Tokyo Manji

By margui_18

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Esta vendrá siendo la historia de Tokyo revengers pero aquí Mikey es una chica. Hago esta historia a petició... More

Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Especial cumple Mikey.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Capítulo 49.
Capítulo 50.
Capítulo 51.
Capítulo 52.
Capítulo 53.
Capítulo 54.
Capítulo 55.
Capítulo 56.
Capítulo 57.
Capítulo 58.
Capítulo 59.
Capítulo 60.
Capítulo 61.
Capítulo 62.
No es capítulo.
Capítulo 63.
Capítulo 64.
Capítulo 65.
Capítulo 66.
Capítulo 67.
AVISO
Capítulo 69.
Capítulo 70.
Capítulo 71.
Capítulo 72.
Capítulo 73.
Capítulo 74.
Informacion de la historia.
Nota/Aviso
Capítulo 75.
Capítulo 76.
Capítulo 77.
Capítulo 78.
Capítulo 79.

Capítulo 68.

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By margui_18

Bueno, vuelvo de nuevo con el siguiente capítulo. Espero que les guste y también les agradecería sus comentarios. Me pone muy feliz leer lo que opinan del capítulo y eso hace que tenga más ganas de escribir. Yo solo lo digo... 

Sin más, les dejo leer. 

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9 de Septiembre 2008.

Mitsuya estaba corriendo para alcanzar a Hakkai, al cual había perdido de vista. Eso lo tenía preocupado, ya que los hermanos Haitani siempre peleaban sucio, y temía que algo malo le pasase a Hakkai.

No tarda mucho en dar con él. El peliazul estaba tirado en el suelo, y eso asusta a Takashi, el cual corre más rápido para llegar hasta su novio. Rápidamente le pregunta si se encontraba bien, y el menor de los Shiba asiente. Le dolía todo el cuerpo, y más la cabeza, pero aun así le dice a su novio que llevase cuidado, ya que los Haitani habían llevado refuerzos. Rápidamente Mitsuya es rodeado por miembros de Kanto, y eso hizo que el peliplata se pusiera alerta. Hakkai no estaba bien, necesitaría unos minutos para recuperarse.

- ¿Estaban escondidos todos estos tipos? – pregunta Mitsuya mirando a todos de reojo. Él seguía con una rodilla en el suelo junto a su novio.

- Así es, ahora morirán – dice Ran junto a su hermano. Ambos estaban subidos en unos de los tantos contenedores que los rodeaban, y miraban a Mitsuya con superioridad -. Si fueron 5 minutos, ¿no?

- Esa fue una terrible predicción – dice el peliplata poniéndose en pie.

Inui por fin había llegado hasta Koko, el cual había estado huyendo, pero ahora se encontraba arrinconado. Seishu no iba a dejar que se escapase. Había ido a esa pelea para apoyar a Takemichi y también para recuperar a Koko.

- Tranquilízate, Inupi – pide Hajime entre jadeos. Había estado un buen rato corriendo para que el rubio no lo alcanzase, pero había sido todo en valde -. ¡Yo no tengo nada que ver con ustedes!

- Entonces, ¿seguirás huyendo, Koko? – pregunta Inui.

- Retrocede, Kokonoi Hajime – habla Wakasa apareciendo sobre el contenedor donde Inui había arrinconado a Koko.

Seishu se tensa al ver ahí a Wakasa. El rubio lo conocía bien, incluso tuvieron una muy buena relación. Waka siempre contaba historias sobre la 1ª generación de los BD y se la pasaba metido en la tienda de Shinichiro, donde Inui pasaba la mayor parte del tiempo.

- Waka-kun... - susurra Seishu mirando a uno de los pocos hombres que respetaba y admiraba. Wakasa era una leyenda. La mano derecha de Shinichiro Sano, y ambos juntos eran un dúo invencible.

- Yo seré tu oponente, Seishu – habla Wakasa quitándose la chaqueta del uniforme para tener mejor movilidad.

Inui se tensa a más no poder. Sabía bien que no era rival para Wakasa, pero tampoco iba a rendirse. Necesitaba enfrentar a Kokonoi, decirle todo lo que sentía y que el azabache fuera sincero con él y le respondiera con la verdad. Necesitaba saber si Koko lo amaba siendo él mismo o si ese beso que le robó cuando creía que estaba dormido fue por su parecido con Akane. De una vez por todas iba a enfrentar la verdad, eso a lo que tanto miedo había tenido. Ya no iba a ser un cobarde.

Mitsuya se estaba enfrentando él solo al pequeño ejército que los Haitani habían traído, y mientras lo hacía también impedía que alguno se acercasen a Hakkai, el cual seguía tirado en el suelo. Ya habían pasado unos cuantos minutos, y el peliplata no creía poder seguir peleando solo, por eso mismo mira a Hakkai y le dice que no era momento para que se quedase dormido y que se levantase.

- Le tuve que golpear con un bate en la cabeza – dice Rindo con una sonrisa al oír como Takashi llamaba a su novio -. ¿En serio crees que se va a levantar fácilmente?

Ran se tensa un poco al ver como el peliazul comenzó a moverse y enseguida se pone en pie estirando sus brazos.

- ¡¡Solo dormí un poco, pero ya estoy recuperado!! – dice el menor de los Shiba.

- Ya te estabas tardando, tonto – Mitsuya lo mira con una media sonrisa mientras que los demás miraban al peliazul de lo más sorprendidos. No se explicaban como es que Hakkai había conseguido levantarse -. Por poco y te mando a volar de una patada.

- ¿Estás bromeando? – pregunta Rindo de lo más sorprendido -. ¿Qué tan dura tienes la cabeza?

- Bien... - el peliplata alza la cabeza para mirar a los Haitani, más específicamente a Ran -. Ya pasaron los 5 minutos – el mayor de los Haitani estaba furioso, ya que Mitsuya lo miraba con una sonrisa burlona -. Ahora baja aquí, que yo también te haré una profecía. En 5 minutos estaréis hechos pedazos.

- Les haremos perder todo su carisma – dice Hakkai colocándose junto a su novio -. ¿Verdad, Taka-chan?

Mitsuya solo sonríe y ve como los hermanos Haitani bajan del contenedor. Estaba claro que ambos hermanos estaban furiosos y Takashi estaba disfrutando de eso. Les iba a mostrar que Hakkai y él eran mejor dúo que ellos.

- Hakkai, mostrémosles que nuestra combinación es mejor que la de ellos dos – dice el peliplata sin borrar esa sonrisa de su cara. Sabía que estaba molestando a los Haitani y por eso mismo lo estaba haciendo.

- Taka-chan... - el peliazul se había puesto serio de repente, lo cual causa que Mitsuya lo mirase con el ceño ligeramente fruncido -. ¿Quieres escuchar mi plan? – el peliplata asiente -. Durante el incidente de Tenjiku, Angry y yo no pudimos enfrentarlos a ellos. No dejaban de atacar de diferentes formas, que nos tomaban por sorpresa.

- Entiendo... - dice Mitsuya mirando a Ran y Rindo.

- Así que se me ocurrió una idea mientras me daban una paliza – Hakkai comienza a correr con una sonrisa en su cara. El plan se le había ocurrido cuando los hermanos le habían tendido una trampa y lo habían atacado por sorpresa, dejándolo inconsciente. Eso hizo que recordase la pelea que tuvo con ellos años atrás y ahora creía saber cómo podía vencer a los Haitani -. ¡Y este es mi plan! – Hakkai va directo a por Rindo, impactando contra él, pero sin dejarlo caer. Lo coloca sobre su hombro y sigue corriendo. Ese movimiento había conmocionado a ambos hermanos, justo lo que el menor de los Shiba quería -. Si son demasiado fuerte juntos, entonces, ¡separémoslos!

