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By LolaBritez26

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By LolaBritez26

⌜Cariño, es todo tuyo si me quieres⌟
Collide - Justine Skye.
•••

Salió hecha furia apenas Dahyun le comentó muy por encima lo que había escuchado en los pasillos, siquiera había acabado su maquillaje, pues pronto debía presentarse en el M COUNTDOWN y le estaban avisando que JungKook no asistiría con ella por ya no ser parte de su equipo. Le importaba poco eso o que la gente pidiera por un nuevo Idol o actor, le parecía patético, JungKook era lindo, muy lindo, demasiado y SI, daba para todo eso, pero ella lo conocía bien y él no accedería a nada que irrumpiera su privacidad y tranquilidad, ¿o si?

No le importó ingresar a la sala de reuniones encontrando a HoSeok y a SungHoon hablando, estos algo sorprendidos por la repentina entrada de la chica con rostro nada feliz se voltearon a verla.

—¿Cómo es eso que destituirán a JungKook de su puesto?

El manager estaba anonadado, sorprendido por la actitud de la Idol, jamás la había visto tan molesta con algo tan insignificante, en tanto que SungHoon ya se lo venía sospechando. Ninguno estaba exento de haber escuchado por los pasillos de la agencia la hermosa relación que parecían llevar la cantante y su guardaespaldas, una que —las malas lenguas/envidiosos— decían rebasar lo laboral.

—Su nombre e imagen están en todos lados, Youjin, la prensa nos está atosigando con preguntas sobre si será parte de la compañía como artista —aseveró su mirada cuando le dijo— agradece que todos los ojos están sobre él y no sobre ti luego de tu desliz.

—¿Qué pasara conmigo? ¿quién me cuidara? —lo preguntaba porqué era un tema preocupante para ella.

—Por ahora, SungHoon será el que esté a cargo y YuGyeom seguirá a tu lado.

Eso la aliviaba tan solo un poco.

—Por favor, no pierdas tiempo y ve a prepararte que en un momento debes salir hacia el M COUNTDOWN.

Se reverencia cuando HoSeok salió despidiéndose de ambos. Youjin no estaba tan segura de salir del edificio sin su guardaespaldas favorito. Eso y que no lo vería por quien sabe cuánto tiempo.

—Señorita Kim, no se preocupe, estaré al pendiente de usted.

—Lo sé, sunbae —sonrió— no dudo que a su lado estaré bien protegida —suspiró, sintiéndose algo triste— solo que, siento pena que todo esto esté pasando.

El hombre lo pensó, aún así terminó murmurando.

—Él aún no se ha ido, debe estar juntando sus cosas —señaló hacia la habitación que usaban para guardar sus pertenencias— apresurese y que nadie la vea.

Le agradeció, esperando a que se marchara para dirigirse hacia JungKook que terminaba de guardar todo en su mochila.

Hasta que la polémica se calmara, tendría unos días fuera del trabajo. Fue todo un shock cuando el CEO le preguntó cómo se sentía con todo la situación, comentándole al siguiente que habían llegado propuestas no solo para algún papel en algún drama, sino que había ciertas marcas reconocidas que lo querían como modelo. Odiaba la exposición, no podía lidiar con algo tan complicado como eso y menos cuando vivía en carne propia, muy de cerca, la vida de los idols. De Bloom Cherry, de la pequeña Youjin.

—Así que te irás sin hacer algo.

No hizo el intento de levantar la cabeza para observarla unos metros más alejada. Solo se quedó sentado admirando su teléfono y los mensajes de algunos amigos de Busan y su familia. Todos estaban enterados de las nuevas.

—¿Qué se supone que deba hacer según tú?

—No deberías irte.

—Seria lo mejor para ti, así me olvidarás más rápido.

Eso la molestó, realmente lo hizo. Pensó que no podría hablar a causa del nudo que se estaba empezando a formar en su garganta, pero logró decirle.

—Por si no lo recuerdas, les prometiste a mis padres y hermano ser mi protector, no dejarme sola.

—Tal vez no sirva para eso —a Youjin le estaba desesperando la tranquilidad con la que hablaba— tal vez no sirva para hacerlo como lo estoy haciendo.

—¿Qué quieres decir? —preguntó, con una diminuta, pequeñísima pizca de esperanza saltando en su corazón y un horrible sentimiento de derrota.

—Olvídalo —sonrió, seco, terminando de cerrar su mochila para levantarse y cerrar el locker que se le había asignado— debo marcharme, estaremos viéndonos en algún momento.

