Un terreno baldío con rastros frescos de haber sido calcinado por fuego almacenaba los restos de distintas plantas de enorme tamaño, de derecha a izquierda no era apreciable ningún ser vivo alrededor, a excepción de un joven en sus veintes de cabello castaño oscuro.
El chico estaba parado en medio del área con leves rasguños en su piel y pequeñas partes de su ropa chamuscada, sin embargo, su expresión no era adolorida, solo cansada y triste.
"Rodrigo", el llamado de una mujer sacó al joven de su aturdimiento.
Rodrigo volteó instantáneamente, al ver a Perla que lo llamaba acercándose él intentó formar una sonrisa, pero por las ojeras en sus ojos y su rostro ya no tan animado como antes, está sonrisa solo lo hacía ver más demacrado.
"Todos están preocupados ... ¿N-no crees que debas tomar un descanso?", Perla dijo vacilante, sin atreverse a ver a Rodrigo directamente a los ojos.
"Yo... solo terminaré de limpiar está área, prometo ir a descansar después de esto", Rodrigo contestó rascando su mejilla, se sintió un poco culpable de hacer que sus amigos se preocuparan, pero no podía parar hasta recorrer toda el área y cada uno de sus rincones.
"De acuerdo, nosotros te estaremos esperando para comer... no tardes", Perla se dio la vuelta y caminó hacia la tosca e improvisada cerca que fue construida para proteger el refugio.
"¿Cómo fue?, ¿Rodrigo acepto descansar?", Isaí recibió a Perla preguntando directamente por Rodrigo.
Ya todos habían intentado que Rodrigo se detuviera, pero simplemente él no parecía tener la disposición para hacerlo.
"Dijo que vendrá después de terminar con esa área, le dije que lo esperaríamos para comer", Perla bajó la vista, había preocupación en su rostro.
"Bien dicho, así Rodrigo se sentirá obligado a regresar, está vez no hay que permitirle salir de su habitación hasta que duerma", Alfred suspiró negando con su cabeza.
Rebeca, quien también estaba presente, suspiró dejándose ver cómo una buena amiga preocupada por la salud de Rodrigo, sin embargo, por dentro muchos pensamientos distintos estaban en su mente.
'Debí irme con aquel hombre sexy en aquel momento', ella se lamentaba, en la situación actual, estar al lado de Rodrigo no le daba tantos beneficios como ella calculó en un principio.
Ella lo sintió, definitivamente aquel hombre pelinegro era demasiado fuerte, por lo menos más que Rodrigo, también los tipos que lo seguían parecían ser de igual forma poderosos, si ella estuviera con ellos, no tendría que trabajar tanto como ahora.
En un principio ella tenía una vida sumamente cómoda, no necesitaba levantar ni mover un solo brazo, era la única hija de su familia y por lo tanto la existencia a la que todos mimaban y amaban, su vida ya estaba resuelta desde que nació.
Sin embargo, todo cambió cuando los bastardos de la empresa rival encarcelaron a sus padres, su empresa cayó debido a los rumores y chismes sobre ellos, ella estaba tan abrumada que no pudo levantar todo ella sola, así que al final, perdió practicante toda su fortuna.
Pasó de ser la princesa a la que todos envidiaban en ciudad Olmos a volverse la burla de todos aquellos a los que una vez desprecio, esto dejó mucho rencor en su corazón, Rebeca se mudo a ciudad Mónica resguardándose en casa de una tía.
Y su estancia allí solo agriaba más y más su corazón, ella odiaba todo y a todos, vivir en un sitio normal como ese, como alguien que tiene que trabajar y pensar antes de comprarse lo que ella quiera, perdió el número de veces que peleo con su tía por regaños sin sentido por lo anterior.
Su tía era demasiado tacaña, le pedía dinero por todo, la amonestaba si la veía gastándose su sueldo en zapatos o ropa diciéndole que apreciará más el dinero, la obligaba a ir a trabajar aún si tenía sueño llamándola perezosa.
Rebeca estaba furiosa, ¡su ropa estaba vieja, ya la había usado más de tres veces!, ¡obviamente tenía que comprar más!, ¡tampoco podía comprar aquella ropa barata para gente corriente!, quien sabe que tantas infecciones tendría... además, ¿pagar alquiler y comidas?, ¡su tía obviamente le quería quitar el dinero!
Los dientes de Rebeca rechinaron de odio, todo era culpa de sus inútiles padres que no pudieron cumplir con sus expectativas, si tan solo hubieran cumplido a la perfección todo su plan...
