

—Nos volveremos a reunir Sesshomaru, continúa así—su hijo asintió—Kirinmaru, van contra el oeste y contra el sur, ten cuidado.

—Para eso está mi primo que cubre mis espaldas, además está agradecida por regalarle a mi primito.

—No digas tonterías Kirinmaru—lo mira con rudeza.

—Solo bromeo, además oí por allí que se va a casar con el primo.

— Sería una unión letal—dice Toga—Ryokuto…

—¿Pueden hablar luego? Es tarde—se dirige al auto.

—¡Sesshomaru!—le llama Inuyasha y su hermano lo mira—Buena suerte.

—Deberías saber que los que recurren a esas supersticiones nunca llegan a ser los mejores.

—Solo quise ser cortez amargado—se cruza de brazos retirando la mirada.

—Inuyasha—este lo mira molesto—ten cuidado—ante esto el menor de sonrojó apenado, su hermano nunca le había dicho algo así, sin poder decir nada mira alejarse el auto.

—Tu hermano te quiere hijo—le dice Toga.

—Pues no lo demuestra—vuelve a retirar la vista pero en su interior le deseaba lo mejor a Sesshomaru.

🌺🌺🌺❤️🌺🌺🌺

No, no es jueves, es miércoles, pero mañana estaré muy ocupada así que para no dejarlos mal acá está el capítulo...

Por cierto el lunes mi hijo mayor cumple 12años 😱😱😱 como crecen en un parpadeo, él siempre está pendiente de cuantas estrellas me dan y cuántas lecturas tengo 😂🤣 pero no lo dejo leer mis historias xq está muy chico aún... Tiene la idea base pero hasta allí.

Los leo.

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