El ambiente otoñal, brindaba una experiencia verdaderamente encantadora y evocadora... La temperatura era fresca pero agradable alrededor de los 15 grados, la suave brisa soplaba las hojas doradas y rojas hasta desprenderlas de los árboles, llevando su aroma de hojas secas, madera y un toque de tierra húmeda hacia los jóvenes estudiantes, vestidos con sus uniformes escolares y cubiertos por livianas chaquetas para mantenerse abrigados.
Los árboles de arce japonés estaban en su esplendor con sus brillantes hojas, creando una alfombra de tonos rojos y naranjas en el suelo, que podían escucharse crujir bajo los pies de los acelerados jóvenes que se dirigían a sus lecciones.
Los alumnos involucrados en la desaparición en altamar finalmente habían logrado disfrutar de su bien merecido descanso, preparados para un nuevo día de clase teórica para dejar reposar sus atrofiados cuerpos, que terminó en múltiples cabeceos por parte de los estudiantes.
Un uniforme golpeteo en la puerta solicitó entrada al profesor, que fue otorgado apenas terminó con una breve explicación en la pizarra.
La ligera puerta se deslizó, dando la bienvenida a la asistente del director que avanzaba con ambos ojos cerrados y frente en alto, manejando el mismo delicado porte que mantenía el día que le conocieron.
—Espero disculpe la interrupción Profesor, poseo un comunicado del director hacia sus alumnos. —La asistente expresó de manera educada, reverenciando cortésmente con su mano posicionada sobre su corazón.
—Quien iba a pensarlo... Se sabe comportar. —Pensó viendo a la peliblanca con una media sonrisa y algo nuevo en su rostro dejándole intrigado, mas no queriendo incomodarla con preguntas. —Eh... Adelante.
La mujer acató el permiso del profesor, posando de frente a los atentos estudiantes que se percataron de un pronunciado golpe en uno de sus ojos, enmarcando sus largas pestañas blancas con el oscuro morado del hematoma.
El silencio tras verla, fue interrumpido por la curiosidad del irreverente joven eléctrico.
—¿Qué te pasó?
—¡Que directo!
—¡No dejaste ni pasar un minuto antes de preguntar!
—¿No habias ido a un funeral? —Cuestionó Sato
—Se salió de control... —Expresó restandole importancia, hojeando una serie de documentos por repartir.
—¿Cómo se puede salir de control?
—Me preguntaron que era del difunto y lo primero me que se me vino a la mente, fue decir amante...
—¡Idiota! —Reaccionaron sin pensar, Sero, Denki, Mineta y Bakugo.
—¡¡Silencio!! —La voz del profesor, apaciguó las voces y rigió los jóvenes que permanecieron como estatuas ante su orden.
La mujer aprovechó la quietud de los chicos para repartir una serie de hojas entre los asientos.
—El documento que les hago entrega es para sus padres, necesitamos que en esta ocasión regresen los talones con la firma de autorización de sus tutores para su próximo entrenamiento fuera de territorio escolar... Solo cuando tengamos el permiso de todos, asignaremos una fecha. —Expuso el mensaje caminando entre las filas de asientos.
—¿Desde cuándo nos piden sus permisos por escrito? —Denki expresó con indignación
—Me parece adecuado... La última vez que estuvimos fuera de la escuela terminamos una semana sin reportarnos. —Aclaró el representante.
—Pero eso se considera una misión... No una actividad. —Abogó el joven cabeza de cuervo.
—Nos dieron por muertos Tokoyami-kun... No es algo que se supera fácilmente, kero.
—Estábamos bajo la responsabilidad de la escuela... Es comprensible que manejen mas papeleo en esta ocasión.
Los negros ojos de mina se fijaron en un bulto en la espalda de la asistente que continuaba recorriendo las filas.
—Eto... Bakanee-san... ¿Qué es eso en tu espalda? —La pregunta de la peli-rosa captó la atención de la mujer que comenzó a desabotonarse la parte superior de su larga camisa.