También la culpa era de aquella maldita empresa... si, definitivamente los dueños detrás de aquella marca fueron los que le dieron cadena perpetua a sus padres e hicieron tantos chismes sobre ellos, pero ¿cómo?, ¿acaso tenían un respaldo tan fuerte?, no, si eso fuera así, aquel sujeto que le dio la información debió habérselo dicho.
De tan solo recordar lo que sucedió después, las humillaciones que sufrió y cómo su tía le exprimía sin razones el dinero, Rebeca se llenó de ira, si su vida hubiera tomado un rumbo normal, solo en los días de hacer caridad en épocas navideñas hubiera puesto un pie en casa de aquella tacaña mujer.
Con un escalofrío, el cuerpo ensangrentado de su tía llegó a la mente de Rebeca haciendo que ésta temblará y sus ojos se llenarán de pánico, ella miró para todos lados, y al darse cuenta de que nadie le prestaba atención, se calmó.
'Cálmate... cálmate, justo después inició el apocalipsis... nadie lo sabrá', Rebeca apretó sus manos contra las rodillas, sudor frío bajaba por toda su frente.
"Perdonen chicos, ¿esperaron mucho?, comamos", la voz de Rodrigo sonó, él ya estaba parado en la puerta mirando a todos con culpa, sus ropas estaban aún más desordenadas que la última vez que lo vieron.
"¡Rodrigo!, llegas a buena hora, anda rápido, la comida se enfriará", Alfred fue el primero en recibirlo.
"Está vez es carne de paloma, pudimos quitársela a una planta antes de que la devorará, es un día de suerte", Isaí dijo con una sonrisa.
Rodrigo se sentó en la mesa, todos ya tenían sus platos, al ser amigos de los actuales jefes del refugio como el señor Pedro, su trato también era muy bueno.
El refugio y los utensilios no les faltaban.
Al ver su porción de comida sin condimentos y aceite, solo como una pierna de pollo ahumada sin absolutamente nada, Rebeca quiso fruncir el ceño, sin embargo, por fuera ella seguía viéndose como una chica dulce.
'¿Los ayudamos tanto y no pueden darnos cosas mejores?', Rebeca se quejó internamente.
Ella miró superficialmente a Rodrigo, el cuál no parecía descontento, Rebeca rechisto la lengua mientras nadie prestaba atención.
Cuando conoció a Rodrigo él no solo se veía atractivo, sino también, tenía muy buena suerte, la ayudaba y trataba como una princesa, le daba comida y todo aquello que ella pidiera sin pedir nada a cambio, eso inevitablemente provocó que su interés por él naciera, sin embargo, pronto notó que esa actitud de Rodrigo no era exclusivamente solo para ella.
Con una habilidad fuerte y como alguien que definitivamente la protegería devolviéndole a su vida cómoda de antes, Rebeca se encapricho de Rodrigo queriendo toda su atención solo para ella.
Pero ahora, estaban estancados en el pobre refugio de ciudad Zafiro.
Los pobladores les pedían ayuda con regularidad, lo cual era cansado, tenían que cazar para comer, y poco a poco iban perdiendo los privilegios de ser los salvadores conforme la situación se tornaba más dura, Rebeca quería irse y llegar a la capital, lugar donde siempre deseó vivir y que definitivamente tendría más cosas, pero Rodrigo se había obsesionado con encontrar a Regina.
Desde hace unos días, cuando Regina ya no apareció, Rodrigo y ellos la buscaron por todas partes, pero no la encontraron, solo restos de sangre en diferentes partes, y sin saber si uno de ellos pertenecía a Regina, Rodrigo se puso sumamente ansioso.
Desde entonces, Rodrigo no paró de recorrer toda ciudad Zafiro en busca de Regina, 'Ella ya está muerta', Rebeca pensó con molestia, ¿qué tenía de bueno encontrar a esa mujer?
Sin Regina era más fácil para ella tener a Rodrigo a su disposición, Regina siempre intervenía o paraba a Rodrigo, cuando pedía comida o agua de más, ropa distinta o más nueva, en distintos aspectos, era muy molesta.
Ahora sin ella, Rodrigo la escucharía y ya no tendría miedo de que alguien lo pusiera en su contra, Rodrigo era fácil de convencer, pero Regina no.
Era algo bueno que ella ya no estuviera, si estaba muerta o sufriendo en el exterior, a Rebeca no le importaba, lo único que le importaba era que ahora Rodrigo no tenía pensado partir de ciudad Zafiro hasta encontrarla o encontrar sus rastros.
