Cuando Clark besa el cuello de Steve, este piensa en lo mucho que desearía que dejara de besarle el cuello para que pase de largo. Él lo haría, por supuesto, pero el juego previo siempre es tan grato y sexy, así como las embestidas que hace sobre él, aún con los pantalones puestos.
Steve arquea la espalda y deja escapar uno que otro suspiro, jala por el cuello a Clark con una mano y con la otra, trata de desabrochar sus pantalones. Clark no dice nada, pero ríe sobre sus labios al saber cuánto lo desea.
Steve volvía de su misión después de casi una semana sin verlo. Clark creía que este tipo de necesidad indudablemente volvía todo más divertido y ciertamente, romántico, sin embargo, justamente ahora, pensaba en otras cosas que no necesariamente eran sexuales o sobre Steve o sobre cuán feliz estaba por verlo, más bien estaba más ansioso y nervioso que de costumbre.
—No es divertido si no cooperas—Steve logró meter la mano dentro de sus pantalones y Clark casi gime de lo frío que está.
—Lo siento.
—No te disculpes, Clark—los dedos de la otra mano libre de Steve se enredan en los cabellos pelinegros de su amante—, te extrañé demasiado.
Clark deja un beso en sus labios antes de hacerse a un lado, sacar cuidadosamente la mano de sus pantalones y sentarse entre las piernas de Steve, él también se reincorpora y ahora están frente a frente. Steve está en bóxers así que Clark tiene que obligarse a ver a otro lado cuando el bulto de la erección del capitán se levanta a la vista, Steve tiene una pequeña sonrisa en el rostro para cuándo Clark le repite que también lo extrañó y mucho.
—¿Qué pasa?—los ojos azules de Steve tratan de encontrar los de Clark y cuando lo logra, su semblante se relaja totalmente—, has estado tan distraído.
—Lois tiene la primicia de los paros en el capitolio.
—¿El asunto de Superman?
—Tengo que ir también.
_¿Hablaras de ti mismo? Eso puedo hacerlo yo, hablo más de ti que de cualquier cosa—dice, tratando de animar el ambiente—, incluso podría invitar a Sam, él también sabe todo de ti, yo le dije.
Clark carcajea y Steve cree que todo está bien, pero no es verdad.
—Steve, quieren que Superman este muerto y el asunto de los superhumanos registrados está volviéndome loco.
—Fue una semana difícil ¿Verdad?
Clark sabe que eso también está rondando constantemente la cabeza de Steve, sobre todo porque Tony Stark fue personalmente a hablar con él hasta el apartamento. Cada uno tenía cosas de las qué preocuparse, y Steve estaba tratando de pasar un buen rato con él, ¿Por qué debería estar pensando en estás cosas ahora?
—De verdad lo siento-Clark levanta el rostro y Steve frunce las cejas—, por fin estamos juntos y lo estoy arruinando.
—Oye, está bien—le resta importancia, acariciando su rostro—, está bien.
—No está bien.
—Claro que sí; sé que es duro lo de los acuerdos, el registro, la retención de Superman—chasquea la lengua—, no son buenos tiempos, Clark, pero estamos juntos y eso es todo para mi en este momento.
—Steve eres tan cursi.
—No soy cursi.
—De acuerdo, eres caliente.
—Eso sí—ambos ríen—, pero no hoy, tienes que descansar, tuviste un día duro en la oficina, supongo, redactar como quieren matarte debe ser agotador.
Ante esto último, Clark se aparta lo suficiente como para poder quitarse de encima y Steve puede reír suavemente antes de estirarse e iniciar un beso menos agresivo que antes.
Es por esto que ama tanto a este hombre con complejo de boy scout, es tan amable y comprensible que Clark no podría pedir más. Se sumergen por un breve momento en la necesidad de sentir que se apoyan, siendo el hombro moral el uno para el otro.
Estas semanas están siendo complicadas, especialmente porque como ya sabía que sucedería, nadie confía lo suficiente en Superman como creería. Y sabía, que aunque Bruce le aseguraba que todo estaría bien y que no debía preocuparse, que no confiaba lo suficiente en él como para dejarlo un segundo al mando.
