𝐓𝐇𝐄 𝐀𝐑𝐂𝐇𝐄𝐑, 𝐛𝐞𝐥𝐥...

By ifqlk13

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❛❛ i wake in the night, i pace like a ghost the room is on fire, invisible smoke and all of my heroes die all... More

prologue
i. the 48
ii. the truth behind the mask
iii. the enemy of my enemy is my friend
iv. welcome home
v. many happy returns
vi. lost in the darkness
vii. death is the only way
viii. revenge desires
ix. space walker
x. remember me
xi. i owe you a kiss
xii. trainings and beatings
xiii. carl emerson
xiv. the missile
xv. the signal
xvii. the things we do to survive
xviii. how do i say goodbye
extra. i can see you
exile

xvi. entrances and betrayals

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By ifqlk13

16 | ❛❛ entradas y traiciones ❜

       

       ESTABAN REUNIDOS EN LA TIENDA de Lexa, repasando una y otra vez el plan para por fin arrasar con el Monte Weather. Blair estaba de pie al lado de Lincoln, el cual había acabado sin ir a las minas con Octavia e Indra. Cosa que era positiva, pues la arquera no quería que los Segadores se volvieran a acercar al terrestre.

Todos habían llegado ya cerca de la entrada de Mount Weather, pero decidieron montar una tienda para su Comadante. Todos los skaikru, recién llegados del campamento Jaha, entraron dispuestos a evaluar el plan a seguir.

—Bienvenido, Pueblo Celeste— les saludó a todos Lexa— Acercaos.

Todos hicieron caso omiso a las palabras de la tan temida heda, que se encontraba mucho más tranquila de lo normal, cuando en realidad, tenía que estar todo lo contrario.

—Un envío de Raven— explicó el sargento Miller (el padre de Miller), dándole un recipiente a Clarke— Hidracina. Dice que servirá.

—Bien.— contestó de forma seca Clarke, mirando el bote con el ceño fruncido y una expresión seria en su rostro.

—Y... a tu madre le hubiera gustado estar aquí— añadió el padre de Miller, dándole una fugaz mirada a la rubia.

—Lo sé.— afirmó Griffin— pero los heridos en TonDC la necesitan más.

—Blair.— la saludó el guardia del Arca con un asentimiento. La arquera bajó la cabeza, recordando al propio Miller cada vez que le veía. El hombre se retiró y acabó colocándose junto a los demás, rodeando una especie de maqueta del Monte Weather.

Lexa dio un paso al frente, dispuesta a hablar.

—Comandantes de campo, hoy vamos a recuperar a nuestra gente— comenzó su sermón la Comandante— El enemigo se cree a salvo tras las puertas, pero no lo está. Cuando se de cuenta, contraatacará. Con fuerza— agregó— Debemos estar listos— Lexa miró a Clarke, concediéndole el permiso para hablar.

—Está misión es de rescate.— recordó— No hemos venido a aniquilarlos.

Yo sí, pensó la arquera.

>> Hay personas en esa montaña que nos han ayudado, niños que no tienen nada que ver con esta guerra. Mataremos a sus soldados y a sus líderes si es necesario. Pero hemos venido a rescatar a los nuestros. ¿Queda claro?— preguntó.

—Sí.— respondieron los presentes al unísono acompañado de un asentimiento por parte de cada uno.

—Pues empecemos.— dijo Clarke, caminando hacia la maqueta y clavando su mirada en ella como si de una obra de arte difícil de entender se tratase— Hay cuatro equipos. Dos de ellos, en la presa y en la mina. Ya están llegando a sus posiciones. El tercero, infiltrado en la Montaña, está liberando a los prisioneros terrestres— informó— Nuestra tarea, como cuarto equipo, es distraer al enemigo tanto como podamos. Para ello deberemos tomar esta posición— ordneó, señalando con su mano la entrada al Monte Weather que se basaba en una puerta redonda metálica gigante— La puerta principal, con todo nuestro ejército. Los de la montaña creen que no puede abrirse desde el exterior y la dejarán desprotegida. Pero sí se puede abrir, gracias a un contacto interno sabemos cómo— agregó— Según Maya, el sistema electromagnético tiene un fallo. Cuando no hay energía, se desactiva. Ahí es donde entra el equipo de Raven. Generan su electricidad en la presa Philpott. A estas horas ya habrán tomado la turbina. Su tarea es cortar el suministro. En cuanto lo hagan, volaremos el cierre. Hay un pero— avisó—Hay un generador auxiliar dentro de la montaña. Si el cierre sigue funcionando cuando se active este generador, será imposible abrir esa puerta. No podremos rescatar a los nuestros.