Rebeca se arrepentía, si no lo hubiera sobre pensado antes, podría haber seguido al hombre pelinegro que se veía mejor que Rodrigo en muchos aspectos, a los hombres y mujeres que lo seguían no parecía faltarles nada.
Rebeca no reflexionó ni se arrepintió de una vez haberle mentido a Rodrigo de que se sentía mal, y por eso no podían partir, solo porque no quería caminar de nuevo en esos momentos.
Si no lo hubiera hecho, no estarían en esos momentos en ciudad Zafiro y Regina posiblemente no hubiera explotado.
Frente a ella, Rodrigo comía lentamente, sus manos estaban llenas de callos por el uso constante de su habilidad, sus ojos con ojeras reflejaban mucho cansancio acumulado y cierta desesperación, su rostro era un cuarto menos alegre y apasionado a comparación de días anteriores.
Al verlo así Rebeca se preocupó, su corazón se estrujó con dolor y miedo, si las cosas siguen así, ¿Rodrigo no terminará colapsando?, ¡eso sería horrible!, ¡Rodrigo no puede colapsar dejándola a su suerte en esa pobre ciudad!, ¡él tiene que cuidarla!
Ocultando sus pensamientos, Rebeca siguió comiendo en silencio, pero entonces, la voz de un conocido irrumpió en la atmósfera tranquila del lugar.
"¡Disculpen, ¿está el joven Rodrigo aquí?!, ¡necesitamos su ayuda urgentemente!"
Rodrigo se paró instantáneamente de la mesa, ni siquiera había terminado de comer, pero él ya estaba en la puerta frente al hombre que era uno de los ayudantes del señor Pedro.
"¡Joven Rodrigo!, ¡una planta muy peligrosa está atacando a los recientes del área externa 2!, ¡se mueve bajo tierra, antes solo acechaba en los límites de la ciudad, pero ahora encontró la manera de desplazarse más lejos!", el sujeto habló rápidamente con pánico.
Rodrigo asintió, su cuerpo estaba muy cansado después de varios días de búsqueda, además, los pobladores constantemente pedían su ayuda, por lo que no había podido dormir o descansar más de dos horas seguidas por día.
Un sentimiento extraño lo golpeó al sentir sus manos un poco entumecidas, Regina definitivamente lo hubiera detenido con molestia diciéndole que descansara, también hubiera rechazado despiadadamente a muchos pobladores sin permitirles pedir su ayuda, varias veces le dijo que era desconsiderada, pero ahora, sin el valor de poder negarse al ver la súplica en el rostro de la gente y él estando tan débil...
"Rodrigo mucha suerte, por favor no te lastimes", las palabras de preocupación de Perla lo sacaron de sus pensamientos, "te separaré la comida y más tarde te la recalentare".
"Rodrigo no te preocupes, nosotras estaremos bien y esperaremos tu regreso, cuando regreses déjame checar tus heridas o no podré dormir en paz ¿de acuerdo?", Rebeca que sutilmente tapó a Perla con su cuerpo intervino con ojos llenos de tristeza y angustia.
"Está vez no puedo acompañarte y es frustrante, ¡la próxima vez definitivamente tendré una participación!, ¡tienes que regresar a salvó!", Alfred habló en tono alto y con su típica sonrisa ruda mirando a Rodrigo como algo sumamente confiable, en los últimos días, por un encargo de un poblador, él había resultado herido y estaba recuperándose.
"Vamos Rodrigo, no puedo ayudarte mucho al ser solo soporte, pero estaré allí intentando apoyar desde lejos", Isaí ajustó sus gafas tomando su resortera.
Rodrigo les sonrió y a paso rápido se dirigió hacia el lugar, al llegar había un desorden enorme y mucha gente herida siendo llevada por los hombres del señor Pedro a cargo de la seguridad, al verlo todos mostraron rostros de esperanza y alivio.
"¡El joven Rodrigo está aquí!", "Finalmente, ¡concéntrese en llevar a los heridos a un lugar seguro!", "¡Prepárense para apoyar, pero no estorben!", distintas voces sonaron al mismo tiempo mientras Rodrigo se posicionaba en la vanguardia.
A varios metros, como si sintiera el cambio de atmósfera en la actividad de los humanos, la planta que devoraba sin miedo un cadáver volvió a sumergirse en la tierra para volver a acechar.
Rodrigo frunció el ceño, 'Es inteligente, será difícil sacarla de su zona'.
Al voltear hacia atrás, muchos pobladores ya habían corrido, solo las personas a cargo de la seguridad seguían presentes, sin embargo, ellos solo rodeaban el área para que la planta no escapara, era como si fueran el staff de una corrida de toros, esperando nerviosamente a que el torero, que era él, terminará con su trabajo sin fallas.