Eso significaba el principio de algo más grande, ¿Qué seguía después? ¿Desterrarlo? Y no solo a él, ¿Qué sucedía con Diana, Thor e incluso Arthur? No era el único todopoderoso que trataba de ayudar a un planeta que no pedía tal ayuda.
Y la ley que se estaba tratando con la ONU, Dios, no era exactamente lo que se esperaba. Sabía que solo restringía a Los Vengadores, pero qué tanto faltaba para que llegara a la Liga.
Suspiró pesadamente y se dejó arrastrar a la cama de la mano de Steve. Se dió una larga ducha y cuando terminó, encontró a Steve dormido, hecho un ovillo de ronquidos y sudor, Clark rodeo la cama y se acurruco a sus espaldas y contagiado por el cansancio, se dejó hacer, durmiendo casi al instante en qué apoyo su pecho contra la espalda de Steve.
Fue así hasta que estiró su mano para poder abrazarlo y no encontró a nadie a su lado. Vió la hora en el despertador: 2:26 A.M., espero pacientemente boca arriba pero eso estaba demorando bastante.
Vio la iluminación de la puerta de baño cuando se reincorporó y fue hacia allí.
Clark abre la puerta lentamente, lo suficiente como para que su cabeza pueda asomarse y ver lo que pasa; Steve está de espaldas, con la espalda curveada y los pantalones un poco más abajo de las caderas.
Sabe lo que está pasando, lo sabe cuando el capitán suelta un jadeo ahogado porque tiene la parte superior de su playera en la boca, como si tratara de dejar al descubierto parte de su abdomen, como si le estorbara. Clark tiene que tragar fuerte para no decir nada, sus ojos van directamente a la mano fuerte de Steve que no deja de moverse de arriba hacia abajo.
Esto realmente es tierno y caliente, lo sabe, por eso, entra despacio, la pijama arrastra cuando entra descalzo, una de sus manos va a la cintura del capitán y la otra la envuelve al rededor de la suya, sobre su erección. Steve abre los ojos y a través del espejo puede ver a su hermoso reportero tras de él. Clark sonríe sobre una de sus sienes antes de dejar un beso allí; no necesita decir nada, Steve lo entiende y entonces quita su mano para que Clark se encargue y siga masturbándolo, echa la cabeza hacia atrás apoyándola sobre el hombro de Clark.
Naturalmente Clark lo ayudaría suplantando la mano sobre su erección por sus labios, sin embargo, es tarde y creé que Steve podrá soportar la segunda ronda por la mañana. Así que mantiene un ritmo constante sobre Steve, lo estimula con el pulgar en la punta y los labios ahora atacando su cuello directamente; el capitán encorva la espalda soltando la playera de sus dientes y entonces Clark puede sostenerla en alto con la mano libre ahora sobre su pecho.
Los jadeos de Steve incrementan conforme más rápido va la mano de Clark, su respiración se acelera y Clark también comienza a inquietarse dentro de sus propios pantalones. Su propia erección se frota entre los glúteos de Steve y entonces, acompasa el ritmo de su mano con las embestidas que arremete contra el capitán.
Y después, Steve se corre entre la mano de Clark en un gemido lo suficientemente ronco como para estremecer su cuerpo completamente. Ha salpicado su vientre y parte del lavamanos.
—Eres un desastre— Clark le susurra en el oído divertido, lo suficientemente bajo y ronco para que Steve se sonroje aún más de lo que ya está—, vuelve a la cama, Steven... Yo me encargo.
—No, deja que yo lo haga—se da vuelta, confrontándolo. Sin embargo, Clark lo calla con un beso.
El hombre de acero se aleja un instante para alcanzar el papel higiénico y limpiarle el vientre, lo ayuda a subirse los pantalones. Steve arquea una de sus cejas doradas y Clark puede asegurarle con cakma que él limpiará el resto y entonces, Steve puede darse el lujo de acercarse y besarlo tan despacio que Clark cree que se desarmara como arena moldeable.
Lo ve alejarse y arrastrar los pues de vuelta a la cama, Clark suspira enamorado mientras niega con la cabeza para sí mismo.
Está seguro que podrán compensarse con propiedad al día siguiente.