Y ella no lo pensó, tan solo se aferró a él cuando pasó a su lado. Escondiendo su rostro en su hombro, aspirando el perfume de este, apretando sus brazos alrededor de su espalda mientras sus manos abiertas se aferraban a la tela de su chaqueta. No quería dejarlo ir.

—Youjin, esto será bueno para los dos.

—No.

—Podrás olvidarme.

—Jamás podría hacerlo, deja de decir eso.

Suspiró, atreviéndose a rodearla con sus brazos, el silencio del espacio ayudaba un poco al momento. Solo se vio opacada cuando la presencia silenciosa de alguien apareció carraspeando y logrando que aquellos dos se separan a duras penas.

—Yoon.

—Kira me dijo que estabas aquí.

Youjin secó sus lágrimas a escondidas, volteando para fingir una sonrisa que no llegaba a sus ojos.

—Debes irte ahora, tienes que grabar tu presentación en las premiaciones.

—Si, claro —miró a JungKook a su lado, callado y distante— que tengas suerte, luego te hablaré.

Él solo asintió, viéndola marcharse hasta que sus ojos se posaron en un Yoongi de brazos cruzados totalmente serio.

—No me sorprende que haya ocurrido esto, desde que entraste has tenido fama de rompecorazones.

—¿Disculpa? ¿cuál es el problema que tienes conmigo?

—Haberte fijado en Youjin.

Wuao, eso había sido directo.

—Desde que he llegado lo único que hice fue protegerla y cuidarla, ayudarla cuando lo necesitó, en ningún momento tuve segundas intenciones —hasta ahora en que su corazón hablaba— no voy a negar que nos hemos acercado mucho y tal vez una amistad, pero no tengo la culpa de lo que ha ocurrido con los periodistas. Todo esto no me gusta.

Yoongi no le creía, o mejor dicho, no le quería creer.

—De todas maneras no importa, te puedes marchar tranquilo —su sonrisa ladina le daba rabia— yo cuidare de Youjin, tal vez yo sea el que la ayude a olvidar.

Respiró profundo, de forma lenta, sintiendo por primera vez ese arrebato de irá como cuando encontró a su ex en la cama con otro. Solo que agregando otro sentimiento logrando hacerlo reír. ¿En qué momento la había dejado entrar?

Aparcó el auto frente al gimnasio, apagó el motor intentando ver el interior sin obtener mucho. Parecía que no había nadie, se podía ver las luces encendidas y algunas pantallas sostenidas desde el techo funcionando con videos. Se permitió un par de bocanadas de aire antes de quitarse el cinturón de seguridad, se observó al espejo acomodando su cabello lacio. Luego de la premiación, logró avanzar con varios proyectos en la agencia de modo que el horario de la noche estuviera libre. Apenas vio el momento, se vistió con algo fresco y partió.

Descendió, asegurando el auto. A través del reflejo revisó su aspecto, estaba nerviosa y no sabía porqué. Tal vez sí, era porque JungKook no le había respondido los mensajes, ni siquiera cuando lo llamó para contarle que antes de subir al escenario sintió que le faltaba el aire y pudo salir sola recordando sus palabras de apoyo. Puede que estuviera equivocada en ir a verlo, pero no resistía, quería saber qué sería de él de ahora en adelante, quería al menos estar a su lado aún significará que se estuviera muriendo de amor por alguien que no le correspondía.

Ingresó, encontrando el lugar vacío, a excepción de un hombre que parecía anotar un par de cosas en el mesón de recepción. Carraspeo, colocando detrás de su oreja un mechón de cabello, sintiéndose un tanto tímida cuando el hombre más corpulento se acercó a ella con una sonrisa amable.

—¿Puedo ayudarte en algo? Estamos por cerrar.

—Ahm, buenas noches —se reverenció— quisiera saber si aquí se encuentra… Jeon JungKook.

—Tú debes ser Youjin, ¿no es así?

—Si —respondió a duras penas— necesitaría hablar con él unos minutos.

—Esta en el fondo —indicó— creo que está en la cinta, puedes seguir.

—Gracias.

Se dirigió hasta aquel salón, deteniéndose en seco al encontrar a JungKook encima de la cinta corriendo a un ritmo rápido y constante, sin embargo, lo que la dejó sin habla mordiéndose el labio y respirando agitada fue verlo con el torso desnudo, completamente transpirado mientras su cabello iba recogido en una coleta. Él se había dado cuenta de la presencia femenina escondida en la entrada del salón, solo que decidió ignorarla. De a poco ralentizó sus pasos en la máquina, está vez correspondiendo a la intensa mirada de Youjin con sus mejillas sonrojadas, avergonzada por haberla encontrado espiando.