- Que idea tan loca – dice Mitsuya dejando salir una pequeña carcajada. Hakkai no dejaba de sorprenderle -. Oh, bueno... - el peliplata se puso serio, entendiendo bien lo que Hakkai había hecho. Ahora sí iba a ser un 1 vs 1. Takashi se mueve rápido, y eso hizo que Ran pusiera su atención en él, pero no pudo reaccionar a tiempo y Mitsuya impacta su puño en el estómago del mayor, haciendo que este se doblase y cayera al suelo -. ¡Es más fácil de esta manera! Levántate, Ran Haitani. Déjame mostrarte como luchar un "1 vs 1".

Ahí empezó la pelea entre Ran y Mitsuya, pero Hakkai tampoco se quedó sin hacer nada. Ahora que Rindo no estaba acompañado de su hermano era mucho más fácil enfrentarse a él. La pareja iba a hacer que los hermanos mordieran el polvo.

Mientras tanto Baji y Chifuyu seguían peleando, aunque más bien era este último el que estaba peleando. Baji se estaba encargando que ningún maldito de Kanto llegase para meterse en la pelea de su novio. Varios ya lo habían intentado al creer que él también iba a pelear, pero nada que ver. Keisuke no era un cobarde y sabía que Chifuyu no necesitaba su ayuda para ganarle a Mocchi. El azabache solo estaba apoyando a su novio.

- ¡¡Mierda!! – gruñe Mochizuki -. Hay una gran diferencia de tamaño entre nosotros. Entonces, ¡¿cómo puedes golpearme de esa manera?!

De verdad que no lo entendía. Había estado golpeando a Chifuyu y el muy maldito se defendía muy bien. Ambos estaban muy golpeados, y aun así el rubio no parecía estar muy cansado, por lo menos no tanto como él. ¿Qué demonios pasaba? Hacía dos años solo bastó dos golpes para dejarlo inconsciente.

- ¿Diferencia de tamaño? – pregunta Chifuyu entre jadeos -. Eres un idiota – el rubio estaba muy cabreado y también feliz por poder tomar su venganza. Además, debía estar a la altura como subcomandante. No iba a dejar que Mocchi venciera -. La razón por la que no puedo perder es que... - el rubio comenzó a moverse con rapidez -. ¡Soy 100 veces... - con eso Matsuno impacta su puño en la cara de Mocchi, enviándolo al suelo -... más grande que tú!

En la cara de Angry se forma una sonrisa al ver que Chifuyu había tumbado a Mocchi, pero no fue el único que sonrió. Baji estaba mirando a su novio con orgullo. Él sabía que Chifuyu podía con ese imbécil de Mocchi.

- ¡¡Nuestro subcomandante ha vencido a Mocchi!! – grita Baji de lo más orgulloso.

Hakkai lo oye mientras miraba a Rindo tirado en el suelo. Lo había dejado inconsciente. Le había costado un poco, pero lo había logrado. Algo parecido había pasado con Mitsuya. El peliplata también había vencido, pero Ran seguía consciente.

- ¿Y ahora qué? – pregunta Takashi mirando al mayor de los Haitani sentado en el suelo, apoyado en un vagón de carga del tren -. ¿Todavía tienes ganas de seguir peleando, Ran?

- Idiota – dice Ran con una sonrisa -. ¿No ves que apenas puedo estar en pie?

- Sí, de todas formas fue una buena pelea – Takashi lo mira con una sonrisa.

Un miembro de ToMan grita de lo más feliz que los líderes de la 2ª división habían derrotado a los Haitani. Eso alegró demasiado a los gemelos Kawata, más a Smiley que a Angry. Este último estaba feliz, pues dos miembros importantes de Kanto habían caído, lo cual significaba que tenían la ventaja, pero Nahoya le dice que no bajase la guardia. Tenían a los mejores miembros luchando contra la pandilla contraria, y si uno de ellos caía, las cosas cambiarían rápidamente a favor de Kanto. Smiley le dice eso a su hermano mientras veía como los demás seguían peleando.

Takemichi seguía peleando contra Kakucho, y el teñido no había caído. Draken y Emma estaban enfrascados en su pelea contra Hanma, y la verdad era que este último se las estaba apañando muy bien peleando contra la pareja. Eso sí, se habían percatado que Hanma no había golpeado a Emma. Después de todo, Shuji podía ser un despiadado, loco e incluso un poco masoquista, pero no le gustaba golpear a mujeres. En su día hizo una excepción con Mikey, y fue porque Kisaki se lo pidió. Ahora estaba actuando por cuenta propia, así que no le levantaría la mano a Emma, mucho menos cuando pensó que el plan de Kisaki e Izana era una muy mala idea. Él nunca estuvo de acuerdo con matar a Emma, y la verdad es que se alegraba de que por fin hubiera despertado.

Senju seguía peleando contra su hermano, y en esa pelea quien tenía la delantera era Sanzu. Akkun estaba enfrentando a Madarame, y aunque el pelirrojo parecía hecho polvo, cabía la posibilidad de que ganase. Akkun era un hueso duro de roer y lo demuestra al dejar a Madarame tirado en el suelo y con la lengua fuera. Otro miembro de Kanto había caído.

Inupi también estaba dando lo mejor de sí mismo, pero estaba bastante mal. Waka era despiadado, no dejando que el rubio tomase un respiro, pero sin que nadie se diera cuenta Benkei se había movido de donde había estado parado. Por fin Wakasa había hecho acto de presencia, y era hora de que él también se presentase, pero esperaría al momento indicado. Waka ya no era como antes. Sí, en el pasado el Leopardo blanco había sido despiadado y un buen rival para él, pero ahora... Wakasa había crecido, sus movimientos eran mucho mejores. El conocer a Shinichiro no solo le vino bien para tranquilizarse, pues también se había vuelto más letal a la hora de pelear. En la pelea de las 3 deidades no había dejado ver su gran potencial por lo mal que había estado al pensar que Draken había muerto, pero ahora... Benkei lo estaba observando con atención. El de mechas no estaba yendo en serio con Inui, pero estaba concentrado y serio. Eso estaba bien, lo peor venía cuando Waka sonreía. Cuando eso pasaba este dejaba salir toda su locura y Keizo sabía bien que eso ocurriría cuando se presentase frente a él. Ahora ya no eran amigos. Se habían separado y cada uno estaba en el bando contrario. Volvían a estar como en el pasado y la verdad era que a Benkei eso no le gustaba. Había vivido demasiadas cosas junto a Wakasa como para que ahora terminasen peleando de nuevo, pero era lo que debía hacer. Tenía que hacerle ver a su amigo que estaba tomando el camino equivocado.

- Parece que ToMan es un grupo animado, ¿eh? – comenta Imaushi al oír como varios miembros de Tokyo Manji estaban coreando "ToMan" al ver que los Haitani, Mocchi y Madarame habían caído.

- Parece que no puedo permitirme perder ahora – gruñe Inui entre jadeos -. Waka-kun... ¿Por qué te pasaste al bando de Kanto Manji? ¿No estabas con Senju? ¿Ocurrió algo? ¿Qué hizo que te marchases?

- ¿Quién sabe? – susurra Waka mirando tras Inui. Keizo había hecho acto de presencia -. ¿Por qué no le preguntas al tipo que hay tras de ti?