"Está bajo tierra, mi puntería es inútil así", las palabras de Isaí llegaron a los oídos de Rodrigo, Rodrigo lo miró, Isaí ya estaba por detrás de todos en la zona más segura.
Otra vez aquel extraño sentimiento golpeó a Rodrigo, él tocó su pecho con extrañeza, no sabía si simplemente no reconocía aquella sensación o era él mismo el que estaba negado a reconocerla.
Si Regina estuviera no le diría palabras de aliento ni bonitas como los demás, tampoco le diría que confiaba en él, no lo miraría con admiración devota como si fuera a resolver cualquier problema con facilidad, al contrario, sería la primera en quejarse y lo amenazaría para que no lo hiciera con un rostro enojado e incluso mirándolo como un idiota total.
Se quejaría a más no poder para después criticarlo sin descanso.
Pero, al momento del peligro, aún si seguía maldiciendo su nombre, aún si estaba cansada o con heridas...
Sería la primera en pararse a su lado, sin pensar siquiera si puede o no ayudar, solamente, sin dejarlo solo frente a la batalla.
Rodrigo apretó su pecho más fuerte, el sentimiento en su corazón, se hacía cada vez más fuerte...
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Había un ambiente tranquilo y alegre en la mansión, ya habían pasado cuatro días desde su llegada, ya todos habían descansado lo suficiente y habían repuesto todas sus energías.
En el patio trasero anteriormente silencioso y desierto, Analía estaba sentada en compañía de Ana, Elena y Regina tomando la merienda del día mientras se reían de las ocurrencias de los niños que jugaban en el jardín.
Con Elena, el jardín al que no se atrevían a tocar por las plantas mutantes hasta que hicieran limpieza, ahora ya no representaba ningún peligro, según Elena era 'cooperación', mientras ellos no lastimaran a las plantas, ellas tampoco atacarían, además, al saber que estaban protegidas por el territorio (mansión) de los humanos (Alves), ellas les darían de sus frutos gratis.
Así, los peligros ocultos dentro de la mansión fueron solucionados, ahora toda área era segura para estar.
Cecilia, Rubén y David jugaban junto a Zoé, las piernas de David aún no podían moverse, pero montando a Drakón él todavía podía jugar mientras no se excediera, por otra parte, el cuervo tomaba el sol arriba de una rama todavía fingiendo ser "normal".
De la puerta de la casa César salió con un sándwich tranquilamente, detrás de él iban John y Desmond "¿Todo está bien?", Ana le preguntó en cuanto lo vio.
"Si, la curación va muy bien, ahora en una cama cómoda y en un ambiente favorable Antonio podrá recuperarse, tal vez dentro de algunos días pueda comenzar a ejercitar la pierna para después intentar caminar", César le sonrió a Ana.
"¡Eso es muy bueno!", Analía junto sus manos con ojos de alegría, Ana también suspiró sin poder ocultar su felicidad.
"¿A dónde fue Derek?", Desmond preguntó, antes él fue con John a ver el estado de Antonio mientras lo dejaban tranquilo en su habitación.
"Fue junto a Hugo, Leo, Daisy y el tío de Regina a "fortificar" las murallas de la mansión", Analía negó con la cabeza, apenas a cuatro días de descanso, ya estaban trabajando de nuevo.
Desmond suspiró, seguía queriendo extorsionar a Derek para que escupiera de dónde rayos saco tanta comida sin mutar en buenas condiciones, pero al ver que su hijo era capaz de quitarles todo, tuvo que callarse.
Él sabía que Derek guardaba muchos secretos, pero por el momento, en lugar de perjudicar era todo lo contrario.
Lo más estupefacto fue la comida, pero eso no fue todo, medicina creada por Ana, plantas dóciles e incluso que fungen como vigilancia por Elena, piedras de comunicación con los dos mellizos, un médico que puede recargar los dispositivos eléctricos con César, balas de metal a completa disposición con Regina, incluso el chico silencioso que parecía débil tenía un martillo con el que reparó cada grieta de las puertas de acceso.
Y ahora las estaba "fortificando".
'¿De dónde rayos saco a toda esta gente?', Desmond pensó.
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Daisy estaba sentada bajo una sombrilla, mirando tranquilamente como Derek le daba instrucciones a Emiliano, Hugo y Leo les pasaban los materiales como ayudantes.
'Todavía se siente irreal', Daisy pensó después de suspirar.
Ella se había sincerado con Derek, le contó prácticamente todo, solo lo único que oculto fue que una vez leyó una novela donde se narraba un mundo igual a este, más que nada por el hecho de no saber si eso fue una novela o algo más.
