Había mucho trabajo en su restaurant.
Tanto Jennie como sus empleadas a tiempo parcial no hacían más que correr de un sitio a otro sirviendo pedidos, café, platillos y cobrando.
Fuera, el sol matutino iluminaba la calle principal.
En las aceras, la gente se paseaba y charlaba con sus viejos amigos.
Pero, en la tienda de Jennie, no había tiempo para charlar.
Y se alegraba de ello. Cuanto más ocupada estuviera menos tiempo tenía para pensar en la noche anterior.
—Estúpida: Se dijo a sí misma en silencio mientras cortaba raciones de tarta de limón. «¿Me estás tomando el pelo?». «¿Te gusta?».
¿Cómo podía haberse puesto en ridículo de esa manera frente a Lisa?
¿Y por qué demonios se había puesto a buscar coquetear?
No debía sentir nada por ella, Lisa solo estaba ayudándola a conseguir su objetivo.
Solo la estaba ayudando...
Por fin, acabó de cortar las raciones de tarta de limón, dejó el cuchillo y fue a agarrar la espátula.
—Eres idiota, Jennie -murmuró nuevamente en voz alta. Con la espátula, empezó a recoger las raciones de tarta y a colocarlas en una bandeja.
—Jenna -gritó Jennie.
Cuando una adolescente asomó la cabeza por la puerta, Jennie añadió:
—Aquí tienes las raciones de tarta de manzana.
—Estupendo -respondió la chica, entrando para llevarse la bandeja-. Los clientes se están poniendo nerviosos.
—Oh -dijo Jisoo, entrando también en la cocina-. En ese caso, será mejor que agarre un pedazo antes de que se acaben.
Jisoo tomó una porción de tarta de limón y sonrió cuando Jenna salió.
—Hola -dijo Jennie, buscando con los ojos el cochecito de niña que solía acompañar a su amiga-. ¿Dónde está tu hija?
—Ahí, en la tienda, con una amiga. Solar quería ver a mi niña y yo quería verte a ti -lamiéndose los dedos, Jisoo se apoyó en un mostrador.
—Rosie me ha dicho que tienes una cita con la ayudante de la sheriff Sana.
Jennie se empolvó las manos con harina y las hundió en la masa que iba a preparar.
Amasar la ayudaba a relajar la tensión, y ese día lo necesitaba más que de costumbre.
Chou Tzuyu, la chica a la que Lisa la había ayudado a atrapar. Sí, qué romántica.
—Ya veo que la noticia te ha llegado enseguida.
—Mi Rosie siempre me cuenta todo de lo que se entera y podría haberme llegado la noticia antes -observó Jisoo antes de dar otro mordiseo a su tarta-. Suponía que mi mejor amiga me informaría de que tenía una cita. Pero no, me lo ha tenido que decir mi Rosie.
—Rosé es una chismosa.
—Sí, ya lo sé, le encanta contarme a mí de todo lo que se entera en la ciudad y es una de las cosas que me gustan de ella. No sabe guardar un secreto, así que me entero de todo -Jisoo agarró una taza y se sirvió un café-. Pero tú, mi mejor amiga, no me has llamado para contárme todo de pies a cabeza.
Jennie parpadeó. Era verdad. Llevaba un par de semanas algo fuera de sí, sin prestarle la atención acostumbrada al trabajo, a las amigas,
a la familia.....
Y todo por pasar tiempo con una chica que no estaba interesada en ella. Era una idiota.
—Lo siento, perdona. Iba a llamarte, pero he estado muy ocupada y....
—Ya -Jisoo la interrumpió y dio otro mordisco al dulce-. Ocupada en el rancho de Lalisa Manoban.
—Desde luego, estás bien informada a pesar de que no te he llamado -murmuró Jennie.
Era imposible guardar un secreto en la ciudad gracias a Rosé.
Todo el mundo se enteraba de todo.
—Dime Jennie, ¿Qué está pasando en el rancho de Lisa? -preguntó Jisoo.
Entonces, Jisoo antes de que su mejor amiga hablara se quedó boquiabierta cuando se le fué una idea a la cabeza, y casi se le cayó el pastel.
Después de toser varias veces, preguntó casi sin respiración:
—¿No has hecho... no has... con Lalisa Manoban?
—No -respondió Jennie sin dejar lugar a dudas. -Sigo con mi virginidad intacta.
—Oh, qué pena -Jisoo bebió un sorbo de café.
Jennie dejó de amasar, cerró una mano en un puño y lo hundió en la masa.
—Así que estás desilusionada, ¿Eh?
Jisoo se echó a reír.
—Oye, mi gran mente vuela, tengo que pecar en poner ideas de otra persona en mi cabeza.
—Pues conmigo no vas a conseguirlo, créeme.
Jisoo se acercó a su amiga.
