Estuvimos esperando en el salón el carruaje que nos llevaría al palacio otra vez, en el transcurso les expliqué un poco a mis dos amigos lo que ocurrió aunque de igual manera no encontraba la manera exacta de describirlo, mucho menos lo que sentía, mientras una parte de mi mente procesaba lo que pasó la otra procesaba el hecho de ver a Lewis otra vez luego de tantos años.
Al llegar al castillo, Marwaen y Audrey me expresaron que tenían que ir hablar con un mensajero el cual enviaría un recado a su padre, por lo cual ellos tomaron otro camino, yo por mi parte me dispuse a ir a mi habitación, camine por algunos minutos hasta que un guardia me hizo un llamado por el cual volví a verlo.
-Princesa Xiel-dijo dándome una reverencia-
-¿En qué puedo ayudarlo?-respondi dándole un corto saludo con la mano-
-Princesa, su padre solicita su presencia en la sala de reuniones, le avisé de sus actividades en la academia y que recién estaba de vuelta en el castillo, por lo que tiene media hora para llegar.
-Gracias por avisarme, estaré ahí en seguida, ya puedes retirarte, ten lindo día.
-Con su permiso su alteza-dijo dándome otra reverencia-
Me alejo de él buscando mi habitación, arrastró mis pies hasta llegar al tocador, donde dejó una de mis pulseras favoritas, la cual contiene un dije de Luna, mis padres me la regalaron para mi cumpleaños número nueve.
Me adentro en el baño, donde me relajo unos momentos para después salir y buscar un vestido sencillo color rojo, me siento tan agotada que podría irme con la ropa para dormir, pero de seguro me ganaría una reprimenda de papá.
Salgo nuevamente al tocador, donde cepillo mi cabello dejándolo suelto, tomo nuevamente aquella pulsera y la coloco en su lugar.
Mi nuevo destino es ir hablar con mi padre, subo las escaleras y giro por los pasillos hasta llegar a la última puerta donde se encuentran dos guardias los cuales hacen una reverencia al verme para después abrir las puertas de aquella oficina, me adentro al lugar y veo a papá sentado en su habitual silla viendo unos papeles.
-Padre-digo llamando su atención-
-Xiel, que bueno es verte hija-informa tomando unos papeles de su escritorio-
-Igualmente papá ¿Solicitabas verme?-pregunto aún cuando conozco la respuesta-
-Claro! Tengo un trabajo para ti, verás estamos trabajando en un nuevo proyecto que beneficiará a las personas de los barrios más pobres, por ahora la infraestructura está en proceso, pero tengo asuntos pendientes en el castillo, por lo cual quería darte la tarea de ir a ver como van los avances- explica dándome unos papeles-
-Por supuesto que quiero hacer esto, pero hay algo más ¿no es así?- insinuó mientras tomó asiento a su lado-
-Conozco tus capacidades hija, pero el día de mañana irás en compañía de alguien.
-¿Y ese alguien es?- cuestiono viendo los papeles-
-El príncipe Lewis-dice con naturalidad-
-Si si si el príncipe Lewis- respondo viendo los papeles-
Simplemente tengo que ir a ver como estan los avances, checar que todo vaya en orden y por supuesto tengo que ir con Lewis...espera ¿Dijo Lewis?
-¿Príncipe Lewis dijiste?- pregunto nuevamente-
-Exacto, el será el que te acompañará mañana- sonríe tomando otros papeles-
-Pero ¿Por qué?-Interrogo levantandome del asiento-
-Pues el príncipe está de visita en nuestro reino, hay asuntos los cuales atender Xiel- explica-
-Lo sé padre, pero te aseguro que puedo hacerlo!-respondo viendo aquellos papeles-
-Esto no se discute señorita, vas ir con él- ordena tomando unos últimos papeles- Además...Será divertido.
Pero como puede cambiar de humor tan rápido, a veces pienso que soy un fenómeno en la familia.
-Esta bien, pero ten en cuenta que partiré temprano- me quejo-
-No hay problema para mí- dice una voz detrás mi-
Me doy la vuelta encontrándome nuevamente con aquellos ojos cafés y aquella expresión fría y sin emoción.
Lewis, quien más podría ser.