Clarke hizo una pausa para que todos pudieran procesar aquella información. Blair, con la mirada en el suelo, solo se podía preguntar qué iba a poder aportar ella en esta guerra. Distraer a los guardias no era algo que la entusiasmase, es más, ella quería tomar su venganza. Por ella y por los que habían tenido que sufrir por ellos.

El general Miller rompió el silencio.

—¿Cuánto tiempo tarda en activarse el auxiliar?— cuestionó con la mirada fija en los ojos de Clarke.

—Un minuto.— contestó Blair por la rubia. Clarke se lo agradeció con una mirada que la arquera ignoró— Eso es todo.

—Muy breve.— comentó y jusheda se encogió de hombros, dándole a entender qué no podían hacer nada más— ¿Por qué no inutilizamos también el generador auxiliar? Bellamy puede hacerlo.

—Dejarlos sin energía tanto tiempo los mataría a todos.— explicó Griffin— Ya dije que nuestra misión no es esa. Además, hemos perdido el contacto con Bellamy.

Los ojos de Blair se abrieron como platos y sus manos comenzaron a temblar en cuestión de pocos segundos. Se giró hacia Clarke con una mirada fría.

—¿Cómo has dicho?— preguntó en un tono más agresivo de lo normal en ella— ¿Desde cuándo?

—Desde que desactivó la niebla— respondió Clarke. A Blair le hirvió la sangre ver que la rubia no parecía preocupada ante eso, seguro que porque Bellamy ya había cumplido su misión y ya no servía. Apretó los dientes.

—¿Por qué no lo sabía? ¿Ahora todo lo que implica a gente que queremos se queda entre vosotras dos o cómo va todo?— cuestionó abruptamente la castaña. Clarke ladeó la cabeza.

—No te lo dijimos porque debías estar centrada— respondió con firmeza.

Y, antes de que Blair pudiera insultar, gritar o abalanzarse sobre Clarke, Lexa trató de tranquilizarla.

—Bellamy es un guerrero, estará bien.— sus palabras no surgieron efecto en jusheda, que apartó la mirada de ambas líderes y puso una mueca.

—Cómo dijo la Comandante, al abrirse las puertas comenzarán a disparar— prosiguió la rubia— Nos atacarán con todo lo que tengan, y es lo que queremos. Que se concentren en nosotros, porque mientras luchamos en la puerta principal el equipo de Indra sacará a los prisioneros por detrás, por los túneles de los Segadores.

Seguro que tú no luchas, Clarke.

¿Harás lo mismo que en TonDC?

Blair odiaba tener que estar así con Griffin, pero desde que ésta comenzó a planear el ataque al Monte Weather con Lexa, creyó estar por encima de todos y todo. Cómo si pudiera elegir quién vive o quien muere.

>> Cuando estén todos libres, tocarán a retirada— añadió, muy segura de sus palabras. Y eso no era nada bueno— Estaremos en casa incluso antes de que noten su ausencia. Es todo. Ese es el plan.

—¿Ese es el plan?— se burló de ella un terrestre a lo lejos— ¿Comandante?

Lexa le dedicó una pequeña mirada a Blair antes de echarse a andar justo como Clarke lo hizo antes.

—La montaña ha dominado estos bosques demasiado tiempo.— los provocó— Nos han cazado, controlado y convertido en monstruos... Hoy le pondremos fin— dijo con autoridad, alternando su mirada entre su gente para después invadir su campo de visión con todos los skaikru frente a ella— Gracias a la alianza con skaikru, vamos a hacer historia. Como ha dicho Clarke, perdonaremos a los inocentes. Pero los culpables... jus drein jus draun.

Como si hubiera eco en la tienda, todos los terrestres (incluida Blair) repitieron la frase de la Comadante con un tono sombrío, listos para vengarse. Por primera vez, jusheda se sintió más identificada con los terrestres que con su propio pueblo, el cual parecía aceptar el tan arriesgado plan de Clarke.

Y así siguieron, con cada vez más gente uniéndose al coro de personas repitiendo una y otra vez la frase. Frase que se quedaría bien grabada en la memoria de una Blair sedienta de sangre y con hambre de venganza.

