—Hyung —dije despacio.
Los ojos de Yoongi me miraban como si quisieran decirme algo, pero de sus labios no salía nada.
—Hyu; —antes de poder terminar de hablar sus labios ya estaban silenciando los míos. Empezó sin ninguna delicadeza, mordiendo y chupando, tal cual tirano reclamando cuanto quisiera, y sin embargo, me deje llevar por su tiranía.
Una de mi manos fue a su cuello y la otra a su pecho, su corazón latía desenfrenado.
Sus manos estaban apretadas en mi cuerpo, una de ellas en mi hombro y la otra en mi cadera, apretando, prohibiendome escapar. Siendo demandante ante mi, su cuerpo se sentía gigante sobre el mio, a pesar de que nuestras contextura eran casi iguales, me sentí indefenso por primera vez.
Con Yoongi había tenido demasiadas primeras veces en muchas situaciones y otra se sumaba a esa larga lista.
A falta de aire gemi despacio, él se alejó jadeante, pero sus manos siguieron pegadas a mi cuerpo. Sin escapatoria.
Me miró y su rostro se acercó a mi cuello —¿Qué esta ocurriendo Jimin? —dijo suave.
—¿Dónde estuviste estos dos días? —preguntó.
—¿Por qué desapareciste y volviste de ese modo? —volvió a cuestionar—, me estas volviendo loco —murmuró y luego besó mi cuello.
Un largo, húmedo y caliente beso.
—Estaba en casa —dije disfrutando del beso.
—Fui a buscarte y no estabas ahí —comentó y se irguió para mirarme.
—No ahí —lo miré también—, sino en la casa del presidente Park —comenté y él hizo un 'oh' con su boca.
—¿Y por eso tampoco pudiste llamar? —preguntó
—No tengo tu número —dije
—Es cierto —murmuró y luego se río—. Es raro, ¿no? —me extrañe.
—Todo este tiempo solo nos hemos encontrado por pura casualidad —mencionó y yo sonreí también. Una de sus manos se movió a mi cara, acariciándola.
—Sonríe más —me dijo—, me gusta cuando lo haces —se agacho y beso mi frente—. No te conozco desde hace mucho pero —suspiró—, estos dos días sin saber de ti fueron una tortura para mí —su expresión era dolida.
—¿Por qué? —pregunté.
—Creí que me odiabas por... —se detuvo, lo miré.
—¿Por? —giro su rostro.
—Por lo que hicimos ese día, y casi hicimos. Yo... Yo no debí hacer eso, tú aún no me conoces y no somos nada más que simples conocidos —volvió a suspirar, saque mi mano de su pecho y la lleve a su cara para girarla y hacer que me mire.
—Es cierto que somos conocidos, pero no solo suponga mis pensamientos. Pregúntame primero si lo odie o no —le dije.
—Es cierto, estaba nervioso ese día. Pero al igual que tu lo deseaba —murmuré—, no solo supongas, pregúntame primero.
Yoongi soltó una suave risita y volvió a darme un beso en los labios, tomándome desprevenido —Entonces, Jimin, ¿puedo empezar a conocerte? —tomo mi mano y la besó.
—No con la intención de ser solo amigos —sonrió e intente quitar mi mano de la suya, el la agarro más fuerte.
Mordí mi boca internamente y asentí, el sonrió y quiso besarme nuevamente, pero rápidamente puse mi mano en el camino —Sin besos y sin toques hasta que te lo permita —dije, y él asintió sonriendo, pero aún así beso mi cabeza, haciéndome bufar.
Luego de eso me senté como era debido mientras que el fue a buscar una escoba para limpiar todo el basurero de botellas y latas que había en la sala. Fui a ayudarlo pero solo me envió de regreso a mi lugar por lo que tomé mi celular y comencé a ver videos.
Media hora después ya no apestaba a alcohol, al menos el 70% de no ser por la peste alcohólica maloliente que estaba tirado sobre mis piernas, descansando.
—Ve darte un baño —ordené, abrió un solo ojo e hizo una sonrisa socarrona, tuve un mal presentimiento.
De inmediato se puso de pie quitó el móvil de mis manos y lo tiro al sofá para luego agarrarme y llevarme sobre su hombro —Hey, ¿qué haces? —me queje intentando safarme, pero el apretón solo se hizo más fuerte.
—Bañarme por supuesto, no me dijiste que me diera uno —habló, me sorprendí y empecé a patalear aún más.
—¡Pero me refería a tú solo, no yo!
—Cómo es eso posible —dijo—. No te traigo para tomar una ducha juntos, solo te traía a supervisar que no me ahogara mientras lo hacía —su voz tenía cierta burla.
—¡Nunca creí que en realidad querías bañarte conmigo! —a pesar de que no podía ver su rostro, imaginé que tenía una sonrisa amplia de satisfacción.
—Quién diablos quiere bañarse contigo —seguí pataleando hasta que llegamos a la ducha y por fin toque el suelo nuevamente.
Yoongi tenía una sonrisa pequeña, abrió la llave del agua y la tina comenzó a llenarse, bufé molesto y me dispuse a salir pero él me detuvo tirándome dentro de la tina, causando que mi ropa se empapara. Nuevamente esa sonrisa maliciosa apareció en su rostro.
—Ya estas así de mojado, ¿por qué no te bañas de una vez? —elevo las cejas, como si la propuesta que hubiese dado hubiera sido la mejor del mundo.
—No gracias —me intente levantar pero él interrumpió metiéndose en la tina sin camisa—. ¿Q-qué haces? —pregunté asustado, él me miró como si no supiera de qué hablaba.
—Bañarme por supuesto —de lo más tranquila fue su respuesta.