—¡NO TE DESNUDES AQUÍ! —Gritaron las chicas.
—NO LES HAGAS CASO —Defendió Mineta con ambos pulgares arriba
—Cierto... Lo había olvidado. —Comentó con su rostro en blanco a la par que descubría su espalda, revelando una enorme grapa incrustada en su piel con una rama cruzada. —¿Me ayudas? No alcanzo.
—¡¿CÓMO SE TE PUDO OLVIDAR ESO?!
—La camisa es nueva... Pensé que era la etiqueta.
—...
—Debes estar bromeando.
—¿Qué fue lo que te ocurrió? —Mina preguntó, usando la rama como palanca para tratar de crear una separación entre el metal y la piel y meter su mano para tirar la grapa.
—Bueno, despues de declararme como amante del difunto, salieron a la luz otros tres.
—Que bien comía el perro. —Burló Mineta
—Sin contar a la esposa, éramos: Una joven un poco mas grande que ustedes, un anciano y un sujeto con cabeza de engrapadora... Larga historia, nos desgreñamos.
—¿No te defendiste? —Preguntó Ochako
—No me iba a defender... Hay que darle la satisfacción a la viuda de golpearme despues de causar problemas... Es lo menos que podía hacer.
—¿Por qué no esquivaste? ¿Que tus instintos no eran agudos? —Sero burló gesticulando con las manos.
—Llevaba plataformas de cuarenta centímetros... No se siquiera como llegué a la velación.
—¿Cómo llegó eso ahí? —Apuntó Shoto a la espalda de la mujer
—La engrapadora me mordió ¿O engrapó? Desconozco cual sea el termino correcto.
—Me refiero a la rama.
—Intente quitarla con la vara... y se rompió.
—Eres un caso perdido... —Mencionó Tsuyu sintiendo pena ajena.
—Sabes, para ser tan vieja eres bastante tonta. —Expresó Mina tirando gentilmente de la grapa, que cambió en un brusco movimiento causado por el continuo vibrar de las ventanas, continuando con los pisos continuos acompañados de un agudo y reconocido grito que cambió por una silueta roja rosando peligrosamente por los cristales del salón durante unos segundos, asustando a los presentes.
—¡AAAAAAAAAAAAAAH! —Los estudiantes gritaron con los cabellos erizados, pensando que el proyectil chocaría con su salón, pero continuó pasando de largo hacia las alturas.
—¡AAARGH! —Quejó la asistente a quien le fue arrancada la grapa en un brusco movimiento ocasionado por el shock a la peli-rosa y clavando el trozo de metal en la frente de Shoji.
—¡AAAAAAAAAAAAAAH! —Gritaron al ver a su compañero ser perforado
—¿Estan bien? —Mina preguntó sintiéndose culpable.
—¡Casi pierdo un ojo! —¿Quejó Tentacle
—Mis sentimientos... —¿Lloriqueó Bakanee
—¡Ya vete! —Le reclamaron mientras ella dejaba escapar una risa nasal.
—¿Que fue eso? —Preguntó curiosa Toru, mientras Deku, Todoroki, Bakugo, Kirishima y Tokoyami exhalaron apenados, a la par que Aizawa sufría de nuevo de los temblores en los parpados.
—¡¿EN SERIO?! ¿¡TAN TEMPRANO?! —Reclamó el cenizo.
La alegre risa del capitán no paraba de resonar por las ventanas de las instalaciones, preocupando a los estudiantes de los salones aledaños, maestros en espera de su asignación, y al director que dejó caer su café, dirigiéndose al paño de la amplia ventana para ver como el alegre chico de sombrero de paja continuaba su viaje hacia las alturas, pareciendo que quería alcanzar las nubes.
El azabache disfrutaba con regocijo el impresionante paisaje que le dio el permanecer en dicha altitud, siendo atraído por los grises y brillantes edificios que sobresalían de entre extensas hectáreas de bosque.
—¡SUGOOOI! ¡JAJAJA! ¡La escuela es gigantesca! —Su rostro iluminado, manteniendo su postura como si estuviera sentado, pasando entre la bruma a causa del helado otoño.
