El peligro y el miedo son dos cosas vitales para la supervivencia humana, tocando membranas sensibles que nos hacen huir, o si es necesario, enfrentar las cosas o situaciones por más miedo que tengamos, y eso era valiente de quien viniera.
Ao'nung estaba con esa incomodidad de que olvidaba algo, la paleta que le robó a Neteyam no le quitaba el tic en su pierna, apretando un poco el acelerador del carro sin querer, esperando a la luz verde para pasar, pero en verdad que sentía que algo no andaba bien.
Sí, era algo que se le quedaba, si iba a ir a tocar, tenía que portar su púa para la guitarra, aquella que le dió su amado novio. Dió la vuelta para regresar a casa, pensando en las notas a transmitir, las pistas que me dejó Rotxo estaban bien hechas, y cuanto antes pudiera, lo quería felicitar.
Se bajó del carro, y estaba metiendo las llaves de la puerta al cerrojo, pero una maceta salió por una ventana del segundo piso, rompiendola, Neteyam estaba en peligro.
—¡Neteyam! —subió rápido al cuarto de los dos.
Una melodía horrible de lamentos le hacía el paso algo pesado, como un dolor que le decía que no entrara a la recamara, su respiración parecía de una persecución, pero fué valiente, y abrió la puerta.
Neteyam estaba en el suelo desmayado, con algo de sangre en su cabeza, luchaba por levantarse, pero Norm que era el agresor, le impedía hacerlo, lo iba a violar.
Satanás se apoderó de su cuerpo, afilando sus colmillos y cerrando con seguro cualquier salida, para que quedarán sólo él y Norm, se tronó los dedos en puño, tronó su cuello y con la guitarra que tenía, golpeó la cara de Norm. El rubio no vio venir nada de eso, porque estaba centrado en su presa que yacía en el suelo.
—¡¡¡TE VOY A MATAR!!! —Ao'nung no dejaba de golpearlo en la cara hasta que su guitarra se rompió.
—¡¡¡ATRÉVETE HIJO DE PUTA!!! —Norm lo provocaba más con el poco aguante que tenía.
Bingo, lo tenía. Ao'nung con el cuerpo hirviendo, arrastró a Norm hasta el baño y arremetió su cara en el lava manos, era pequeño, pero le rasgó la cara, dejándolo irreconocible.
Ahora quien era detenido, era Ao'nung, por un cuerpo más pequeño, Neteyam había despertado, debía detenerlo, o estarían en problemas legales, o más bien, ya lo estaban los dos, una patrulla de policía sonaba afuera de la casa, escuchando la pareja unas corridas subir, Norm respiraba poco, una hemorragia en su cara no se detenía y Ao'nung, nada más se dejó esposar.
—¡¡¡Ao'nung!!! —gritó Neteyam—. ¡Policía, no se lo lleve!
—Lo siento, él es un agresor, y hasta que no veamos más de cerca la escena y no hayan testigos que digan su versión, no podemos hacer nada más que llevarnos a su novio. —el policía llevó a Norm y a Neteyam a una ambulancia.
Una intravenosa pasaba con ardor en las venas de Neteyam, quejándose de que no necesitaba ya nada de eso, la sutura que le hizo el médico le daba igual, estaba por ser dado de alta por fuga; el Sully quería ver a Ao'nung, era horrendo haber regresado a ese lugar del que hace poco salió.
—¡Doctor no podemos sostenerlo, el sedante no hace nada! —un enfermero trataba de sostener a Neteyam.
Cuando el doctor estaba por volver a indicar algo más, Neteyam empujó a todos, saliendo con su ropa llena de sangre y con dolor de cabeza a la estación de policía. La adrenalina se le estaba acabando, emitiendo su cerebro una cefalea tremenda desde su lóbulo occipital hasta los ojos.
La gente aterrorizada le abría paso, en serio que nunca vieron algo así, dejaba fluidos detrás suyo, pero le valía, unos temblores lo tambaleaban, y así llegó a su destino.
—¡¡¡AO'NUNG, AO'NUNG!!! —llamaba a su novio en los pasillos.
Estaba esposado en una celda, los oficiales lo interrogaban y lo trataban como un criminal, él, por más que decía que no hizo nada, no era creído por nadie, lo hizo para defender a su novio, el idiota de Norm iba a abusar de él, ¿qué mierda pasaba con la ley?, eran estúpidos por ni siquiera abrir un caso o algo, todo lo hacían a su modo.
