Llevaba planeando ese momento desde hacía un año. Él estaba dispuesto a escucharlo. Ambos querían que aquello saliera bien, pues a ambos les convenía gratamente fingir de esa manera. Katsuki daba todo de sí para no arruinar el plan y no hacer a Kirishima enojar. Era un sencillo plan en el que nada debería fallar: era tan fácil cómo fingir que eran pareja, así podrían mantener alejadas a cualquier persona que quisiera sobrepasarse con cualquiera de ellos dos.
Habían pasado más de siete meses así, fingiendo que realmente eran una pareja de enamorados. Ninguno de los dos lo sentía, tan sólo eran los mejores amigos, sin más. No se gustaban de esa forma, ni siquiera querían besarse, pese a que de vez en cuando lo hacían cuando alguien no les creía cuándo decían que eran novios. Siete meses de esa manera. Siete malditos meses fingiendo ser el novio de Eijiro Kirishima. Tan sólo era eso, fingir. Pero ahora, podía decir que se ha enamorado de verdad.
Mierda. Sabía que sería una simple farsa, una tapadera para ambos. ¡Pero él se ha enamorado! Está enamorado de Eijiro. Y lo peor es que no hay forma de que pueda simplemente ignorar sus sentimientos, cuándo cada día debe actuar como su novio frente a toda la escuela. No hay manera de fingir que esos sentimientos no están. Y lo peor, es que no es un enamoramiento intermitente cómo creyó en un principio, pues no importan las idioteces que Eijiro diga, su forma de pensar no podía cambiar ni un poco respecto a la perfecta imagen que tenía de él.
Cree que Kirishima también podría estar enamorado de él. Pero si es sincero, jamás se verá merecedor de alguien como el pelirrojo. Es como un perfecto muñeco, es impecable desde los pies hasta la cabeza. De arriba a bajo, lo sabe muy bien, cómo todo el resto del mundo lo sabe, siempre le dicen incluso ahora "¿Cómo conquistaste a alguien tan perfecto cómo Eijiro?"
Lo ama. Pero al mismo tiempo, no puede esperar a que el amor los destruya completamente. Que parta sus dos corazones en miles de pedacitos pequeños, no puede esperarlo por muy masoquista que suene eso. Hay defectos, aunque es sólo uno: él es perfecto. Y toda esa perfección lo aterra, pero a la vez le hace sentir curiosidad, ¿será tan perfecto a la hora de besar? Quiere que el amor los destruya de la manera más cruel que se le ocurra a Cupido, tan sólo para demostrarse a sí mismo que Eijiro no puede ser tan perfecto cómo él cree.
Metafóricamente, Eijiro puso el corazón de Bakugou en una bolsa. Pero él jamás le pedirá que se lo devuelva.
-Espero que no me dejes.-Dijo Eijiro.-Sería una mierda si rompes el plan tras tantos meses.
-No lo haré.
-Eso espero. Hemos llegado muy lejos.
-Todos creen que somos pareja...
-Ese era el punto.-Rió antes de continuar hablando.-Pero creo que esto se nos ha salido de las manos, ahora toda la escuela lo sabe, ¡hasta los maestros!
-No creí que llegaríamos tan lejos, pensé que en apenas unos días alguien descubriría la mentira. Somos buenos actores, ¿cierto?
Se hizo el silencio de nuevo entre ellos. Pues hacía meses desde que Katsuki ya no actuaba cuándo se trataba de fingir amar a Eijiro, si bien ya lo amaba antes, ahora es algo completamente distinto. Antes lo amaba como su amigo, pero ahora... Quiere ser su novio de verdad, no una simple farsa para mantener a todos sus pretendientes a raya.
-No creo que sea buen actor.
-¿Cómo que no? ¡Se han tragado la mentira durante siete meses enteros, somos geniales en la actuación!
-Yo no actúo. Al principio sí, pero ahora... Creo que ya es algo natural.
Kirishima se giró a mirarlo.-¿Esto es una declaración de amor?
Katsuki pensó que podría ser capaz hasta de reír a carcajadas por esa pregunta si no fuera por los nervios que se lo estaban comiendo por dentro.
-¿Que pasaría si lo fuera?
El semblante serio de Eijiro lo alarmó por unos segundos, pero su respuesta no pudo hacerlo más feliz.-¿Cómo que qué pasaría? Te besaría, por supuesto.
-Entonces sí, es una declaración de amor.
-Es una forma muy original de pedirme un beso.-Dijo en tono pícaro.
-Cállate y solo dámelo.
Eijiro lo miró unos segundos, pero pronto, ya se encontraba besándolo.
Pero de una forma tan distinta a cómo lo hacían cuándo la gente observaba que a Katsuki le causó un fuerte escalofrío, que recorrió toda su espalda de una forma nunca antes experimentada, se sentía tan natural y tan íntimo que sentía que podría saltar de alegría. Se dió cuenta pronto de que Eijiro no era tan bueno en todo cómo él había imaginado, si bien estaba disfrutando cómo nunca de ese beso, tenía que admitir que Eijiro no era el mejor besador, tan sólo era decente. Tal vez nunca fue tan perfecto cómo creyó, y tan sólo era él, que tenía un maldito filtro de amor instalado en los ojos cada vez que lo miraba. Y por una vez, pensó que realmente, llevaba demasiado tiempo esperando al amor.