Apenas salió el Sol, ambos chicos agotados por la inminente acción que esperaban pasara desapercibida, se encontraban de pie restregando sus ojos. Los sacaron de aquel minúsculo cubículo contra su voluntad para llevarlos al escenario, no eran los únicos allí pero la diferencia era que sus ahora compañeros estaban totalmente despiertos desde hace ya mucho, sólo estaban parados allí para verlos entrenar duramente a tan cortas horas de la mañana como si fuera un terrorífico sentimiento de que si no lo hacían bien terminarían muertos. Jimin seguía mirando entre sus manos la ropa que le habían dado, le parecía vulgar que le dieran ropa un tanto minúsculo para que la gente lo viera, pero la mejor idea era llamar la atención para buscar ayuda cuando hubiera público.
-de dónde sacan estás cosas? -le preguntó muy bajo a Jin, quien lo veía un poco culpable de las atrocidades que tendría que vivir-
Él negó. Suspiró rendido ante la preocupación, miró al pelinegro buscando las fuerzas para soportar el incesante dolor en su cabeza que le era provocado por sus pensamientos, él miraba al frente sin reacción alguna, seguía algo con su vista pero miraba a donde él lo hacía y no había nada...
-Jungkook... Estás aquí?
-hay un niño en una bicicleta -musitó de repente confundiendo a jimin-
-un niño? -miró nuevamente al frente buscando con su vista lo que pronunciaba, pero no había ningún niño aquí- y te dice algo?
-no puede decirme nada -miró lentamente a jimin-
-porqué no puede hablarte? -acunó su rostro para llamar su atención, se estaba perdiendo de a poco-
-porqué no tiene cabeza... Pero él nos saluda para darnos ánimo -comentó soltando una pequeña risa bastante traviesa, a jimin se le erizaban los sentidos al escucharlo así-
-diablos jungkook, eres terrible para querer dar ánimos -musitó perturbado-
-quiero regresar al cuarto.
-a ése cuarto? -preguntó mientras miro a otro lado. Se asustó al ver al maestro mirarles de manera sería desde un rincón, después sé percató de que miraba a jungkook- conejito...
Contuvo la respiración al sentir su aliento chocar contra su cuello. Dejó un pequeño mordisco bajo su oreja para después morder su lóbulo, su cuerpo tembló demasiado por el sentimiento, perdió la cuenta de las veces en que se sintió pequeño frente a su mejor amigo por cosas como estas.
-quiero joderte tan duro que te haré gritar por que me detenga. Ése maldito va a escuchar mi nombre hasta el día de su muerte -espetó con una sonrisa bastante cínica sobre su oído-
-entonces que esperas?
-Jung~ ah!~ -sus manos arañaron su espalda en el momento en que llegó a su liberación-
-éso es bebé, córrete para mí -gruñó sobre su oído al llegar a su clímax-
Ambos se miraron entre si mientras jadeaban para recuperar el oxígeno perdido para seguido soltar una risa y quedar abrazados por unos segundos. Jungkook se retiró del interior de su compañero para seguido recostarse a su lado, atrajo su cuerpo caliente hacía su pecho en una forma íntima de tener contacto
-te sientes bien? Te duele algo? -cuestionó, inevitablemente comenzó a oler su cabello-
-estoy bien... Un poco agotado pero de resto estoy increíble -soltó una pequeña risa cuando su trasero fue apretado por la mano del pelinegro-
-ese es mi chico... -alabó-
La pequeña sonrisa de jungkook era el mejor sueño de jimin. Poco después se retiró al baño para asearse un poco y ponerse aquella ropa que le entregaron, no le gustaba mucho el brillo y la ropa tenía mucho de él, era un top corto con lentejuelas doradas cosidas y estrellas negras, un chort de pedrería con correa y su interior era de una tela muy extraña, Jin le comentó que la tela negra del interior del chort era algo llamado látex, lo único que le gustaron fueron las botas
estuvo un largo tiempo mirandosé en el pequeño y agrietado espejo mientras se cuestionaba que era lo que hacia... Porqué le gustaba la ropa? Seguía mirando su reflejo a pesar de que habían unas grandes manos dándole suaves caricias en su cadera
-te ves condenadamente hermoso -murmuró sobre su oído-
-no está tan mal... -se dió la vuelta en sus brazos- que hay de tí?
-mi ropa? -arqueó una ceja- no sé si se ve bien o muy ridícula -señaló con su mirada a la bolsa sobre un tocon de madera-
-no digas eso, no puede estar tan mal...
