El próximo día se encontraban reunidos en los campos de entrenamiento. Todos sus amigos observaban como su pequeño hijo le daba una paliza a Naruto quien fue enviado volando contra algunos árboles, derribándolos consigo.
Ya se habían acostumbrado a verlo ser derrotado por un niño pequeño, no por nada el menor era un Uchiha.
Ciertamente no cualquiera, puesto que su padre había sido conocido por ser un prodigio de su clan y su madre posee unas habilidades únicas así que era de esperar su gran talento.
Kagome permanecía un poco apartada de los demás para poder observar de cerca a su hijo quien ahora luchaba contra Sasuke después de derrotar por milésima vez a Naruto.
"¡Mi regalo fue el mejor!" discutía Lee.
"No es así, de hecho el mío fue algo mucho mejor y refinado" refutó Neji.
"¿Que le diste?" "¿Un libro sobre el destino?" cuestionó Naruto burlón.
Neji le dirigió una mirada de muerte.
"Tontos, seguro que mi regalo le gustó más" atacó Kiba.
"Tsk que problemáticos" se quejó Shikamaru.
El chico usualmente perezoso parecía estar irritado por la discusión.
Ino le dirigió una mirada astuta.
"Tu también le regalaste algo" "¿No es así?" preguntó la rubia tomándolo por sorpresa.
El le dirigió una mirada fulminante y ella soltó una risita.
Incluso él había caído bajo los encantos de su amiga.
"Según mi libro...un regalo que simbolice algo íntimo para ambos debería ser lo adecuado, así que pienso que el mío fue el mejor" se unió Sai hablando en un tono lento.
Todos le dirigieron una mirada horrorizados.
"¿Que le regalaste?" preguntó Sakura con temor a su respuesta.
"Ropa interior" respondió alzando sus hombros con desinterés.
El rostro de todos cayó.
"Déjame ver ese libro" pidió Naruto acercándose a él.
El joven Sai acercó el libro al rubio y los demás quienes observaron el título con horror.
"Tácticas para una noche de pasión"
"¡Eres un idiota!" exclamó el rubio enfadado "¡Dame ese libro, lo quemaré!" intentó arrebatárselo pero el huía.
Sai parecía no comprender la situación.
Todos suspiraron.
"Suficiente" intervino Kakashi apareciendo en el lugar.
Las mujeres suspiraron aliviadas, al menos Kakashi los mantendría a raya y acabaría la tonta discusión.
"Me parece una tonta discusión...claramente mi regalo fue el mejor de todos así que no entiendo por que continúan discutiendo" habló el de cabellos blancos.
Nuevamente el rostro de todos cayó.
No esperaban que el se uniera a la pelea.
Cuando Ryo y Sasuke terminaron el entrenamiento se unieron a los demás.
Kagome se acercó a todos.
"¿Kagome-chan que regalo te gustó más?" se atrevió a preguntar Lee.
La azabache le miró extrañada por la pregunta.
El día anterior había recibido muchos regalos de parte de todos y ciertamente no tenía un favorito. Aunque si se había llevado una sorpresa al ver ropa interior en una de las cajas.
¿Quien le regalaría ropa interior?
Debería revisar el nombre en la caja de regalo más tarde.
Antes de siquiera emitir una respuesta Sasuke se adelantó por ella.
"El mío por supuesto" respondió el pelinegro con una sonrisa ladeada.
Naruto y Sakura observaron la escena confundidos puesto que no habían visto a Sasuke darle ningún regalo a la miko.
"¿Cuál fue tu regalo Sasuke-teme?" preguntó el rubio curioso.
Sasuke permanecía con su típica mirada.
"No es asunto tuyo" dio una respuesta simple mientras que Naruto parecía que estallaría en cualquier momento.
Sakura sintió su corazón dar un tirón nuevamente.
Sasuke jamás había hecho tal cosa como regalarle algo a una mujer así que era algo completamente extraño en él.
¿Quizás debería aceptar la realidad que estaba ante sus ojos?
Probablemente pero era difícil cuando había estado persiguiéndolo desde pequeña. No lo culparía si se había enamorado de Kagome, después de todo ella era perfecta en todos los aspectos así que lo comprendía perfectamente.
Solo que le tomaría un tiempo dejarlo ir.
|En la noche: Ichiraku Ramen|
Todos habían quedado para encontrarse en la noche.
Sai se encontraba siendo atendido por su compañera de equipo quien tenía una bolsa de hielo en un golpe en su cabeza. Golpe que había recibido cortesía de Naruto quien había estado muy enfadado por el regalo que le había hecho a Kagome.
"Cuando te aconsejé sobre los regalos no me refería a ropa interior" regañó Sakura.
Sai suspiró.
"Tanto que me esforcé por encontrar la talla correcta, incluso pedí que lo confeccionaran para que sus grandes pechos no tuvieran problema" habló el chico con naturalidad.
El rostro de las chicas cayó.
Por suerte el resto de los chicos aún estaba ordenando su comida y no lo habían escuchado, de lo contrario sería otra discusión.
Un rato después llego Kagome junto a Sasuke.
Ryo se había quedado con Tsunade quien extrañamente había accedido a cuidarlo.
Ella tomó asiento junto a Neji y Lee.
"Kagome-chan tu juventud brilla en esta hermosa noche" decía Lee con emoción mientras tomaba su primer trago.
La azabache le dedicó una cálida sonrisa.
"Es una bonita noche" habló la mujer.
Lo que parecía ser una noche pacífica se convirtió en una noche alocada ya que todos estaban bebiendo en grandes cantidades.
"Bésame Kagome-chan" decía un Naruto borracho.
Sasuke le dió un golpe, él no estaba tan pasado de copas como el resto.
Kagome tenía las mejillas levemente rojas mientras soltaba risitas ante lo que sea que Neji le estaba diciendo.
Sasuke frunció el ceño ante eso.
"Nos vamos a casa" sentenció tomando a la azabache estilo nupcial.
Ella hizo un puchero, lucía sumamente tierna.
Sakura los observó marcharse.
Cuando llegaron a la casa, la de orbes azules procedió a retirarse la ropa. Ignorante ante la mirada de Itachi quien esperaba pacientemente para su encuentro nocturno.
"Hace mucho calor" decía la joven retirándose su camisa dejando sus pechos a la vista.
Sasuke intentó detenerla pero no fue posible.
"Si nos tientas de esa manera no creo que podamos resistirlo" soltó Itachi con voz ronca mientras se acercaba a ella de manera peligrosa.
Ella se sonrojó furiosamente sin embargo no planeaba detenerse. Continuó quitándose la ropa lentamente, terminando completamente desnuda ante la vista de ambos Uchihas quienes la observaban llenos de lujuria.
Era claro que ella no estaba del todo borracha, sin embargo si ella lo quería ellos la harían suya una y otra vez.
Ella solo sonreía de manera pícara.
Ella ciertamente lo quería tanto como ellos.
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