Detuvo la máquina, tomando la toalla a un costado para secar el exceso de sudor en su cuerpo en lo que se dirigía dónde su bolso con sus pertenencias descansaba en un banco, fue Youjin quien le extendió una botella de agua isotónica que él recibió susurrándole un gracias. Era imposible desviar los ojos de su anatomía y aún así lo logró.

—¿Qué haces aquí? —evitó morderse los labios ante la pregunta con voz ronca de su ex guardaespaldas.

—Vine a entrenar.

JungKook la observó, no estaba preparada para eso, iba con un vestido fresco.

—¿Así entrenaras?

—Tengo algo de ropa en el auto, me cambiaré y regreso.

—No es necesario —bebió otro sorbo, intentando ignorarla— yo terminaré y me iré.

—Tampoco has respondido mis mensajes.

—No lo vi necesario.

Hacer ejercicio no mermo ni su enojo ni sus sentimientos. Mucho menos el tenerla tan cerca, tan femenina y oliendo muy bien. Se supone que ella lo olvidaría, que enterraría eso que sentía por él.

—JungKook, lo siento, cuando pase todo esto volverás a trabajar en la agencia, conmigo.

Negó de lado a lado.

—No —se levantó del asiento asustando un poco a la cantante— ¿Por qué sigues insistiendo, Youjin? ¿no que te olvidarías de mí?

—¿A qué viene eso ahora?

No podía detener su vómito verbal, a su corazón palpitando a lo que desde hace días comenzó a admitir.

—Es mejor que te vayas.

—No tienes que ser grosero, solo vine a verte.

—No quiero que vengas, no quiero que te arriesgues a qué te vean, a qué corras peligro.

—Para una persona que no siente nada por otra te ves bastante preocupado.

No dijo nada, solo se colocó una camiseta.

—Sera mejor que te vayas, tu novio se enojara.

Eso la sorprendió, él sabía que no había nadie en su vida, que a causa de su trabajo no tenía tiempo y para agregar, sabía perfectamente de sus sentimientos y a quien le correspondía.

—¿De qué hablas?

—¿No estás con Min Yoongi? —la forma tan despectiva le hizo ruido a Youjin. Su postura defensiva, la forma tan penetrante en que la miraba.

—¿Por qué no eres sincero? ¿por qué no admites que no te gusta que esté rodeada de otros hombres?

Para colmo, JungKook sabía que Youjin tenía muchas amistades masculinos —ninguno con otras intenciones— pero eran contados los que no les caía.

—¿Quieres que sea sincero? —no quería decirlo, algo más allá de su cordura lo estaba obligando— que te confiese lo mucho que me gustas —espetó— que me jode los cojones que otro se te acerque, eso quieres escuchar.

—Dijiste que no podías.

—Una cosa es no poder y otra cosa es no querer.

El ambiente se había puesto tenso, Youjin conteniendo las lágrimas y JungKook arrepentido de gritarle. De dejarse llevar por sus fuertes emociones desordenadas.

—No te entiendo, me lo haces muy difícil, JungKook —tragó, intentando mantener una voz clara— querías que encontrará a alguien que me merezco, pero no toleras que me acerque a otro, cuando intento acercarme tú te alejas y me estoy cansando de tu juego.

—No es ningún juego, Youjin —también estaba molesto por no saber gestionar su sentir— no puedo evitarlo, lo siento sino te gusta, deberías estar contenta de que me quitaron el puesto de guardaespaldas, ya no tendrás lidiar conmigo y tampoco tendré que hacerlo contigo.

Dolió, no iba negar que todo eso le dolió y la molestó.

—Sabes qué —una lágrima silenciosa rodó por la mejilla de Youjin, logrando que JungKook se sintiera lo peor del mundo— vete a la maldita mierda, Jeon JungKook, acabe contigo. Que seas feliz.

Salió hecha una furia, llorando en silencio. Dejando a JungKook más que molesto y frustrado, insultándose a si mismo por dejar que sus inseguridades y pasado decidieran sobre él, sobre lo que realmente sentía y quería.

