3 años después
Nunew
Mi corazón está a punto de salir de mi pecho, no puedo creer que ésta persecución no haya terminado después de correr por todos lados. Zee no está y no me puede ayudar.
A estas alturas estoy más que cansado.
Mí oído se agudiza, tratando de escuchar siquiera una vibración en el suelo, pero nada. No me voy a preocupar porque sé que todo saldrá bien.
– ¡Ja! Ahí estás pequeño travieso.
Después de perseguir a Lian por toda la casa lo pude encontrar debajo del sillón.
Desde que pudo transformarse, no para de hacerlo. Siempre dice que practica, para cuidar a su hermanito para siempre, es bastante veloz y con los pequeños colmillos que tiene ya puede morder muy bien.
Saliendo debajo del sillón, menea su colita, es un precioso lobezno gris oxford, tiene los ojos negros, es bastante serio con todos como Zee, pero con la gente que conoce bien, puede llegar a ser muy tierno.
Se ha dado unas muy buenas peleas con Zee por nimiedades, ser alfas los hará chocar una que otra vez en el futuro pero mi alfa no lo podría amar más de lo que ya lo hace.
Cargo a mi hijo mientras que regresa a su cuerpecito normal, para por fin lograr meterlo en la bañera, no puedo creer que me haya agotado un niño de tres, casi cuatro años.
– Yo quería esperar a papi y Diao transformado para enseñarles mi gruñido. – Me dice tiernamente con un gran puchero.
– Les puedes enseñar hasta a Nat, James y sus parejas cuando vengan, pero ya bañado cachorro. – Lo coloco en la ahora fría agua, pero no importa, su temperatura la calentará.
Por lo general las trasformaciones suceden después de los cinco años, pero Lian se había adelantado cuando cumplió tres años, el doctor había dicho que era un alfa especial.
Podría pasar lo mismo con Diao, siendo un omega muy especial. No me importaría si se tarda en transformarse, es hermoso de antemano.
– Papi ya llegó. – Como siempre me emociono antes sus palabras; ya que, de alguna forma, siempre sabe cuando llega su otro papá.
– Papi ya te verá limpio y tú verás a Diao.
Lo saqué, sequé y vestí para después salir. Zee había llevado a Diao al doctor y yo me tenía que encargar de cuidar a Lian.
– Soy un desastre como omega y padre. – Salgo de la habitación para darle un casto beso a mi pareja.
– No es cierto papi. – Dice Diao con una sonrisa.
– Concuerdo... Eres un perfecto omega y un padre excelente. – Cargo a Diao, mientras que Lian sale del cuarto convertido en un pequeño lobo.
– Niño, más te vale que te hayas quitado la ropa, papi ya no te comprará más. – Digo haciendo reír a Diao.
– ¡Yo también quiero! – Mi segundo hijo patalea en mis brazos para que lo baje.
Inmediatamente empiezan a jugar, gruñéndose tiernamente, Lian siendo un lobo y Diao solo gateando.
– Ya le pedí a Net que cuide de los niños, Nat no podrá por su bebé. – La voz de Zee me hace levantar la vista de mis hijos hacia él.
– ¿Cuidarlos? ¿Vamos a salir? – Pregunto con curiosidad.
– Nhu... Olvidaste de nuevo qué día es hoy. – Me dice seriamente. – Hoy empieza tu celo cachorro.
- Oh... - Digo con una sonrisa inocente.- Y... ¿Qué haremos?
Me acerco hasta su fornido pecho para pasarle un dedo por éste.
- Ya verás mi niño... Ahora preparémonos porque vendrán por los niños.
- ¿Y Nat no traerá a su hijo? - Pregunté con emoción.
El amigo de Zee, Max, y ahora mi más cercano amigo Nat, habían tenido su primer hijo hacia unos meses.
Max había estado sobreprotegiéndoles como buen alfa y padre, y no habíamos podido verlos.
- Si, vendrán las dos parejas y un cachorro nuevo para que lo conozcan los niños.
No podía estar más alegre. Los cinco estábamos juntos, la soledad que había tenido durante tantos años por culpa de mis padres, había sido borrada.
Sin que se diera cuenta, Zee me había dado todo desde el primer día que nos conocimos.