—Entonces estás diciendo que no empezaste tú la pelea, si no que fué en defensa. —evidentemente el oficial no le creía.
—Eso he estado diciendo desde hace horas. —los miraba fastidiado.
Se reían en su cara en lo que bebían café y comían donas, Ao'nung tenía cara de ser chico malo y rebelde; dejar que su apariencia los guiara, era poco profesional, un policía debía ver más allá de eso.
Una alerta sonó tras los gritos de un jóven histérico que buscaba con la cabeza sangrando a Ao'nung, Neteyam se dejó ver, y Ao'nung quería irse a verlo, pero las esposas sujetas a una barra se lo impedían.
—Tenemos a un chico sangrando, llevenlo a la clínica. —ordenó el alto mando.
—¡Nete! —Ao'nung se pegó a una puerta y veía que se llevaban a su novio.
Neteyam estaba ya algo desorientado por la hemorragia, se dejó hacer de los policías y dió una sonrisa antes de que se lo llevaran.
Cada cosa era aún peor, su casa fué hecha un licuado por el idiota del rubio, no le importaba dónde estaba ese doctor de cuarta, importaba que ya no se pudiera acercar a los dos, porque puede que estuviera preso, pero estaba ahí a costa de la felicidad y salud de su bebé.
—Mientras no te acerques a Nete... Todo bien... —susurró.
-§-
Estaba impactada. Grace fué llamada como contacto de emergencia en el teléfono de Norm, y le dijeron que su amigo estaba en estado crítico, dejando su salud comprometida. Con cada información nueva, la mujer fumaba más, Trudy, su otra amiga, ya sabía por él alta voz todo, quería ver a Norm, y ambas se encaminaron a ello.
Trudy y Grace estaban dándole las manos a su amigo que recién había salido de quirofano, estaba vivo, pero no hablaba y tenía un ventilador mecánico en su cuerpo para ayudarlo a respirar, ¿qué pasó?, Grace y su amiga se preguntaban lo mísmo.
—Me duele verlo así... Ni siquiera parece él... —lloraba Trudy.
—Él hizo mucho daño a una persona, puede que sea sólo una, pero es suficiente para que el karma equilibre las cosas. —tallaba la mano de Norm.
Pocas cosas las podía justificar, como el mal humor o las carcajadas molestas de la gente, y en sí, el que fueran muy felices también, Norm era una de esas personas que la agobiaban a veces, dejando que sus emociones la nublaran, pero no era suficiente como para querer verlo así.
—Norm... —le susurró Grace—. Si me oyes... Entérate que estás en serios problemas...
Y sí, sus problemas duraron dos semanas fuertes, con dolores que Norm expresaba porque despertó hacía tres días, unos oficiales lo llegaron a buscar para interrogarlo, y se negó, exusando que no recordaba nada a ciencia cierta, en esas "declaraciones", Grace sentía asco por las mentiras.
—Norm, te conozco bien, y ya has mentido catorce veces hoy, los oficiales tienen a un chico encerrado por tu culpa. —regañó.
—Por mí, que se quede donde está, no voy a decir nada, y más te vale callarte. —desvío Norm su mirada.
Trudy apoyaba a Norm, eso en un inicio, pero el contexto de las cosas, y las charlas con Grace a las espaldas del rubio, le hicieron saber que no quería encubrir más sus pecados, le iría mal su lo hacía. La complicidad, efecto de miedo o justicia, palabra contra palabra, de la cual, la evidencia podía ser quien parar todo ese difícil caos eterno de amargura y desesperación. La verdad.
-§-
Se rascaba las piernas, se mordía el cabello, y lloraba en el pecho de su esposo, su hijo estaba preso, ellos creían lo que Ao'nung les dijo, con el derecho de una sola llamada para decirles lo que pasaba.
—Yo sé que Ao'nung defendió a Neteyam. —se sonaba la nariz.
—No fuimos testigos... Ocupamos la palabra de alguien para cambiar todo...
—¿Quién puede ser ese alguien? —lo miró desesperada.
—No lo sé... Lo lamento...
Una familia poderosa que no podría ser reparada por las riquezas o dinero que poseían, el amor era escaso a ese día, y los Metkayina eran los que se decían ser fuertes, nobles y estrictos, eso ahora no estaba, un mal más, un mal eterno tal vez... La salvación no era para todos...