Jus drein jus draun.

Todos los presentes siguieron a Monroe hasta la puerta principal del Monte Weather hacia la puerta principal del Monte Weather, donde ya estaban utilizando una máquina que habian traído del campamento Jaha para hacer así un agujero en ella, poniendo la supuesta hidracina de Raven, lo que explotaría en caso de que todo saliera bien.

—Arqueros, atentos a los árboles.

El sargento Miller, tras ciertas órdenes de Monroe, sacó la hidracina de Raven de su mochila y con las manos temblorosas y el pulso acelerado, se dirigió a la puerta. Lincoln lo notó y siguió de cerca los pasos del chico.

—Lo harás bien.— le animó, apoyando su mano en el codo del hombre.

—¿Y si llegamos tarde?— susurró con un tono de voz débil y tembloroso.

—¿Y si no?— contestó con rapidez Lincoln, sintiéndose muy seguro de sus propias palabras. Después, el triku se acercó al oído del hombre— Saca fuerzas de tu hijo.

—Esta montaña nos ha quitado mucho a ambos— aseguró el sargento.

El terrestre asintió con un semblante serio, y tras su acción, David Miller soltó un suspiro para después colocar con cuidado la hidracina en el agujero hecho por Monroe. Activó su mecanismo, haciendo que un ligero pitido comenzase a sonar.

Ahora solo les quedaba esperar que Raven hiciese bien su trabajo y que los demás pudieran sobrevivir ahí dentro.

Pasó bastante rato desde que colocaron la bomba en la puerta y todo parecía bastante tranquilo. Ya era incluso de noche. Pero Blair no podía estar más agitada. Se encontraba dando vueltas y ayudando a algún que otro terrestre a preparar sus flechas, volviendo a explicarles la posición correcta al lanzarlas. No podían permitirse ni un solo fallo, porque eso significaría un hombre de la Montaña vivo.

—Tardan demasiado.— comentó la joven Griffin en dirección a la Comandante. Lexa mantuvo la vista en el frente.

—Tardan lo que tienen que tardar— la trató de consolar heda.

Blair decidió no echarle muchas más ganas a escuchar su conversación y caminó hacia un par de terrestres que se encontraban afilando sus espadas. El aburrimiento la estaba matando, y la poca paciencia que la quedaba se limitaba según pasaban los minutos.

—Blair kom skaikru.— la saludó el mismo Trent con una sonrisa cuando la vio llegar.

Blair intentó sonreír, pero una mueca rara fue lo que se dibujó en sus labios. El terrícola al lado de Trent asintió en su dirección.

—¿Crees que mi hermano saldrá del Monte Weather?— preguntó el triku, algo nervioso.

—Lo hará, pero para eso tenemos que luchar— afirmó la castaña, asintiendo varias veces tratando de autoconvencerse— Por cierto, gracias por haberme recomendado a Venus, Trent.

—No hay de qué— contestó— Si hay algún skaikru que se lo merezca, sois tú y Octavia.

Blair soltó una risa sincera. No esperaba haber conectado tan rápido con los terrestres, pero no se podía quejar. En realidad, no eran tan diferentes a los suyos. Luchaban por las mismas causas, solo que con distintos métodos.

Pero el sonido de una explosión hizo que todos se pusieran en alerta. Blair posó su mano en la funda de su espada y se dirigió con rapidez hacia el frente del ejército junto a Lincoln, Clarke y Lexa.

—Viene de la presa.— explicó Lincoln— Saben que vamos a por su energía.

Blair se mordió el labio inferior.

—Y saben que vamos a por la puerta— su respiración se volvió entrecortada. Miró hacia los lados, buscando algo que poder hacer.

Lincoln se giró hacia su pueblo y comenzó a dar órdenes en trigedasleng. Monroe se acercó a las tres chicas con seguridad puesta en sus palabras.

—Raven lo conseguirá.— afirmó, asintiendo hacia las tres con los labios fruncidos en línea recta— Es de los nuestros.

—Claro que lo hará.— respondió Blair, intentando reflejar seguridad y poco nerviosismo en su voz. Cosa que no logró.

—Cuando se apaguen las luces, pulsaremos el botón— explicó el padre de Miller— Lo demás es vuestro.

—Y tanto.— reafirmó la arquera, desenfundando su espada con la mirada bien puesta en la entrada al Monte Weather.