Rápidamente Inui se gira con la guardia alta, pensando que tras él había alguien de Kanto, pero quien estaba tras él era Benkei, el cual coloca una mano en el hombro de Seishu y da un paso al frente.

- Yo me ocuparé de él, Seishu – dice Keizo sin apartar la mirada de Wakasa -. ¿Divirtiéndote, Wakasa? ¿Crees que está bien pelear contra niños?

- Son ellos quienes han querido pelear – responde el de mechas con voz tranquila -. ¿De verdad vamos a hacer esto?

- No me has dejado de otra, Waka – Keizo se cruje los dedos de ambas manos -. Voy a tener que hacer que entres en razón a golpes.

- Esta va a ser tu sentencia de muerte – en la cara de Waka se fue formando una sonrisa -. Lamentaré tu muerte, Kei-chan.

Inui abre mucho los ojos al ver como esos dos se miraban a los ojos y sonreían como unos psicópatas. El Leopardo blanco y la Muralla de sangre iban a volver a enfrentarse después de tanto tiempo. Estaba claro que esa iba a ser una pelea de titanes.

El primer impacto llegó, siendo Benkei quien atacó primero impactando su puño en la cara de Wakasa. Este volvió la cara, pero su sonrisa no se borró. Hacía mucho que no peleaba en serio y ahora mismo quería centrar toda su atención en Benkei. Iba a sacar todo lo que tenía dentro.

La vida de Waka había sido una mierda desde que sus padres murieron, no tuvo una infancia fácil y siempre se desahogaba peleando, pero todo se calmó cuando conoció a Shinichiro. Su vida mejoró bastante, volvía a ser feliz al lado de Shin, pero él también acabó muriendo. Intentó ir por el buen camino, pensando que a Shinichiro no le hubiera gustado ver que volviera a sus malos hábitos, pero ya no podía más.
Mikey le había contado lo que pretendía hacer y también le había contado lo mal que lo había estado pasando y el miedo que sentía por perder a Takemichi o a otro ser querido. Wakasa se dio cuenta que Mikey tenía muchas cosas en común con él, ambos perdieron demasiado y habían sufrido bastante. Así que se unió a ella para proteger a los seres queridos de Mikey, apoyaría a Manjiko, la ayudaría y estaría junto a ella para cuidarla lo mejor que pudiera. La chica no quería volver con sus amigos por miedo a dañarlos, y ahora Waka sabía lo peligrosa que podía ser la rubia. Ella no podía controlar esa oscuridad. La chica le había contado sobre los diferentes futuros que Takemichi había visto, y aunque no le gustaba ver a Mikey así de mal, sabía que lo estaba haciendo para que los demás fueran felices, para protegerlos. ¿Qué más podía hacer? Ella no iba a cambiar de opinión. Él no conseguiría que Mikey cambiase de opinión, pero Waka seguía pensando que Takemichi sí podía. Él podría salvar a Mikey de esa oscuridad. Shin le dio el poder para poder conseguirlo. Lo malo era que quizás Takemichi terminaría sufriendo por eso.

- ¿Le has contado a Takemichi lo que dijo Takeomi? – pregunta Waka limpiando el hilo de sangre de su boca con el dorso de la mano.

- No – responde Keizo.

- Pues deberías decirle – con eso Waka comienza a moverse. El de mechas siempre había sido muy rápido y sigiloso, y consigue colocarse tras Benkei para acto seguido darle una patada en la cabeza. Tuvo que dar un salto, pero funcionó ya que Keizo se tambaleó -. Tiene que saber que es la oscuridad.

- ¿Por qué no se lo contamos los dos? – pregunta Keizo irguiéndose mientras llevaba una mano a su cabeza. El golpe de Waka había dolido demasiado -. Vamos, Waka... Sabes que no estoy contento con tener que pelear contra ti, no de nuevo. Dejamos todo esto atrás cuando conocimos a Shinichiro. ¿Por qué te alejas de nuevo? ¿Crees que así ayudas a Mikey? Ella necesita de sus amigos y familia.

- Ella tiene sus buenos motivos para alejarse – responde Waka esquivando el golpe de Keizo -. Y creo que lo correcto es que esté junto a ella. Debí estar junto a Mikey cuando Shin-chan murió.

Kokonoi e Inui estaban viendo como esos dos peleaban sin contenerse. Cada golpe que se daban era monstruoso, y no llegaban a entender cómo es que podían seguir en pie.

Sanzu estaba de lo más divertido. Por fin le estaba dando una paliza a su hermana y era tan reconfortante... Al fin podía dejar salir toda la rabia que había contenido. Por fin le estaba dando su merecido a Senju. Fue por ella y Takeomi que su vida había sido una mierda, y también por culpa de sus padres ausentes. Dejaron toda la responsabilidad en Takeomi, pero el muy maldito le cedió esa responsabilidad a él. Él era quien tenía que cuidar de Senju, la pequeña consentida y caprichosa, la cual siempre hacía que se metiera en problemas. Odiaba a Senju con todas sus fuerzas e iba a acabar con ella para romper los lazos con su familia. Takeomi ya había muerto así que solo faltaba la maldita de su hermana pequeña.

- ¿Qué pasa, Senju? – pregunta Sanzu con tono burlón al ver lo golpeada que estaba su hermana -. Me sorprende que no seas tan dura como pensé.

- Haru-nii... - susurra la peliblanca mirando a su hermano. Ella estaba arrepentida por todo el daño que había causado. Por su culpa su hermano se había marchado, y eso le dolía. Haruchiyo siempre quiso su bienestar y ella solo le causó problemas con sus caprichos y celos -. Aceptaré mi derrota. Acabemos eso aquí. Estoy harta de que nosotros como hermanos estemos peleando por mi error. Me arrepiento. Ese día... - susurra la chica recordando cuando le mintió a Manjiko -. Cuando Mikey te hizo esas cicatrices... Haru-nii... en serio, lo siento.

Sanzu le golpea con la tubería que tenía, dejando a la peliblanca tirada en el suelo sin que se pudiera mover.

- Lo que haya pasado ese día – habla Sanzu tocando sus cicatrices. -, no comprendes nada de eso.

Senju seguía creyendo que él se alejó de ella y Takeomi por lo ocurrido ese día, pero no era así. Él se alejó cuando le prometió a Shinichiro que cuidaría de Mikey, que la perdonaría y seguiría siendo su amiga. Mikey le pidió disculpas por lo que había hecho, y la verdad es que no estaba molesto con ella. Sanzu se marchó y cambió su nombre para así no tener que cargar con tantas responsabilidades. Comenzó a vivir por su cuenta, preocupándose solo de sí mismo y vigilando a Mikey, cuidar de ella en las sombras. Ese era su propósito de vida. Hacer todo lo que Mikey ordenase, siguiéndola como su perro fiel y cuidarla como se merecía.

Los miembros de Kanto celebraron al ver que Sanzu había acabado con Senju, ahora Kanto Manji tenía la delantera. Takemichi maldice para sus adentros, y esperaba que Senju estuviera bien, pero no podía ir con ella ahora, estaba demasiado ocupado peleando contra Kakucho. Este no dejaba de darle pelea, y aunque el teñido le devolvía los golpes, ambos seguían en pie.

- Lo que hiciste aquella vez solo fue un detonante – dice Haruchiyo alejándose. Debía comenzar con su plan y matar a todos.

Inui aprieta los dientes al ver que Senju había caído. ToMan ya no tenía la ventaja. Ellos eran menos, y uno de los miembros más fuertes había caído. Sin Senju ahora estaban en desventaja, ya que se contaba con ella para derribar a más miembros de Kanto.

