CAPÍTULO 26
Desperté un poco confundida pero con una sonrisa en el rostro, había algo en mi que había cambiado aunque eso no quitaba la preocupación que sentía por Jeremy.
Tomé una ducha para vestirme lo más cómoda y casual posible.
—Muy bien, hoy veremos a dos personas importantes para nosotros —dijo mi madre mientras desayunabamos. —llamé a Eve y nos veremos en una cafetería cerca de la universidad en una hora y de allí llamaremos a Jeremy —sonrió.
Ryan hizo una mueca diferente a las que habitualmente le dedicaba a mi amigo, mientras que mi padre asintió un poco pensativo.
—Iremos todos y... —fue interrumpida por el sonido de su móvil en señal de una llamada entrante. —disculpen.
Se levantó para atender ante la mirada de mi padre.
—Creo que no podré acompañarlas —dijo en tono bajo mirándome.
—¿Porque? —pregunté con tranquilidad.
—No podremos ir... —avisó mi madre tomando su lugar nuevamente. —debo asistir a una reunión con los directivos en Los Angeles y es importante —suspiró pesado.
—Dejamelo a mi —sugirió mi padre.
—¿Que? —se sorprendió.
—Papá acaba de decir que no podrá acompañarnos... —llamé su atención. —¿como lo supiste? —volví a mirarlo.
—Llevamos 20 años casados, la conozco perfectamente —me sonrió y no pude hacer más que admirarlo. —Ryan, ¿quieres acompañarme?
—Sabes mi respuesta —asintió con seguridad.
—Mamá, definitivamente te ganaste la lotería con papá —dije después de un momento y ambos rieron.
—Lo sé —increiblemente se ruborizó.
Media hora después salimos del departamento, cada quien por su lado. Por el nuestro en dirección a la cafetería que había mencionado.
—Finalmente verás a Jeremy luego de seis meses —habló mientras llegábamos al lugar.
—¿Como pudieron pasar seis meses? —sonreí asimilando tal cosa.
—El tiempo vuela, y a veces no lo notamos por las circunstancias. Mira, siento que fue ayer que tu padre me propuso matrimonio pero hoy han pasado 20 años. Increíble —sonrió con amplitud
—Cada día los admiro más —respondí en tono bajo pero sabía que me había escuchado.
Llegamos y tomamos asiento en una cafetería muy agradable en la que fuimos atendidas de inmediato y muy amablemente.
—¿Eve ya viene? —pregunté curiosa.
—Si, está cerca —dejó en móvil a un lado.
Observé la calle a través del cristal, las personas iban y venían, algunas con tranquilidad; otras con prisa hasta que una chica ingresó al lugar. No supe reconocerla hasta que habló.
—Hola mamá —la abrazó y luego a mi, cosa que me sorprendió. —hola Amy, ¿como te sientes?
—Hola —Correspondí con un poco de fuerza.
A pesar de la última vez que nos habíamos visto y tenido aquella breve discusión, la había extrañado y mucho.
—¿Solo vinieron a verme? —tomó asiento. —¿donde están papá y Ryan?
—Inesperadamente me llamaron de la empresa y él fue a encargarse pero luego podrán verse —respondió mi madre. —pero dime, ¿como te va?, ¿te adaptaste rápido?
—Si —mostró una amplia sonrisa. —las personas aquí son amables y bromistas así que me fue fácil adaptarme. Estoy muy bien pero concentrada en los estudios, se los prometí...
Ellas continuaron platicando muy animadamente mientras yo posponía mi pregunta y observaba la habitualidad del lugar que poco a poco comenzaba a ser más concurrido.
—Iré al baño —me levanté repentinamente.
—¿Quieres que te acompañe?
—No, vuelvo en un momento.
Fui al baño para llamar a Jeremy, nuevamente no respondió. Me miré al espejo con una mínima esperanza que se abría en mi mente y así darme el valor que necesitaba.
Regresé en un par de minutos pero escuché a Eve un poco alterada.
—No llamaré a Jeremy, no creo que sea buena idea que se encuntren
—¿Porque no? Eve...
No escuché más y sin que me vieran salí del lugar. Pensaba que Eve había calmado su actitud con respecto a mi pero no, parecía haber empeorado al tal punto de que no quisiera que viera a la única persona que me hacia bien y que podría iluminar la oscuridad que había en mi mente desde que fui diagnosticada con aquel padecimiento.
Sin saber lo que hacía crucé dos calles hasta que choqué con un chico.
—Lo siento, ¿estas bien? —se disculpó amablemente tomandome del brazo para que no cayera.
Lo observé un momento, era rubio con ojos claros y aspecto atlético. Cualquiera habría alegrado la vista con él pero para mi desaparecería pronto.
—Si, lo estoy... —me solté con lentitud para no parecer grosera. —¿me puedes decir donde está la universidad?
—Claro, es la siguiente calle —señaló con una sonrisa.
—Muchas gracias —intenté irme
—¿Cual es tu nombre? —volví a mirarlo.
—Lo siento, tengo prisa.
Y antes de que respondiera apresuré el paso hasta llegar a las puerta de aquel enorme lugar. Muchos me observaban con detenimiento y para otros pasaba desapercibida, de cualquier modo no me interesaba porque solo tenía un objetivo.
Tomé la fotografía que llevaba en el bolsillo para mayor seguridad y tener facilidad al reconocerlo o preguntar, cosa que no fue necesaria. A unos pocos metros se encontraba caminando con la mirada en su móvil y mi corazón se acelero.
