─── LA FOGATA
(⌗ ♥︎! ) 一 el verano en que me enamore ❜
━━━━━━━━━
Los cuatro adolescentes habían estado caminando desde el estacionamiento hasta la playa cuando tropezaron accidentalmente con alguien. Steven empujó a Jeremiah, que tropezó con Avery porque la tenía rodeada con el brazo, y chocó con una chica que no conocía. Así conoció a Shayla, que pronto se convertiría en la primera novia que tuvo ese verano.
Las chicas se pidieron perdón una y otra vez. Shayla decía que había sido culpa suya porque no había prestado atención a por dónde iba, y Avery echaba la culpa a los chicos. Fue ahí, tras llegar a un acuerdo, cuando Avery se enteró de que los chicos sí conocían a la chica después de hacer que se disculparan con ella.
Shayla se quedó con ellos mientras encontraban un lugar para pasar el rato cerca de la fogata, y después de que Jeremiah los dejara porque vio a una chica que conocía, ella se sentó con ellos. Fue entonces cuando Conrad se inclinó más hacia ella para decirle que Shayla y Steven sentían algo el uno por el otro, lo cual, si era sincera, no había sido tan difícil de averiguar.
Hace unos minutos, Avery, Shayla y Steven dejaron a Conrad junto a la fogata para llenar sus bebidas. Él se quedó porque quería asegurarse de que nadie les quitara el sitio, razón por la cual Avery estaba ahora haciendo de mal tercio con dos personas que había conocido aquel día mientras estaban de pie alrededor de la hielera donde estaban las bebidas.
No tenía ni idea de lo que hablaban, sólo de que Steven no dejaba de tener contacto físico con la chica, y Shayla aún no había dejado de reírse de todo lo que decía. Estaba en el lugar perfecto para examinar la fiesta, que era exactamente lo que estaba haciendo. Se fijó en gente que se besaba en lugares donde creían que nadie podía verlos, pero sin duda lo hacían; otros que se besaban donde todo el mundo podía verlos; adolescentes que parecían demasiado jóvenes para estar ahí bebiendo como si nada; gente bailando alrededor de la fogata, y otros simplemente acostados en la arena, mirando las estrellas.
Sus ojos encontraron a Conrad. Siempre lo hacían. No importaba dónde estuvieran o qué estuvieran haciendo; ella siempre se las arreglaba para encontrarlo, casi como si fuera un imán que atraía su atención hacia él cada vez. Por alguna razón, dejaba que sus ojos se detuvieran en él un poco más que en otros lugares. Lo observó mientras buscaba algo en sus bolsillos, sacaba algo de ellos, encendía lo que podría haber sido un cigarrillo o un porro y se lo llevaba a los labios. Su respiración se entrecortó mientras lo observaba, y entonces un pensamiento cruzó su mente, tomándola por sorpresa.
Está muy sexy.
Espera, espera.
¿Qué?
No era la primera vez que Avery describía a su mejor amigo con esa palabra. Sabía que era atractivo. Avery lo veía y se atrevía a admitirlo, pero nunca se lo diría en la cara. Prefería usar la palabra 'guapo' para describirlo, pero había momentos en los que usaba 'sexy' en su lugar. Siempre para sí misma, claro. Por ejemplo, aquella vez que llegó a su casa y se lo encontró saliendo del baño con sólo una toalla alrededor de la cintura y el pecho mojado, o las pocas veces que lo ha visto en traje.
En resumen, le parecía atractivo, pero eso era todo. Tenía que ser eso. Era su mejor amigo, y eso era todo lo que serían.
¿Verdad?
Apartó rápidamente la mirada, sintiendo que una extraña sensación se apoderaba de ella. Primero se sentía celosa por él, ¿y ahora pensaba que era sexy cuando no estaba haciendo nada interesante? No. Sacudió la cabeza, tratando de encontrar otra cosa en la que concentrarse. Realmente no quería pensar en todo eso ahora.
—¿Belly?—Dijo Avery, sin darse cuenta de que lo había dicho en voz alta en el momento en que sus ojos se posaron en la chica más joven que caminaba por la playa con un vestido rosa claro.