Con ese pensamiento Seishu pone su vista en Takemichi. Este seguía peleando sin rendirse. El verlo le dio las fuerzas que necesitaba. No podía quedarse parado, no cuando todos estaban dando lo mejor de sí mismos. Si quería derrumbar Kanto, él debía conseguir que Koko dejase la pandilla. Él era un pilar imprescindible para Kanto, y aunque sonase egoísta, Inui quería recuperar a Koko, no para derrotar a Kanto, sino porque no podía seguir alejado de él.

- Koko... - Seishu se planta frente al azabache, el cual lo mira con los ojos muy abiertos.

Hajime no quería pelear contra Inupi. No creía que fuera capaz de golpearlo. Durante los dos años que habían estado separados él había pensado mucho en Seishu, pero también en Akane. Él seguía amando a la hermana de Seishu, jamás podría olvidar el amor que sentía por ella, y tampoco el dolor que sintió cuando ella murió. La desesperación... Su esfuerzo no sirvió para nada, ya que no consiguió el dinero a tiempo y Akane murió. Tampoco olvidaba el día del incendio. El terror que sintió al ver la casa en llamas... como entró corriendo con el pensamiento de salvar a Akane... y la decepción que sintió al ver que a quien había salvado era a Seishu. Con el tiempo se sintió culpable por eso. No solo porque al equivocarse es que Akane murió, sino por la decepción que sintió al ver que salvó a Inupi. Seishu era su amigo, su mejor amigo, y se quedó junto a él como penitencia. Debía pagar por la decepción que sintió. Se quedó junto a Inupi para castigarse, para que recordase esa decepción y se sintiera la peor persona que había en el mundo. También le dolía ver a Inupi, ya que él se parecía mucho a su hermana, así que el dolor que sentía era peor, pero Koko estuvo bien con eso. Era la penitencia a pagar, debía sentir esa culpabilidad por el resto de su vida, pero cuando Muto los secuestró y golpeó... ver que Muto estaba dispuesto a quitarle la vida a Inupi, ver como Takemichi peleaba desesperado para ayudarlos... Hizo que se diera cuenta de algo. Seguía amando a Akane, jamás se olvidaría de ella, pero con el tiempo, y sin siquiera quererlo, en su interior había aflorado un sentimiento por Seishu. No llegó a entender ese sentimiento, pero tenía la necesidad de proteger a Inupi, y es lo que hizo. Protegió a Inui tanto como pudo y por eso se marchó con Tenjiku, pero perdieron y la verdad es que eso no le importó a Kokonoi. Él estaba feliz de que Seishu siguiera con vida, pero también se dio cuenta que el mundo de los delincuentes se había vuelto más peligroso, así que siguió protegiendo a Inui. En la pelea de Tenjiku comprendió por fin que era ese sentimiento: se había enamorado de Seishu, y no tenía nada que ver su parecido con Akane, ya que mientras había estado junto a Seishu se fue percatando de sus gestos, sus sonrisas, las cuales eran pocas... Conoció a Inui y se enamoró de él. Seishu no era delicado como Akane, él era fuerte y también muy sensual. Para Koko, el haber descubierto que era ese sentimiento, no fue bueno. No creía ser merecedor de amor, ya que seguía sin perdonarse por haberse sentido decepcionado de haber salvado a Seishu del incendio. Además, ¿por qué Inupi se enamoraría de él? Por su culpa Akane había muerto, ya que no consiguió el dinero a tiempo. Kokonoi no creía ser merecedor del amor de Seishu, y por eso mismo se alejó de él, para protegerlo desde las sombras, cerciorándose de que tenía un buen futuro y que fuera feliz, pero ahí estaba de nuevo, frente a la persona que amaba, el cual lo miraba enfadado. ¿Por qué? ¿Por qué lo miraba así? Hajime ansiaba que Inupi lo mirase con amor, pero sabía que eso jamás iba a pasar.

- ¿Por qué? – pregunta Inui -. ¿Por qué te alejaste? ¿Por qué debemos enfrentarnos?

- Estás mucho mejor sin mí, Inupi – dice Koko -. No te convengo.

- ¿Por qué decides por mí? – Seishu se acerca a él para sostenerlo de la chaqueta del uniforme -. ¡¿Por qué decidiste por mí, eh, Koko? – Inui lo mira directamente a los ojos -. ¿Por qué me besaste aquella vez?

- ¿Qué? – susurra el azabache.

- Creías que estaba dormido, pero no era así – susurra Seishu -. ¿Por qué me besaste, Koko? ¿Fue por mi parecido con Akane? ¿Por eso te alejaste de mí? ¿Te alejaste porque te recuerdo a ella?

- No digas estupideces – gruñe Hajime -. Suéltame, Inupi.

- No – responde el rubio sin apartar su mirada de esos ojos negros, esos mismos ojos que lo perseguían en sueños, los mismos que anhelaba que lo mirasen con amor -. No pienso soltarte. Pelearé contra quien haga falta, haría lo que sea para que estés a mi lado – en la garganta de Koko se formó un nudo al ver como los ojos de Inui brillaban con intensidad -. Haré lo que sea por ti, Koko. Porque te amo.

Hajime abre mucho los ojos y se tensa al oír las tres últimas palabras de Inui. Fue como si el mundo se detuviera por un instante mientras asimilaba las palabras del rubio. Y en esos instantes oyó la dulce voz de Akane, la cual le decía que estaba bien. Que ya era hora de que viviera la vida que tanto quería. Que no debía castigarse más.

- Inupi... - susurra Koko notando como su corazón iba a mil por hora. Creía que se le saldría del pecho si seguía así, pero no podía hacer nada para detenerlo. Su corazón latía así por una persona, y esa era Seishu Inui, el chico que amaba con locura. Ya no podía seguir alejado, le era imposible. También sabía que lo que estaba a punto de hacer le iba a traer demasiados problemas, ya que Mikey no estaría contenta, pero ahora se había dado cuenta de que tanto la rubia como él habían estado equivocados. Takemichi y Seishu no serían felices si se mantenían lejos de ellos -. Lo siento.

Inui frunce ligeramente el ceño y nota como Koko levanta ambas manos. El azabache acaricia las mejillas del rubio mientras se iba formando una pequeña sonrisa en su cara y poco a poco se fue acercando a Inupi para dejar un beso en los labios del chico. Fue un simple roce, pero ese roce significaba mucho para ambos.

- Yo también te amo – susurra Koko. El miedo que Inui había sentido desaparece al oír a Koko decir esas cuatro palabras, y sabía que no mentía. Con mirarlo a los ojos sabía que Kokonoi le estaba diciendo la verdad, él lo amaba -. ¿Cuál es vuestro plan?

- ¿Te unirás a nosotros? – Inui sonaba emocionado.

- Pues claro, ¿quién mejor que yo para cubrir tu espalda, Inupi? – el azabache sonaba zalamero, pero ese era un rasgo característico en él.

- Debemos ayudar a Takemichi para que él llegue a Mikey – dice el rubio con una sonrisa.

- Bien, ¿a qué esperamos? – Kokonoi estaba de lo más emocionado. Nuevamente pelearía junto a Inui, junto al chico que amaba. Ambos sabían que las cosas no estaban del todo solucionadas, debían hablar largo y tendido, pero eso sería después de la pelea. Ahora debían centrarse en pelear, pero por lo menos habían dado el primer paso y habían confesado lo que sentían por el otro.

- ¿Kokonoi? – ambos chicos se tensan un poco al oír la voz de Wakasa -. ¿Se puede saber qué haces? Noquea a Seishu – Waka esquiva el golpe de Keizo, el cual estaba bastante golpeado. Sangre caía por su frente y su pómulo izquierdo estaba rojo e inflamado, pero este seguía peleando.