Detuvo el auto, dejó caer su frente contra el volante, resoplando de la frustración. Apenas había hecho unos metros cuando sus emociones afloraron en cientos de pensamientos que querían ser plasmados con palabras, así que dio la vuelta y volvió al gimnasio donde su ex guardaespaldas podría seguir, claro que esto no se quedaría así. Descendió, con la adrenalina recorriendo sus venas, no le interesaba más que expresarle a ese guardaespaldas de cuarta un par de verdades. Se plantó frente a la puerta, las luces en el interior estaban apagadas, por eso cuando abrió la puerta se le hizo extraño que cediera sin problemas.

—¡JungKook!

No obtuvo respuesta. Dudó si seguir, pero una vocecita le exigía que no se detuviera, que no fuera tan cobarde y no se quedará con todo atragantado en la garganta. Siguió, buscándolo en el salón de máquinas encontrándolo a oscuras, el pasillo que llevaba a los vestuarios era lo único iluminado, así que se dirigió ahí, envalentonada llamándolo una vez más sin obtener respuesta. Al entrar encontró el bolso abierto del chico y se podía escuchar claramente agua de cayendo. Aún así le importó un carajo recordando todo lo que habían pasado juntos y sin tapujos abrió la puerta de vidrio templado encontrando a JungKook de espaldas, completamente desnudo y casi causándole un infarto.

—¿Qué...

—¡Eres un maldito cobarde! —le gritó— ¡no tienes derecho a decirme con quién puedo estar o no! ¡si quiero cogerme a medio mundo lo haré y no puedes decirme nada porque te niegas aceptar que sientes por mí lo que yo siento por ti! —era la primera vez que la veía así de exaltada, y le gustaba— te recuerdo que me correspondiste el beso, eres un manipulador, ¡si, eso eres! —Youjin no podía ver más allá de su ira— ¡cobarde! No soportas cuando tengo a Yoongi cerca pero tampoco haces nada por…

Cansado de lo mismo, la tomó del brazo metiéndola bajo la ducha, arrancándole un gritito del susto, arrinconándola entre la pared y su fornido cuerpo para besarla.

JungKook la estaba besando, más que besarla, la estaba devorando, mientras el agua caía mojándolos, pudiendo sentir cada fibrosa parte de ese enorme cuerpo contra el suyo, cada parte.

—¿Este maldito cobarde hubiera hecho eso?

Estaba extasiada, excitada también, sus respiraciones eran aceleradas, miró por unos segundos a los labios hinchados y rojos del otro, a lo imponente que se veía sobre ella casi quitándole una cabeza de altura. Se lanzó a besarlo con hambre, con devoción y pasión, aferrándose a la espalda de este, clavándole las uñas en la piel al sentir como las manos masculinas se enterraban en la carne de su trasero llevándola a sentir un bulto en su estómago. Su mente no podía racionalizar, ni comprender la situación en la que se encontraban por eso se dejaría llevar.

Surco sus manos hacia los brazos que la rodeaban, la izquierda subiendo hacia la nuca para sujetarlo de ahí y el beso tan demandante no se rompiera, la derecha se deleitó descendiendo sobre los músculos de su pecho, de su abdomen marcado y tenso, yendo más allá, atreviéndose a rodear el miembro erecto con su mano, sorprendida por el tamaño. JungKook jadeó en la boca de Youjin sintiendo las caricias de esta, la desesperación con la que le correspondía a su lengua. Tampoco estaba pensando, se estaba dejando llevar por sus emociones, por lo bien que se sentía el cuerpo de ella junto al suyo, aunque había algo que le estaba molestado y era ese pedazo de tela que le impedía sentirla y tenerla como quería.

Su mano descendió a la cinta atada en la cintura, la deshizo y tan pronto como pudo deslizó la tela por la cabeza lanzándola al suelo. Sus manos se anclaron de los muslos femeninos, alzándola sin esfuerzo logrando que las piernas de Youjin le rodearan la cadera. Ella jadeó, sintiendo la frialdad de las cerámicas en su espalda desnuda y lo caliente del cuerpo masculino agolpándose al suyo, notando en su estómago, aquella erección que palpitaba con cada movimiento que realizaban.

JungKook descendió sus besos a la piel del cuello femenino blanquecino, teniendo la seguridad que las piernas fuertemente rodeándole y los brazos de Youjin alrededor de su hombro y cuello la mantendrían bien anclada como para mover sus manos, una sosteniéndose de la pared y la otra tocando por sobre la tela de encaje de la ropa interior de esta. Estaba mojada, mucho, podía adjudicarlo al agua de la ducha que seguía cayendo, pero era imposible cuando apenas les llegaba a tocar. Sus dedos la acariciaron sintiéndola caliente, escuchando en su oído los bajos gemidos de la cantante.