—¡AAAAH! ¡¡La ciudad es enorme!! —Celebró viendo al horizonte un sin fin de edificios y torres que parecían querer llegar a las nubes.
—Ñyam... Quiero visitarla... —Expresó desanimado, cruzado de piernas con la mano en la barbilla mientras comenzaba a caer manteniendo su posición, no importándole el aterrizaje.
La velocidad de la caída comenzó a aumentar mientras el joven pirata se percataba de la marcada distancia que había entre el y cualquier construcción a su alrededor, impidiéndole de tener donde sujetarse, por lo que no había manera de evitar su caída en picada al suelo.
—¡¡¡AAAAAAAAAAAAH!!! ¡AJAJAJAJAJA!! WAHOOO!
El chico de goma no paraba de disfrutar el sentir como el aire recorría cada rincón de su cuerpo en un momento de pura dicha y conexión con la inmensidad del cielo y la belleza de la naturaleza que lo rodeaba.
Su rostro era iluminado por una sonrisa radiante que refleja la genuina emoción y alegría que sentía descendiendo de entre las frías nubes, comenzando a jugar por la libertad que le otorgaba la caída, similar a la Gorgona de Valhalla.
A medida que la tierra se acercaba rápidamente, no existía miedo ni preocupación en su rostro, solo alegría absoluta
La anticipación era palpable en su expresión, como si estuviera ansioso por prolongar este éxtasis lo máximo posible; más todo momento tenía su fin, y este estaba próximo.
El pirata terminó por estirar sus piernas al frente y golpeó de lleno el piso de la entrada a la academia en un brusco aterrizaje que terminó por crear un gran cráter.
La tierra se levantó junto con enormes bloques de concreto que impedían visualizar al causante del siniestro.
—¿Qué fue eso? —Una delicada y frágil voz infantil se escuchó una curiosa, pendiente de la arruinada entrada.
—Quédate detrás de mi Eri-chan. —Un fornido rubio dijo con su calmada voz a una pequeña que cubrió con su cuerpo.
—Esos cazarrecompensas... ¿Regresaron por Eri? —Se preguntó frunciendo el ceño, preparándose para proteger a la pequeña, posicionándose listo para responder en caso de ataque.
—¡Jajajajaja! Eso fue divertido...
La nube de tierra se disipó, revelando a un alegre chico de goma acomodando su sombrero y no parando de reir aun recordando sus giros en el aire durante la caída libre.
El héroe observó la actitud relajada del forastero que sacudía sus prendas, y agitaba su cabeza como perro mojado para quitar el exceso de tierra de su sombrero, no mostrando malas intenciones, dejando al joven estudiante extrañado por tal inusual aparición.
—¿Quién eres? —El rubio se calmó un poco al ver la amplia sonrisa del desconocido acompañada de sus risas, más su repentina y brusca aparición aun le permitían bajar la guardia.
—¿Ah? Soy Monkey Di... Diii~jeron... Ñmmm...—El chico se tornó rojo tras presionar su sien.
—Dijeron que no rebelara mi nombre... ¡Luffytaro! ¿Degozaru? —Respondió formando su boca como el número tres, volteando la mirada... En general podría describirse como una expresión boba.
—Pfff... Que malo es mintiendo. —Pensó el rubio desviando la mirada, cubriendo su boca para ocultar su risa.
—Muy bien Luffytaro... Y su nombre real ¿Cuál es?
—¡Luffy! —Dijo sin pensarlo dos veces, percatándose de su error despues de unos segundos de silencio y miradas fijas entre ambos. —¡NO ESPERA! ¡NO DEBÍA DECIR ESO!
—¿Que tiene ese hombre? —Preguntó intimidada un infante de cabellera gris, jalando del pantalón del joven rubio que no podía evitar reir ante el desliz del azabache.
El héroe optó por agacharse al nivel de la pequeña para cargarla en sus fornidos brazos, para acercarla a el y poder susurrar su respuesta.