- Abandono oficialmente la pandilla Kanto Manji – declara Kokonoi. La sonrisa de Waka se hizo más grande, aunque eso no fue para nada bueno.

Wakasa odiaba a los traidores. Era algo que no podía soportar. ¿Cómo había personas que se cambiaban fácilmente de bando? Él siguió a Shinichiro sin dudarlo, y en ningún momento pretendió traicionarlo. Kokonoi había estado con ellos, apoyando a Mikey, pero ahora se había cambiado de bando. ¿Por qué? ¿Por qué había personas así?

- Te vas a arrepentir de esa decisión, Kokonoi – susurra Waka dándole una patada a Benkei. Este cayó en el suelo, perdiendo la consciencia por unos minutos, los cuales Wakasa aprovechó para ir a por los dos jóvenes -. Voy a matarlos a ambos.

Enseguida Koko e Inupi comienzan a pelear contra Wakasa, y la verdad es que no era nada fácil. Sí, consiguieron darle unos golpes, pero ellos recibían muchos más. La situación no cambió cuando Benkei se unió de nuevo a ellos, pero consiguieron tener más aperturas para golpear a Wakasa.

Yuzuha seguía golpeando a Ryusei con saña. La castaña estaba sacando todo el dolor que había sentido y se lo estaba devolviendo a Ryu en forma de golpes, aunque la verdad era que no estaba feliz con eso. No le gustaba golpear al chico que amaba, ya que ella no quería ser como Taiju, pero sabía que no le quedaba de otra. Baji le había contado lo que pasó con Ryusei en el pasado, ya que este abandonó ToMan para irse a Yotsuya Kaidan junto a Kojiro. La 1ª división tuvo que enfrentarse a la pandilla, y solo a golpes es que hicieron entrar a Ryusei en razón. Era demasiado cabezón, y también se saboteaba a sí mismo. Siempre tomaba malas decisiones, alejándose de lo que le hacía bien. No entendía por qué hacía eso, pero ella se encargaría de que entrase en razón, aunque le doliera cada golpe que le estaba dando.

- ¿De verdad no piensas defenderte? – pregunta Yuzuha entre jadeos. Ryusei se encontraba en el suelo mirando el cielo -. Sería mejor si por lo menos te defendieras, Ryu.

- No pienso golpearte, Yuzuha – dice el peliblanco con una sonrisa mientras se removía para quedar sentado y así mirar mejor a la castaña.

Ambos se quedaron unos segundos mirándose a los ojos, mientras varios sentimiento salían a flote. Ryusei seguía amando a Yuzuha, la amaba con locura, y la castaña también lo seguía amando. En los dos años que habían pasado no había podido olvidarse de él, y jamás lo haría. Ryu había conseguido meterse en lo más profundo de su corazón y no estaba dispuesta a soltarlo, no cuando ella sabía que el chico la seguía amando.

El peliblanco fue el primero en apartar la mirada, y la verdad es que se alegró de hacerlo. Gracias a que había apartado la mirada es que ve que tres chicos de Kanto estaban corriendo hacia ellos, con la intención de golpear a Yuzuha. La chica no se había percatado porque estaba mirándolo y ellos iban a aprovechar que estaba distraída. Ryusei deja salir un gruñido, levantándose rápidamente y tira de Yuzuha para que la chica se colocase tras él. Eso confunde a la castaña, pero enseguida ve porque Ryu había tirado de ella, pero el chico no solo hizo eso. El peliblanco se abalanza sobre esos tres y de un solo golpe los deja en el suelo.

- La tocan y los mato – gruñe Ryu entre jadeos, pero estos no eran por el esfuerzo que había hecho, eran más bien por el enfado que sentía. Esos imbéciles iban a golpear a Yuzuha por la espalda y él eso no lo iba a permitir.

- Gracias – susurra la castaña y eso hace que Ryu pusiera toda su atención en ella.

Ryusei la miraba y empezó a imaginar como seguiría la pelea. Estaba claro que Yuzuha lo noquearía y ella seguiría peleando. Cualquier imbécil podría golpearla, cualquier miembro de Kanto iría a por ella como esos tres imbéciles que había noqueado. ¿Podría permitir eso? Él había estado junto a Mikey para proteger a Yuzuha, pero ahora ella estaba en peligro. Él no supo que la chica estaba en la segunda generación de ToMan, no hasta que la vio minutos atrás.

- Vuelve con nosotros, Ryu – pide Yuzuha -. Por favor.

- A la mierda con todo – gruñe Ryusei acortando la distancia que lo separaba de Yuzuha y sin pensarlo más la besó.

¿Por qué debía seguir alejado de ella? Yuzuha ya sabía sobre la amenaza de su padre, y mientras lo había estado golpeando la chica le había contado lo que había hecho, como fue a ver a su padre para dejarle en claro que no iba a poder con ella.

- ¿Qué plan tiene Takemichi? – susurra Ryu cuando se separa un poco de la castaña.

- Debemos hacer que llegue hasta Mikey – responde ella con una pequeña sonrisa.

- Lo que pretenden hacer es una locura – susurra el peliblanco -. Pero bueno, a mí me encantan las locuras. Vamos a abrirle un camino a Takemichi.

Yuzuha lo había conseguido. Ryu estaba dispuesto a dejar Kanto y ayudarla. El peliblanco sabía las consecuencias que ese acto traería, pero no iba a permitir que Yuzuha corriera peligro. Su única misión en la vida era velar por el bienestar de la castaña. La amaba demasiado. Pero el que ahora estuviera con ToMan no significaba que no estuviera preocupado por Mikey, sí que lo estaba, y mucho. Sabía que la chica no estaba bien, ya que incluso se mantenía alejada de ellos. Poco a poco se estaba aislando y eso no estaba bien. Mikey necesitaba ayuda y él estaba más que dispuesto a ayudar a Takemichi para así salvar a Mikey. Los golpes que había recibido habían hecho que entrase en razón, pero también lo hacía por su preocupación por Yuzuha.

- ¿Podrás seguirme el ritmo? – pregunta Yuzuha con una pequeña sonrisa. Ryu no estaba en perfectas condiciones, ya que la chica le había dado unos buenos golpes, los cuales aún dolían.

- Tengo más aguante del que crees – dice el peliblanco con una sonrisa.

Hanma estaba viendo como ToMan estaba tomando la delantera, y la verdad es que no se podía creer que los Haitani y Mocchi hubieran caído, de Madarame sí se lo había esperado, pues después de todo era un maldito debilucho. Shuji también se había percatado de que Kokonoi ahora estaba peleando junto a Inui y Benkei contra Wakasa, lo cual quería decir que Hajime les había traicionado y cambiado de bando, pero no solo Kokonoi, ya que Hanma también estaba viendo como Yuzuha y Ryusei estaban peleando contra varios miembros de Kanto. Eso enfureció a Hanma. ¿De verdad esos malditos habían traicionado a Kanto?

- ¡No te distraigas, Hanma! – gruñe Draken acertándole un puñetazo a Shuji -. Estás peleando contra nosotros.

- Sí... es cierto – Hanma mira al rubio de la trenza con una sonrisa -. ¿Desde cuándo te has vuelto tan fuerte, Draken? – Hanma le da un puñetazo en el estómago, justo donde le dio con una bala en Julio. El rubio de la trenza deja salir un gruñido de dolor, pues este aún no se había recuperado del todo -. ¿Ocurre algo, Draken? ¿Es que aun sigues débil por los disparos? – tras decir eso Hanma les hace una señal a unos cuantos de Kanto para que estos se acercasen. Iba siendo hora de desnivelar la balanza a favor de Kanto, así que debía dejar su pelea contra Draken y Emma por el momento.