-Buenas tardes Príncipe Lewis- dice mi padre mientras se levanta de la silla-
-Buenas tardes Rey Aran- dice haciendo una corta reverencia-
-Es un placer tenerlo en nuestro reino nuevamente- alega con una sonrisa-
-Comparto el mismo sentimiento su majestad- responde sin agregar nada más-
-Me alegra saber que podrán compartir nuevamente momentos ustedes dos- sonríe mi padre-
-¿Dos?- susurra Lewis a mi lado-
Detalló su rostro rápidamente y puedo ver como su expresión decae, dejando un aire de melancolía y tristeza.
-Ha dicho algo usted- Replica mi padre-
-No su majestad, solamente fue un pensamiento de mis días en este reino hace años- Dice forzando una sonrisa
¿A este qué le ocurre?
-Tu y Xiel pasaron muchos momentos juntos, espero que estos días les ayude a juntarse más- expresa mi padre con una sonrisa-
-Tengo muchos momentos lindos en este palacio, pero por ahora majestad creo que hay asuntos importantes los cuales atender, la diversión puede esperar un poco- replica ante lo que mi padre dice-
-Entiendo, Bien... si ya ambos están al tanto de lo que les corresponde mañana, pueden retirarse,tengo una reunión con el consejo- Dice mi padre-
-Esta bien- respondo- me retiro entonces.
-Igualmente su majestad, con su permiso- dice Lewis dando la vuelta-
Me acerco a papá y le doy un corto beso en la mejilla para después darme la vuelta y salir de su oficina.
Al salir veo ambos pasillos y me tropiezo con una figura al lado derecho, se trata del príncipe Lewis.
-Xiel -dice acercándose a mi-
-Hola- respondo frenando mis pasos-
-¿A qué hora partiras mañana?- pregunta sujetando su mano-
-Si te parece justo, será a las siete y treinta- respondo sujetando el pequeño dije que cuelga en mis manos-
-Me parece bien- dice observando mis manos-
-¿Pasa algo?- cuestionó al ver que no responde nada más-
-No...- balbucea- O puede que si, tu pulsera...es muy linda -dice señalando mi mano-
-Oh si, fue un regalo de mamá y papá por mi cumpleaños- explicó viendo la pulsera-
-Por tu cumpleaños, entiendo, lamento si la pregunta le incómodo, debo retirarme, nos vemos mañana princesa- dice caminando por aquel pasillo-
-Nos vemos Lewis -digo por lo bajo-
Me resulta extraña su actitud, se que hemos cambiado, han pasado muchos años, no se que me esperaba de esto ¿Quizás un abrazo? Si, eso esperaba, pero no ocurrió y estos pensamientos me están comiendo la cabeza.
Optó por buscar a mamá y hablar con ella sobre mi día, paso por los pasillos hasta llegar a su habitación donde ella reposa, su vista cae en mi y deja su libro a un lado.
-Hija ¿Cómo estás?- pregunta levantándose de la cama-
-Algo agotada mamá, pero bien, pensando pero eso cuenta como bien- sonrió viéndola a los ojos-
-¿En qué piensas mi pequeña Luna? -cuestiona tomando mi brazo, robando un jadeo de mi parte-
-Mi muñeca- digo sobando el lugar-
-¿Te has lastimado hija?- pregunta preocupada mientras se acerca-
-Es solo un pequeño golpe, nada de que preocuparse, hoy fue un gran Día, debo anunciar mi entrada a los soldados de élite- presumo ante mi madre-
-Es realmente increíble, estoy tan orgullosa de ti cariño- dice tomando mi mejilla -
-Gracias mamá, estoy muy feliz- respondo con una sonrisa-
-Asi que de ahí surge este pequeño golpe señorita- cuestiona viéndome a los ojos-
-Pueda ser...- respondo con inocencia-
-Xiel debes tener más cuidado, pudo haber sido más grave- me regaña tomando nuevamente mi mano-
Posa una de sus manos y veo salir pequeñas chispas color verde y un aire caliente chocar contra el área afectada, poco a poco el dolor va quedando atrás y todo rastro de aquel golpe desaparece, dejándome desconcertada por momentos.
-¿Mejor?- pregunta soltando mi mano-
-Si mamá, gracias, no debiste molestarte, eres increíble - digo todavía en trance de lo que he visto-
-No es nada cariño, me alegra haber quitado ese dolor.
