Como Taehyung no tenía nada que hacer y además estaba estresado y preocupado por miedo a no ser aceptado en el equipo de animadoras, acompañó a Jungkook a su entreno de basket.
—Bebé... Entiendo que estés sintiéndote mal, pero distráete, piensa en algo más, por favor... —dijo poniéndose su camiseta del equipo con el número noventa y siete.
—No... —respondió a su lado estando sentado.
—¿Quieres ver cómo gano un uno contra uno para ti? —sonrió tomando su mano y levantándolo.
—¿Enserio harás eso?
—Sí. —asintió con la cabeza y tomó las manos de Taehyung para ponerse a bailar con él. —¿Cuántas canastas quieres que haga?
—Trece. Hazme trece.
—Trece son muy pocas para expresar mi amor por ti, todo es muy poco. ¿Qué tal veinte? Haría más, pero no hay tanto tiempo...
—Te quiero mucho. —lo abrazó. —Es una lástima de que no haya una manera de sentirte más...
—Hacerte el amor no es suficiente. Abrazarte tampoco, besarte menos. Tocar tu piel no me sacia. Desearía que alguien invente una forma más profunda de amar...
El menor hacía un puchero mientras asentía con la cabeza y lo miraba.
—Jungkook... —se aferró a su cuello y lo abrazó, escondiendo la cabeza con timidez y poniéndose nervioso. —¿está bien si te pido que hoy me toques? —susurró.
—Está perfecto. Siempre estoy aquí para tocarte y hacerte sentir bien cuando tú quieras. Te amo tanto como para hacer algo que no debo. —se acomodó el pelo delante del espejo. —Te amo demasiado como para tocarte sin tu permiso. ¿Quieres una ronda rápida ahora, cariño?
—¿S-seguro de que no va a entrar nadie...? Porque como entre alguien y me vea haciendo algo como eso, ¡te dejo! —estaba rojo.
—Entonces no quieres. —afirmó suponiendo.
—¡Sí quiero! —hizo puchero y estiró su brazo con insistencia sonando quejica. —Por fa. —besó su mejilla.
El pelinegro sonrió tontamente mientras lo sentaba y separaba sus piernas lentamente para hacer el momento más intrigante.
—Te quedan tan bien esas bragas. Soy capaz de gastar todo mi dinero en lencería para ti, cariño.
—Ca-cállate... —miró a otro lado y acomodó sus gafas con dos dedos.
Jungkook le quitó las bragas rosas y le sonrió a su novio mientras las sujetaba y observaba.
—¿Debería chuparlas para saborearte?
—¡Jungkook! —se quejó cerrando las piernas y golpeando su antebrazo con una mirada asesina. —Párate ya...
—Sujétate las piernas para mí y mantenlas bien abiertas. Una pena que sólo sea una ronda rápida y en la universidad, no puedo hacerte gritar. Aquella vez que te escuché hacerlo fue tan glorioso... Todos y cada uno de tus gemidos eran perfectos.
Cuando el menor separó las piernas, no pudo evitar morderse el labio y agacharse para obtener mejores vistas. Taehyung ya se sentía necesitado. Ya tenía el miembro erecto y le palpitaba su interior.
—Dios mío. —cerró los ojos y ensumó. —Tan glorioso.
—M-me estás haciendo pasarla mal... Voy a sentir vergüenza como sigas a-
—¿Quieres sentir mi lengua y dedos, cachorro?
"¡¿CACHORRO?! ¡ME HA LLAMADO CACHORRO!"
—Cállate y deja de hacer tantas preguntas... Sabes muy bien que sí, no me molestes más, Kook. —bajó la cabeza y evitaba mirar al mayor.
—Dime dos números del uno al tres.
—Hmm... Uno y dos.
—Buena elección, bebé. Ahora sí que puedes sentir mi lengua.
Taehyung terminó mordiendo una toalla, llorando, ahogando sus sollozos y gemidos. No podéis culparlo, estaban chupando y tocando sus botones mientras se le metieron tres dedos en él...
—¡H-hmmg...!~ —puso los ojos en blanco mientras soltaba sus fluidos sobre el pantalón de basket del pelinegro.
Descansó la cabeza contra el espejo y cerraba los ojos, mientras le subía y bajaba el pecho continuamente.
—Ou... —soltó Jungkook con un tono tranquilo. —¿Cómo se supone que limpio y esto ahora? —señaló el semen de Taehyung en su pantalón.