20 hombres de Kanto rodearon a Emma y Draken, los cuales comenzaron a atacar enseguida. Hanma aprovecha la distracción para ir en busca de Chifuyu, Baji, Akkun, Hakkai y Mitsuya. Esos cinco se habían reunido para celebrar su victoria, aunque solo momentáneamente. Baji solo se quedó unos segundos y acto seguido se marchó para seguir peleando junto a Kazutora. Querían llegar hasta Mikey, pero antes de marcharse le dice a Chifuyu que estuviera alerta y no bajase la guardia. El rubio asiente con una sonrisa y Keisuke se marcha después de dejar un rápido beso en los labios de su novio. Ahí fue cuando Hanma llegó, y tenía previsto enfrentar a esos cuatro. Cuando acabase con ellos iría en busca de los traidores y les daría su merecido.

- Hey, un gusto, sobrevivientes a la muerte – saluda Hanma cuando estaba frente a esos cuatro.

- Hanma... - gruñe Mitsuya. El ver a Shuji ahí hizo que buscase a Draken con la mirada y lo localizó enseguida. El rubio de la trenza se estaba enfrentando a varios miembros de Kanto e intentaba llegar hasta ellos. Estaba claro que Hanma había huido de Draken.

- Comencemos a jugar – dice Hanma con una gran sonrisa.

Mientras eso sucedía Pachin logró llegar hasta Mikey. Haruki había subido al contenedor donde la rubia se encontraba, y estaba dispuesto a pelear contra la chica. No sería la primera vez que la retaba a una pelea. Mientras tanto Peyan estaba junto a los hermanos Kawata peleando, y pronto se les unirían Kazutora y Baji. Ellos se encargarían de Mikey y Pachin fallaba. Por el momento ese era el plan, ya que los fundadores de ToMan intentarían llegar a Mikey y pelear con ella si hacía falta.

Baji se percata de que Pachin había llegado a Mikey, y aunque tenía plena confianza en Pa, sabía que él solo no era rival para Manjiko. Se necesitaba a todos los fundadores, y ahí también entraba Emma. Ella estuvo desde el principio, así que a ella también la necesitarían, al igual que a los gemelos Kawata.

Baji se desvió por unos minutos, yendo donde estaban Draken y Emma, ayudándolos a noquear a los pocos miembros de Kanto que los rodeaban. Con eso los tres comenzaron a correr hasta donde se encontraban los demás. Era hora de enfrentar a Mikey.

- ¿Es divertido verlo desde arriba? – habla Pachin -. Mikey.

- Ah, eres tú – susurra la rubia mirándolo de reojo.

- Yo seré quien te llevará a tu fin – declara Haruki. Sabía que decir eso era una gran tontería, no era oponente para Mikey, pero daría lo mejor de sí mismo.

- ¡Pachin! – grita Ryouhei viendo como su amigo había conseguido llegar hasta Manjiko -. ¡¡No pierdas contra Mikey!! ¡Hazlo como siempre sueles hacerlo!

Mikey se había levantado para estar frente a frente con Pachin. No le hacía gracia que este hubiera llegado hasta ella. No le quedaba de otra, debía pelear, pero solo lo noquearía. No quería que nadie muriera.

- ¡La última vez que te reté fue cuando estábamos en primer grado! – le recuerda Pachin con una sonrisa.

- Si quieres morir, entonces ven hacia mí, Pa... - Manjiko estaba muy seria, pues la verdad es que no quería implicarse en esa pelea, pero ya no le quedaba de otra, así que se quita la chaqueta del uniforme y se prepara para la pelea.

Pachin no tarda en atacar, y corre hacia Mikey para darle un puñetazo, pero Manjiko era demasiado ágil y consigue esquivarlo con facilidad. Pa atacó un par de veces más y Mikey ya se cansó de solo estar esquivando, así que comenzó a golpearlo, pero no utilizaba toda su fuerza, solo la suficiente para que perdiera la consciencia, pero Pachin era bastante duro y tenía aguante.

- ¡Mikey! – Pachin alza la voz entre jadeos -. ¡Gracias a ti me estoy motivando! – Pa ataca de nuevo y la rubia simplemente lo esquiva -. ¡Justo igual que cuando me invitaste a ToMan! – Pa intenta darle otro puñetazo, el cual Manjiko esquiva y consigue darle un rodillazo en el estómago. Pachin se queda momentáneamente sin aire, incluso salieron lágrimas de sus ojos tras el golpe, pero no se iba a rendir tan fácilmente -. ¡Y cuando seguí tu trasero para hacer mejor a la ToMan! ¡MIKEYYY!

Pachin vuelve a intentar darle un puñetazo a la rubia, pero la chica ataca primero dándole una patada a Pa, pero este no cayó, él seguía en pie. A la rubia le estaba doliendo esa pelea, no quería pelear con Pachin, ni con ninguno de sus amigos, pero ellos habían decidido declararle la guerra. Ellos querían pelear.

- Mikey... - habla Pa en un susurro mientras miraba los ojos de la rubia. Varios miembros de Kanto estaban asombrados al ver que Pachin seguía en pie tras recibir la patada de Mikey -. No soy muy inteligente... así que no sé... cuáles son tus planes... Para mí, mientras sigas sonriendo... No importa lo que cueste... - con eso Pa le regala una sonrisa a la rubia -. Y hasta ahora... he hecho todo lo posible para que sigas sonriendo – ahí Pachin recuerda a todos los capitanes, subcapitanes, y fundadores de ToMan, pero también recuerda la sonrisa de Mikey cuando fueron a la playa en año nuevo y ella dijo que ese sería el año en el que conquistarían Tokyo y ToMan llegaría a la cima. Esa fue la primera sonrisa verdadera de Mikey después de que Shinichiro muriera -. Porque... te amamos – Mikey lo miraba impasible, no podía mostrar ninguna emoción. No podía dejar que vieran lo débil que era, pero las palabras de Pachin le llegaron al alma. Para ella todos eran importantes, quería protegerlos. Por eso se alejó y por eso su insistencia en mantenerse alejada. Si ella seguía junto a todos solo haría que sufrieran y tuvieran un horrible futuro -. Mikey... - Pa ya no aguantaba más consciente -. ¿Te estás divirtiendo... ahora?

Tras decir eso Pachin cayó inconsciente y Mikey se lo quedó mirando. Ella no había dicho ni una palabra, solo Pa había hablado, pero le dolía ver así a su amigo. No quería seguir peleando, no quería implicarse en esa pelea, pero sabía que todos sus amigos harían lo imposible para llegar a ella. Su intención era no pelear, dejando al resto de Kanto que se ocupasen, pero sus amigos estaba muy obstinados y sabía que al final le tocaría pelear contra ellos.

Mientras eso estaba pasando Hanma había dejado inconscientes a Akkun y Hakkai. Chifuyu y Mitsuya lo miraban con dientes apretados y con la respiración irregular. Shuji daba muy buenos golpes, y ellos la verdad es que no estaban al 100%.

- Mitsuya, Chifuyu... - habla Hanma de lo más divertido al ver que esos dos aun seguían en pie -. Espero que ustedes me entretengan más que esos dos.

- ¡Mierda! – gruñe Chifuyu -. ¡Hakkai, Akkun!

Con eso Hanma se movió, pillando a ambos desprevenidos y de unos cuantos golpes más dejó a esos dos inconscientes. Al fin había acabado con la limpieza.

