ACT ONE: CALM ━ CHAPTER SEVENL, ᴍᴇᴇᴛ ── 会う
LA MAÑANA HABÍA LLEGADO, el único escuadrón presente en ese lugar esperaban la llegada de los demás miembros de la Legión.
── Ya deben haber partido, seguramente estarán aquí en medio día. ── Mencionó el mayor.
Los cuatro chicos se encontraban en el tejado del castillo, apenas había empezado a amanecer.
── Este lugar está realmente sucio, será un largo día cuando el capitán Levi llegue. ── Dijo Maira.
── Espero no me toque limpiar los establos, es lo peor del mundo. ── Leonardo recordó las veces que Levi había hecho que limpiará los establos.
── Los que más suerte tienen son Ide y Josua. El capitán siempre los hace limpiar juntos las ventanas.
── Maira... Eso es por que Josua es alto y llega a las zonas más altas de las ventanas con facilidad, en cambio Ide por que su cuerpo cabe fácilmente entre las ventanas pequeña y puede limpiarlas desde afuera.
── ¡Eso cualquiera puede hacerlo con el equipo! Es injusto.
── ¡No peleen! ── Los dos chicos se quedaron estáticos al escuchar la voz de el más alto. ── A ustedes siempre les ponen el trabajo difícil por que se la pasan peleando.
── Nos gritaste... ── Ambos chicos miraban con rencor al más alto. ── Josua... Nosotros nunca te gritariamos...
── Este... Los demás acaban de llegar. ── Iraide interrumpió la pelea.
── Dejen de comportarse como niños, vamos. ── El escuadrón caminó hacía la entrada de el castillo.
── ¡Que increíble! Es realmente grande. ── A lo lejos pudieron escuchar la voz de Hange, quien seguramente había sido la primera en llegar debido a su desesperación.
── ¡Hange–san! ── Maira corrió hacia Hange.
── Este lugar está realmente sucio. ── Levi entraba en compañia de su escuadron. ── Aten a los caballos en los establos, denles comida y agua. ── Habló mirando a Leonardo y Maira. ── Los demás, tomen escobas y pañuelos, empezaremos a limpiar este lugar.
Todos obedecieron y empezaron a buscar lo pedido, Iraide junto Josua acompañaron a Erwin a su despacho.
── Dentro de unos días llegaran los nuevos reclutas. Rápidamente empezaremos con las preparaciones para una nueva expedición. ── Anunció el comandante.
── ¿No será muy apresurado para los novatos?
── Tenemos que traer resultados lo más pronto posible para que no nos quiten a Eren, respecto a su seguridad, el escuadrón de Levi estará a cargo, pero, me gustaría que Iraide también estuviera al pendiente de el y de los demás reclutas, eres de extrema confianza. ── Erwin miró a la más baja quien estaba a un lado de Josua.
── Está bien.
── Ve y habla con el. ── Josua puso su mano sobre el hombro de la pelirroja.
── ¿Ahora? ── Claramente estaba nerviosa, nunca había hablado con alguien de su edad.
── Si, es una orden.
Miró a Josua, su mirada era sería.
Sin decir nada, salió de la oficina y empezó a buscar al ojiverde. En una habitación un poco alejada, lo pudo ver limpiando las ventanas, sus manos empezaron a sudar y su boca a temblar, camino lentamente hacía la habitación.
── ¿Eh? ── El ojiverde se giró al sentir la presencia de alguien detrás suyo.
Iraide empezó a temblar, no pensó que el chico la fuera a descubrirla intentando hablarle.
── Tú...
── Necesitas...... ¿Necesitas ayuda en algo? ── La voz de la chica tembló.
El ambiente era incómodo, ambos estaban muy nerviosos sin saber que decir.
── Eh... No, así esta bien...
Los nervios se hicieron aún más fuertes al ser rechazada, su intento de hablar había sido totalmente cortado. Su mente empezó a llenarse de malos pensamientos y su respiración se hizo irregular.
── Entiendo...
Dió la vuelta y caminó hacia la puerta.
── ¿Cuál es tu nombre?
Cuando estaba por salir de la habitación, escucho la voz del ojiverde.
── Soy...Soy Iraide, Iraide Rosse, tu eres Eren Jaeger, ¿verdad?
El chico se acercó a la más baja.
── No quiero ser mal educado, pero mis manos están sucias y no podría sostener las tuyas. ── Una sonrisa adorno el rostro de el chico. ── Es un gusto, Iraide.
Los nervios abandonaron su cuerpo, le recordó a la vez en la que habló con su grupo de amigos, ellos habían sido tan cuidadosos con ella, y ahora el hacía lo mismo.