—¡M-madre mía! —se tapó la boca con las manos preocupado. —Lo siento mucho Kookie... —se bajó. —Yo-
—Tengo uno de repuesto, mi amor. No te preocupes por nada, ¿vale? —besó su mejilla. Caminó hasta su mochila deportiva sacando unos nuevos pantalones. —Ah, y... —sujetó los pantalones y empezó a jugar con ellos. —tengo algo que decirte luego.
—¿Sí? Dímelo ahora, Kook, así te lo quitas de encima.
—No es eso... Es que quiero prepararme bien antes de decírtelo. Haré mi mayor esfuerzo para hacerlo. —lo estiró del brazo y lo atrajo para besar su mejilla. —Te amo, ¿vale? Ven a observar como las meto limpias trece veces sólo para ti.
♡
Entraban de nuevo al vestuario después de una hora y media. Uno sudado y el otro alegre, abrazado al contrario de la mano y dando saltitos.
—Muchas gracias, Kook. Has estado genial hoy y siempre. Seguro que ganaréis el partido.
—No podré... —dijo mientras se tumbaba en aquellos bancos.
—¿Por qué? —hizo un puchero y corrió a sentarse encima suyo, con una pierna a cada lado.
—Porque no sé si estarás tú. Taehyung, entiende que eres mi vitamina A, B, C, D, E... Eres todo. No sé si existe hasta la Z, pero también lo eres, cariño.
El contrario asintió con la cabeza y se inclinó hacia abajo para descansar su cabeza en su pecho. Al hacerlo, pudo notar como subía y bajaba con frecuencia.
—Tae. Quiero sentir tu culo entre mis manos, ¿puedo? No llegaré a más. —besó su labio.
—Claro. —las manos del pelinegro empezaron a deslizarse por sus muslos y subieron hasta su falda. Se colaron adentro y estrujó por encima de su ropa interior. Su corazón estaba demasiado acelerado como para pensar bien, se sentía genial aquel toque.
De un momento a otro, la sensualidad y la lentitud desapareció. Jungkook no pareció aguantar más y le retiró las bragas al rubio, dejándolas caer por ahí.
—Taehyung. Creo que necesito llegar a más... ¿Me permites llegar a más...? —preguntó con ojos de cachorro.
—Uhm... Sí. —¡¿qué clase de sonrojez era esa?! Jungkook lo ponía muy mal... especialmente aquella sonrisa ladeada bastante seductora.
—Date la vuelta y por favor, móntame la cara, cariño.
El menor, por su inocencia, sintió mucha vergüenza mientras se colocaba. Le pareció demasiado vergonzoso colocarle el culo en la cara.
—J-Jungkook... —se cortó a medio camino. —¿Seguro que no te haré daño...?
—¿Qué? No. Tu culo pomposo no me hará daño, será como un masaje para mi cara y un orgasmo para mi pene. —le dio una nalgada que lo hizo abrir los ojos. —Vamos, trátame como a una silla, no sientas pena y muévete encima mío.
—¡Jungkook! —susurró bajo para que no los descubran.
Dudoso, se mordió el dedo con preocupación mientras giraba su rostro hacia un lado para observar lo siguiente: su culo cada vez más cerca del rostro de su novio. Mantenía la lengua mojada sacada, listo para lamerlo.
"A la mierda." Sentó el culo. Nada más hacerlo, se arrepintió de no haberlo hecho mucho antes.
Gimió como jamás lo había hecho cuando después de lamer alrededor, su lengua, entró, lamiendo con parsimonia sus paredes anales.
—Aah...~
Empezó a tomar confianza en el hecho de que no lo hacía daño y se siguió moviendo. El mayor lo sujetó por la cintura para poder moverlo más rápido.
—¡Aaah!~ J-Jung... koo-k... —gimoteó. —N-no te pases, n-nos van a p-pill- ah.~
Jungkook deslizó sus dedos por encima de sus botones.
—¡Por Dios...!~ —gimoteó desesperado por que Jungkook lo toque más. Amó cuando la yema de sus dedos acariciaron el punto sensible de sus botones. —Mm...~ K-Kook... No puedo seguir más...~
Entonces, ahí fue cuando decidió apretujar con fuerzas sus pezones, haciéndolo chillar. Jungkook desde siempre pasó del hecho de estar en los vestuarios, pero Taehyung empezaba a pasar en ése instante. Gritaba y gritaba mientras sentía su orgasmo cerca y acabó soltándolo sobre el pantalón de Jungkook, otra vez.
—Ugh...~ —sujetó de las piernas del pelinegro para no caer rendido.
—No creo tener otros de repuesto...
