Mayo 25 de 2021
Londres, Inglaterra
2 días después del Mónaco Grand Prix.
— ¿Y Nessa? Estoy ansioso por abrazar a ese pequeño monstruo — Suelto una carcajada limpia, Charles me acompaña del otro lado de la linea, está acostado en su cama en pleno medio día, lo envidio.
— En la escuela, Charlie, el resto del universo si trabaja y estudia de lunes a viernes — Tomo un bocado de mi almuerzo mientras sigo acomodando los diseños en las diferentes carpetas — Así que lo sabe.
— Si no lo sabe, supongo que lo sospecha — La gracia abandona el ambiente para ambos y pierdo el apetito — No hemos sabido nada de él desde el gran premio, incluso se saltó la fiesta en mi yate.
— Dios, cuanto extraño esas fiestas y la vida del Paddock — Quiero llevar la conversación a otra parte, una donde no lo sienta respirar en el cuello mientras me reclama.
— Solo faltan cuatro fechas para Silverstone, ya pedí sus accesos así que más te vale venir a vernos, nain — Giro los ojos ante el apodo, apenas y teníamos centímetros de diferencia — Ya no tienes excusa.
— No puedo simplemente aparecer en el paddock 5 años más tarde con una niña que se parece mucho a Max, en especial porque no quiero tener que darle la cara a su padre — Me levanto de mi escritorio exponiendo la ausencia de vestimenta formal en la parte inferior de mi cuerpo, Charles se rie ante mis pants de Ferrari.
Un beneficio de tener mi propia marca de ropa era que trabajaba desde donde yo quisiera, había sido un proceso dificil pero siempre conté con manos amigas para ayudarme cuando parecía que el mundo me daba la espalda, Charles era una de esas, nuestros padres habían sido buenos amigos y ambos habíamos nacido con apenas dos años de diferencia, de niños habíamos sido inseparables, nuestras madres habían apostado que nos casaríamos para cuando tuviéramos 21, pero me había enamorado de Max y lo mio con Charles siempre funciono mejor como una muy buena hermandad, yo era la Leclerc niña que Pascale y Hervé nunca pudieron tener.
— Me veo sexy ¿verdad? — Finjo modelarle los pants rojos que habían sido de él hace algún tiempo atrás, cuando vuelvo a la pantalla tiene una gran sonrisa en su rostro — Son cómodos.
— Por lo menos se les da bien hacer ropa, porque lo de los autos — Vuelvo a mi asiento mirándolo con pesar, él niega — No vale la pena, luciole
— Tal vez las cosas se pongan mejor en las próximas carreras, criquet — Él vuelve a negar pero antes de poder decirme algo el replicador del acceso al ascensor suena en mi estudio, reviso la hora para confirmar que no es tiempo de que nessy llegue con la ruta — No estoy esperando a nadie.
— De seguro es algún proveedor o Nessa que salió temprano, llamame si es ella — Corta la llamada luego de lanzarme un beso, tomo mi teléfono y cambio rápidamente de camisa antes de bajar las escaleras de a dos escalones.
Dudaba que fuese algún proveedor, casi nadie tenía mi dirección de residencia en Londres y mucho menos el código de acceso a nuestro piso, llego hasta la primera planta justo a tiempo cuando las puertas se abren, quedo congelada en mis pies, habían pasado 5 años pero aún podía sentir el corazón latiéndome en la garganta cuando sus ojos se fijaban en los míos.
— Es un lindo lugar para escapar de tu vida — Da pasos dentro del departamento deteniéndose un instante en el recibidor donde hay fotos de nessy junto a mí o algunos amigos, toma uno de los cuadros entre sus dedos y lo gira hacía mi — ¿Cuánto creíste que podrías ocultarme que tenemos una hija?
Había jugado a fingir como reaccionaria en esta situación, nos había imaginado teniendo esta conversación en diferentes escenarios, con diferentes finales, pero no estaba preparada para que sucediera hoy, ahora.
— ¿Cómo nos encontraste? — Incluso quiero golpearme en la cara por lo ridícula que fue esa pregunta, se ríe pero lo conozco, sé qué no le hace gracia, vuelve a colocar la foto en su lugar y sigue su camino hacia mí.
— Para ser una mujer muy inteligente haces preguntas muy tontas, lisie — Mis piernas flaquean ante el apodo, solo dos personas me llamaban de esa forma y una de ellas ya ni siquiera estaba en el mundo, me toma demasiado tiempo reaccionar, cuando lo hago su mano está en mi mandíbula — Aunque creo que espero demasiado de la misma mujer que creyó que podría ocultarse de mí por siempre.