—Jennie, ¿Qué es lo que está pasando? ¿Me estás ocultando algo?
Jennie no estaba dispuesta a confesar, ni siquiera a su mejor amiga Jisoo, que se estaba encaprichando de una mujer con la que no tenía esperanzas de llegar a ningún sitio. Ni siquiera estaba dispuesta a confesárselo a sí misma. Ni aceptar lo que sentía.
—Algo.
Antes de rendirse a la inquisición y contarle la verdad a su mejor amiga, se oyó un grito agudo e infantil procedente de la tienda.
Ladeando la cabeza, Jennie sonrió traviesamente.
—Debe de ser la pequeña princesa.
—Sí. Será mejor que vaya a rescatar a Solar. Voy a llevar a mi hija a casa de la madre de Rosé, pero sigo queriendo que me cuentes lo que está pasando. Y quiero que me cuentes lo de la cita de esta noche. Así que llámame por teléfono, ¿De acuerdo? O no te dejaré en paz.
Cuando su amiga se marchó, Jennie asintió y dijo en voz alta para sí:
—Sí, te lo contaré todo... tan pronto como yo misma sepa lo que me está pasando.
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Lisa se paseó por la casa a oscuras tratando de no pensar en lo que estaría haciendo Jennie. Ni con quién.
Como Lily estaba dormida, el silencio que reinaba en la casa la estaba volviendo loca.
No tenía nada con qué distraerse para no pensar en la chica en la que no debía pensar.
Jennie debía de estar en esos momentos con la ayudante de la sheriff, pensó Lisa deteniéndose delante de la ventana del cuarto de estar.
Miró a la oscuridad a través de la ventana y, mentalmente, la vio con el vestido negro Chanel que había llevado a la boda de Becky y Freen.
Se le hizo la boca agua al imaginarsela a sí misma quitándole el vestido.
Y también imaginó a la ayudante de la sheriff, sentada a la mesa con Jennie, mirándola a los ojos.
Lo vio acariciándola y a Jennie sonriéndole... y se le hizo un nudo en el estómago, sintió como si su corazón hubiera sido aplastado.
Virgen.
Era muy inocente para darse cuenta de las intenciones de las personas.
¿Y si la ayudante de la Sheriff Sana se volvía tan ambiciosa y quería pasarse de la raya como casi lo hizo Sehun la noche de la boda?
¿Y si Jennie se negaba y esa chica se negaba a escucharla?
¿Y si necesitaba su ayuda y ella estaba ahí en el rancho?
—Sería el colmo -murmuró Lisa.
Al momento, se dirigió hacia el teléfono que estaba encima de la mesa al lado de uno de los sofás.
Marcó un número y, mientras hacía eso, notó un jarrón con flores.
Flores.
Eso era obra de Jennie.
Durante las dos últimas semanas había notado pequeños cambios en la casa.
Jennie solía poner flores en jarrones por todas partes de la casa.
También había llevado dos almohadones y los había puesto en los sofás del cuarto de estar.
Había colgado unas cortinas y había cambiado de sitio los cuadros de las paredes, y en fín sin darse cuenta en su casa había pertenencias de aquella chica de mirada felina.
Le había llevado lazos a Lily para que se adornara las coletas con ellos.
Había dejado rastro de su personalidad por toda la casa.
No había forma de escapar de Jennie, incluso su perfume impregnaba la casa.
Mentalmente, la oyó reír.
—¿Sí? -contestó una persona al otro extremo de la línea.
—Nayeon, soy yo -dijo Lisa con voz tensa-. ¿Podrías venir para cuidar de Lily un rato? Tengo que ir a la ciudad.
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Tzuyu era una mujer encantadora.
Y nada mal parecida.
En ese caso, ¿Por qué no sentía ningún entusiasmo al verla?
¿Por qué no le hervía la sangre como cuando veía a Lisa? ¿Por qué no le daba vuelcos el estómago y corazón?
Jennie estaba sentada frente a ella oyéndola hablar de los programas de entrenamiento de la academia de la sheriff Sana.
Asentía y le sonreía, pero la verdad era que no estaba interesada en lo que esa chica le estaba contando.
Quizá no quisiera tener la cita con Tzuyu.
Lo que realmente quería era irse a casa, ponerse la pijama y ver una película en el televisor.
No, lo que quería era ir a casa de Lisa, quitarse la pijama y.....
—Así que, cuando Sana me ofreció este trabajo, lo acepté corriendo -Tzuyu se recostó en el respaldo de su asiento y cruzó los brazos a la altura del pecho-. Porque creo que el secreto de mantener el orden es...
Jennie dejó de prestar atención a sus palabras y se preguntó qué estaría haciendo Lisa en esos momentos.
¿La echaba de menos?
¿Se estaría preguntando qué tal la cita que le consiguió?
¿Estaría preocupada por ella?
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Gracias por leer ✨