-Algún día también podré sanar tus heridas- digo estirando mi brazo-
-Se que lo harás, las heridas exteriores son más fáciles que curar las del alma, pero tú...Tu eres capaz de sanar mi alma que estuvo rota por un largo tiempo, no se que haría si algo te pasa- dice acercándose a mi para envolverme en un cálido abrazo-
-Prometo sanar todas tus heridas mamá, solo para no verte mal - digo sobando su espalda-
Ambas nos alejamos lentamente con una sonrisa, veo en sus ojos miles de constelaciones, el mundo pueda que vea a mi mamá como una simple reina, pero para mí no es sólo eso, es un tesoro invaluable y la mayor creación en este mundo, daría mi vida solamente para ver esos ojos brillar por siempre.
Le doy un último abrazo antes de despedirme de ella, quiero que descanse, de igual manera yo quiero descansar, a sido un día largo.
Llegó nuevamente a mi habitación escuchando la puerta cerrarse a mi espalda, me detengo en medio de mi habitación pensando en lo que Lewis dijo ante la mención de nuestros años pasados en el castillo.
Su expresión de tristeza y su cambio de actitud ante lo que mi padre dijo. "¿Dos?"
¿A qué se debe su inseguridad al decir aquel número?
Me recuesto en mi cama aún tratando de entender que ocurrió en esos pequeños segundos, el día de hoy sí que fue una montaña de emociones ¡Por los dioses! Y falta el día de mañana todavía, sin duda tendré mucho por procesar.
Ante tantos pensamientos, caigo en redes de un sueño profundo el cual me lleva a cerrar mis ojos y caer en aquella oscuridad nocturna.
-----------
La mañana llego en el reino y con ello causa que mis ojos se habrán lentamente ante los rayos del sol que golpean en mi ventana. Me alistó lo más rápido que puedo para bajar al comedor donde me esperan mis padres y el príncipe Lewis.
Dirijo mi mirada hacia él, quien mantiene su cabeza baja viendo sus manos, luce increíble, su cabello cae a ambos lados y sus labios están entre abiertos, se mira lindo, no parece ser tan frío.
-Buenos días padres- Saludo con una sonrisa-
-Buenos días hija- responden ambos al unísono-
-Buenos días príncipe Lewis- saludo al chico-
-Buenos días -se limita a responder-
Al menos es algo...
-Mamá ¿Audrey y marwaen? -pregunto al ver la ausencia de ambos pelirojos-
-Celina y ellos fueron solicitados para una reunión importante, por lo cual partieron de madrugada -revela mi madre tomando un poco de café -
-oh, comprendo -observo el café que está sobre la mesa-
Minutos después de haber preguntado sobre la ausencia de mis amigos mi padre toma la palabra.
-Bien chicos, como saben el día de hoy tienen como labor ir a ver el nuevo proyecto-interviene mi padre-
Pasan unos minutos en los cuales me limito a escuchar la conversación de mis padres junto al príncipe Lewis, quien se limita nuevamente a asentir y responder con palabras cortas, parece un cubo de hielo andante.
"Creo que se cayó en un río helado"
Durante los siguientes minutos pierdo la conversación con distintos pensamientos y en cada uno reluce el nombre del heredero de Glinasty. Su actitud parece tan distante, que en serio dudo que se trate del mismo Lewis con el cual convivi hace muchos años, recuerdo el brillo en sus ojos, su hermosa risa y la manera en la que me hacía reír cuando me sentía mal, los momentos en los cuales jugamos por todo el castillo y las veces que escapamos del castillo para ver las estrellas, se que el tiempo a transcurrido y con ello nuestra vida, pero en el fondo quiero creer que ese Lewis sigue ahí.
Luego de otros minutos los presentes esta mañana terminamos de comer, Lewis se levanta de la mesa dándoles una reverencia a mis padres antes de salir y informarme que me esperará afuera.
Veo a mis padres con una expresión de tristeza a lo cual ellos me dan una pequeña sonrisa antes de hablar.
