Miró al frente recibiendo un golpe más en su espalda, sus lágrimas salían sin parar, tenía frío, estaba tan expuesto y tan vulnerable.
—Con esto... bastará por el día de hoy.—Dijo el señor dejando de lado el gran pedazo de madera.
Sowon fue rápido hacia su hijo pero antes de llegar a tocarlo Alex la detuvo.
—No te acerques... debemos asegurarnos de que su enfermedad se cure.—Dijo su esposo mirando con asco a su hijo.
—Alex... basta...—Suplicó su amada a su lado.
El señor Jeon alzó su mano dispuesto a golpear a Sowon pero antes de hacerlo respiró tratando de controlarse, la señora cerró sus ojos y se protegió con miedo pero antes de ser atacada su esposo se detuvo.
—Padre... ¿se podrá curar de esa enfermedad que tiene?.—Le preguntó Jeon Alex hacia el cura de la iglesia quien asintió.
—Con lo necesario terminaremos haciendo que su hijo vuelva a la normalidad, le quitaremos... esa forma tan nefasta que tenía de amar a los hombres, debió de haber educado mejor a su hijo y cuidarlo también, así se hubiera evitado todo lo que nuestro señor Jesucristo dice que está mal en la biblia.—Regañó el señor canoso al padre de Jungkook quien asintió lentamente.
—Aún no es tarde para hacer lo correcto...—Contestó Alex completamente avergonzado.
—Por suerte llegaste antes de que tuviera otro tipo de encuentro con los hombres, sería peor el castigo si llegó a tener más intimidad con alguien de su mismo sexo.—Dijo el padre negando con su cabeza.—Mañana tráelo a la misma hora, haré una pequeña ceremonia para borrarle los pecados y que reciba la bendición de Dios para que sea perdonado en el reino de los cielos.—Señaló al cielo y después Alex hizo una reverencia.—Hasta mañana hijo mío, Dios guíe tu camino hoy, mañana y siempre.—Sonrió dándose la media vuelta yéndose.
Jungkook temblaba del frío, estaba de rodillas, sus heridas estaban abiertas, se sentía un animal ahí... lo peor es que sus mismos padres habían recurrido a esto... recordaba que el día de ayer, una vez llegó a su casa tuvo una discusión fuerte con su padre, su madre intervino y su padre estaba a nada de golpearla pero el castaño no lo permitió así que la paliza fue hacia él.
—Hijo...—Sowon lo miró preocupada.
—E-Estoy bien...—Aseguró Jungkook con su voz débil.
—¡Aléjate de esa asquerosidad Sowon!.—Le gritó Alex a su esposa tomándola del brazo con fuerza lastimándola.
—D-Déjala... ni siquiera me ha tocado...—Mencionó el castaño temblando.
El señor Jeon lo miró con asco y se agachó hasta estar a la altura de él, luego con su mirada recorrió todo el cuerpo de su hijo... lo observó con disgusto.
—¿Por qué mierda lo hiciste?.—Le preguntó su papá haciendo contacto visual con los luceros de su niño.—Que puto asco me das...—Dijo entre dientes.
Jungkook bajó la mirada y después su padre soltó una risa de burla, negó con su cabeza levantándose, en eso llamó a los guardaespaldas y les pidió que se llevaran a su hijo con sigilo hacia una de las camionetas para transportarlo hacia la mansión.
Finalmente luego de un tiempo se fueron de la iglesia, el cielo estaba triste, pequeñas gotas de lluvia comenzaron a bajar lentamente del cielo, Jungkook se sentía tan vacío... en todo el transcurso del camino su papá ni siquiera lo miró, su madre lo hizo pero nunca le habló, solo lo vigiló en secreto para no hacer molestar al líder de la familia.
Al cabo de algunos minutos llegaron a la mansión, los guardaespaldas subieron al joven castaño hasta su habitación pues estaba muy débil como para poder mantenerse de piel por si solo, lo aventaron adentro de su recámara sin importarles mucho si lo lastimaban o algo, Jungkook se quedó en el suelo llorando queriendo que ese sufrimiento terminara... Escuchó la puerta cerrarse con fuerza a lo lejos. Hace nada que su padre le había dicho que estaba orgulloso de él pero ahora... solo le hacía saber que era un defecto de Dios y que le daba mucho asco tenerlo como hijo.