—¿Qué?—Preguntó Steven, mirándola rápidamente confundido.
—Esa es Belly,—dijo ella, asintiendo hacia donde acababa de ver a la chica.
—¿Quién es ese?—siseó Steven, más para sí mismo, cuando sus ojos se posaron en su hermana hablando con un tipo que no había estado ahí cuando Avery la vio por primera vez.
En el momento en que el tipo agarró la muñeca de Belly; Steven corrió hacia ellos. No le explicó a Shayla adónde iba ni por qué. Simplemente corrió hacia donde estaba su hermana, dejando a las chicas solas.
—¿Quién es Belly?—Preguntó Shayla, muy confundida. Como los chicos la conocían desde el verano pasado, Avery pensó que también conocía a Belly pero parece que no.
—Su hermana—,explicó antes de seguir al chico, adivinando que Shayla la seguiría.
—¿Qué estás haciendo aquí?—le gritó Steven a la chica, que por un breve segundo pareció liberada al verlo, bueno, hasta que continuó hablando,—Y lo siento, ¿qué traes puesto?—.
—Yo la invité—,respondió por ella el extraño hombre, que sin duda era mayor que todos ellos.—¿Quién carajo eres?—, siseó.
—¡Soy su hermano!—,respondió, pareciendo dispuesto a pelearse con el desconocido.—Y tiene quince años, degenerado—.
—Casi tengo dieciséis—,exclamó Belly como si eso mejorara la situación.
—Lo siento...—respondió el tipo, ignorando por completo a Belly, antes de alejarse.
—Por Dios—,gimió Steven, pasándose las manos por el pelo antes de agarrar a su hermana del brazo y empezar a arrastrarla con él,—Vamos—.
—¿Qué estás haciendo?—Exclamó Belly mientras Avery y Shayla comenzaban a seguirlos. Belly tiró en dirección a la fiesta mientras Steven intentaba llevarla al coche,—¿Me sueltas, por favor?—.
—¿Qué estás haciendo?—,exclamó él mientras ella intentaba liberarse,—¡No!—.
—Me estás avergonzando—.
—¿Te estoy avergonzando?—
—Me estás avergonzando—.
—¡¿Por qué te estoy avergonzando?!—
—Deja de avergonzarte. ¿Es una broma?—intentó redirigirlos hacia el aparcamiento, pero en lugar de eso, Belly gritó un poco más y tiró de su brazo con tanta fuerza que lo liberó pero también la hizo caer en la arena.
—¿Estás bien?—le preguntó Avery a la menor después de correr hacia ella para ayudarla a levantarse.
—Sí, sólo estoy muy avergonzada—,intentó reír mientras Avery la ayudaba a ponerse de pie.
—¿Belly?—,oyeron decir a las dos chicas una voz familiar, lo que les hizo bajar la vista hacia donde estaba sentada la persona, dándose cuenta de dónde estaban paradas.
Conrad Fisher las estaba mirando. Estaba en el mismo sitio en el que había estado la última vez que Avery lo vio. La botella de cerveza que había estado casi vacía estaba ahora vacía y apoyada contra su rodilla. El cigarrillo que ella le vio encenderse estaba entre sus dedos. Y ahora había alguien sentado a su lado.
Una chica.
Una chica guapa.
Una chica que le resultaba muy familiar.
Una chica que los miraba a ella y a Belly.
Avery estaba a punto de burlarse de él, preguntarle quién era y actuar como lo habría hecho cualquier otro día, pero Belly habló primero, salvándola de tener que fingir que no se sentía mal otra vez.—Creía que odiabas los Red Sox—,dijo, señalando la gorra de la chica.
—¿Quién eres?—,siseó la chica.
—¿Quién eres tú?—se oyó preguntar Avery. No tenía ni idea de quién era la chica, si Conrad la conocía o por qué le resultaba tan familiar, razón por la que había decidido actuar con educación. Bueno, hasta que siseó a Belly.
—Nicole—,dijo, y Avery debió de hacer una mueca al reconocer el nombre, porque una sonrisa de suficiencia se dibujó en su rostro.—Conrad y yo fuimos juntos al baile de debutantes el año pasado—.