Takemichi se alarmó al ver lo que había pasado con esos cuatro, y también vio lo que había hecho Pachin. Estaban perdiendo la ventaja muy rápido, y eso le preocupaba.

Como el teñido estaba distraído Kakucho consigue darle un puñetazo mientras le gritaba que no mirase hacia otro lado. Takemichi deja salir un quejido y mira unos segundos a Kaku, pero el grito de Peyan hace que volviera a mirar donde se encontraba Manjiko. La rubia se encontraba aun subida en el contenedor, y abajo se encontraban Peyan, los gemelos Kawata, Kazutora, Baji, Emma y Draken. Los 7 se iban a enfrentar a Manjiko.

- ¡MIKEY! – grita Peyan para que esta los mirase.

- ¡Ven aquí abajo! – dice Draken de lo más serio.

- Nosotros seremos tus oponentes – dice Emma mirando directamente los ojos de su hermana.

Izana se encontraba en su puesto de trabajo. Había acordado con Taiju que ambos se marcharían juntos, pero el peliblanco estaba ansioso. Presentía que algo malo estaba pasando o que iba a pasar, y eso no le dejaba tranquilo.

- Taiju, no puedo quedarme – dice Izana muy serio -. Debo ir a la pelea.

- Me parece bien – habla el Shiba muy serio -. Yo no tardaré.

Izana le da las gracias y con eso va hasta los vestidores. Necesitaba cambiarse de ropa. El peliblanco había sido previsor y había traído el uniforme que Takemichi le dio, el cual le sentaba como un guante. Tenía que admitir que Mitsuya tenía muy buena mano.

En cuanto se puso el uniforme sale del restaurante por la parte trasera y se sube en su moto, pero antes de marcharse decide llamar a alguien.

- Necesito que vayas a un sitio – dice Izana -. Te enviaré la dirección por mensaje. Quiero que vayas tú solo.

- Bien – acepta el contrario al otro lado de la línea.

- Cuando llegues escóndete y que nadie te vea. Tampoco llames a tus compañeros, no quiero que se impliquen – demanda el peliblanco.

Tras eso Izana cuelga para acto seguido enviarle el mensaje con la localización del lugar. Presentía que necesitaría de su ayuda y no podía quedarse sin hacer nada.
Con ese pensamiento Izana se marcha para llegar lo más pronto posible a la pelea.

- ¿Quién te ha llamado? – pregunta Haiden.

Makoto había ido a casa de su amigo con la esperanza de lograr convencer a Takemichi de que no pelease. El Sano se había enterado de la pelea, ya que su hija le había contado. Él intentó persuadirla, pero no había conseguido nada. Al final Emma se había marchado, y cuando llegó a la casa de Haiden el teñido ya no estaba.

- Ha sido Izana – susurra Makoto muy serio -. Me ha pedido que vaya a un lugar, y que no avisase a la policía – con eso el Sano mira su móvil, el cual acababa de sonar. Le había llegado el mensaje con la dirección -. Es en el antiguo muelle de carga...

- Vamos contigo – sentencia Haruko de lo más seria. La mujer se marcha rápidamente y vuelve a los segundos con una mochila -. Seguro la pelea es ahí. Tenemos que ir.

Makoto y Haiden intercambiaron miradas. Ambos estaban muy preocupados y sabían que no podían persuadir a Haruko. Los tres se marcharon hacia el antiguo muelle de carga. No sabían que se encontrarían al llegar ahí, pero se estaban preparando mentalmente para cualquier cosa.

Wakasa le estaba dando una paliza a los tres, Benkei, Koko e Inui. El de mechas era imparable, y ahora sí estaba peleando en serio. No iba a dejar que esos tres siguieran en pie por más tiempo. De un rápido movimiento golpea el estómago de Inui y a su vez le da una patada a Koko. Ambos jóvenes cayeron al suelo inconscientes.

- Bueno... - habla Imaushi -. Aguantaron bien contra mí – con eso Waka posa su mirada en Benkei, el cual estaba de rodillas en el suelo. Él era quien peor estaba de los tres, pero eso no le importaba a Wakasa -. Es hora de que descanses, Kei-chan.

- Waka... - susurra Keizo alzando la mirada para mirar los ojos de Imaushi -. No sigas, por favor... Shinichiro...

- Él está muerto – susurra Waka impactando su pie en la cabeza de Benkei. Este cayó al suelo inconsciente -. Ya no importa lo que piense.

Varios miembros de Kanto gritaron victoriosos al ver que Wakasa había salido victorioso, dejando a Inui, Koko y Benkei inconscientes. Takemichi también lo vio, y no pudo evitar maldecir. Poco a poco todos estaban siendo derrotados y ya no sabía qué más podía hacer.

Manjiko había bajado del contenedor y se queda mirando a los chicos. No tenía previsto pelear contra su hermana, eso sí que no. Enseguida cruza mirada con Wakasa, el cual se estaba acercando hasta donde estaba, y con una mirada el de mechas comprendió lo que la rubia quería decir. En un rápido movimiento Waka se acercó, atrapó a Emma y de un golpe la deja inconsciente. Eso enfurece a Draken, pero se tranquiliza al ver que Wakasa deja a Emma junto al contenedor donde Mikey había estado subida. Ahí nada le pasaría a Emma, y nadie de Kanto se atrevería a hacerle algo a la hermana de la comandante. Con eso Waka se marcha sin decir nada. Debía ir a por Ryusei. Había visto que el maldito estaba peleando junto a Yuzuha. Él también se había cambiado de bando, así que le daría su merecido como lo había hecho con Kokonoi.

Manjiko se queda mirando a sus 6 amigos, los mismos que quería proteger. Tras eso mira a su hermana, la cual estaba recostada contra el contenedor. La rubia no dijo ni una palabra, no quería hablar con ninguno de ellos. Ella simplemente se enfocó en el enfado que sentía. Todos ellos se estaban comportando como unos idiotas, se estaban poniendo en peligro. Así que con ese pensamiento se abalanza sobre los 6 para golpearlos y dejarlos inconscientes. No fue difícil, ya que ni ellos 6 juntos podían contra ella. Primero fue a por Kazutora, al cual dejó inconsciente de una patada en la cabeza, y mientras le daba la patada también le propinó un puñetazo a Baji. En cuanto Tora cayó tuvo que esquivar varios golpes de los demás, pero fue fácil. Mikey sabía moverse bien en una pelea, sus reflejos eran muy buenos y en menos de 10 minutos casi todos estaban tirados en el suelo, tan solo Draken quedaba en pie, pero este estaba jadeando un con la cara un poco maltrecha.

- Esto acaba contigo... - susurra Mikey -. Kenchin.

Manjiko se dispone a darle una patada a Draken, pero este alza su brazo para protegerse. Ken era bastante duro y no iba a caer fácilmente.

- ¿Recuerdas el día que nos conocimos? – susurra Ken mirando directamente a los ojos de Mikey -. En cuanto te vi pensé que eras una chica muy rara – una pequeña sonrisa se fue formando en la cara de Draken -. Luego vi lo que hiciste con esos tipos... Quedé impresionado, pero lo que me impulsó a seguirte, a estar a tu lado, fue la sonrisa que me regalaste tras noquear a esos imbéciles, cuando me pusiste ese estúpido apodo...

- Eso quedó en el pasado – susurra ella -. ¿Por qué insisten en que vuelva? – la rubia hablaba sin emoción alguna y en un rápido movimiento impacta su puño en el estómago del contrario -. ¿Por qué se ponen en peligro?