-Dale tiempo, se que podrán hablar y convivir más- dice mi madre tomando un poco de té-
-Tu madre tiene razón Xiel, los años han pasado pero eso no quiere decir que los lazos se hayan extinguido- dice mi padre dándome una sonrisa-
-Es un poco extraño convivir o al menos intentarlo- expreso tocando mi mejilla-
-Se que podrás con esto querida, por ahora tu madre y yo también nos retiramos, tenemos algo importante que atender- dice papá levantándose de la mesa-
-¿Tenemos?- cuestiona mamá-
-Una reunión con el consejo de guerra, necesitamos atender los pequeños ataques de las comunidades del sur- dice papá con una sonrisa-
-¿Los ataques por parte de almas perdidas continúan?-pregunta mi madre rápidamente-
-Me han informado que así es, el día de ayer por la tarde atacaron una pequeña comunidad- responde papá acercándose a mamá-
-Debemos resolver esto, bien hija nos vemos más tarde- se despide mamá tomando la mano de mi padre-
-Suerte hija! Quiero un buen informe en la tarde, hasta luego-dice papá sonriendo-
Mientras ambos salen del salón a mi me dejan con una sonrisa en el rostro al saber que confían en mí y un mar de pensamientos al saber que mi acompañante me espera afuera ¿Existirá alguna receta médica para quitar lo amargado?
Salgo del comedor para dirigirme a la entrada del castillo donde me espera Lewis arriba de un caballo, el sol golpea contra su rostro haciendo que sus ojos cafés brillen.
-Te tardaste un poco -Me reclama-
-Estaba hablando con mis padres- respondo acercándome a moonlight-
-Pense que serías puntual -suelta burlón-
-Ni que hubiera tardado una hora en llegar -respondo-
-Tardaste diez minutos en los cuales hubiéramos podido llegar al lugar y haber hecho con mayor rapidez nuestras labores y regresar al palacio -puedo sentir la burla en su voz-
-Pues si no es su voluntad asistir al lugar puede usted quedarse majestad- reveló con algo de enojo-
-Soy el futuro Rey, tengo labores que cumplir y este es uno de ellos princesa, que usted llegue tarde es algo lo cual deberá arreglar si es que quiere llegar al trono -expresa viéndome a los ojos-
-Eso es algo que corre bajo mi cuenta, no es algo de lo cual deba usted preocuparse.
-Lo que diga su alteza- dice encaminándose en su caballo-
Dispuesta a no caer en sus juegos, continuamos nuestro camino en compañía de guardias de ambos reinos, los guardias de Glinasty vestían con su armadura de color azul marino junto al escudo representativo de su nación, todos ellos con su mirada firme y sin expresión alguna, los guardias de Entoria en cambio vestían con su uniforme color dorado, junto al escudo de nuestra nación al lado izquierdo, mi padre dice que su posición representa el amor que tienen estos hombres al defender su hogar, es algo muy hermoso y conmovedor de conocer.
Luego de unos minutos llegamos al lugar solicitado, encontradonos con múltiples hombres que van y vienen de un lugar a otro con materiales de construcción, a decir verdad tengo un presentimiento de que algo ocurrirá aquí.
Uno de los guardias se baja de su caballo y posicionándose en frente de todos hace un llamado para que todos aquellos hombres se reúnan.
-Ante ustedes la princesa Xiel y el Príncipe Lewis de Glinasty- grita aquel hombre-
Todos los presentes hacen una reverencia ante nuestra presencia, debo decir q a veces me resulta un poco innecesario este tipo de respeto pero mi padre dice que es necesario ante un monarca.
Lewis baja del cabello y yo le sigo, para posicionarnos en frente de todos aquellos hombres de distintas edades que van de jóvenes hasta adultos de una edad avanzada, uno de ellos se habré paso ante el resto y da un paso al frente de nosotros con su mirada puesta en nosotros.
-Es un honor tenerlos aquí sus majestades, permítanos darles un recorrido por el lugar, para que puedan ver lo que hemos realizó en este tiempo- dice el hombre-
-Procedamos por favor- responde Lewis mientras posa sus manos a su espalda-
-Pueden continuar con sus actividades laborales- grita el hombre-
Empezamos a caminar y notamos los distintos materiales de construcción que se encuentran en lugar, los hombres hablan y ríen mientras hacen su trabajo, ya hay paredes en pie y hay otros trabajando en el desarrollo de otros puntos clave.