Volvió a subir sus labios atrapando los esponjosos, metiendo su lengua y gruñendo cuando ella le mordió el labio inferior jalándolo. Fue ese pequeño lapso al separarse en que se miraron a los ojos, compartiendo más emociones y sensaciones, pudiendo detallarse mas o al menos eso hizo JungKook cuando observó a Youjin entre sus brazos, tan hermosa y pequeña que no pensaba con claridad, deslizó la tela de encaje a un lado, su índice escarbando entre los labios vaginales, disfrutando de la reacción femenina al dejar caer la cabeza hacia atrás con ojos cerrados, gimiendo tan bajito por el placer que un segundo dedo se uniera y el pulgar jugará con su pequeño botón sensible.

Youjin ancló su mano a la nuca de JungKook obligándolo a besarla, con sus gemidos perdiéndose en la boca de este por la manera en que los dedos largos la masturban, curvándose y yendo en profundidad sin cambiar el lento ritmo, torturándola. Su cuerpo estaba ardiendo, su pene palpitaba y dolía atrapado entre sus cuerpos frotándose, la quería sentir, anhelaba poder enterrarse y saber que tan bien podía tomarlo. Sintió las paredes vaginales apretar sus dedos indicándole que estaba más que lista, preparada para recibirlo. Aumentó la velocidad, está vez sosteniéndola firme al sentirla temblar con el orgasmo atacándola, jadeante y agitada, no pudiendo seguir con el beso por estar nublada de placer.

Rápidamente, sus manos alzaron el trasero de Youjin un poco más arriba haciendo que su punta se alineará perfectamente en su entrada, dejando que cayera lentamente sobre su longitud, penetrándola despacio hasta que entró en ella por completo, obligándolo a mover sus caderas porque la presión alrededor de su falo lo mataría. Sus manos se aferraron de los muslos femeninos sosteniéndola, las caderas de Youjin balanceándose de adelante hacia atrás colocando de su parte. Sus frentes se juntaron obligándolos a mirarse fijamente, a que las penetraciones constantes subieran de nivel al ver sus expresiones cargadas de placer, de escuchar el eco de sus gemidos romper contra las paredes.

A pesar de estar sobreexcitada por el orgasmo que había tenido, no podía pasar por alto la manera en que la sostenía fuertemente mientras la follaba, pudiendo sentir cada músculo tenso de aquel cuerpo masculino o la forma en que sus propios gemidos se habían tornado en agudos gritos. JungKook aceleró sus embestidas, estaba cerca, sus manos agarrando los glúteos para poner más presión, más profundidad, más intensidad. Las piernas de Youjin parecían resbalarse, estaba soportando más de lo que debería, no iba poder resistirlo y menos cuando él no le permitía afianzarse, JungKook percibiendo esto, la sostuvo mejor, empotrándola más fuerte contra la pared, empujándose más fuerte dentro sin tener misericordia, gimiendo como si su vida dependiera de eso.

Youjin fue quien llegó primero, temblando, casi que desmayándose confiando en que él no la dejaría caer, sintiéndolo llegar segundos después cuando sus caderas fueron cesando y su interior se llenaba de su espesa semilla caliente. Sus ojos a través de una nebulosa lo observaron, queriendo recuperar al aire que se habían robado, sin moverse tan solo un centímetro, cayendo en cuenta que había tenido sexo con su guardaespaldas.

Pero lo que la descolocó por completo, fue cuando la abrazó aún manteniéndose en su interior, posesivo, cálido, dulce, mirándola fijamente con algo que no supo describir que le erizó la piel. La nariz de JungKook no hizo más que acariciar la de Youjin, sin permitirse distancia, sus labios rozando los de ella por un mínimo segundo hasta que recorrió con ellos el rostro femenino, dando pequeños besos a cada peca que veía. Más que seguro, que aquella peculiaridad era su más grande debilidad. Y lo supo en ese instante.

Youjin era su bien más preciado y no dudaría en protegerla, cuidarla y amarla.

Ok, ehm, no se ustedes, pero admiro a la Cherry eh 🤭

Esto se va prender fuegoooooooo.🔥🔥🔥

Déjenme sus descargos por aquí, que las leeré con atención. 😌👉🏻

¡HAPPY B-DAY JUNGKOOK! 🥳

Ahora sí, me voy, que tengan bonito viernes o lo que queda de él .

Love ya💕

💜💜💜

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