Minutos después Jimin se estaba tragando sus palabras, estaba sentado frente a la cama mientras miraba a jungkook portar un traje tanto hermoso como revelador, era la primera vez que lo veía vestir así y estaba impresionado, por un momento se perdió del mundo que lo rodeaba mientras analizaba lo que él tenía puesto, parecía ropa sacada de un cuento maniático pero extrañamente se veía increíble en su cuerpo
-jimin? Que tal me veo? -preguntó algo nervioso por la mirada del rubio en él-
-T-tú... Te ves fabuloso -musitó levantándose de la cama para acercarse a él y acomodar el cuello de aquél traje-
Ambos se miraron por unos segundos, de a poco se fueron acercando hasta que jungkook dejó un dulce beso en la punta de la nariz, permanecieron así unos momentos dándose un poco de confort hasta que la presencia de una tercera persona llamó la atención de ambos.
-muy tortolitos y todo -comentó Jin con burla, ambos chicos se separaron, Jimin un poco sonrojado y jungkook con una sonrisa bastante arrogante- pero los quiero en el escenario a ambos, les daré avances de lo que harán y créeme Jimin... me agradeceras de por vida por haber echo tus actuaciones junto a tu chico
Jimin sabía que el pelinegro tenía una sonrisa de egoísmo porque le gustó lo que dijo el pelirosa, le dió un pellizco para hacerlo razonar mientras se lo llevaba a rastras.
-primero que nada, desde que llegaron el circo a estado demasiado tranquilo, tenemos a todo el personal completo y para mí no es bueno porque quiere decir que el maestro consiguió su objetivo de un circo de marionetas. Por primera vez en un tiempo -se detuvo a mirar a ambos chicos- él me dejó elegir que harían ustedes
-y que elegiste? -preguntó Jimin con un poco de miedo-
-jimin... Lo más fácil en el circo es ser bailarín, dejé éso para tí pero tienes un reto bastante difícil -el nombrado se cruzó de brazos muy confundido- deberás bailar por unas tres o cuatro horas seguidas distintos bailes y maneras e incluyendo que debes estar siguiendo cada dialogó o baile que jungkook haga.
-puedo bailar pero no creo soportar tanto tiempo si debo aprenderme diferentes cosas que debo mezclar sin equivocarme...
-equivocarse es lo menos que te puede pasar, andarás por todo el escenario y las gradas con el riesgo a pisar mal, créeme. No le deseo a nadie una caída del pedestal de los acróbatas -agregó bastante preocupado por ambos jóvenes-
-y jungkook?
-bueno con él... El maestro no me dejó elegir por lo que haría tu chico y en cambio me entregó su ropa pero viéndote mejor. -disminuyo su voz para suspirar-
El rostro de Jin era de pura preocupación, miró a Jimin para hacerle entender que él tendría el trabajo más duro y que era el de cuidar a jungkook del maestro, no le gustó el que entendiera su mirada a la primera, el pelirosa dejó a ambos chicos de pie junto al escenario mientras la gente los miraba, lo hacían de la misma manera en la que él lo hizo... Con preocupación.
-porqué él no me dijo lo que tenía que hacer? -cuestionó muy enojado hacia Jimin, el rubio suspiro, odiaba los arranques de ira del pelinegro-
-cálmate jungkook, te explicaré las cosas -murmuró con cuidado-
-explicar qué? que le dijo el maestro... -preguntó bastante amenazante, tenía la paciencia demasiado pequeña por el momento y el silencio de Jimin lo alteraba- ¡Responde carajo!
El grito de jungkook dejó perplejo al rubio, retrocedió un poco ante la amenaza de espacio personal, pero sabía que tampoco podía dejarlo sólo en estos momentos que tenía, odiaba hacerlo pero apenas sintió que le iba a volver a gritar le lanzó una bofetada, el pelinegro quedó pasmado ante su acción.
-como se te ocurra volver a alzarme la voz... -amenazó con una seriedad fingida, debía poner cuerdo a jungkook-
-perdón -se alejó de él con miedo-
-afina tus sentidos jungkook, tu jamás me gritarías sin razón -se acercaba a escasos centímetros cada que se alejaba-
-L-lo sé... Perdón -se detuvo al chocar contra el escenario-
Cerró sus ojos asustado e incluso se hizo pequeño pensando que Jimin le daría otra bofetada pero en cambio apenas se le acercó le dejó un beso en su mejilla y tomó sus manos con dulzura para después besar sus nudillos y mirarlo fijamente.
-no fué mi intención kook -se disculpó sobre sus labios-
-se que lo hiciste por mi razonamiento, gracias... -le regresó el beso aprovechando su cercanía-
-mi amor...
Aquél apodo había echo sonrojar a jungkook, jamás en la vida pensó que no sería él quién dijera ese apodo que le hacía sentir mariposas en el estómago, asintió levemente dándole a entender que tenía su atención, Jimin suspiro entrando ahora en la preocupación en la que estuvo, acunó el rostro de su mayor para darle una pequeña sonrisa de ánimos.
-tu eres el segundo maestro...