—Parece un poco torpe... —La pequeña que solo le miró con curiosidad, inclinando su cabeza ante el extraño.
—¿Está bien? Fue un golpe duro... ¿Cómo terminó ahí?
—¡Si! Solo quería ver la ciudad así que me lancé allá. —Respondió apuntando a las nubes, dirigiendo ambas miradas a las alturas. —La rata no me deja salir sin Shaggy... Y no hay mucho por hacer aquí. —Lloriqueó con un puchero.
—¿Shaggy? ¿Rata? —El rubio se veía extrañado —¿Habla de Nezu?
—¡Si... eso dije! La rata.
—El director... —El extraño comportamiento y respuestas desconociendo a la persona tras la escuela, le hizo entender en un santiamén de quien se trataba.
—¡Oh...! ¡Debes ser uno de los refugiados que nos mencionaron!
—¡Si, eso!
—¡Ajajaja ya veo! Entonces no los dejan salir por problemáticos... No debería hacer ese tipo de cosas Luffytaro DeGozaru. —El joven le siguió el juego con su nombre, al comprender que no representaba una amenaza. —Es muy peligroso, podría lastimar a alguien o a usted mismo.
—No me pasa nada, soy de goma, miraaañ~ —El chico se excusó tirando de sus mejillas, haciendo caras y gestos inusuales, provocando que al héroe que estallara en risa.
La pequeña niña se acercó un poco al chico sombrero de paja, tirando una de sus mejillas, mirándole con unos ojos repletos de curiosidad.
La pérdida mirada de la pequeña no destellaba ningún tipo de alegría, tan solo reflejaba un pasado de temor y un presente de descubrimiento que no podía ser gozado al vivir en el oscuro abismo de sus recuerdos.
Su rostro, pálido como la luna en su fase más fría, no conocía la curva de la sonrisa. La melancolía se había instalado en sus labios, que permanecían sellados al desconocer las misteriosas emociones que podían ser transmitidas por bondadosos y alegres corazones.
El capitán se percató de una silenciosa lucha de melancolía y tristeza que mantenía la pequeña; tratando de iluminar su mirada con continuos gestos que solo una persona con su habilidad podía crear.
—¿Está bien? No ríe. —Se mostró consternado el chico que había atado sus lóbulos bajo su nariz, simulando un pronunciado mostacho que bailaba a todas direcciones cada vez que sus labios se movían.
—Ella... Es complicado, pero esperamos pronto poder animarla. —Expresó levantándola para que diera pequeños saltitos, no provocando nada en la niña y desalentando un poco al rubio, que rápidamente cambió su triste gesto por una brillante sonrisa.
Una de las mejillas del azabache fue tirada por una tercera mano, que no pertenecía a ninguno de los 3 que anteriormente conversaban... si no a una bella pelinaranja que no se veía nada feliz.
—Lu~ffy... Prometiste no meterte en problemas.
—No me metí en problemas.
—¿No? ¿Y ese cráter?
—Ya estaba ahí cuando llegué. —Mintió el joven torciendo sus labios y desviando la mirada, provocando que la dama exhalara inconforme con las acciones de su capitán.
—Siento los inconvenientes... Lo perdí de vista unos segundos y terminó destruyendo parte de su terreno. —La bella mujer pidió disculpas apenada. —Verá... Él es un poco...
—Problemático, sí... Nos lo advirtieron. Por cierto, no nos hemos presentado... Soy Togata Mirio, y ella es Eri. —El rubio se dirigió a ambos piratas con una entusiasta sonrisa.
—Nami. —La chica cerró sus ojos y posó delicadamente su mano sobre su clavícula, para despues señalar al azabache. —Y él es Luffy.
—Jajajaja, si, ya tuvimos el placer de conocerlo.
La navegante se acercó sonrojada a la pequeña en brazos del joven héroe, luciendo una bella sonrisa hacia la pequeña.
—¡Que niña más linda!
Mucho gusto... —La pequeña respondió en un tono monótono que no reflejaba ninguna expresión, provocando incertidumbre en la joven.
