Después de aquella plática, George me dejó en casa. Me arreglé con rapidez y bajé a comer algo puesto a que dentro de unos minutos pasaría por mi.
- Papá, hoy hubieron muchos clientes en la tienda. - Sonreí sentandome frente a él en la mesa del comedor.
- Gracias por atenderla hoy. - Me sonrió y volvió su vista al periódico.
- ¿Cómo vas con Paul? - Preguntó mi mamá colocando un sándwich en mi plato, la miré y luego bajé la mirada.
- Terminamos. - Recosté mi rostro en mi mano sintiendo la mirada de mis padres.
- Es un idiota. - Habló mi padre.
- No sabe lo que se pierde. - Habló esta vez mamá haciéndome reír.
- George pasará por mi dentro de un rato. - Les comenté.
- ¿A dónde irás? es muy tarde. - Respondió mi padre.
- ¿George? - Preguntó mi mamá interesada por saber quién era el chico que pasaría por mi.
- Respondiendo a lo de papá, mis amigos me invitaron a verlos tocar en un club cerca. - Le mentí, algo que me hizo sentir muy mal, no podía decirle que estaba en una banda de solo chicos porque no me dejaría salir más nunca. - Y respondiendo a lo de mamá, George vive a unas cuadras, ha venido a aquí, no sé cómo no lo recuerdas.
- Ah! si lo recuerdo, es el chico amigo de John. - Asentí.
- Bueno en realidad todos somos amigos. - Me alcé de hombros.
- ¿Nunca tendrás amigas? - Preguntó mi padre.
- Por ahora ninguna ha sido buena conmigo. - Me alcé de hombros. - Ellos me cuidan y ninguno se sobrepasa conmigo, son buenos.
- Quiero conocerlos. - Habló mi padre dejando el periódico de lado al sentir el timbre, mi madre fue directo a la puerta.
- Lucy, ya llegó tu amigo. - Anunció desde la entrada.
- ¡Ya voy! - Me levanté rápidamente y dejé un beso en la mejilla de mi padre. - Nos vemos papá.
- Espera. - Se levantó de su asiento y caminó detrás de mi hasta la puerta donde estaba hablando mi madre con George.
- ¿George, no? - Habló mi padre y le extendió una mano. - Francis Jones. - Se presentó educadamente y rápidamente George le estrechó la mano.
- Así es, George Harrison. - Le sonrió. - Es un gusto conocerlo señor Jones.
- Igualmente, mi hija me ha hablado bien de ti. - Habló mi padre. - La dejo a tu cargo, no la traigas tarde. - George asintió rápidamente y salí luego de despedirme de mi madre.
Caminamos por las frías calles, hacía tan solo unos minutos había anochecido así que hacía más frío de lo normal.
- Tu padre da miedo. - Habló el castaño a mi lado.
- No es cierto, solo fue amable. - Me alcé de hombros.
- Estás a mi cargo así que tendré que cuidar de ti. - Me dió un pequeño empujón y yo reí.
- Tampoco es como que haga tantas locuras, Geo. - Negué sonriendo.
Llegamos al lugar y saludé a los chicos.
- ¿Quieres algo de beber? - Me preguntó John a lo que me acerqué a él, en el camerino había una mesa con algunas bebidas.
- Solo una cerveza. - Dije colocándome a su lado.
- Hey. - Llamó mi atención y lo miré. - ¿Tú y Paul terminaron?
- Si. - Solté un suspiro agarrando la cerveza que me brindaba.
- Él ha estado algo deprimido. - Me comentó mientras señalaba al chico disimuladamente, estaba sentado hablando con Ringo y George, realmente muy feliz no se le veía.
- Es normal, yo tampoco es como que me sienta de maravilla. - Tomé de la bebida.
- Pues te has pasado el día con George. - Lo miré con el ceño fruncido.
- ¿Y dónde estaba Mr Lennon? George me acompañó todo el día porque es amable, no como tú. - Le di pequeño empujón y le saqué la lengua.
- No seas grosera, estaba saliendo con una chica.
- En vez de estar dándole apoyo a tu amiga de la infancia, eres grande John. - Negué y dejé la bebida en la mesa.
- Bueno, me enteré hace unos minutos cuando Paul me fue a buscar a casa. - Se alzó de hombros y lo miré, solté un suspiro y recosté mi cabeza en su hombro, este me abrazó y nos mantuvimos así por un tiempo, sentí la mirada George y simplemente cerré mis ojos.
...
Luego de la presentación en la Caverna decidimos ir a casa de George para pasar el rato, sus padres no estarían en todo el fin de semana así que podríamos hacer lo que quisiéramos, llamé a mis padres para que supieran que estoy segura. Ringo me señaló una cajetilla de cigarrillos que tenía en su mano y le hice una seña de que me diera uno, lo agarré y me acerqué a él para que me lo encendiera, le sonreí con el cigarro en la boca y luego me senté a su lado.
- ¿Está todo bien? - Me preguntó y negué mirando como los chicos jugaban cartas. - Ya sé lo de tú y Paul pero vamos, levanta ese ánimo. - Me movió por los hombros haciéndome reír. - Eres una chica hermosa e inteligente, además de que ya tienes otro pretendiente por allí, no hay por qué deprimirse.
- Gracias Rings. - Lo abracé.
Me levanté de mi lugar y me acerqué a George.
- ¿En la cocina están las cervezas? - Le susurré al oído y este giró a verme.
- Si... en el refrigerador. - Me miró por unos segundos y me levanté para salir de la habitación.
Al llegar a la cocina abrí el refrigerador y agarré dos cervezas, una para mí y otra para Ringo que me la había pedido.