Lincoln asintió en dirección a Blair. Se sentía tan orgulloso de ella. Ambos querían hacer pagar al Monte Weather. El terrestre, por haberlo convertido en un Segador, y jusheda, por haberla retenido ahí, por haber dañado a sus amigos y por lo que le hicieron a Anya. Ojalá la triku pudiera estar ahí, cobrando venganza por lo que pasó. Pero Blair estaba dispuesta a hacer lo que ella le prometió a la chica: liberar a su gente.

Tras un rato esperando en pie sin saber muy bien qué hacer, las luces de la puerta se apagaron, haciendo a todos comenzar a comentar por lo bajo.

—Lo ha logrado— comentó Clarke con una sonrisa en su boca.

—Lo sabía.— aseguró Blair, sintiendo un orgullo enorme por la mecánica— Ahora tenemos un minuto.

La rubia dirigió su vista al control que tenía sobre sus manos. Miró en dirección a Lexa, ofreciéndole pulsar el botón junto a ella.

—Por aquellos que perdimos.— dijo Griffin.

—Y los que encontraremos pronto.— añadió la Comandante con una sonrisa leve en su rostro.

Ambas líderes pulsaron el botón. Un silencio bastante asfixiante invadió el ambiente cuando todos se dieron cuenta de que había algo que no iba bien. El botón no funcionaba. Las dos se miraron entre ellas antes de seguir pulsando el botón, esperando a que funcionase.

—¿Por qué no funciona?— cuestionó Blair bastante más agobiada que ellas dos.

—Nos interfieren.— explicó Clarke, comenzando a abandonar su posición y a acercarse más a la puerta— Debo acercarme más.

Pero no pudo hacerlo, pues unos tiradores aparecieron de la nada haciendo caer una lluvia de sangre por todos lados. Blair, como acto reflejo, cogió una flecha del carcaj en cuestión de milésimas y la colocó en su arco para después lanzarla, clavándola en la frente de uno de los tiradores.

No pudo lanzar otra, pues Lexa tiró de ella hasta esconderla tras una roca.

—¡45 segundos!— gritó el sargento.

El cuerpo de Blair comenzó a temblar. No podía acabar así. Tenían que entrar. Los estaban haciendo perder tiempo. Lexa posó su mano en la espalda de la chica antes de gritar en su idioma para que los terrestres derribaran a los tiradores.

—Si llego a la puerta puedo activarlo manualmente— chilló Miller en dirección a las líderes y a Parker.

—Es imposible que llegues— reprochó Clarke, mirando al hombre con obviedad.

—Tengo que intentarlo, por Nate— musitó entre respiraciones.

Clarke le tendió el control no muy convencida de su idea. Blair asintió en dirección al hombre antes de que éste se levantara y fuese hacia la puerta siendo cubierto por terrícolas tras una orden clara de Lexa.

30 segundos.

Todo pasaba tan rápido y tan lento a su vez. La tensión de Blair se disparaba cada segundo y ya apenas podía respirar. Buscaba una forma rápida de abrir la puerta, pero no podía pensar en nada. Los terrestres se acercaron a la puerta, pero no funcionó pues los tiradores lograron derribarlos, matando al sargento. Jusheda lanzó varias flechas en el momento, acabando con tres de los muchos tiradores.

—Encontraremos otra entrada.— aseguró Lexa en dirección a las dos skaikru.

—¡No hay otra entrada! Tú lo sabes— vociferó Clarke con la voz rota y los ojos cristalizados.

Y cuando Lincoln miró a los ojos verdosos de Blair y después a su arco, jusheda tuvo la idea. Sintiendo como su pecho se aceleraba, aceptó una flecha en llamas de Lincoln y la colocó en su arco. Se posicionó de forma perfectamente lineal a la hidracina y destensó la cuerda, esperando la señal de los demás arqueros.

Clarke miró a su amiga llena de adrenalina. Blair jamás había parecido tan poderosa. No tenía ni idea de lo que iba a hacer, pero confiaba ciegamente en la arquera. Lexa miró a Parker en shock. No sabía que cables se habrían cruzado en su mente como para hacer lo que estaba a punto de hacer.

¡Ahora!— gritó un terrestre en su idioma.

Y fue ahí, cuando jusheda lanzó la flecha. Todos los presentes vieron como la flecha viajó de manera perfecta y calculada a la hidracina, haciéndola explotar. Clarke suspiró aliviada, viendo como a Blair se le cristalizaban los ojos por la ansiedad que había pasado antes.