Avery sabía quién era.
También sabía lo que había pasado entre ella y el chico el pasado verano.
También sabía cosas que la chica obviamente no sabía; de lo contrario, no estaría sentada a su lado sino buscando a alguien nuevo con quien acostarse este verano. También sabía que no sabía quiénes eran, porque si lo supiera no se estaría comportando como una zorra al hablar con dos de las personas más importantes en la vida de Conrad.
—¡Belly!—,exclamó el Fisher más joven, corriendo hacia donde estaban y rodeando a la chica con los brazos,—¡Viniste! Genial, ¡la pasaremos bien esta noche!—sonrió, ignorando a la chica al lado de Conrad.
—Estoy a punto de llevarla a casa—,afirmó Steven, volviendo de donde estaba, con Shayla a su lado.
—¿Qué?—
—Sí, nos vamos—.
—¿Hablas en serio?—Se quejó Belly.
—Okay, Steven, cálmate—,dijo Jeremiah, interponiéndose entre los hermanos,—Vamos, habla con Shayla o alguien más. Yo me ocuparé de Bells—.
—Bien—,gimió, claramente no queriendo decir eso en absoluto,—quédate aquí si quieres—,añadió mientras Shayla, que sonreía disculpándose con Belly, lo arrastraba lejos,—¡pero no hables con nadie!—.
—Ignóralo—,le dijo Jeremiah a Belly antes de mirar hacia abajo y ver quién estaba sentado junto a su hermano, y, tras echar un vistazo tanto a Avery como a Conrad, dijo:—Vámonos, Bells. Adiós!—y se llevó a la chica a rastras, dejándolos con Nicole, que seguía fulminándola con la mirada.
Conrad centró la mirada en su mejor amiga durante un segundo, mirándola con curiosidad, casi como si estuviera esperando a que hiciera algo que no tenía ni idea de que debía hacer. No quería apartar la mirada de ella, pero se encontró haciéndolo después de que Nicole fingiera toser para llamar su atención, recordando que estaba ahí, a su lado, y la conversación que estaban a punto de mantener antes de que Belly cayera de pie.
—Bien—,empezó, mirando de nuevo a la chica,—Como te decía...—,añadió torpemente,—me divertí el verano pasado. De verdad. Me lo pasé muy bien. Pero no creo que debamos seguir viéndonos, ¿sabes? Quiero decir, que fuéramos juntos al baile hace un año no significa que debamos seguir viéndonos...—
—¿Es por ella?—interrumpió Nicole, mirando a Avery con disgusto antes de girarse hacia el chico, esperando una respuesta.
—¿Qué?—,preguntó él, genuinamente confundido,—¿No?—.
—¿Me estás diciendo que si ella no estuviera aquí, seguiríamos teniendo exactamente esta misma conversación?—arqueó la ceja, esperando que él no estuviera de acuerdo con ella.
—Sí—,respondió él.
Nicole se burló y, sin mirar ni un segundo al chico que acababa de terminar con ella ni a la chica a la que culpaba, se marchó. Estaba enojada, y ambos podían verlo. Conrad no entendía por qué, porque realmente no había planeado volver a salir con ella este verano, y Avery se quedó ahí de pie tratando de procesar todo lo que acababa de pasar.
—Así que era Nicole...—,habló por fin unos minutos después, cuando Conrad le dio una calada al porro y ella se sentó en la toalla a su lado.
—Sí...—,asintió mientras exhalaba.—Por cierto, esa era tu novia—,se burló, utilizando el apodo que le habían puesto a la chica después de la cantidad de veces que Avery la había llamado guapa en el último año.
—Definitivamente no era lo que esperaba—,admitió ella, tomando el porro de sus dedos mientras lo sostenía entre ellos,—Y me retracto de todo lo que he dicho sobre que no saldría con ella—.
—Ella no era así el verano pasado—,se encogió de hombros.
—Sí que acabas de romper con ella delante de otra chica...—,señaló ella, dando una calada y pasándosela de nuevo.
—Cierto...—,asintió él.
—¿Qué?—,preguntó ella, confundida por qué él la miraba con una sonrisa burlona en lugar de agarrar el porro.
