Julio,
te suspiro
aguardando el momento del registro.
Que me mires,
pues yo te miro;
al anochecer tu rostro busca el mío.
Pero si me corro, desapareces.
¿Tengo que asomarme para que me beses?
Solo fumas
tu cigarro
e ignoras la osadía
que produces con tu retrato.