- Porque te amamos, pedazo de idiota – gruñe Ken -. Así que deja de alejarnos, Mikey. No seremos felices si no estás con nosotros.

- No puedo – susurra ella dándole una patada. Ahí Ken quedó inconsciente.

Takemichi había visto lo que Mikey había hecho, y como estaba descuidado Kakucho aprovecha para darle otro puñetazo. Kaku se estaba enfadando al ver que el teñido no estaba concentrado en la pelea, sino que más bien estaba mirando alrededor para saber cómo estaban sus compañeros.

Ese último puñetazo hizo que el teñido cayera al suelo y se alejase un par de metros, pero Takemichi no se centró en su dolor, sino más bien en sus amigos. Todos habían caído, tan solo Hina, Yuzuha y Ryu seguían peleando, aunque este último estaba peleando con Wakasa y parecía que no iba a estar por mucho más tiempo en pie. La impotencia y la desesperación se posó en el pecho de Takemichi, haciendo que se preguntase si había sido muy imprudente, pues por su culpa todos estaban siendo derrotados.

- ¡Mierda! – gruñe irguiéndose un poco. Movió su mano hasta el rail que tenía frente a él, con la intención de levantarse y seguir peleando, pero en cuanto su mano toca el rail una corriente pasa por su brazo, haciendo que se tensase. Iba a tener una visión.

Por unos segundos Takemichi vio todo negro, pero el sonido de un tren hizo que alzase la mirada. Un segundo después ese tren descarriló y se encontró con todos sus amigos muertos. No solo morían los miembros de ToMan, sino que también miembros de Kanto. Takemichi se sintió desesperado, su corazón dolía al ver a todos sus amigos muertos. El dolor le atravesaba, y deseó haber muerto él en lugar de ellos. Fue en ese instante que Sanzu apareció con una sonrisa arrogante, diciendo que todos estaban siendo una gran molestia y por eso mismo decidió matarlos todos a la vez. Takemichi lo miraba estando de rodillas mientras lágrimas de dolor y desesperación caían por sus mejillas. El dolor era tan intenso... era tan agonizante... Simplemente alzó la mirada al cielo y deja salir un grito de pura agonía.

Hanagaki volvió en sí. Había vuelto al ahora, y miró su mano en el rail. Su corazón latía muy rápido por lo que acababa de ver. Había tenido una visión. El teñido se encontraba en shock, rememorando lo que había visto, asimilándolo. Sanzu los iba a matar a todos.

- Esto es malo – dice Takemichi poniéndose en pie. Debía hacer algo para evitar que todos murieran. El teñido comenzó a correr para ir en busca de Haruchiyo. Eso hizo que Kakucho se confundiera, ya que no entendía por qué Takemichi estaba huyendo.

- ¡Espera, Takemichi! – grita Kaku yendo tras él.

- ¡No me sigas, Kaku-chan! – pide el teñido mientras seguía corriendo. Ahora mismo debía centrarse en detener a Sanzu, así que debía dejar su pelea con Kakucho.

- ¡¿AH?! – Kaku estaba furioso -. ¡¿Te estás burlando de mí, maldito?!

Takemichi no le presta atención y seguía corriendo mientras pensaba en la visión que había tenido. Estaba seguro de que la visión se cumpliría dentro de poco, y si no detenía a Sanzu a tiempo todos acabarían muriendo. Así que siguió corriendo, siguiendo la vía que había tocado. Sabía que Haruchiyo debía encontrarse al final de esta, pues de lo contrario no hubiera tenido la visión al tocar el rail.

- ¡¡Oye, espera!! – grita Kakucho.

- ¡¡Te lo suplico!! – dice el teñido sin detenerse -. ¡¡Deja que me vaya, Kaku-chan!!

Takemichi estaba desesperado, debía detener a Sanzu, y aunque se lo explicase a Kakucho este no le creería. Justo ahí Kaku consigue alcanzarlo, agarrándolo del uniforme y lo lanza hacia atrás.

- ¡¿De qué estás hablando?! – gruñe Kaku -. Explícamelo, Takemichi.

- Fuera de mi camino, Kakucho – gruñe el teñido poniéndose en pie. Kaku lo mira con el ceño fruncido, pero enseguida abre mucho los ojos al ver quien se estaba acercando a ellos -. Yo... no quiero que nadie más muera.

Izana había llegado hacía unos minutos, y antes de implicarse en la pelea se reunió con Makoto, Haiden y Haruko. El peliblanco frunció el ceño al ver que el Sano había llegado con dos personas que no conocía de nada, pero Makoto le explicó que ellos eran los padres de Takemichi. Izana no le dio importancia, y le explica a los tres que no debían implicarse, que solo había llamado a Makoto por si algo malo pasaba. También les pide que estuvieran atentos por si los llamaba. Con eso Izana se marchó, pero antes les hizo prometer a los tres que no se moverían de donde estaban si él no los llamaba. Con eso hecho Kurokawa llegó a la pelea. Enseguida ubicó a todos, percatándose de que ToMan estaba perdiendo. Buscó con la mirada una cabellera teñida, y enseguida lo encuentra, y lo mejor era que Takemichi se encontraba cara a cara con Kakucho. Izana comenzó a avanzar para llegar junto al teñido, consiguiendo oír lo último que este había dicho.

- Te lo ruego, Kakucho... - pide Takemichi sin percatarse que tras él se encontraba Izana -. Si no me dejas ir, todos morirán.

- Ya lo has oído, no te entrometas, Kakucho – habla Izana mirando al azabache.

El teñido se gira de lo más sorprendido y por unos segundos se sintió aliviado de que Izana estuviera ahí, pero la alegría dura poco, ya que él también moriría si no detenía a Sanzu.

Kakucho estaba más que tenso al ver ahí a Izana, pero se centró en Takemichi. Había visto la desesperación en su mirada cuando dijo que si no le dejaba ir todos morirían. No entendía que estaba pasando, así que quería una explicación. Además, no quería centrarse en los sentimientos que habían salido a flote en cuanto vio al peliblanco. No quería sentir todo eso, él debía odiar a Izana por todo lo que le había hecho, por abandonarlo cuando más lo necesitaba. Izana lo desechó como si fuera basura, y eso no podía perdonarlo tan fácilmente. Así que decidió ignorar al peliblanco, actuaría como si este no estuviera, pero su corazón no estaba del todo de acuerdo con eso, ya que el muy maldito se había acelerado al ver a Izana.

- ¿A qué te refieres? – pregunta el azabache.

- Sanzu está intentando matarnos a todos... - Takemichi pone sus ojos en Kaku, mirándolo muy serio -. Haciendo que un tren se descarrile y estrelle contra ellos.

- ¿Qué? – Izana tenía los ojos muy abiertos -. ¿Dónde cojones está ese maldito imbécil?

Kakucho no sabía si creer en Takemichi, pero aun así lo siguió, y junto a ellos iba Izana. Este no le prestó mucha atención a Kakucho, pero tenía sus motivos. Ahora había un peligro mayor, y debía centrarse en el imbécil de Sanzu. Nunca le gustó ese chico, incluso le dijo a Muto que lo mandase a volar cuando este llegó a Tenjiku, pero Muto aseguró que era su hombre de confianza.

- Kakucho... - susurra Izana mirando al frente, encontrándose con un tren que tenía las luces encendidas -. Siento todo lo que te hice.  

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Hasta aquí me quedo. Sí, lo he dejado bastante interesante, pero el lo que hay. Hay que dejar un poco de intriga. 

De verdad espero que el capítulo haya sido de su agrado y mil gracias por leer. 

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