N/A: Buenas, nuevo capítulo, la imagen es de los collares que Flavia le regalo a Javiera en el primer capítulo
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Narra Flavia
Abrí los ojos cuando el sol que entraba por el ventanal empezó a ser molesto. Javiera seguía al lado mío completamente dormida, su cara era de total tranquilidad, estaba relajada. Pasé mis dedos por su pelo unos segundos antes de acercarme mas para besar su mejilla.
- Mi amor, ya es de día, tienes que despertar
- Mmm- murmuró algo contra mi cuello pero no logre entenderla
- Javi, debemos levantarnos, podemos desayunar juntas, pero tengo que irme
- Lo se- se alejó un poco de mi para mirarme de frente- buen día
- Buen día mi amor- deje un pequeño beso en sus labios
Nos quedamos unos 5 minutos regaloneando sobre la alfombra hasta que decidimos levantarnos, ella solo se coloco sus pequeñas bragas junto con su camisa y caminó hasta la cocina para preparar el desayuno.
- ¿Quieres café?
- Claro- me quedé a unos cuantos metros de ella solo observándola. Se movía con completa soltura, preparaba el café y las tostadas con rapidez.
Eran pocos los días que podíamos estar juntas en el desayuno, habían días que podía salir temprano de casa de mis padres y le avisaba que estaba en camino. Javiera desde hacía meses que no vivía con su madre y su padrastro, estaba alquilando este departamento para ella trabajando algunas horas en una cafetería.
- Flavia...- camino hasta mi sosteniendo una taza con café- ¿hey donde estaba esa cabecita?
- No es nada linda- tome la taza de sus manos y bebí un poco- Gracias por el desayuno
- ¿Quieres tostadas con un poco de palta?- frunci ligeramente la nariz mientras negaba
- Eres rara, no se como puedes comer eso
- La rara eres tu Betancourt, todo el mundo como pan con palta- volvió a alejarse de mi para preparar una tostadas con queso untable- ten- la extendió hacia mi, sonreí antes de agarrarla.
- Gracias
Me quedé con Javiera cerca de una hora, pero debía irme, ella estaba nuevamente mirando por el balcón cuando me acerque.
- Amor, ya tengo que irme- todavía ni siquiera eran las 8:00 de la mañana, pero debía salir prácticamente corriendo
- Esta bien- volvió a mirarme- ¿nos vemos luego?
- Prometo llamarte hoy, pero seguramente mañana recién pueda pasar, lo siento
- Tranquila, después de mi examen ire a ver a mi madre
- Hey, todo va a ir bien- le di un beso antes de separarme- escríbeme cualquier cosa
- Gracias
- Te amo
- Te amo
- Suerte con tu examen de hoy- ella solo sonrió y supe que debía irme
Subí a mi auto y conduje por varios minutos hasta que llegue a mi casa, cuando entré el único que estaba era Emiliano.
- Milito buen día
- Fla, ¿cómo estuvo el cumpleaños de la flaca?
- ¡EMILIANO!- pase ni vista rápidamente por el lugar
- Tranquila, no hay nadie- Sonreí mientras subía las escaleras con el siguiendome- ¿y que tal fue?
- Muy lindo, le gustó el regalo
- Te dije que le iba a gustar, esa flaca te ama
- Y yo la amo
- Deberías hablar con nuestros padres, no pueden seguir así, ¿cuantos meses pasaron?
- 15
- Habla con ellos, esto se puede ir de tus manos
- Lo haré, hablaré con ellos- tomé mis cosas- pero ahora tengo que irme, tengo una clase en 20 minutos y luego pasaré a la empresa a ver a papá
Salí de la casa y fui hasta la universidad, ya me faltaban solo algunos exámenes para terminar con mi carrera.
Había decidido por estudiar diseño de interiores mientras que Javi estaba estudiando para policía.
Narra Javiera
Después del examen salí de la escuela de policías para ir directo a casa de mi madre. En cuanto llegué me quedé unos minutos parada frente a la puerta.
Mi madre llevaba 15 años junto a Alejandro, después de que mi padre murió ella se caso 7 meses después, ella intento que me adaptará a esa nueva vida, pero fue difícil, él sabía que yo no era su hija y por eso enfurecia.
Empezaron los golpes para ella y para mi, cuando cumplí 17 busque un trabajo para poder alquilar un lugar y aunque le ofrecí irse conmigo ella no quería separarse.
- Javiera- la puerta se abrió y pude ver a mi madre parada en el umbral
- Mamá- camine hasta estar a su lado y la abrace
--Te extrañe hija
- Yo también mamá
- Ven pasemos- se hizo a un lado para que entrara.
Hacia varios meses que no pisaba la casa en la que me crié, una vez que me fui no podía volver. El departamento aún no era mío pero vivía ahí.
- ¿Cómo te está yendo con los estudios hija?
- Acabo de rendir un examen, aun me falta pero te prometo que voy a ser policía mamá
- Seras la mejor hija- sonreí, sabía que mi madre me apoyaba- Tu padre estuvo preguntando cuando vendrías
- Él no es mi padre- me aleje un poco de ella- mamá, ¿recuerdas que día fue ayer?
- ¿Ayer?, no hija, ¿por qué?
- Por nada, esta bien- ella solo asintió, volví a acercarme y logre notar un ligero moretón en su mejilla derecha- mamá...- la acaricie levemente quitando el poco maquillaje de su cara- ¿por qué lo dejas que siga haciendo esto?
- Solo se enojo un poco, nada más, estoy bien- negué algunas veces. Mi madre siempre minimizaba los enojos de Alejandro y justificaba sus golpes.