── No hay problema. ── Habló un poco más tranquila. ── Es un gusto poder hablar contigo tranquilamente. ── Extendió su mano.
El chico ojiverde miró la pequeña mano de la chica, tenía unas cuantas cicatrices, sus dedos eran pequeños y anchos. Tomó su mano y se saludaron formalmente. Su mano estaba sucia, pero eso a ella no le importaba.
── ¿Estabas limpiando esa ventana? ── Se refirió a la pequeña ventana detrás de ellos en una esquina.
── Si.. Pero no puedo hacerlo desde afuera, es alta y no puedo alcanzarla. ── Sonó preocupado.
── Dejame ayudarte.
Iraide se asomó por la ventana que estaba en la otra esquina de la pared. Miró hacía arriba, notando que había un pequeño balcón. Se sujeto de los barrotes que estaban en el balcón, con su equipo se sujeto. Eren se acercó a la ventana por el que la chica había salido, miró como de sujetaba con su equipo.
── ¿Me prestarías tu trapo? ── El chico asintió y le entregó uno de los trapos con los que limpiaba.
La chica se balanceo hasta llegar a la venta pequeña del lugar y empezó a limpiarla.
── No lo había pensado antes, aunque si lo hubiera hecho seguramente hubiera caído. ── La chica sonrió.
El chico miró la sonrisa de la chica, sonrió también al verla, el atardecer detrás de ellos hacia resplandecer los ojos de ambos.
── Esos dos se llevarán bien.
El equipo de la chica miraba desde abajo la escena entre los dos adolescentes.
── No la molesten, durante el tiempo que estuvo con nosotros nunca de interesó en alguien, es bueno para ella.
Los tres sonrieron al ver a la menor hablar con alguien más. Decidieron darles privacidad y se marcharon de ahí.
── Idiotas, saben que puedo escucharlos. ── Iraide sonrió al escuchar la conversación de su família.
Entró por la ventana una vez término de limpiar la ventana.
── Gracias por tu ayuda. ── El chico le sonrió.
── No te preocupes, ve a ducharte, pronto será la hora de la cena.
── Entonces, nos vemos luego. ── El chico se despidió y salió del lugar.
Al día siguiente la Legión había salido temprano a la zona donde tenían a los Titanes por el escándalo de que los habían asesinado. Iraide no prestaba atención, prefería estar alejada de toda la gente. Escuchó los gritos de Maira y Hange al ver los huesos de los cuerpos de aquellos titanes evaporarse poco a poco. Pudo ver a Erwin junto Levi acercarse a Eren, unos segundos después ellos se fueron dejando al chico asustado. Iraide notó la inquietud en la cara del chico. Se acercó a el desde atrás, en un intento de llamar su atención tocó su hombro. El chico salto asustado por el repentino toqué.
── Lo siento, no quería asustarte. ── Iraide notó la mirada perturbada de el chico.
── ¿Ah? No importa. ── El chico miró a la más baja frente suyo, tenía el uniforme de la Legión completo, su capa ocultando su equipo. Recordó la vez que estaba a punto de desmayarse y ella apareció para ayudarlo.
── ¿Estás bien? Luces asustado. ── Preguntó preocupada.
── No es nada, perdona si te preocupé.
── Pasado mañana, vendrán tus amigos. Con ellos te sentirás mejor. ── Colocó su mano sobre el hombro del chico en señal de apoyo.
── ¿Puedo hacerte una pregunta?
── Si.
── ¿Cuándo entraste a la Legión?
Sentía curiosidad, recordaba haber visto a una niña de su edad hace años con el uniforme de la milicia igual a Iraide.
── Entré a la Legión hace 5 años, tenía 7 años cuando entré a la milicia.
Eren se sorprendió, apenas era una niña y tenía que someterse a todos esos entrenamientos. Si el a duras penas lo había logrado, como la pasaría ella.
── ¿Por qué entraste a la milicia a esa edad?
Iraide se removió incómoda al recordar todo eso.
── Tenía un hermano menor, el tenía 5 años en ese entonces. Nuestra madre había muerto por lo cual yo me hacía cargo de el. Entré a la milicia teniendo en mente entrar a la Policía Militar, sin embargo cambié de opinión y entre a la Legión. No se nada de él desde hace 5 años.
── Lo siento, no debí haber preguntado.
El chico notó que la más baja empezaba a ponerse un poco incómoda.
── ¡Eren, vámonos!
Ambos miraron a la chica quien llamaba a Eren.
── Es mejor que vayas, tal vez te expliquen algunas cosas sobre la próxima expedición. ── Dijo.