"Confío en ti"
La suave voz de Jimin sonó en su cabeza, su corazón latió con fuerza al recordar al joven de cabellos rubios, rápidamente se dio un golpe en el pecho ¡estaba mal!... no era normal que le gustaran los hombres... esto que estaba haciendo su padre era por su bien, porque lo quería... aunque si era eso no había la necesidad de golpearlo... ¿verdad? Si realmente quieres a alguien, no existía necesidad de recurrir a la violencia física, emocional y verbal.
Jungkook desvió su vista hacia uno de sus dedos en donde se encontraba un anillo... lo observó con detenimiento y sintió una calidez hermosa...
"Quiero hacer una promesa de amor contigo para siempre."
No lo estaba haciendo... cumplir su promesa de amor y estar para él siempre, no lo cumplió sin embargo en algo tenía razón su padre, nunca era demasiado tarde para hacer algo al respecto.
Jungkook se levantó con dificultad y después fue al baño, limpió sus heridas con agua, se dio un baño lento hasta que estuvo mejor, después se puso una ropa adecuada, esperó pacientemente la hora de la comida hasta que la puerta se abrió e ingresó Kim Namjoon con una charola llena.
—Señor... le he traído la merienda.—El moreno habló preocupado acercándose al joven.
—Gracias...—Agradeció el castaño mirando al pelinegro.—¿Cómo siguen... tus girasoles?...—Preguntó Jungkook mirándolo.
—¿Mis girasoles?.—Cuestionó con intriga ¿de qué le estaba hablando?
—Si... los girasoles amarillos...—Se acercó más a Namjoon para susúrrale.—Llévame a ver Jimin... necesito saber cómo está... por favor ayúdame...—Imploró mirando los ojos del moreno.
—Mis girasoles están bien gracias por preocuparse, los sacaré ahora mismo para que les de algo de aire.—Nam asintió lentamente y después se dio la media vuelta yéndose.
Jungkook lo miró y suspiró despacio... observó con detenimiento la comida, luego dirigió la atención hacia la puerta en donde estaban los guardaespaldas de su padre quienes cerraron la puerta una vez Nam salió.
El castaño se levantó poniéndose lo necesario, corrió hasta llegar a una ventana de su habitación, miró hacia abajo notando que si era mucha altura así que saltar no estaba en sus planes... rápido volvió a entrar y comenzó a buscar una cuerda, cuando la encontró hizo lo necesario para poder escapar de aquel sitio. Aventó lo indispensable hacia abajo, después bajó con cuidado hasta estar parado en el pasto, miró a todos lados y en silencio comenzó a caminar hasta que de repente al girar su cuerpo terminó chocando con alguien, al levantar su mirada se percató de que era nada más y nada menos que su madre.
—M-Mamá...—Habló Jungkook con miedo.
Sowon observó a su hijo con lágrimas en sus ojos, después lo ayudó a levantarse.
—Vete... Ve con él... búscalo y encuéntralo.—Le dijo su mamá llorando.—Te amo hijo... y yo quiero que seas feliz con la persona que tú creas que es correcta para ti, no me importa si es un chico o una chica... lo que deseo es que tu vivas con dicha, ¡corre antes de que se haga más tarde y lo pierdas!—Lo impulsó su madre comenzando a empujarlo para que se fuera.
—Mamá...—Jungkook de igual forma comenzó a llorar y después habló.—Gracias...—Se acercó a ella dándole un beso en su frente, luego se alejó empezando a correr yéndose.
Con su corazón latiéndole cual tambor en el pecho comenzó a correr con la poca fuerza que tenía, atravesó varios lugares hasta que a lo lejos se encontró con Kim Namjoon, al verlo se subió rápido al coche sin mirar hacia atrás, se puso el cinturón de seguridad y el moreno pisó el acelerador saliendo de aquel sitio a la velocidad de la luz. Una vez estaban lo suficientemente lejos de la mansión Jungkook suspiró aliviado.
—¿Jamás pensaste en decírmelo?.—Le preguntó el pelinegro mirando al frente.
—Tenía tanto miedo...—Apretó lentamente sus manos el castaño.
—Está bien... no le veo nada de malo que te gusten los niños, pero debiste compartirme tus miedos... sabes perfectamente que siempre pondré antes nuestra amistad que cualquier cosa Jungkook...—Sonrió levemente el moreno mirando a su amigo.
—Gracias Nam...—Le devolvió la sonrisa.
De pronto el coche fue bajando la velocidad, Kim frunció su ceño confundido, poco después le dio un golpe al auto y se percató de que ya no tenía gasolina, suspiró con frustración mirando al joven a su lado.