Su tacto en mi piel quema, incluso luego de tantos años me derrito ante la sensación que deja su piel contra la mía, nos miramos a los ojos por apenas un instante que parece horas, puedo leer demasiado en los suyos, más allá de la ira hay otras tantas emociones, impotencia, estrés, ansiedad, casi leo amor, pero dura apenas un instante porque en cuanto atraviesa sus ojos me suelta bruscamente, me tambaleo contra las escaleras pero alcanza a agarrarme antes de que caiga, intento poner mis piernas firmes para alejarme de él.
— Lo siento — No sabía por qué de tanto me disculpaba pero sentía que valía la pena hacer el intento — Te juro que no es así como me habría gustado que sucedieran las cosas.
Se aleja de mí hasta el mismo sofá crema en el que estaba sentada hace dos días cuando ganó el Grand Prix, ocupa todo el espacio y casi se siente como una exposición de instituto con el profesor más temido de todos, no sé muy bien como continuar la conversación así que espero ansiosa a que él hable.
— Pues todo señala que fuiste tú quien así lo decidió ¿no? — Noto por primera vez el ramo de tulipanes rosas que deja en la mesa de centro, mis flores favoritas, no lo ha olvidado — Te fuiste, Fleur, desapareciste como si nunca hubiésemos existido, como si no mereciese explicaciones.
Estoy llorando por algún motivo, tal vez no estaba tan preparada para lidiar con todas estas emociones como creí que estaba, tal vez nunca habría estado lista del todo.
— Y te juro que no hay un día en el que no mire hacia atrás y me arrepienta de no habértelo dicho — Caigo rendida en la silla individual del otro lado de la mesa, sintiendo demasiadas cosas al mismo tiempo, sus ojos siguen en mí, mirándome fuerte — Yo no quería huir pero no tuve opciones Max, todas mis opciones me fueron arrebatadas.
Me trago los detalle de la explicación siendo incapaz de delatar al culpable, no mentía, había huido del único lugar que conocía porque no se me fue dada otra opción, en menos de una semana me había convertido en madre pero había perdido a mi familia, al amor de mi vida, había perdido mi hogar, lo había perdido todo.
— Necesito que seas detallada Lisie, porque hasta el momento lo único que tengo seguro es que eres una maldita egoísta — Las palabras salen de sus labios con odio mientras siento mis ojos inundarse de más lagrimas, muchas cosas me habían dolido a lo largo de mi vida, sin embargo, Max hablándome de esta forma entraba en el top 3, justo debajo de las palabras de mi madre el día en que me echo de casa.
— Ni siquiera sabría por donde iniciar a contarte la historia incluso si quisiera Max — Subo la mirada completamente aterrada de que encontraría al chocar con sus ojos, lo que no esperaba eran lagrimas, igual de contenidas que las mías, atoradas como un sentimiento conocido en la garganta.
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Mayo 25 de 2021
Londres, Inglaterra
2 días después del Mónaco Grand Prix.
No puedo quitar mis ojos de ella, de su cuerpo tembloroso y sus ojos a punto de soltar el mar de lagrimas que tenía retenidos, quería gritar, golpear las paredes, quería besarla, olvidar que habíamos peleado, que me había mentido, quería arrancarle el maldito pantalón de ferrari solo porque me estaba fastidiando ver el logo todo el rato, era como una burla del universo.
— Cambiate ese maldito pantalón Lisie — Las palabras salen más como un gruñido que otra cosa de mi garganta, no intento fingir que no estoy observando sus piernas, todo su cuerpo tiembla ante mi voz, maldito autocontrol. — Ahora.
No intenta llevarme la contraria y simplemente corre escaleras arriba, me pica la necesidad de seguirla pero prefiero tomar la oportunidad para darle un vistazo al departamento, era bastante más pequeño que el mio, pero a comparación, este si se sentía como un hogar, había algunos juguetes acomodados a un costado de la escalera, fotos en las paredes, dibujos en el refrigerador, había una vida que no había tenido a mí al rededor por mucho tiempo, se me calienta el pecho de solo imaginarme siendo parte de este hogar, reemplazando esas fotos de ellas dos solas por fotos de los tres, cierro los ojos y suelto un suspiro.
