"No me gusta escribir sobre el
amor, pero daría mi puta vida
por la llave de tu sonrisa."
━━David Sant
—No—dijo el omega sentado en su cama, leyendo otra de las cartas.
—¿Por qué? El chico parece agradable, hemos compartido algunas clases con él—dijo Severus sentado en el suelo de la habitación que Narcisa y Dorien compartían.
—No iré al baile con ese chico, no me siento a gusto y eso es todo—respondió cerrando la carta que había leído y dejándola junto al montón de las que había rechazado.
Solo quería que una persona lo invitará, y no era ese alfa que anhelaba con todo su ser.
Acarició a la dormida Nagini, que se había colado en la habitación apenas sintió que el omega se encontraba cerca.
—Está es de Slytherin—dijo Severus extendiendo el sobre en colores verdes y plateados—. ¿Quién será?—preguntó levantándose para sentarse al lado del omega y observar el sobre.
Dorien casi suelta un chillido de asombro cuando sintió aquel aroma a libros. Las feromonas de Tom Riddle.
—Debo leerla en privado—dijo el omega provocando una mala mirada de su amigo.
—Ni lo creas, me gusta el chisme así que me quedo—Dorien fulminó con la mirada al alfa—. Me quedo quieras o no.
El menor infló sus mejillas y abrió la carta la cual era vociferadora. Dejó que está flotará y anunciará aquel mensaje.
"Pequeño omega necesito que vayas a la torre de astronomía cuando sean las 10:00 p.m. en punto"
Solamente esas palabras y la carta cayó en el regazo del omega que sentía sus mejillas rojas.
—¡¿Qué hora es?!—preguntó Dorien levantándose de la cama, dejando a Severus tratando de no gritar como un Fanboy.
—9:54 p.m.—y tanto alfa como omega se vieron para empezar a correr por la habitación abriendo baúles en búsqueda de un buen conjunto de ropa que el de cabellos blancos pudiese usar.
Al final eligió un conjunto sencillo, mientras salía corriendo de la habitación. Severus le tiró unos guantes para que usará.
Nadie dijo nada, solo miradas cómplices cuando el omega salió de la sala común, y a rápidos pasos se dirigía a la torre de astronomía.
—Dime que tienes activado el Avenseguim—dijo Narcisa mirando a Lucius que reía al escuchar la rápida excusa que le había dado el omega cuando lo encontraron el pasillo.
—Esa respuesta está de más querida—exclamó Lucius dejando su mano en la cintura de la omega para guiarla hacía el lugar que tenían como destino.
Tom miraba las antorchas que estaban en la parte inferior de Howarts. Anhelaba que el omega de ascendencia griega hubiese aceptado su invitación.
Tomó una pluma para seguir escribiendo en su diario cuando escuchó pasos acercarse. Cerró el diario y lo hizo desaparecer en el preciso momento en que Dorien Karvagiannis aparecía en el lugar.
Se ocultó tras una columna y vio como el omega lo buscaba, hasta que dejó escapar un suspiro de pesar.
Dorien hizo un puchero cuando se dió cuenta que Tom ya no estaba en el lugar. Culpó el montón de escaleras que debió subir. Se dió la vuelta para regresar por donde había venido, justo cuando Tom salió de su escondite y lo sujeto por las caderas para llevarlo contra su pecho.
—¿A dónde vas?—la ronca voz del alfa hizo estremecer al omega que luego soltó una risita suave.
—Lejos del malvado mago alfa que me ha asustado—contestó para darse la vuelta entre los brazos del Riddle y verlo a los ojos—. Perdón por llegar tarde, en mi defensa son muchas escaleras.
—¿Pudiste usar aparición?—dijo el mayor haciendo círculos con sus dedos en las caderas del omega.
—Aún no lo aprendo—respondió bajito bajando su mirada.
—Entonces, te deberé enseñar—el omega asintió decidido antes de mirarlo.
—¿Me dirás por qué razón me invitaste a este frío lugar?—inquirió temblando ligeramente. El alfa lo soltó antes de ponerle la bufanda que él mismo usaba antes.
—Para hacerte una invitación—el omega ladeó el rostro—. ¿Quieres ir al baile conmigo?
—Um, tuve muy buenas invitaciones, deberé considerar demasiado tu invitación—soltó el omega haciendo un mohín que provocó un gruñido bajo en el alfa—. Es una broma, Tom.
—No es gracioso imaginarte con otros alfas pervertidos tocando tu piel—dijo aferrando al omega contra él en un gesto posesivo.
—Habla el alfa que cuando lo desea acaricia mi cuerpo—se quejó el contrario rodando sus ojos.
—Dorien—regañó entrecerrando sus ojos.
El omega no dijo nada y simplemente dejó un beso en la comisura de los labios del alfa.
—Mejor llévame a dormir, tengo mucho frío—se quejó el omega acurrucándose contra el pecho del alfa que sintió las feromonas incrementar del omega.
—Vas a entrar en celo—dijo a lo que el omega aisntió soltando un pequeño quejido—. Te llevaré a tu habitación.
—¿Está en celo?—preguntó Narcisa cuando Tom dejó a un dormido Dorien en la cama de este.
—Aún no, pero deberías cuidarlo—dijo Tom.
—Lo haré—el mayor asintió antes de dejar un pequeño beso sobre los labios del omega que sonrió entre sueños.
—¡Frente a mí no!—se quejó Narcisa luego de tirarle una almohada a la cara del alfa.
—¿Por qué me golpeas?
—No beses a mi cachorro frente a mí, alfa sucio—Riddle rodó los ojos antes de acariciar la mejilla de Dorien y salir de la habitación.
Si el omega no hubiese entrado en celo hubiera podido terminar de decirle lo que deseaba.
Pedirle si consentimiento para cortejarlo.