No hubo respiración alguna que lo hiciera estar menos enfadado con su papá.
Cuando entro en la casa y lo escucho tararear mientras estaba en la cocina se dirigió en esa dirección sin siquiera saludar a su padre cuando pasó por la sala.
— ¿Por qué lo hiciste papá?
El omega levantó la mirada confundido y después de olfatear el aire, su ira llenando el ambiente, dejó lo que estaba haciendo y se cruzó de brazos.
Ahora él era quien lucía molesto.
— Tienen personalidades similares, y ella es muy linda. Tu nunca tienes tiempo para nada más que el trabajo o al menos eso es lo que parece y lo que tú hermano dice. La vida no es sólo trabajo Jinie.
— Lo se, ya no soy un pequeño. Realmente no es necesario que mi papá intervenga en mi vida amorosa. Y para tu información, tengo una.
— No trates de engañarme. Tu le cuentas todo a tu hermano, si tuvieras a alguien, Jae lo sabría.
Si, claro.
— Como dije, ya no somos cachorros papá. Quieras creerlo o no, las cosas son diferentes ahora, muy diferentes. Nuestra vida como hermanos es diferente en Seúl. Quiero a Minjae con todo mi corazón, pero ya no somos los confidentes el uno del otro. — En gran parte porque yo mismo me aleje. —Y la razón de que no sepa nada acerca de mi vida amorosa, es porque lo he ocultado.
— ¿Por qué ocultarlo? ¿Qué no estás diciendo Jinie? — La sospecha era notoria en cada palabra del omega, la sospecha y la molestia. — No estás saliendo con alguien que ya tiene una marca, ¿verdad? No puedes hacer algo así.
— No es alguien que ya tiene una marca pero si alguien que esta en una relación.
Un poco de alivio redujo la tensión en el rostro de su padre. Para sus padres, interponerse en una relación que compartía un vínculo era de lo peor, eso lo habían dejado muy claro mientras los educaban a Minjae y a él.
— Entiendo, pero eso no está bien Jin. — Dime algo que no sepa. — Tienen que tomar una decisión antes de que alguno de los tres salga herido. Aunque por tu expresión, deduzco que con quien quiera que estas saliendo, corresponde tus sentimientos.
— Lo hace.
— Entonces dejen de jugar con la tercera persona.
Eso es lo que más quiero.
— Ya habíamos decidido hacer eso desde hace meses. Pero las cosas se complicaron. Una vez que yo vuelva a Seúl, todo cambiará.
— ¿Y puedo saber por qué la persona con la que sales es tan especial? — Había algo feo bordeando el tono de su papá, algo además de molestia. — Perdón que diga esto, pero si esta engañando a su actual pareja, nada le impide hacer lo mismo cuando este en una relación contigo.
— Él es mi omega destinado.
La sorpresa hizo que los ojos de su papá se abrieran en su totalidad. Ahora había verdadero alivio inundando cada músculo del omega, que tomó una postura más relajada desde que él había entrado en la cocina.
— Eso es bueno — dijo con una pequeña sonrisa —, la persona que esté con tu omega tiene que entender que ser destinados esta por encima de cualquier cosa. Si la pareja de tu omega no quiere entenderlo, hay leyes que los protegen.
— Lo sabemos. Pero si las cosas se dieron así, fue por mi culpa. Yo lo rechace cuando lo conocí, no quería interponerme en esa relación.
— ¿Es uno de tus amigos? — preguntó el mayor, levantando una mano para cubrir su boca.
— Minjae.
— ¡¿Cómo puedes hacerle algo así a tu hermano?! ¡Los criamos a ambos con el conocimiento la importancia de cuidar a la familia!
— ¡Fue precisamente por ello que rechace a mi omega el día que lo conocí! — Los gritos habían atraído a su padre, que estaba en la distancia con los brazos cruzados y con su habitual calma. O al menos eso parecía, pero sabía que estaría entre ellos dos en un segundo si era necesario. — Era la primera vez que veía a Jimin después de que había mantenido meses de noviazgo con Minjae. ¿Cómo crees que me sentí en ese momento? Yo quería a Jimin pero no quería arruinar la primera relación de mi hermano, y al final ganó mi deber por la familia. Gracias por condicionante por años para hacerme creer que mi amor por mi hermano tenía que ser mayor que tomar lo que yo quería — remarcó con sarcasmo.
— Pues deberías recordarlo cuando quieras contarle la verdad a tu hermano. No deberías de echar a perder la relación con tu familia por un omega que no vale la pena.
— Jimin vale completamente la pena.
— ¡Ja! ¡Ese omega no vale nada! ¡Solo juega con mis dos bebés para su beneficio!
— Él. No. Es. Así. — dijo puntuando cada palabra con enojo llenando cada rincón de su ser.
— Es lo que crees. Alguien que juega así con dos hermanos es precisamente por lo que los omegas ganaban mala reputación.
— Basta papá. No puedes hablar así de él.
— Yo voy a hablar como quiera de un omega puto.