— He vuelto — Anuncia aún en el último escalón, mis ojos viajan a sus piernas ahora desnudas, vuelve a sentarse frente a mí atrayéndolas hacia su pecho — Lamento si me demore, todo lo que tenía a mi alcance no te habría gustado.
¿Hablaba de los pantalones? ¿Cuántos malditos pantalones ferrari tenía en su closet?
— No importa, solo quiero hablar — Mis ojos se deslizan de sus piernas a sus ojos haciendo mi mejor esfuerzo porque sé queden ahí, enfocate Max, no necesitas una erección mientras discutes con la única mujer a la que odias y deseas por partes iguales — No voy a moverme de aquí hasta tener toda la verdad, sin importar qué.
Evita mis ojos pareciendo muy interesada en el vidrio de la mesa que nos separa, observo los tulipanes rosa que había comprado para ella en un ataque de desesperación, vuelvo a mirarla.
— Nessa llegará en no más de dos horas — Susurra, yo suelto una carcajada seca, ¿esperaba que eso me hiciera irme?, si estaba aquí con los huevos en la garganta era esperando conocerla — No puede verte aquí.
— ¿Por qué no podría verme aquí mi hija? — Otra vez el tono brusco, otra vez su cuerpo temblando, ¿qué había pasado en estos 5 años flor mía?
— No quiero tener que explicarle que vas a desfilar por su vida solo cuando tengas tiempo libre, que no es casi nunca Max — Su voz se rompió un poco, incluso escondió la mitad de su rostro entre sus rodillas — No quiero que le hagan daño.
Y la entendí, porque yo tampoco quería lastimarlas, pero ahora que sabía de su existencia no planeaba irme, no iba a desfilar por sus vidas como ella insinuaba, iba a quedarme, cuidarlas en todo momento, mierda, iba a intentar ser el mejor padre del mundo.
— ¿Qué te hace creer que voy a irme? — Su expresión cambia drásticamente, como si hubiese hecho la pregunta más estúpida del mundo.
— ¿Cuánto durará este paseo a Londres, Max? ¿Un día, tal vez dos? — Me muerdo la lengua, queriendo no contestarle horrible de nuevo — No vas a quedarte, lo sé, es tu trabajo viajar por el mundo, es mi trabajo cuidar de nuestra hija.
— Podrían venir conmigo, recorrer el mundo a mi lado — su cara de ¿eres idiota?, me juzga, levanto los hombros — El dinero no es problema.
— ¿Y hacer que Nessa renuncie a su vida, a sus amigos, a todo lo que conoce? — Habla con obviedad, asiento derrotado, ella tenía razón, no estaba pensando en lo mejor para ella pero no quería desprenderme.
— Nessa — Saboreo el nombre, cuando aún estábamos juntos hablamos de tener hijos, quería todo a su lado, aún lo hago; una vez bromeamos con nombrarlos como mitos y leyendas luego de que le contará que cuando era pequeño mi madre empezó a apodarme nessy por el monstruo mitológico — Es un lindo nombre, Nessa Verstappen.
— Nessa Le Fort — Corrige con obviedad, no había podido darle mi apellido a mi hija porque no sabía que existía, pero eso podría cambiarse pronto — Aunque ella no sabe que es una Le Fort.
— No tendría que ser una Le Fort si me hubieras contado la verdad — Suelto con veneno, ella encuentra algo muy interesante en sus pies — Mierda Fleur, estoy intentando con todo mi ser no ser un idiota contigo ahora mismo pero no me estás dando respuestas.
— No estoy lista para hacer esto — Solloza, sus lagrimas me fracturan de una manera impresionante, podía decirle que la odiaba pero en el fondo dependía de un suspiro de sus labios para dejarla hacer de mí lo que desee — No vas a creerme, dios no sabes nada.
Sus manos cubren su rostro, su cuerpo tiembla ante los sollozos y mando a la mierda cualquier sentimiento negativo cuando me levanto hacia ella para envolverla en mis brazos, se acurruca en mí como si lo necesitara, porque lo necesita, la dejo quedarse ahí mientras llora desconsolada, como si hubiese aguantado el llanto por tanto tiempo sin tener con quien sacarlo de su sistema, se aferra a mi camisa y nos quedamos ahí, envueltos el uno en el otro hasta que parece que no puede llorar más, se aleja de mi tronco pero soy incapaz de mantenerme alejado, caigo de rodillas frente a ella.