-Me presento sus majestades, mi nombre es Darius Harrison, son el jefe en este proyecto, hace un mes nos hemos encargado de recoger los medios necesarios para poder comenzar la construcción de esta futura instalación pública al reino, nuestros hombres han trabajado para poder concluir lo más pronto posible- dice el hombre mientras pasamos por los distintos lugares, pero mi atención cae ante una escena que hace que mi sangre hierva en enojo-
Cerca de donde nos encontrábamos estaban cuatro hombres, uno de ellos se encontraba acorralado contra la pared mientras los otros tres le gritaban.
Esto debe ser algún acto de circo- digo antes de alejarme de los dos hombres a mi lado-
Me acerco rápidamente a ellos quienes no se molestan en volver a verme ya que se encuentran ocupados gritándole al pobre hombre.
-Disculpen, ¿qué ocurre aquí?- hablo en voz alta para que me escuchen-
Los tres hombres se dan la vuelta y me miran de arriba hacia abajo.
-Disculpe señorita, solamente le decimos a este débil lo que no puede hacer como es cargar Díez ladrillos- responde uno con una sonrisa-
-¿Cuál es la razón para cargar ese material?- pregunto viendo al hombre detrás de ellos, desde mi posición puedo ver que está asustado, debe tener unos veinticinco años-
-Desde que el ha llegado aquí, su actitud es de un joven débil y como hombres que somos debemos enseñarle que este trabajo es duro si quiere sobrevivir-responde otro-
-¿Ustedes son hombres?- respondo con burla-
Veo llegar a Lewis y el señor Harrison con su seño fruncido ante la escena en frente de ellos, segundos después llegan los guardias que nos acompañaban y se posicionan a nuestros costados.
-Hice una pregunta y espero la respuesta- repito ante su silencio-
-Disculpe pero usted es una mujer y no entendería lo que un hombre hace para demostrar su hombría y es algo que este hombre entre comillas de atrás no demuestra tener, es un débil- escupe en contra del chico atrás de él-
-Tu eres un machista incluso con las personas del mismo sexo tuyo- respondo dando un paso al frente, alertando a los guardias q me acompañan-
-¿Qué ha dicho usted?- responde él-
-¿Para ti que es la hombría? ¿Acaso es dejar al ridículo a otros hombres solo por demostrar ser fuerte?- pregunto con burla-
-Creo que usted no ha...
-No he terminado de hablar.
El hombre se queda en silencio y su rostro se torna en color carmín y no sé si es por vergüenza o por enojo y aunque fuera la última debo expresar que no me interesa en lo absoluto.
-Dejenme darles una clase rápida, verás la hombría es un conjunto de cualidades buenas que hacen de un hombre alguien de gran valor moral, ya que son caballerosos y poseen distintos valores y fortalezas que los hacen respetan ante la sociedad por su buen comportamiento y su integridad y en cambio ustedes solo quieren dar a conocer su masculinidad, totalmente patético ante mi- reveló viéndolos a la cara-
-Usted no sabe nada, una mujer no conoce lo que es la fuerza y mucho menos el peso de la palabra hombría, usted al igual que todas las mujeres son unas débiles que necesitarán siempre ser salvadas por hombres fuertes, no por débiles como el que tengo atrás- responde el mismo hombre-
-Es usted todo un machista, las mujeres también tenemos fortalezas fisicas y no necesitamos la aprobación de ningún hombre para tenerlas, para su informe este es mi reino y aquí hay igualdad.
-¿Qué dijo?- dice uno poniendo su atención en mi-
-Parece que algunos no me conocen, Buenos días me presento ante ustedes, soy la princesa Heredera Xiel Darcless, un placer- digo con sarcasmo-
Los tres hombres se quedan parados sin decir nada, puedo notar el peso de mis palabras en ellos, me miran asustados mientras el joven detrás de ellos me ve con asombro ante mis palabras.
-Parece que ustedes necesitan una pequeña lección de hombría y masculinidad- digo sonriente-
Me doy la vuelta para toparme con el rostro sorprendido del señor Harrison, no me sorprende viendo el hecho de mi actitud, pero lo diré hoy y siempre, detesto las injusticias y cuando sea reina haré todo lo posible porque todos estén bien de igual manera que la injusticia y los ataques de las olas de terios no caminen nunca más en mi reino.