Todos y cada uno de sus instintos le decía que usará su voz alfa para callar cualquier otra palabra de su papá omega. El enojo estaba causando temblores en su cuerpo y sus uñas se estaban encajando con fuerza contra las palmas de sus manos. Miró por primera vez a su padre alfa, advirtiéndole con la mirada, al parecer lo entendió, porque avanzó y tomó a su omega por los hombros.
— Es suficiente Jae-hoon.
— ¡Claro que no es suficiente, aun me quedan unas cuantas verdades que decir!
— Es suficiente — determino su padre.
Un estremecimiento recorrió el cuerpo de su papá ante la voz de mando. Las mejillas pálidas se enrojecieron con evidente enojo.
— No puedes estar de acuerdo con él, Jin-geun — a pesar de la protesta de su papá, su voz fue apacible y tan baja que le costó trabajo escuchar lo que decía.
— No estoy de acuerdo. — Los ojos oscuros se fijaron en los suyos. — Lo que están haciendo a Minjae es inaceptable. Pero Jin se está molestando al punto de que probablemente te obligue con su voz o feromonas alfa y no quiero tener una pelea con mi propio hijo.
Había cierta advertencia en el tono de su padre, realmente no quería una pelea pero lo haría para proteger a sí omega. Y lo entendió, pero aun así fue molesto que ni siquiera su padre, que normalmente pensaba con más calma que su papá, estuviera dispuesto a escuchar toda la historia.
— Será mejor que me vaya ahora — dijo.
Miró de su padre a su papá, creyendo por la fracción de un segundo que quizás lo detendrían para tener una conversación adecuada. Pero eso no pasó.
— Si, es lo mejor — acordó su padre.
Dio media vuelta con la ira aún hirviendo en su interior. Se sentía enrojecido y sofocado dentro de su propia piel, quería gritar. En cambio tomó las pocas pertenecía que había llevado y lo arrojo todo a la pequeña maleta que había traído consigo.
Escuchó el azote de la puerta del cuarto de sí padres, definitivamente ese era su papá encerrándose en la habitación, pero él no iría a preguntar si se encontraba bien.
Cuando se dirigía a la puerta aun podía oler a su padre en la cocina, pero no se detuvo a despedirse. En la acera solo con su maleta y enojo acompañándolo, pidió un auto para que lo llevara al aeropuerto.
— Hablaré con él — dijo la voz de su padre, estaba recargado en la puerta con las manos dentro de los bolsillos delanteros de sus jeans y su rostro muy serio —, creo que puedo convencerlo de tener una platica entre los tres como adultos. Pero piensa bien las cosas Jin, porque mantengo mi opinión de antes; no estoy de acuerdo con lo que está pasando.
Con esas palabras se dio media vuelta y lo dejó de nuevo solo en la acera.
Si la reacción de sus papás era un indicativo, se podía hacer una idea de lo que le esperaba cuando se enfrentará a su hermano con la verdad, y de hecho los días futuros se veían nada felices.
Excepto porque podría ver a su Jimin, en ese instante era la única luz a la que se podía aferrar.
— Deja de escribirte cosas sucias con Namjoon-hyung y vamos a ensayar.
Por el espejo, vio lo rojas que se pusieron las mejillas de Hoseok mientras guardaba el celular de vuelta en el bolso deportivo que llevaba.
— No me estoy escribiendo cosas sucias.
— Puedes decir lo que quieras, pero si te pones así de rojo y a la defensiva, entonces definitivamente estaban intercambiando palabras sucias.
— Solo me dijo que hablábamos más tarde porque esta conversando con Yoongi-hyung y Jin-hyung en-
— ¿Qué dijiste? — interrumpió —. ¿Jin esta en Seúl? ¿Cuándo volvió?
Su amigo pelirrojo torció los labios como si apenas se diera cuenta de lo que había dicho.
— No se supone que te dijera, Jin-hyung quería sorprenderte.
— Considérame sorprendido, ahora dime donde esta.
— Esta en el restaurante.
— Adiós.
— Jimin-
— O vienes conmigo o te quedas, pero no me vas a convencer de no ir a verlo. Lo extrañé tanto.
— Bien, vamos.
Con una sonrisa feliz en su rostro, subieron al auto de Namjoon, que últimamente manejaba Hoseok y se dirigieron al restaurante.
El recorrido tomó una eternidad a su parecer.
Cuando finalmente estacionaron en el área de empleados, bajo corriendo y saludo levemente con una sonrisa a quienes por lo regular siempre les sacaba una pequeña conversación.
En ese momento no tenía tiempo para detenerse.
Tenía que llegar a Jin.
Abrió con fuerza la puerta de la oficina de Namjoon y casi se lanzó encima de su alfa. Lo había extrañado tanto. Sin darle tiempo al mayor de reaccionar, se abalanzó sobre los labios carnosos y los besó con la desesperación que él y su lobo sentían desde hace días.
Escucho conversaciones alrededor, pero no le importaban. Nada importaba porque nuevamente estaba envuelto en los brazos de su Jin.