—Luffy... Ya basta de vagar por tu cuenta... ¡Me acompañas a la biblioteca hasta que los chicos salgan de clase!
—Pero quiero jugar yaaaaa~
—¡Sin quejas! —Nami tiró de la nariz del azabache con fuerza hasta rebotar, provocando que quedara similar a la de su tirador.
—Jejeje~ Como Usopp. —Bromeó el capitán.
—Mira Eri, como pinocho. —Señaló Mirio a la pequeña.
—¿Pinocho?
—Un cuento infantil... Bueno... La versión original puede ser un poco cruel... —Divagó en sus palabras
—Señorita Nami, ¿Les molesta si los acompáñanos? Eri necesita tomar clases de lectura, creo que un cuento infantil podría serle de ayuda. —Miro solicitó bajando a la pequeña al piso.
—Aún no sabe... —Nami estaba por terminar su preguntar cuando vio como una de las mangas de la niña se estiró al tomarle la mano a Mirio, mostrando una gran variedad de cicatrices en sus muñecas, entendiendo el por que de la ausencia de reacciones en la niña.
—¿Es hija de algún maestro?
—No...
—Ya veo... —Nami descendió al nivel del infante que le vio atención con esos grandes ojos rubies. —¿Quieres que leamos un cuento, Eri chan?
—Eh, si...
Mirio sintió una reconfortante sensación recorrer su cuerpo al ver como la pequeña aceptaba la invitación de la amable mujer, por lo que acompañó a ambos invitados para vigilar su interacción con la pequeña en caso de ser infiltrados.
Las ventanas altas de la biblioteca permitían la luz natural inundara el espacio durante el día, creando un ambiente acogedor y lleno de energía; mientras las estanterías de madera, llenas de libros de todos los tamaños y colores, se alineaban a lo largo de las paredes, creando un laberinto de conocimiento y aventura. Los libros están ordenados con esmero, desde los cuentos de hadas hasta las biografías de héroes y heroínas de la historia.
En un cómodo sofá, reposaba plácidamente la arqueóloga indagando a profundidad, una variedad de libros históricos que no hacían más que generarle más preguntas que respuestas.
Nami terminó su lectura infantil a la nena que terminó por dormirse en sus piernas, mientras su capitán descansaba boca abajo a lado contrario de la navegante, pidiendo por mas historias de los libros que eligió Mirio.
Con Eri profundamente dormida, su tutor la tomó delicadamente para acostarla en un puff donde podía estar mas cómoda sin molestar a la pirata que veía con tristeza a la pequeña.
—Oi Mirio, ¿Qué es lo que tiene? —Luffy Rompió el silencio entre los 4
—Es complicado.
—Sus muñecas... Muestran cicatrices. —Nami mencionó intranquila.
—Vivió algo muy fuerte para alguien de su edad... Incluso para los adultos es algo inhumano. —El rubio expresó con coraje en su tono, enterrando sus uñas en el sofá en señal de impotencia.
—Experimentaba con ella. —Concluyó Robin cerrando su libro, uniéndose a la conversación.
—¿Ustedes la rescataron? —Luffy preguntó acostado en el piso con sus pies levantados y cruzados, queriendo tocar con curiosidad el pequeño cuerno de la dormida niña.
—Si...
La mirada de luffy se enfocó en la cansada pequeña que en ningún momento mostró señal de alegría a pesar de los fantásticos cuentos que les relataba su nakama.
—Pero nunca ha logrado sonreir... no conoce lo que es la felicidad... —La confesión de Mirio afligió a ambas piratas que dejaron sus lecturas a un lado, quedando pensativas; por lo que Mirio interfirió al notarlas cabizbajas.
—¡Pero es una chica valiente... hace todo por mejorar!
—¡Eso es! Tenemos que hacerla sonreir. —Gritó el capitán siendo silenciado por la bibliotecaria.
—jajaja piensas igual que Midoriya.