—¡Lo has volado!— gritó Lincoln, acercándose para abrazar por detrás detrás Blair, la cual solo se pudo fijar en la sonrisa de orgullo de Lexa tras su acción.

—Hay que subir ahí y acabar con los tiradores— ordenó la Comadante más tranquila.

Lexa hizo un ademán de levantarse, y Lincoln y la Comandante de la sangre también lo hicieron. Lexa les envió de nuevo al suelo con un empujón.

—¡No!— bramó— Quedaos con Clarke. Cuando cesen los disparos, abrid la puerta.

Ambos asintieron para después ver como la Comandante, seguida por dos hombres, se iba corriendo hacia la cresta dispuesta a acabar con los tiradores. Blair esperó impacientemente hasta que los disparos se acabasen. Y cuando ocurrió, ella fue la primera en darse al descubierto, siendo seguida por Lincoln. Alzó su vista y al notar que ningún tirador se acercaba, el triku gritó:

—¡Lexa lo ha logrado!

—¡Muy bien, triku!— se dirigió jusheda a la gente de Lexa— Es la hora.

Venus, desde lejos, la miró orgullosa de ella. Alzó su espada, acompañado de un grito de guerra, haciendo que todos hicieran lo mismo.

—Toma.— dijo Monroe en dirección a la arquera, tendiéndola una de sus dos pistolas. Blair negó varias veces con la cabeza. Preferiría que Monroe tuviese dos por si acaso— Mirad.

Señaló con la cabeza a los terrestres que iban protegiendo al sargento Miller, el cual resultó estar vivo. Salió de entre los escudos con ayuda de la misma Monroe y algunos terrestres que había mandado Clarke a comprobar su estado.

—Nos estarán esperando.— comentó Griffin, mirando a un Lincoln con una mirada deseando vengarse y a una Blair más segura de sí misma que nunca.

—Mejor.— contestó el terrícola.

Es nuestra hora— agregó en trigedasleng Blair, encargándose de que todos la oyesen— Lincoln, posiciónales.

Éste obedeció, mandó a los terrestres a hacer dos filas para colocarse correctamente para tirar la puerta abajo. Por otro lado, los arqueros y unos cuantos tiradores skaikru se quedaron un poco al margen, listos para disparar en caso de que algo saliese mal.

Los triku colocaron una cuerda en la puerta y comenzaron a tirar con todas sus fuerzas. Y por mucha tensión o fuerza implicada, la puerta no se abrió. O eso es lo que creyó Blair en un principio. Porque, tras unos segundos, la entrada al Monte Weather se abrió unos centímetros. Todos ovacionaron con alegría y comenzaron a vitorear. Blair sonrió triunfante antes de compartir una mirada con Letom.

—¡Atacad!— vociferó Clarke— ¡Ahora!

¡Jus drein, jus draun!— los animó Blair, afianzando su agarre al mango de la espada.

Parker y Lincoln dieron un paso al frente, dispuestos a ser los primeros en pisar el Monte Weather. No pudieron avanzar más, debido a Lexa, la cual apareció gritándole a su gente que se detuviese. Cuando se dejó ver completamente, Blair le vio.

—¿Qué está pasando?— cuestionó la rubia, clavando su vista en él.

La arquera le reconoció de inmediato.

Emerson.

Blair no dudó en apuntarles a ambos con el arco. Tenía la mandíbula tensa y sus ojos se alternaban entre la Comandante y el guardia de Mount Weather.

—¡Están saliendo!— gritó una voz lejos de ellas.

Los ojos de todos viajaron hasta la puerta, viendo a todos los terrestres drenados salir con una manta en sus hombros.

El Monte Weather se rinde, pensó Blair.

Pero no podía estar más equivocada.

—¿Se rinden?— se atrevió a preguntar Clarke, como si hubiera escuchado los pensamientos de Blair, a la Comadante.

—No creo— vaciló Emerson mirando a las dos skaikrus con una sonrisa burlesca.

Toda la felicidad se esfumó en Blair cuando vio que ninguno de sus amigos salía por la puerta. Fue ahi cuando entendió todo. Fulminó a Emerson con la mirada y preparó su espada, lista para acabar con él sin parpadear siquiera.

—¿Qué has hecho?— preguntó Clarke a Lexa con voz temblorosa, temiendo una posible respuesta.