Zee
Después de una tarde llena de risas e historias entre amigos, había recordado cómo era mi pasado y lo frío que era. No hubiera tenido nada de esto sino hubiera sido por Nunew.
James y Net se llevaron a los pequeños, limpiamos un poco y arreglamos la casa solo para nosotros dos.
Después de un par de horas, un olor delicioso inundó mis fosas nasales, despertando a mi lobo. Nhu había empezado su celo y próximamente iban a venir los dolores que yo con gusto, iba a aliviar.
- ¡Zee, te quiero ya dentro mí! - Gritó mi pareja desde la sala, con un poco de dolor en su voz.
- Veo que ya no eres el cachorro tan inocente que conocí. – Dije mientras entraba a la sala para encontrarme con mi omega totalmente sonrojado.
Prendiéndome más por su mirada de hambre.
- Ze-Zee, me duele. - Hizo un pequeño puchero que en un instante borré con un apasionado beso.
- ¿Dónde empezamos? - Pregunté besando su cuello, haciendo que temblara ante mi tacto.
- N-no importa... Solo... Márcame por toda la casa... - Logró decir entre jadeos.
Con una sonrisa pervertida lo cargué por la cintura, haciendo que rodeara la mía con sus piernas para después llevarlo a nuestra cama.
Nhu había ganado más músculos por el ejercicio y cuidados que tuvo después del embarazo de Diao haciéndolo más comible, pero aun así, para un alfa como yo, seguía siendo el mismo cachorro que había hecho mío hace años.
Con la práctica que ya teníamos, nos desnudamos rápidamente aun estando parados, pero con todo el cariño y admiración que nunca desaparecía.
- Eres tan hermoso mi niño. - Pasé mi lengua por su oreja, sabiendo que era una de sus zonas más erógenas.
- P-por favor mi alfa... - Suplicó haciendo que rugiera mi lobo por la excitación.
Lo acosté delicadamente sobre la cama, para ir dándole besos desde su pecho hasta su ingle, causándole suspiros fuertes.
Lamí los dos botones rosados y duros por el deseo que sentíamos. Llenamos la habitación con nuestros olores, era una droga que nos hacía amarnos más.
- ¡Zee! – Gritó Nunew de sorpresa cuando metí un dígito en su apretada y ya húmeda entrada.
- Ya casi mi niño. - Admití luego de meter dos dedos más sin previo aviso.
Con tres semi estocadas que le di con mis dedos, logré que se adaptara más fácil. Me coloqué sobre él, abriendo sus piernas para colocarlas a los lados de mi cintura.
Alineé mi miembro en su entrada y antes de meterlo, le robé el aliento en un beso largo, lleno de pasión y muchas mordidas, provocandonos aun más.
De una sola estocada metí mi pene hasta el fondo, sintiendo la calidez de mi pareja rodearme. Algunas lágrimas de placer escaparon por parte de ambos así como un fuerte gruñido.
Los gemidos no se hicieron esperar cuando empezamos el vaivén, chocando nuestros cuerpos frenéticamente. Nunew me atraía más con sus piernas para que tocara aquel punto que le enloquecía.
Durábamos más tiempo en sus días de celo, no nos cansábamos de esto, no había límite alguno, el nudo ya no era impedimento para no seguir.
Luego de varias estocadas más y con mi omega encima de mí autopenetrándose enajenadamente, lo mordí remarcándolo de nuevo como mí pareja, estallando así, nuestro primer orgasmo placentero.
- Ah... Nunew, eres mi todo. - Lo atraje hacia mí abrazándolo, mezclando nuestro sudor.
- Eres un cursi. Se enderezó levemente para mirarme a los ojos. – Y tú eres mi vida entera.
Nos empezamos a besar más entre sonrisas, volviéndonos a prender rápidamente.
Nada ni nadie podría quitarnos estos momentos, nuestra vida era perfecta ahora. Mi pareja me había enseñado lo que era vivir feliz, con amor y con una familia real, en el momento en que se hizo solo, mío.
Ahora sí es el Final, gracias por leer esta historia que en lo personal me gusta mucho y también gracias por los votos, nos vemos en la próxima. ♥️