—¿Izuku? —Cuestionó Robin
—Si... Él fue quien al final logró salvarla... Planea dar un espectáculo ejemplar en el festival para hacer a Eri sonreir.
Escuchar de las intenciones del joven peliverde, provocó que una sonrisa de oreja a oreja dominara el rostro del capitán que, se levantó entusiasmado de su lugar en búsqueda de la salida. —¡Eso es!
—¿A dónde fue? —Mirio se vio consternado al ver escapar a sombrero de paja, preocupándose por su historial de problemático.
—Fufufu... A meterse en problemas, lo más seguro. —Pronunció con una sonrisa
—¿Debería ir por él?
—No... Creo que lo que tiene en mente no es malo. —Aclaró Nami, viendo con ternura la salida de la habitación.
Luffy corrió por los pasillos, el comedor, saltó por la ventana de uno de los últimos pisos hacia el Sunny en búsqueda de sus nakamas que no parecían estar en ningún lado, para finalizar pisando de nuevo la torre de dormitorios de los jóvenes héroes, donde estaban reunidos el resto de sus nakamas.
—¡OOOOI, OMAE! —Llamó luffy a sus tripulantes azotando las puertas de Heights Alliance.
—¡¿PODRIAS DEJAR DE ENTRAR DE ESA MANERA?! —Reclamó Iida
—Luffy-san, por favor, debe comenzar a tocar como una persona civilizada. —Solicitó Todoroki, sabiendo que el azabache no le llevaría la contraria.
—Ouk.
—Así de sencillo era... —Pensaron los estudiantes.
—¿Qué te tiene tan apresurado, Luffy? —Cuestionó Chopper
—¡Escuchen! ¡Soy su capitán y deben seguir mis ordenes!
—Ay no... —Un escalofrío corrió por los chicos al presenciar la repentina actitud del capitán.
—¡DEBEN MONTAR EL MEJOR DE LOS ESPECTACULOS PARA EL FESTIVAL! ¡ES UNA ORDEN!
Todos quedaron viendo estupefactos el comando del joven que se veía serio con el tema, terminando todos estallando en risa al no ver venir dicha actitud de él.
—¡Franky, Usopp! Encárguense de hacer inventos para lo que necesiten los llorones.
—¡OYE! —Lloriquearon alguno de ellos
—Es cierto... pero ofende. —Mineta cubrió su boca soltando unas lágrimas.
—¡Sanji! ¡Prepara tus dulces más deliciosos!
—Intentaré seguir las recetas que me dieron en la Isla Gyojin. —Aceptó la tarea el cocinero.
—¡Brook!
—Yohohoho... Ya lo teníamos todo contemplado Luffy-san... Haremos que el festival sea inolvidable.
—¡Bien! ¡Por que deben dar el mejor lo mejor de sí, por la niña triste del cuerno!
Deku amplió la mirada y se dirigió con intriga hacia el azabache.
—¿Conociste a Eri?
—¡Si! —Respondió el capitán recargando ambas manos en el héroe. —Está bien, gracias a ti...
Un suave golpeteo en la puerta recibió a las piratas faltantes que terminaron por preocuparse por los líos que podía ocasionar su capitán.
—¿Que tanto hacen? —Cuestionó Nami viéndolos reunidos.
—Planeamos el festival. —Kirishima exclamó entusiasmado
—¿Cuándo es el evento? —La incertidumbre de los preparativos, invadió a Robin
—Dentro de 1 semana.
—Perdimos una semana en altamar... —Lamentó Jiro, esperando obtener buenos resultados en tan poco tiempo.
—Valio la pena. —Ochako comentó satisfecha
—¡ESCUCHENME! —Luffy exclamó llamando la atención de los presentes. —¡SI NO LOGRAN HACER A ELI SONREIR, ENTONCES NO LOS ENTRENAREMOS!
—Eri... —Corrigió Deku.
—¡Eso no era parte del trato! —Reclamó ofendido Bakugo, comenzando un alboroto.
—Chopper... ¿Tienes los estudios del Doctor Hiruluk? —Preguntó Usopp recordando como la nieve logró tomar de un vivido rosa en su reino.