— Dime la verdad, podré soportarlo — Sus ojos rojos conectan con los míos, quiero arrancarle la duda que veo, decirle que la amo y que nunca deje de hacerlo — Seguimos siendo tú y yo, nada de lo que siento ha cambiado.
— Iba a decírtelo, en año nuevo — Sus ojos no se separan de los míos ni un instante — Estaba lista para hacerlo, incluso había comprado la camisa de Red Bull más pequeña que encontré en el mercado para darte justo antes de que el reloj marcara las doce, me había enterado solo unos días antes, estaba tan ansiosa de que lo supieras.
Entonces se apaga, como quien sopla una vela encendida dejando apenas una estela de humo inútil.
— Entonces mientras alistaba todo en tu habitación tu padre entró, intente esconder la camisa, sabía que me odiaba — aprieto mis puños a sus costados su mano va sin duda a mi rostro donde acaricia despacio, seguía llorando, demasiadas lagrimas — pero no fue a tiempo.
Su voz se apaga aún más, la veo tragarse un sollozo y vuelvo a envolver mis brazos a su alrededor aun dejándome espacio para verle el rostro, toma dos grandes respiro antes de volver a hablar.
— Dijo que la noticia arruinaría tu vida, que te desenfocaría de tu futuro, que arruinaríamos tus planes, las dos — Baja los ojos a algún punto de mi cuello — Me amenazó con arruinar lo de la beca, con arruinar la reputación de mi familia, fui una tonta, no me justifico.
— Y entonces te lo callaste — Admití por ella, sintiendo un sin fin de emociones hacerse pelota en mi garganta, sabía que Jos estaba obsesionado con que hiciera todo lo que él no pudo hacer en el deporte ¿pero esto?, esto era grande.
— Escondí la camisa en uno de tus cajones luego de llorar por mucho rato, tome mis cosas y me fui a casa, fue horrible — La había visto llorar antes, también era bueno reconociendo lagrimas falsas, las había visto toda mi vida, pero ella no mentía y su llanto me desgarraba — Dos días más tarde apareció en la puerta de casa, le contó a mamá.
Conocía a la madre de Fleur, era una buena mujer que había sufrido mucho luego de la perdida de su esposo, eso la hizo perderse un poco, se volvió muy exigente con Fleur, siempre esperaron mucho de ella, debió ser horrible cuando se enteró de que su hija de 18 años estaba embarazada.
— Le dijo muchas cosas emmu — Acaricio su cabello mientras su mirada sigue fija en mi cuello, el corazón me late rápido luego del apodo, casi me derrito al oírlo de sus labios, la había extrañado tanto — Mamá enloqueció, me llamó zorra y fácil, tu padre le ofreció lo mismo que a mí, ella si acepto.
Guarda silencio, su semblante cambia a uno más colmado por la ira, como si el recuerdo en sí mismo le generase repulsión
— Me negué, no sabía qué haría pero quería tener al bebé, intente que Anthonie ayudase, que me ayudara a salvarla pero no hizo nada, solo se encerró en su cuarto — Su relación con su hermano era envidiable, ella lo amaba con locura, era fiel devota a sus palabras, que él le diera la espalda debió sentirse como traición — Entonces mamá dijo que si me sentía tan adulta entonces actuaria como tal, me echó de la casa sin nada más que una pequeña maleta.
Mastico las palabras y las paso lento, Johannes le había dicho que abortara, había ido con su madre casi para forzarla de lo mismo, y pudo haber pasado, eso la habría destrozado sin duda alguna, Fleur siempre quiso ser mamá.
— Dormí en casa de Charles por tres días hasta qué salió mi vuelo a Manchester, dejé mi viejo teléfono y me propuse iniciar de 0 pero fue un infierno, te veía en todas partes, no tenía dinero, me sentía sola, estaba sola — Apoye mi frente contra la suya cerrando los ojos, yo también estaba llorando — Mierda, no creas que estoy justificándome, pero creeme que mi karma por huir lo pague con queresas durante todo ese año, fue horrible Max, en serio lo siento tanto.
Había vivido un infierno completo, en completa soledad, recordándose todos los días que se merecía lo que estaba viviendo por haber sido cobarde, creyendo que nunca mejoraría, siento la presión hacerse más grande en mi pecho de solo imaginarla pasando días sin comida suficiente, matándose para mantener su beca y poder graduarse de la universidad, cuidando de una bebé sin saber como, mientras mi padre estaba en su mansión enorme de millones de euros, sin importarle que le pasaba a ella o a mi hija.