── Bien, entonces nos vemos. ── Iraide asintió, miró al chico irse junto su escuadrón.
── Te acercaste a el por ti misma, no pensé que lo harías.
Dió un brinco en su lugar por el susto que la había causado su compañera, detrás de ella estaba su equipo mirándola con una sonrisa.
── ¿Por qué me miran así?
── No es nada, vámonos.
Miró a sus compañeros caminar frente a ella, todos sonriendo felizmente. Los siguió desde atrás con una sonrisa.
Hoy era el día en el que los nuevos reclutas llegaban, el día de la elección Iraide no había podido ir ya que tenía que vigilar a Eren pero según Maira le había dicho, la mayoría de los reclutas de habían ido por el miedo de el plan que Erwin les había dicho.
── ¿Te explicaron las formaciones?
Eren de encontraba en el patio del castillo, junto a él Iraide.
── Si, pero es un poco confuso.
── Tus compañeros llegaron hoy, ¿no quieres ir a saludarlos?
Los ojos del chico resplandecieron al escucharla noticia.
── ¿De verdad puedo?
── Si, ven conmigo.
La chica lo guió hasta donde se encontraban los nuevos reclutas, era la primera vez que veía al grupo que se había unido recientemente, y era muy pocos.
── Ve, te esperaré aquí.
── ¡Mikasa, Armin!
Eren corrió hasta donde sus amigos, miró al chico irse pudo ver a unos metros suyos a Leonardo.
── Esos son los chicos que cuidaste. ── Comentó el.
El mayor de acercó y se posicionó a un lado de ella.
── Si. El comandante tuvo que decir algo demasiado brusco como para que tan pocos se unieran.
── Lo hubieras visto, la mayoría salió corriendo.
Al parecer el chico conocía a todos los que se habían unido. Iraide pudo divisar a tres chicos realmente altos, un rubio y dos castaños. Uno de ellos tenía los ojos azules. Estaban opacos y no mostraban emoción alguna.
── ¡Llegaron sus uniformes!
Todos los nuevos reclutas se reunieron y se colocaron sus uniformes.
── Wow, eso se vió espectacular.
Todos se colocaban la capa de la Legión con una determinación admirable.
── Lo de nosotros fue vergonzoso. ── Recordó la chica.
── Fue por Maira, la tonta se enredó con la capa y terminó callendose.
── Nosotros también éramos nuevos en ese entonces. ── Recordó la pelirroja.
── Quién iba a imaginar que luego de eso nos esperaría años de entrenamiento para poder formar nuestro escuadrón.
Eren junto a los demás chicos empezaban a alejar del lugar.
── Ve con el, si no lo vigilias el capitán Levi se enojará. ── Advirtió.
Se despidió con una pequeña sonrisa, siguió desde lejos al chico, prefería no acercarse demasiado. El grupo había entrado a uno de los almacenes, Iraide esperó en la puerta del lugar. No prestaba total atención a lo que hablaban, hasta cierto punto.
── En resumen, hasta ahora ni siquiera tienes conocimiento sobre tus poderes de Titán.
Pudo divisar a un chico frente a Eren.
── Por otra parte, es prueba de que no sabes controlarlo.
Pudo notar que Eren cada vez estaba más incómodo al igual que los demás reclutas.
── Si, exactamente. ── Había respondido.
── ¿Han escuchado?, esa es la verdad. La vida de la humanidad está en manos de este hombre.
Iraide suspiro cansada, fastidiada de lo que decía el chico. Dejó de prestar atención en la conversión prestando atención solamente a sus movimientos. Cuando el chico desconocido para ella de acercó a Eren y lo tomó por los hombros decidió acercarse.
── Es hora de irnos.
Todo el grupo observó a la chica detrás de Eren, no habían notado su presencia en todo este tiempo.
── ¿Iraide?
── Ustedes no deberían estar aquí. ── Sus manos temblaron. ── Mañana saldremos a la expedición, deberían descansar.
Dió la vuelta para irse, su respiración se volvió irregular al haber notado todas las miradas sobre ella. Miró por última vez a los reclutas chocando con la mirada de aquel chico de ojos azules, que ahora la miraban fijamente y demostraban odio.
Sus manos temblaron por la dura mirada del chico, giró y empezó a caminar hacía la puerta. Eren estaba detrás de ella.
El chico de ojos azules miraba al dúo irse, sus manos apretadas en puños y su ceño fruncido.
── Alex, ¿estás bien?
Miró a su lado a la rubia pequeña que lo miraba preocupada.
── Si.
Miró por última vez la puerta por donde la chica había salido.
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