—¿Hacer el escenario como un gigantesco árbol de Sakura? Pero no hay nieve. —Sanji remarcó
—Podemos crearla. —Decidió Nami guiñándole un ojo a Shoto invitándolo a ser su cómplice para la tarea, a lo cual el joven sonrió ligeramente por respuesta, entendiendo que ambos harían un gran equipo.
Los jóvenes se movilizaron, siendo Momo e Iida los mas organizados, presentando una pizarra con múltiples ideas donde Franky y Usopp, comenzaron a dar forma al escenario con su diseño de estructura y pirotecnia.
Brook por su parte, dejó que su compañera musical liderara la operación con quienes solían tocar instrumentos en el barco; solo interrumpiendo muy de vez en cuando para apoyar a los jóvenes y dándole la confianza a Jiro para lograr crear una canción que representara les espera como héroes en menos de 24 horas, recibiendo la ayuda de una Ex-estrella de rock.
La joven rosa escuchaba con atención a la banda recién agrupada para tener una idea de que estilo y ritmo tendrían para poder comenzar a trabajar una coreografía.
—¡Yosh! Luffy vio orgulloso al grupo organizándose, percatándose como Izuku permaneció desanimado con la mirada gacha despues de la felicitación que le dio.
—Luffy san... La verdad es que... —Midoriya se mostró titubeante al expresar su arrepentimiento. —Pude haber salvado a Eri antes... Y haber evitado la muerte de un gran héroe...
El tormento del héroe captó la atención del azabache que le dirigió toda su atención al joven tembloroso por la impotencia que habitaba dentro de él, mientras el resto se organizaba tras ellos.
—El día en que no pude salvar a Eri... Fue un momento que nunca podré olvidar y que no deja de atormentarme. Si tan solo lo hubiera hecho en ese momento... —Expresó con remordimiento, para dejar salir un largo suspiro.
—Eri estaba atrapada en un ciclo de temor, dolor y sufrimiento; Pero cuando tuve la oportunidad, no pude hacerlo. —Expresó con profunda angustia, arrepentido de sus actos. —Mis habilidades y mi fuerza no fueron suficientes para vencer a Overhaul y proteger a Eri al mismo tiempo... Si no fuera por su Quirk... Todo nuestro esfuerzo hubiera sido en vano.
—Habrá momentos que no pueda salvar a todos... Quiero ser lo suficientemente fuerte como para proteger a las personas y evitar que vuelvan asufrir... Quiero ser un nuevo símbolo de la paz como All Might, que protege a todos con una sonrisa brillante en medio de la adversidad.
Sombrero de paja escuchó cada palabra provenir del joven héroe, permaneciendo en silencio entendiendo su pesar.
—Actúas igual que Shaggy y no en el buen sentido... —Exhaló Luffy, ladeando la cabeza.
—No es tu responsabilidad cargar con todo el peso. —Pronuncio cruzado de brazos, observado a sus compañeros luchar por la pizarra y otros vagos que no ayudaban.
—Tienes nakamas que te ayuden... Escucha; Puedo confiar que ellos se encargarán de lo que yo no puedo, o me apoyarán de ser necesario, así como lo hago con ellos.
—Aun con ellos... Yo no... —Midoriya titubeó, recordando las batallas independientes para lograr salvar a la pequeña.
—No siempre podrás salvar a todos... Y nada garantiza que lo logres al primer intento, pero no por eso debes rendirte o desistir. Eri está bien... Ella está a salvo sin importar como sucedió. Deja de lamentarte por las vidas que se perdieron y agradece su ayuda... Por que sin ellos, ustedes no estarían aquí... Que importa si fallaste la primera vez, lo importante es que no te diste por vencido y que una simple derrota no quebrante tu espíritu.
Deku quedó sin palabras al escuchar al capitán... A veces olvidaba que cuando la situación lo ameritaba, ese torpe joven hablaba y actuaba como su corazón lo dictaba, sin tapujos, sin censura.