Rápidamente me moví y salí del baño, sentí mis mejillas arder y la boca seca, era la primera vez que había apreciado su torso y me sentí nervioso, peor que una chiquilla virgen.
Baje a la sala rápidamente y antes de que pudiera sentarme mi móvil sonó, anunciando una llamada entrante, contesté.
—Aló
—¿Dónde estás Jimin? —una voz conocida, el presidente Park.
—En la casa de un amigo.
—¿Cómo puede ser eso posible, te fuiste de la nada de tu propia fiesta y ahora estás en la casa de cual amigo? —su voz sonaba molesta, puse en blanco los ojos.
—Un amigo, no lo conoces. Habíamos quedado en que volvería a la casa pero respetarlas mi espacio, presidente —me senté en el sofá.
De la otra línea se escuchó un suave suspiro —Tienes razón, lo lamento, solo que me preocupo por ti —dijo
"Si claro, tanto que solo me buscaste cuando te sentiste viejo y cansado"
Fingí no haber escuchado —Si eso es todo estoy colgando, mañana tengo clase y necesito terminar mis tareas —con eso di por terminada la llamada yo mismo, sin esperar respuesta alguna.
Me sentía abrumado, todo había ocurrido tan repentinamente, aún recordaba a JaeHyun pedirme el favor de volver a la familia para que él pudiese seguir investigando, me sentía enfermo.
Incluso todavía siento los espasmos que sentí cuando volví a casa hace un día, luego de haberlo pensado por mucho tiempo y prepararme mentalmente, ese día había llegado con mis maletas y el portero de inmediato abrió la puerta principal luego de escuchar mi nombre.
24 HORAS ANTES
Dentro de la gigante mansión, el mayordomo invito a pasar a Jimin —Joven amo, por favor espere un momento, informaré a mi señor para que venga a verlo —asintió—, puede tomar asiento y pedir cualquier cosa que guste de beber —con eso desapareció de su línea de visión, soltó un suspiro.
Para él, este lugar le traía recuerdos agridulces y amargos, fue el lugar donde vivió su niñez, o al menos parte de ella, donde fue un niño sonriente y brillante porque tenía a su ser más querido con él, esos fueron sus dulces recuerdos.
Agrios por los berrinches que solia hacer porque sentia que su papá no lo quería, porque vio muchas noches llorar a su madre porque su esposo no llegaba a dormir.
Y amargos porque cuando perdio toda la chispa de felicidad, todo el mundo lo miraba con compasión, con pensamientos de pobre huerfano, despreciandolo solo con las miradas. Pero lo que mas le amargó fue el propio desprecio de su otro progenitor, quien a la primer oportunidad lo alejó de su lado sin siquiera pestañear.
Unos minutos después un hombre con ropa sencilla se acerco a la sala, casi corriendo mientras llamaba —¡Jimin! ¡Jimin! —solo pudo sentir asco al ser llamado por el otro.
Jimin soportó el abrazo otorgado por el mayor, no se movió, pero tampoco lo alejó.
—¿Vas a volver? —la voz del hombre era desesperada, y sus ojos cansados añorando.
Jimin quiso contestar, pero solo un nudo en su garganta se formó impidiendoselo. Al final terminó asintiendo, su padre solo pudo verlo con felicidad en sus ojos.
De inmediato el señor Park llamó a su mayordomo —Lleva de inmediato las maletas de mi hijo a su habitación, él volvió a casa —con rapidez agarro las maletas y se las dio al mayordomo, este último asintió y desapareció por las escaleras.
Nuevamente el señor Park ordenó —Preparen comida, mi hijo debe estar hambriento —guió a Jimin hasta el comedor—. Recuerdo que te gustaba mucho el filete —mencionó, Jimin solo se estremeció. Ambos se sentaron en sus asientos.
Para Jimin fue extraño, el comedor se veía exactamente igual que en el pasado, la mesa no era una larga como en las novelas, no, era una pequeña donde cabían cuatro personas. Los colores de las paredes eran claros y cálidos, se podía ver que cada año eran pintadas, pero no habían cambiado ningún color, ni tampoco ningún objeto. Todo seguía en el mismo lugar que en el pasado, para Jimin esto fue extraño, el siempre creyó que esta casa ya no sería la que recordaba. Inesperadamente no fue así.
Recordando la sala también seguía igual, los muebles se veian algo viejos, pero sus posiciones seguían siendo las mismas, era como si ella siguiera aquí exigiendo que no se moviese absolutamente nada. Para su madre la posición de las cosas siempre debía mantenerse en el mismo lugar, eso era lo que siempre le repetía a los sirvientes, nunca creyó que los sirvientes realmente mantuvieran su voluntad viva hasta el día de hoy. Después de todo, sólo ellos son los únicos que podrían hacer eso, ¿verdad?
—Jimin —la voz mayor le sacó de su estupor, volvió su llamada al dueño.
—¿Hn?
—Necesitas que te cambie de institución? —preguntó.
"Genial, tu hijo regresa a casa luego de once años y eso es lo primero que tienes para decir"
Pensó Jimin —No es necesario —habló—, ya estoy a punto de graduarme y de cumplir 18, no se tome esas molestias... Presidente —el señor Park asintió con suavidad.
—Tienes razón, tienes razón —comentó con una pequeña risita suave.
—Solo estoy aquí para aceptar el trato que me ofreció el otro día en la empresa —finalmente dijo—, pero tengo tres condiciones.
CONTINUARÁ
BUENAS NOCHES A TODOS~
QUIERO AGRADECER EL APOYO QUE LE ESTÁN BRINDANDO A MI TRABAJO, ME MOTIVA A CONTINUAR♡
YA QUE VAN VARIOS CAPITULOS DONDE LES HE EMOCIONADO CON ESCENAS, EL SIGUIENTE PROMETO SERA ALGO HOT🫶