¿Le hablaba o no le hablaba?
Esa pregunta rondó en mi cabeza durante todo el día, en mis siguientes clases, en el trabajo, en la cena y ahora que estoy acostada en mi cama. Eran las once de la noche y no podía dormir por la incógnita que tenía en cabeza.
¿Será prudente el hablarle después de un año de no hacerlo?
Puff.
Me puse boca arriba en mi cama y miré al techo. La ventaja que tenía ahora es que por la tarde mi profesor de la clase de la mañana dijo que al otro día no iba a poder conectarse, así que teníamos la hora libre y yo podía dormir un poco más, y con eso de que me estoy desvelando a lo menso...
Solté un suspiro y miré mi celular como si fuera un artefacto extraño. Lo tomé con las manos temblorosas y volví a soltar otro suspiro.
¿Cómo iniciaré con la conversación sin sonar intrusiva?
Veamos que sale.
Desbloqueé mi celular y me metí a nuestra conversación, justo había pasado un año y algunos meses desde que hablamos. Para mí sorpresa él se encontraba en línea, así que los nervios habían aumentado de manera considerable.
Vamos Kendall, tú puedes.
Hey Ross, ¿estás ahí?- Kendall.
Mandé el mensaje y rápidamente bloqueé la pantalla de mi celular sintiendo a mi corazón latir de manera muy rápida.
¿Qué hice?
Negué con la cabeza de manera repetida mientras sentía mis manos temblar. Creo que no debería de haberle mandado ese mensaje, ¿y si piensa que es raro...?
Creo que el dejar de sobrepensar las cosas me ayudará a llevar esta situación de una mejor manera.
El sonido de mi celular anunciándome que había llegado un mensaje me hizo salir de mis pensamientos.
Aún con las manos temblorosas tomé mi celular y lo volví a desbloquear.
Estoy aquí, Kenny- Ross.
Volvió a sonar.
¿Pasa algo?- Ross.
Pasaba algo, pero no conmigo y no sabía cómo llegar al fondo de esto.
Dios...
No lo sé- Kendall.
No puedo dormir- Kendall.
En cierta parte no mentía con ello, no podía dormir debido a la ansiedad que sentía.
¿Tienes problemas con tu ansiedad de nuevo?- Ross.
Sí que me conocía bien; cuando íbamos en secundaria yo había comenzado a presentar rasgos de ansiedad, al punto de que me dieran algunos ataques y bueno, eso llegó a pasar en algunas clases en donde me tenía que salir y él siempre me acompañaba para no estar sola, solía cantarme para tratar de tranquilizarme.
Su voz era preciosa.
Probablemente...- Kendall.
Rápidamente me escribió de vuelta.
¿Sabes por qué estás ansiosa?- Ross.
Sí sé, pero no quiero contarte.
Mucho estrés de la universidad, más el trabajo...- Kendall.
Problemas míos y...- Kendall.
¿Quieres que te llame para que podamos hablar mejor? Creo que por mensaje no es posible- Ross.
Abrí los ojos como platos.
Oh Dios...
Además, me serviría escuchar tu voz después de tanto tiempo- Ross.
Mi corazón se quería salir de mi pecho, ¿en serio me dijo eso?
Si quieres, no tengo problema- Kendall.
Al instante mi celular comenzó a vibrar.
Llamada entrante de Ross Lynch.
Tomé un respiro y contesté la llamada.
-¿Hola?- hablé en voz baja.
-¿Kendall?- su voz... había cambiado tanto.
Mis ojos se llenaron de lágrimas.
-La misma, rubio- contesté y él rió.
-Tú voz ha cambiado mucho- opinó y ahora fui yo quien rió.
-Digo lo mismo- suspiré.
-¿Por qué hablas en voz baja?-
-Porque Allison está durmiendo en la habitación de al lado- contesté y pude imaginármelo con el ceño fruncido.
Él no sabía que Allison y yo nos habíamos mudado juntas.
-¿Me estás diciendo que cumplieron su promesa de ser roomies?- parecía sorprendido.
-Sí, un año después de entrar a la universidad nos mudamos a un departamento-
-Me alegro por ustedes-
-¿Y qué tal las cosas en Littleton?- pregunté recordando el tema principal del por qué le había mandado mensaje.
-Bien, bueno- rió de una forma distinta- yo vivo solo en un departamento-
-¿No vives con tus padres?- pregunté fingiendo demencia.
-No, ellos están en California junto con mis hermanos. Yo vivo solo aquí desde que regresé-
-¿Todo bien?- me atreví a preguntar- Digo... suenas distinto-
-No lo sé- escuché como suspiró- me gusta estar aquí en Littleton, me recuerda mucho a mi infancia y a los bellos momentos que viví con mi familia, pero las cosas no han salido como yo hubiera querido- me rompió el corazón escucharlo de esa forma.
-Lamento escuchar eso- negué con la cabeza- pero recuerda que existen cosas que nosotros no podemos controlar y eso también nos ayuda. Sé que pronto te sentirás mejor y... que las cosas estarán mejor para ti-
-Gracias, Kenny.- soltó una pequeña risa- ¿Lo ves?-
Fruncí el ceño- ¿Qué?-
-Te dije que el escucharte de nuevo me ayudaría- inconscientemente sonreí.
-Bueno, entonces me alegro de haberte ayudado porque sabes que aunque ya no hablemos tan seguido como lo habíamos hecho antes, estoy aquí para los momentos en que te quieras desahogar o distraer-
-Y puedo decir lo mismo, además esta llamada era para ayudarte a ti y a tu ansiedad-
Oh Ross créeme, ya se me ha quitado luego de que me contaras cómo te sientes.
-Tranquilo, el hablar contigo me ha ayudado a distraerme y a tranquilizarme-
-¿En serio?-
-En serio, rubio-
-Y yo que había pensando en cantarte una de mis nuevas canciones...-
-¿Sigues escribiendo?- pregunté con sorpresa y él rió.
-Eso es algo que nunca dejaré de hacer, Kenny. El seguir haciendo música me ha ayudado a sobrellevar todo aquello que hace que mi mente se nuble por momentos, además muchas personas han sido mi fuente de inspiración- confesó y yo sonreí.
-Ross Lynch enamorado, quien lo diría- soltó una carcajada- me alegra saber qué hay alguien que te hace feliz al punto de que le escribas canciones- y no mentía, me hacía sentir tranquila el saber que Ross estaba viviendo un amor bonito.
-Gracias, Kenny. Aunque por lo qué sé y por lo que me dijiste la última vez que hablamos, tú también estás igual... Kendall Besson enamorada, quien lo diría- repitió lo mismo que yo dije hace unos segundos y también solté una carcajada- también me hace feliz saber que compartes ese sentimiento-
Sabía que nunca llegaríamos a preguntar los nombres de las personas de las cuales estábamos enamorados, creo que era algo incómodo para los dos saberlo. Solo lo mantendríamos con comentarios superficiales.
-Muchas gracias- no podía evitar no sonreír.
-¿Pero sabes, Kenny?-
-¿Qué?-
-Tú también has sido parte de mi inspiración para crear canciones-
-¿Qué dices?- pregunté sorprendida.
¿Ross me había escrito canciones?
Eso es imposible.
-Sí, también he escrito canciones para ti-
-¿Cuando las podré escuchar?-
-Algún día las podrás escuchar, Kenny-