Pero, la respuesta de Derek fue....
"Ya veo, trabajaste duro".
Él mostró un poco de tristeza mientras la miraba y palmeaba su cabeza, "ahora ya no estarás sola, lo prometo".
Daisy se congeló.
¡¡Ese no era el punto!!, ¡Bueno, le alegraba saber que Derek simpatizaba con su soledad anterior!, ¡¡Pero!!, ¡¡¿Y la sorpresa?, ¿Y las exclamaciones de confusión?!!, ¡¡No puedes aceptar todo así como así!!, ¡¡Tan siquiera finge ¿quieres?!!
Después de eso, Derek no la miro diferente, tampoco le recriminó nada, su relación era igual que siempre, con la diferencia que ahora Derek debes en cuando sentía curiosidad por su anterior vida y era aún más considerado con ella.
Daisy se sentía aburrida por preocuparse por nada, sin embargo, una sonrisa dulce sin darse cuenta se formó en su expresión.
'Oh, maldita sea, estoy tan feliz por haberte conocido'.
Una vez murió como Mairena, y entonces hace aproximadamente veinte años, reencarnó...
Cómo una bebé casi recién nacida en las puertas de un orfanato.
Al tener la capacidad de un bebé, pasó más tiempo dormida que despierta, sin embargo, su primer pensamiento al saber de su situación fue...
'Ah, no importa dónde esté, de nuevo sigo siendo una niña abandonada'.
Creció, tuvo una infancia diferente pero al mismo tiempo muy parecida a la de su anterior vida, tanto que hasta creyó que estaba repitiendo todo en lugar de reencarnar, pero como su apariencia era diferente y el orfanato era aún más pobre que en aquel dónde creció, ella comprendió que innegablemente, estaba en otro mundo.
A pesar de que recordaba todo, su capacidad de pensamiento se veía obstruido por su joven edad, pero aún así, eso fue suficiente para ayudarle a sobrevivir en aquel ambiente tan difícil.
Tuvo muchas fricciones con una maestra desde que descubrió las desviaciones de dinero que hacía, lo cual la puso en la mira y provocó que fuera hostigada de distintas maneras, esa maestra incluso intentó asesinarla.
De allí, coincidentemente escapó a los diecisiete años hacia la montaña donde Derek vivía en ciudad Trébol.
Pensando en esto último, Daisy entrecerró los ojos.
[¡¡¿Por qué?!!, ¡¿por qué todo terminó así?!, ¡esto es tan injusto!]
[¡¿No existe alguna manera?!]
La voz que recordó en un fragmento de su memoria aquella vez antes de recuperar parte de sus recuerdos.
Era su voz...
Y su voz cuando ella tenía alrededor de diez años.
Daisy puso una expresión seria, ¿con quién estaba hablando?, ¿qué exactamente le estaba reclamando?...
El reclamo no era por algo relacionado con ella, de eso si estaba segura, más aún...
¿Por qué escapó hacía esa montaña?, ¿Por qué?...
¿Por qué rayos me volví una ardilla?
Daisy sacudió su cabeza, 'Necesito encontrar el resto de estatuas, después de todo, las pistas...'
'Fueron aquello que yo misma dejé como un salvavidas...'
'Un salvavidas para dudar de todo... y no olvidar quién era'.
Así es, su yo de diez años en este mundo ya sabía sobre el apocalipsis, sobre las similitudes con aquella novela, entonces...
¿Para que ella se estaba preparando?, era como si... como si...
Ella ya sabía que olvidaría.
Daisy junto sus manos apretando con fuerza, los mapas con las ubicaciones exactas de las estatuas, eso era algo que ella ni con su memoria de la vida pasada al leer la novela podría saber.
Había muchas incongruencias, incongruencias que serían contestadas con la parte de memoria faltante en su cerebro.
Al llegar a una conclusión, Daisy rechisto su lengua, 'Definitivamente...'
'... Yo estaba siguiendo órdenes de alguien'.
NOTA:
Me faltaron como trecientas palabras para que se hicieran dos capítulos, jajaja lo deje todo en uno solo, por cierto, la parte de Rebeca es todo bajo su perspectiva, después se aclararan los sucesos.
Se respondieron algunas cosas, y más dudas surgieron sobre Daisy...
Pronto se vera el punto de vista de Derek sobre todo esto, solo diré que desde el cartel él ya comprobó que efectivamente Daisy era humana, y por eso sus palabras sobre seducir jajaja.
¡¡GRACIAS POR LEER!!