Recordaba cuál había sido su respuesta cuando le conté que Fleur se había ido sin dejar rastro, "Se veía venir Max, es solo una chica, tú eras lo que necesitaba para tener un poco de renombre" le había contestado que ella no era esa clase de mujer, pero cuando los días pasaron y ella solo no volvió a aparecer no pude hacer más que creerle, la había buscado en todas partes, pero nadie me había dado respuesta, incluso Charles me había dicho que no sabía nada de ella ¿había sido eso verdad?
— ¿Cómo es que Charles y Daniel lo sabían? — Alejé mi rostro del suyo aun manteniéndola cerca, limpie algunas de sus lagrimas, ella limpió las mías.
— Le contacté dos años después, le tomo solo unos días llegar hasta el horrible apartamento en el que vivía, junto a él estaban Pascale, Arthur y Lorenzo, les conté la historia, creo que no había llorado tanto desde ese día — Se rie entre el llanto ante el comentario, me hace anhelar que se ria por siempre — Desde entonces Charles se mantuvo en contacto, me envió dinero, vino de visita, fue el mejor tío que pudo ser, el hermano que había perdido.
Sentí tranquilidad de saber que por lo menos hubo luz en su oscuridad, anoté mentalmente darle las gracias a Leclerc de alguna forma por cuidar de ellas, no había sido la forma pero él había estado ahí de manera incondicional, la había hecho sentir acompañada en su soledad.
— Yo le hice jurar que no te contaría nada, estaba en pánico, aún no me graduaba y estaba aterrada de que tu padre hiciera algo encontrá de mi beca para la universidad — Jos tenía contactos en todos lados, no la culpaba por estar aterrada, solo estaba un poco enojado con como se dieron las cosas — Te juro que quería decírtelo, buscarte y hacer algo, quería que fuéramos una familia, pero tu carrera parecía ir en subida, estabas empezando a tener los resultado que siempre buscaste y creo que de alguna forma me convencí de que tu padre tenía razón, que nosotras habríamos sido un estorbo.
Negué repetidamente, entendía por qué lo creyó de esa forma pero si las cosas hubiesen sido diferente yo habría tenido un motivo más por el cual dar lo mejor de mí, habrían sido menos madrugadas solo y más felicidad al despertar, habríamos aprendido a ser padres juntos, nunca le habría soltado la mano.
— Daniel lo supo por error hace un año, Nessa quería hablar con Charles por llamada con tanta insistencia que no pude negárselo, Daniel apareció en la videollamada sin querer y fue tarde, lo sabía — Hace una pausa larga, la acompaña de un suspiro o dos — Lamento haber hecho todo esto Max, lamento haber sido una tonta niña egoísta, te juro que lo lamento.
Limpio algunas lagrimas intentando organizar las frases en mi cabeza, procesando toda la nueva información obtenida que se apilaba en diferentes categorías, había demasiado que procesar en tan poco tiempo que preferí solo abrir la boca a ver qué salía.
— Lamento tanto que tuvieras que hacerlo sola — Quería decirle más cosas, demasiadas cosas, pero no sabía expresarlo de forma clara por lo que solo soltaba lo que mi cerebro alcanzaba a conectar — Pero ya no más, no voy a ir a ninguna parte, nunca más, ahora estoy aquí lissie, esta vez voy a quedarme, vas a dejar que me quede.
Fleur se quiebra de nuevo, llora desconsoladamente contra mi cuello y se deja ser mientras nos acomodó en el suelo, aún acurrucada contra mí, lloro en compañía sintiendo demasiadas cosas de momento, aunque tenía muy identificado un sentimiento, la ira, que aunque mala consejera es buena cuando lo que quieres es venganza y yo era un gran amigo de hacer que todos pagaran su karma.
Bienvenidos a Second Chance, por favor tomen asiento y pónganse cómodos porque las cosas están empezando de nuevo dándole un hogar a un viejo amor, ¿las cosas funcionaran para todos?, lo iremos descubriendo.
¿Qué opinan de este primer capítulo?, intente servirles la entrada de este sin fin de platos que están recién por venir, en tiktok les voy a dejar un poco de la linea del tiempo de como transcurre esta historia, sin embargo, todos los capítulos tendrán fecha para que puedan irse ubicando.
Los voy leyendo, y si vienen de LLYR, les debo un millón de besos, muchas gracias por la oportunidad.
Manténganse a salvo, saludables y felices.
Josh.