- Hey. - Me giré encontrándome a Paul frente mío, aparté la mirada y agarré las cervezas para salir de la cocina. - Espera Lucy. - Me agarró suavemente del brazo y giré a verlo.
- Se lo que buscas, lo nuestro ya terminó Paul. - Lo miré a aquellos ojos hazel que en algún momento me volvieron loca.
- Realmente te necesito. - Acarició mi rostro y lo miré con lástima.
- No me hagas esto... - Bajé la mirada, McCartney levantó mi rostro y juntó nuestros labios en un suave beso, después de unos segundos se separó y lo miré atónita. - Ese fue el último beso, Paul. - Me separé y subí las escaleras, entré a la habitación de George y le entregué la cerveza a Ringo, quien ahora estaba en el suelo con los demás chicos.
- Les estaba comentando a los chicos para pasar por la tienda de música de tu padre, necesito algunos vinilos. - Habló John, asentí ante lo que dijo y sentí una caricia en mi mano, miré a George y le regalé una sonrisa, el jaló mi mano haciendo que me sentara a su lado.
- No eres tonto Lennon, sabes que si vas a la tienda de mi padre te dará los discos gratis. - Negué riendo.
- No soy tonto Lucy. - Levantó la botella de cerveza y sonrió.
- ¿Mañana tienes algo que hacer? - Me preguntó el chico a mi lado y giré a verlo.
- Nop. - Tomé de mi bebida.
- ¿Quieres ir a algún lugar? - Me preguntó y giré a verlo nuevamente, esta vez con una sonrisa.
- Si es contigo, iría a todos lados. - Le guiñé un ojo y pude ver cómo sus mejillas se tornaban rojas.
...
A la mañana siguiente decidí holgazanear un poco, me encontraba sentada frente al televisor con un bote de palomitas recién hechas, escuché como tocaban la puerta de casa y rápidamente corrí a abrirla.
- Hola John. - Le saludé con una sonrisa y dejé que pasara.
- Hola Lucy. - Dejó un beso en un mejilla y le sonreí.
- Mamá, estaré arriba con John escuchando algo de música. - Anuncié a mi madre quien estaba en la cocina.
- ¿Vino John? - Se acercó a la sala y saludó al chico con dos besos en las mejillas. - Que grande estás muchacho.
- Mamá, ya tiene 22 años. - Le recordé mientras agarraba la mano de Lennon y lo guiaba a arriba, entramos a mi habitación y cerré la puerta.
- Siempre que tu madre me ve, me dice lo mismo. - Rió mientras se sentaba en mi alfombra y agarraba mi guitarra.
- Supongo que cosas de madres. - Sonreí levemente colocando un vinilo de Elvis.
- Mañana debemos presentarnos en la caverna. - Anunció Lennon y me senté a su lado.
- Eso es bueno. - Solté un suspiro.
- Ya casi se acaba el año y ya no tenemos a Stuart. - Lo miré y pude ver en su rostro algo de nostalgia, la muerte de Stuart no le había afectado solo a él, a mi también me dolió mucho, incluso estuve un mes encerrada con depresión.
- Lo sé, es duro. - Me recosté en su hombro. - Siempre lo vamos a recordar, si?
- Siempre. - Lennon entrelazó nuestras manos y dejó un beso en la mía.
Comenzó a tocar algo en la guitarra, al parecer una nueva canción que había compuesto, sonaba muy bien.
- ¿Te gusta? - Me preguntó y asentí con rapidez.
- Es buena. - Le sonreí y escuché el grito de mi mamá llamándome, salí de mi habitación y me asomé a las escaleras.
- Vino George. - Me anunció mamá y retornó a la cocina, miré al castaño con una sonrisa y me acerqué a él, dejé un beso en su mejilla a forma de saludo.
- Hola. - Saludó con una sonrisa tímida.
- Hola Geo, John está arriba, estábamos escuchando música. - Agarré su mano y lo guié a mi habitación.
- Hey amigo. - Saludó John con una sonrisa.
- Hey. - Se chocaron palmas en forma de saludo.
- ¿A qué se debe tu vista, acaso no podías esperar para ver a Lucy? - Molestó Lennon y le di un codazo.
- No seas pesado John.
- Creo que estás en lo correcto. - Habló Geo mirando a su amigo.
- Y tú coopera porfavor. - Le di un leve empujón y este solo rió.
...
Después de casi una hora Lennon decidió irse porque tenía que "hacer cosas" solo quedamos George y yo, comenzamos a conversar sobre nuestras vidas hasta que nuestra panza gruñó.
- ¿Sabes? no tengo ganas de salir después de todo. - Hablé mirando al techo, los dos yaciamos acostados en la alfombra.
- Yo tampoco tengo muchas ganas de salir. - me miró y yo correspondí a su mirar.
- Te invito a cenar. - Le sonreí. - Espera un momento aquí. - Me levanté rápidamente y bajé las escaleras, me adentré a la cocina donde mi madre había dejado la cena lista puesto a que debía salir junto a mi padre. Serví lo justo en cada plato y agarré unos jugos, los puse en una bandeja y subí nuevamente las escaleras, di unos pequeños toques en la puerta de mi habitación y esta fue abierta por el castaño.
- Llegó su cena señor Harrison. - Sonreí y este se hizo a un lado para que pasara, me senté nuevamente en la alfombra y dejé la bandeja frente mío, George hizo lo mismo y me miró sonriente. - Deja de verme así bobo.
- Es que esto es increíble, tan solo pasar el rato contigo lo hace increíble. - Dijo con una pequeña sonrisa.
- Tu compañía me alegra de cierto modo Geo. - Dejé un beso en su mejilla y volví la vista a la comida. - ¡A comer!