♡
Jungkook esperaba fuera, en los pasillos. Estaba en la cafetería con Yoongi. Hablaba con paz sobre cómo le ha estado yendo con Taehyung, cuando de repente recibe un mensaje de audio de su novio llorando y nervioso porque iban a decirle si pasó o no.
Antes de poder decirle algo a su mejor amigo, este le dijo que vaya y no haga esperar a Taehyung. No tenía palabras para agradecerle a su mejor amigo.
Entonces, ahí estuvo, de pie en el pasillo, caminando de un lado a otro. Iba desde el principio hasta el final. Caminando de vuelta, las dos puertas en la otra punta, se abrieron, dejaron a la vista a un rubio lloriqueando.
Casi se cayó al suelo al verlo así. Se puso nervioso y sus ojos decidieron desviarse rápidamente, empeorándolo. Su corazón latía con fuerzas, buscando atención, y su cabeza intentaba procesar lo que acababa de ver.
—¡Taehyung! —corrió rápidamente a él y sujetó su cintura con velocidad y lo atrajo a él. —¿Qué?, ¿no has pasado? ¿O-o son lágrimas de felicidad?
—No Kook... No he pasado... —se abrazó a su figura y enterró la cabeza en su pecho, llenando de lágrimas la camiseta nueva del pelinegro. Este, no le sumó importancia, le permitió llorar todo lo que quiso mientras a él se le remarcaba la vena en la frente.
En ése momento le dieron igual sus problemas y como de fuerte latía su corazón por el enfado.
—Taehyung. Voy a reclamar.
—No... Kook, no hace fal-
—Voy a reclamar. —dijo con una voz más grave y seria mientras observaba a su novio.
—¡Que no, Kook! —volvió a abrazarse a él y empezó a llorar otra vez. —No vayas, por favor... ¿P-podemos irnos? No quiero seguir aquí... —alzó su rostro.
La mirada de Jungkook estaba encima suyo incluso antes de que él lo mire. Siendo sincero, le fue inquietante la seriedad en su rostro y cómo sus ojos no expresaran nada.
—K-Kook... —entrelazó sus dedos.
Entonces lo vio derramar una lágrima, que retiró rápidamente de su rostro y volvió en sí mismo.
—Perdón. Vámonos ya. —besó su cabello para después fortalecer el agarre de manos y empezar a alejarse de ése sitio.
—Kook... —corrió un poco para seguirle el paso. —¿E-estás llorando? —lució preocupado mirando su figura caminante.
—No-
—Jungkook... —deshizo el agarre y se detuvo en medio del pasillo. El contrario también se paró al sentir que ya nada lo agarraba y se armó de valor para girarse. Vio como Taehyung tenía los ojos cristalizados, llenos de lágrimas que amenazaban con caer. —¿Por qué estás llorando...? —soltó un fuerte suspiro mientras empezaba a llorar. Corrió hasta él y lo abrazó. —No lloreeees...~ —le quebró la voz mientras sollozaba.
—Es que no me gusta verte llorar... —susurró en voz baja mientras el más bajo le limpiaba las lágrimas y viceversa. —No sigas llorando, sabes que me parte el alma... —besó su frente. —Por favor...
♡
—Jungkook, eso que dices, créeme que no es necesario... Y-yo estoy bien así. La he pasado mal hoy, pero creo que eso n-no-
El rubio intentaba negarse de todas las formas posibles, sólo que sin mirar a su novio a la cara. Estaban sentados en su cama de sábanas rosas y él tenía una almohada en sus piernas y la abrazaba.
—Al menos inténtalo. Sé que debes desear que te haga al menos una cosa en el sexo. ¿Nunca has deseado algo?
—No...
Entonces, pasó lo que no quería que pasase. Observó como este empezó a esbozar esa típica sonrisa coqueta que decía "mmm". Rodó los ojos al ver eso.
—¿Seguro? ¿Nunca has querido que sólo nos centremos en ti, que te chupe, que te bese, que te-
Taehyung no pudo evitar besarlo y al mayor lo sonrojó en demasía. No lo esperaba, mucho menos que se empiece a quitar la ropa siguiendo el beso.
Fue él quien siguió desnudando al menor porque sólo quería distraerlo. Sabía que su mente seguía pensando en lo anterior.
Una vez se quitaron todas las prendas, Taehyung separó el beso tomando una fuerte bocanada de aire y dejando un hilo de saliva.
—Kook... Sólo hazme sentir bien... —lo abrazó.
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Por si alguien desea saber qué era cada número...
1. Lengua
2. Dedos
3. Pene