—Se quedó sin gasolina... toma mi teléfono y dinero, ve y búscalo Jungkook.—Nam sacó rápido su móvil, le quitó la contraseña para que el castaño pudiera acceder a él.
El moreno tuvo que tomar prestado el auto del jardinero porque si ingresaba al estacionamiento del padre de Jungkook y tomaba alguno de esos lo más seguro es que todos hubieran sabido que quería escapar.
—Te lo agradezco...—Volvió a decir el castaño saliendo del coche.
Comenzó a correr hasta que llegó a una parte de un gran jardín sin techado una vez salió del auto, grandes gotas de lluvia comenzaron a azotar el suelo, empezó a mojarse cada vez más, se sentía tan perdido entre los edificios de Seúl y los coches, respiró agitado mirando a todos lados.
El castaño sacó el teléfono de Namjoon y bajo la lluvia comenzó a marcar el número de Jimin, rápidamente la llamada se procesó cuando de repente se escuchó como un sonido del otro lado se presentaba.
—¿Hola?.—Respondió Jimin desde la línea.
—Jimin... Jimin lo siento mucho...—Mencionó Jungkook comenzando a llorar y de pronto hubo un silencio pero al poco tiempo respondieron.
—N-No me llames...—Dijo el rubio suave queriendo colgar.
—P-Por favor p-perdóname soy... s-soy un idiota.—Sollozó llevando su mano tapándose el rostro sintiendo como la lluvia lo seguía mojando.
—¿D-Dónde estás? Iré a buscarte...—Respondieron del otro lado con preocupación.
—N-No sé dónde estoy ¡voy a tomar un taxi a tu casa!.—Pronunció el castaño comenzando a buscar un taxi hasta que lo encontró.
—Te esperaré...—Contestó Jimin totalmente inquieto.
Luego de aquello Jungkook colgó la llamada, ingresó a un taxi y le proporcionó la dirección al señor, el viaje inició y se le hizo eterno al castaño, ya quería llegar y ver al rubio, la lluvia seguía estando implacable, todo Seúl estaba siendo bendecido por aquellas gotas de rocío.
Pasaron por varios edificios más, el tráfico estaba algo pesado, Jungkook seguía llorando mientras miraba en sus manos el teléfono, después lo guardó y fue entonces cuando se percató de que estaba por llegar, buscó rápido el dinero para poder pagar el taxi.
—Ya llegamos jovencito. Son 15433 wones.—Dijo el señor del auto.
El castaño sacó aquella cantidad y se la extendió, salió del coche rápidamente una vez el señor tomó su pago, al momento de presentarse afuera logró ver a lo lejos a Jimin.
La nariz de Jungkook estaba roja, sus piernas flaquearon pero aún así caminó a paso apresurado hacia el joven rubio quien lo esperaba de igual forma bajo la lluvia mojándose afuera de su hogar, una vez llegó a él lo abrazó con fuerza, Park correspondió de inmediato de igual forma llorando.
—T-Te vas a resfriar...—Mencionó Jimin preocupado.
—Lo siento Jimin... t-te dije palabras tan duras y tú lo único que hiciste fue apoyarme siempre por favor perdóname...—Sollozó abrazándolo aún más fuerte.
Estaba bien... se encontraba seguro, finalmente luego de aquella pelea volvía a estar en los brazos cálidos de la persona a quien amaba, esta vez... no iba a dejar que nada ni nadie se interpusiera en ellos, ni la sociedad... mucho menos su familia.
—Mi amor...—Park lloró alejándose un poco limpiando las lágrimas del castaño.
—L-Lo siento...—Volvió a decir Jeon con la voz rota.
Jimin se paró de puntitas y se acercó al más alto uniendo sus labios con los contrarios besándolo, movió el inferior capturando los ajenos, de inmediato Jungkook correspondió logrando así, una suave danza entre ambos.
Así... bajo la lluvia ambos tuvieron su hermosa reconciliación, en ocasiones cansa el esconderte y cansa mentir por omisión. Se sufre durante años por tener miedo de estar fuera del clóset, pero hoy aquel miedo... aquella opresión horrible de ellos, de la sociedad, de la familia quedaría de lado para siempre dejando solamente a dos jóvenes con los mismos sueños dispuestos a darlo todo... tomados de la mano mostrando la cara en alto orgullosos de lo que eran.
Si es amor... no necesita una explicación porque nunca será un crimen, no viene en instrucciones además... no hay nada malo en ti, el mundo en el que vives es el que está mal.
•
•