—¿Qué, qué?—,fingió confusión.
—¿Por qué me miras... así?—.
—¿Cómo?—,su sonrisa no hizo más que crecer.
—Como si supieras algo que yo no sé y estuvieras tratando de molestarme al no decírmelo—,explicó ella, y de alguna manera su sonrisa burlona siguió creciendo.
—Sí sé algo que tú no sabes—,sonrió con orgullo.
—¿Me lo vas a decir?—
Se encogió de hombros:—Molestarte es divertido...—.
—Conrad...—
—Estabas celosa—,afirmó como si fuera un hecho y no algo de lo que ni siquiera estaba completamente seguro.—Me di cuenta de la forma en que saltaste sobre Nicole—.
—Belly saltó primero, después Nicole, y yo sólo salté porque ella estaba tratando a Belly como si pensara que era mejor que ella—,respondió con bastante rapidez, olvidándose de negar las acusaciones de celos.
—Claro...—,asintió él.
—No estaba celosa—,insistió ella.
—Claro,—
—No lo estaba,—
—Te creo,—
—Conrad, no estoy celosa,—
— Dije que te creo,—
—No parece que me creas—,por alguna razón, ella seguía insistiendo.
—¿Intentas convencerme a mí o a ti misma diciéndolo una y otra vez?—,sonrió satisfecho.
—Jódete—.
—Mhhmmm,—
—No estaba celosa—.
—Lo sé, Aves—,asintió, con cara de haberse rendido.
—Bien—.
Ella le observó mientras él agarraba finalmente el porro de entre sus dedos, lentamente, asegurándose de tocarla mientras lo tomaba. Intentó no pensar en ello. En la sonrisa que tenía en los labios y en cómo sentía que su cuerpo ardía en llamas en cada lugar que él tocaba. Le vio examinar el porro antes de llevárselo a los labios y darle una calada lentamente. Le vio apoyar la mano que sostenía el porro en la rodilla antes de exhalar.
Le observó, esperando que no se hubiera dado cuenta de que sus ojos seguían todos sus movimientos. Le observó, permitiéndose admirar la belleza del chico, pensar que estaba guapo sin callarse. Le observó, fingiendo que no le dolía sentir su tacto.
Lo observó mientras sus ojos se movían en su dirección, sorprendiéndola en medio de su mirada. Vio cómo su labio se curvaba hacia arriba, mostrándole otra sonrisa de satisfacción. Él la observó en silencio durante unos instantes, con los ojos recorriendo su rostro mientras discutía algo en silencio. Lo hizo durante lo que parecieron horas, pero que probablemente sólo fueron segundos, antes de empezar a inclinarse lentamente hacia ella. Avery entreabrió los labios y respiró entrecortadamente. No tenía ni idea de lo que estaba haciendo, pero no pensaba moverse. No podía. No cuando él la miraba a los ojos y se inclinaba hacia ella con tanto cuidado. En aquel momento, Avery estaba segura de que si intentaba besarla, se lo permitiría. Le dejaría hacerle cualquier cosa. Ahí mismo. En ese momento. Era completamente suya.
Oh.
Mierda.
Antes de que pudiera enloquecer por su último pensamiento y realización, el objetivo del chico cambió de sus labios a su costado. Pudo sentir cómo su corazón se aceleraba y su cabeza se inclinaba lentamente, dándole acceso a su cuello si eso era lo que él quería. Podía sentir su aliento contra su piel, dejando fantasmas a su paso. Ella exhaló, esperando sentir sus labios en su piel, pero nunca la tocaron, en cambio, oyó su voz susurrar suavemente en su oído.
—Estabas celosa—,pudo oír la sonrisa burlona en su rostro,—No quieres admitirlo, pero te conozco. Estabas celosa, y no me importa...—
Jesucristo.
Mierda.
Avery estaba jodida.
Había pillado sentimientos por sus mejores amigos como una maldita estúpida.
Mierda.
No tenía ni idea de cuándo había sentido eso ni de por qué había decidido aparecer de repente.
Él lo sabe.
De alguna manera, él lo sabe.
Mierda
De nuevo, Avery estaba muy jodida.