—Lo que habrías hecho tú.— respondió heda sin inmutarse— Salvar a mi pueblo.

—¿Y donde están los nuestros?— cuestionó jusheda, sabiendo perfectamente la respuesta pero con una pequeña esperanza de que nada fuese así.

—Lo siento, jusheda— Blair apretó los dientes— No forman parte del trato.

Y tras sus palabras dolientes, se giró hacia Emerson y cortó las cuerdas con las que estaba atado con un cuchillo. El hombre sonrio en dirección a la arquera, que no pudo contenerse y estampó su puño contra la mandíbula del hombre, desencajándola.

Lincoln se acercó a ellas tras oír el golpe. No entendía muy bien lo que acababa de ocurrir y enseguida le pidió explicaciones a la rubia. Jusheda, con lágrimas en sus ojos, se alejó de ellos con una mirada cegada por el odio hacia Lexa ahora mismo. Antes de que pudiera avanzar más, Letom se acercó a ella y la dio una pequeña pistola que seguramente le habría entregado algo del Arca.

—Tienes que entrar.— dijo con firmeza.

—Tengo que darme prisa— comentó por lo bajo, abrazando con rapidez al hermano de la Comandante, el cual sollozó— ¿Sabías sobre el trato?

—No— lloró levemente— Te lo habría dicho. Por favor, no me odies, Blair. Yo... eres como una hermana... y...

—Sh, tranquilo— contestó con voz suave— Que volvamos a vernos, Letom.

Éste asintió, dedicándole una última mirada de arrepentimiento a su amiga. Y tras eso, Blair se las apañó para llegar a la puerta sin que nadie la delatase, pues ahora mismo, todos la temían. Y era lógico, pues en las últimas horas había lanzado una flecha en llamas y pegado a alguien que había pactado con la Comandante. Jusheda miró a la gran muchedumbre de terrestres antes de desaparecer de su campo de visión y adentrarse en el infierno.

Mount Weather.

El sonido de la puerta cerrándose dio comienzo a la retirada de los terrestres, o eso es lo que supuso Blair desde dentro tras escuchar el cuerno.

Los recuerdos invadieron su mente.

No se vio capaz de abrir los ojos. Los músculos la dolían y sentía que sus piernas no podían moverse. Respiraba de forma entrecortada, el cuerpo la pesaba. Como si un camión la hubiese pasado por encima. Aunque los oídos la pitaban, pudo oír unos pasos ir hacia ella.

—¿Aún no ha despertado?

Silencio.

—No, pero no tardará en hacerlo. ¿Qué hay de la cabeza?

Unas manos frías sujetaron el rostro de Blair abruptamente. No quiso abrir los ojos. Quería ver cómo seguía la conversación.

La cabeza parecía ir a explotarla cuando la tomó con sus manos y ahogó un quejido. Cuando quiso abrir los párpados, estos no obedecieron.

—Lo más probable es que se trate de una conmoción. Nada grave, la verdad.

—¿Qué hay de la pierna?

Las manos pasaron de su rostro, haciéndolo impactar contra una superficie blanda, a su pierna. Sus dedos encajaron en su piel.

—No parece haber ninguna lesión más allá del tobillo. Es un simple esguince.

Se escuchó un bufido.

Abre los malditos ojos, Blair.

—Me parece increíble que haya sobrevivido a todo esto.

Otro momento eterno de silencio.

—¿La llevamos con los demás?

Vamos.

—Aún no. Quiero estudiarla más a fondo. Es más fuerte que los demás.

Ahora solo la quedaba un último aliento.

Un último esfuerzo y sus amigos estarían bien.

QUEDAN DOS MALDITOS CAPITULOS Y UN EXTRA PARA QUE LLEGUÉ EL LIBRO TRES

No os voy a morir, he llorado mucho con el final

Pero bueno, ya he comenzado a escribir el libro tres y el primer capítulo acaba muy fuerte

La temporada tres va a ser más bien una montaña rusa de emociones JAJSJAJ (todos sabemos lo idiota que fue Bellamy)

Y respecto a la temp 3 solo voy a decir dos palabras: Lexa, Lincoln (cof,cof)

Anyways, Letom te amo muchísimo.

La amistad de Lincoln y Blair>>>>

(De las más infravaloradas)

Y bueno, eso es todo.

Nos vemos pronto! 💓🤍💞💕💗

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