—¡Jeremy! —mencioné casi gritando, muchos me miraron pero también mi objetivo.
Automáticamente sonrió en mi dirección, hice lo mismo y sin poder controlar mi impulso corrí hasta él para abrazarlo con fuerza.
—Amy, ¿que haces aquí? —dijo con cierta emoción cerca de mi oído presionando el agarre.
—Vine a buscarte, no soportaba más —intenté no llorar —no tienes idea de lo que me sucedió, te necesito más que nunca y...
—Jeremy —escuché una voz femenina haciendo que nos separemos. —¿que haces amor? —se acercó a nosotros para besarlo sin pena.
Mi corazón se detuvo un momento sintiendo un dolor pulsátil en esa zona.
—¿Quien es ella? —me miró. —es idéntica a la otra chica.
—Ella es Amy, mi mejor amiga —me señaló.
—¿Porque nunca me hablaste de ella? —continuó —creí que me lo habías contado todo, por cierto soy Susan y soy novia de Jeremy —extendió su mano hacía mí.
Nuevamente me sentía atrapada en mi propia persona, sin poder respirar, con lágrimas desbordantes e incontrolables.
La mínima esperanza con la que había despertado en la mañana se había esfumado produciendo un horrible dolor de cabezas sumiéndome en una desesperación que intentaba controlar.
—¿Amy? —él se acercó con preocupación, solo reconocí su voz que hizo eco en mi oído.
—Tenía esperanzas Jeremy, te creí en lo que dijiste ¿porque lo hiciste? —rompí en llanto sin importar los espectadores a la distancia.
—¿De que hablas? Amy, esto no significa nada —dijo en tono bajo —te lo explicaré y...
—Tuve miedo de llamarte, cada día es desconocido para mi. Esto es una tortura Jeremy, ¿porque? —interrumpí negando.
—¿Que quieres decir?, ¿que te sucedió? —tomó mi brazo con suavidad.
—Te lo habría dicho sino me hubieses colgado... —me solté y giré para irme.
—No lo hice, sucedió algo —tomó mi brazo nuevamente. —esto no es lo que piensas, por favor.
—¿Que no es lo que pienso? ¡te besó delante de mis ojos! —comencé a alterarme —me equivoqué al evitarte pero luego te llamé y escribí numerosas veces ¡jamas te molestaste en responder!
—Amy no recibí absolutamente nada —me tomó de los hombros.
—Ayer me llamaste —me miró confundido.
—Amy, solo escuchame
—Eres un idiota como todos —me solté mostrando nuestra fotografía para luego romperla y así también producir grietas en mi interior —ya no la necesito de todos modos será fácil olvidarte.
—¡Amy basta! —levantó la voz dejandome sorprendida. —Eve dijo que estabas en una relación, por eso no llamé y esperé que lo hicieras y así explicarme pero no lo hiciste. Aún así insisto que esto no es lo que parece —se señaló.
—¿Eve? —lloré con frustración. —¿que demonios dijo? Al parecer me detesta demasiado. No tuve ningún tipo de relación —intenté calmarme un poco.
—¿Que? —se sorprendió.
—¿Como podría? Solo mirame, soy un desastre —caminé para irme pero me detuve un momento. —ya no tengo que esperar para responderte, esa respuesta es no. Sigue con tu vida, puedes hacer lo que quieras porque tampoco seré tu amiga de nuevo.
Con dolor me retiré de allí ignorando su llamado hasta encontrar a dos mujeres que no reconocí hasta que hablaron, eran mi madre y hermana.
—¿Que sucedió? ¿a donde fuiste? —me preguntó la mayor.
Sin responder miré a la menor y sin remordimientos la empujé haciendo que cayera.
—¿Que dominios le dijiste a Jeremy para que ahora tenga una novia?, ¿que demionos hiciste Eve? —el dolor que sentía era enorme y decepcionante.
—¿Que? —mi madre me detuvo.
—Mamá, solo quiero irme de aquí —supliqué. —no debí haber venido.
—¿Eve que hiciste? —la miró.
—Yo no sé que sucedió... —se levantó. —Amy
—Esperaba cualquier cosa de cualquiera, menos de ti —abracé a mi madre.
Era cierto, esperaba de cualquiera pero no de ella a pesar de nuestras últimas diferencias en realidad me sentía mal conmigo misma con un leve intento de culparme a mi misma por lo sucedido y así no exteriorizar hacía los demás creyendo que así dolería menor pero solo lo empeoraba.
...
“¿Que dijiste?”
Una voz gruesa parecía sonreír.
“La familia Rogers está en el país, eso incluye a las hermanas. Ambas en el mismo lugar ”
“Tentadora sitúacion, podemos accionar o esperar”
“¿Porque continuar esperando?”
“Porque Thomas ni Samantha Rogers son personas comunes. Nos encontrarían en cuestión de segundos y nos destruirían antes de comenzar, creí que te había enseñado bien ”
“Eso se escuchó cobarde pero eres el jefe, ¿que sugieres?”
“Investiga más sobre las hermanas Rogers, todo lo que puedas”
“Entendido”
Me duele ver a Amy así ╥﹏╥
¿Que opinas del reencuentro?
Y... Lo último era una llamada telefónica, ¿quienes serán y que querrán de los Rogers?
La tensión se hace sentir (●__●)