—Tu trabajo aun no termina Deku. —Pronunció con una sonrisa.
—Eto... ¡Si!... ¡SI CAPITÁN! —Dijo con respeto al nuevo emperador.
—Oye... siempre escucho que mencionan a Shaggy y que fue un gran héroe... ¿Cómo solía ser? —Preguntó rascándose a profundidad una de sus orejas.
—¡AH! ¡TE PUEDO MOSTRAR! ¡All Might es simplemente el héroe definitivo! No puedo evitar emocionarme cada vez que pienso en todas las hazañas increíbles que ha logrado a lo largo de su carrera. Es un verdadero símbolo de paz y justicia, y siempre ha sido mi mayor inspiración. —El chico no paró de divagar a gran velocidad, mareando al pirata que de repente se había arrepentido de preguntar a pesar de desear la respuesta.
—Oh no... Midoriya entró en su modo Fanboy —Comentó apenado Ojiro
—Eto... te estoy mareando ¿Cierto?
—Jajajaja que molesto eres, ya cállate.
—Mejor te lo muestro. —Pronuncio apenado por su fanatismo, vinculando su celular al televisor para mostrar las batallas emblemáticas del jubilado.
La televisión comenzó a reproducir heroicas imágenes del debut de un fornido rubio salvando múltiples vidas con una brillante sonrisa y resonante risa que dominaba sobre los sonidos causados por la catástrofe, entrando una y otra vez a los escombros para rescatar mas personas, sin importar las heridas, quemaduras o desastres a su persona que ocasionara hacerlo en repetidas ocasiones.
Deku observaba por millonésima vez maravillado el metraje, siendo solo Luffy, Usopp, Franky y Chopper quienes compartirían ese sentimiento con el joven.
El horario tardío provocó que el encargado de cuidar a la rebelde banda llegará a donde sabría que estarían, percatándose apenado como los piratas eran testigos de los metrajes de su debut.
La atención se enfocó por un momento en la puerta donde Toshinori, les hacia señas para que dejaran a los estudiantes descansar.
—¿Se supone que eso tiene que reconfortarlos? —Preguntó Zoro perturbado señaló al video de como el rubio no paraba de reir sin importar la gravedad de la situación.
—ETO...
—Psicópata... —Por primera vez, Sanji estuvo de acuerdo con el espadachín.
—¡Oh vamos! ¡Es genial! —Luffy, Chopper y Usopp apuntaron a la tv.
—REGRESARÉ POR USTEDES DESPUES...
—¡No! Tú te quedas. —Ordenó el capitán estirando su mano hasta atraparlo por el hombro y estrellándolo contra uno de los muebles debido al efecto elástico.
—Y con esa van tres. —Mofó Zoro.
—¡TENGAN CUIDADO! —Reclamó Bakugo
—No es por nada, pero si un sujeto así me rescata, pensaría que tiene serios problemas... o yo los tendría pronto. —Agregó Nami con sudor recorriendo su larga cabellera.
—Nunca lo vimos de esa manera. —Comentaron apenados los estudiantes.
—¡Esperen! ¡Cambiaran de opinión con esto! —Deku comenzó a reproducir una recopilación de sus mejores momentos sin percatarse que al finalizar el video, la reproducción automática se encargara de elegir el siguiente.
Un breve video poco conocido con intervalos de completa oscuridad, flasheaba con imágenes estilo subliminal de una batalla de lo más salvaje y sangrienta, enmarcando en la pantalla, la desagradable imagen de un brutalizado héroe que lo único que impedía a sus entrañas salir de su cuerpo nuevamente, era su robusta mano del ejerciendo presión al costado de su abdomen.
—La cicatriz que tiene. —Pronunció Chopper en voz baja, impresionado por la gráfica escena que no duró más de un segundo.
El trio monstruoso vio por el rabillo del ojo al frágil rubio, ignorando la pantalla, siendo preso por el brazo del capitán que lo rodeaba del hombro, mientras el veía con interés sus hazañas.
—All Might, era un monstruo. —Susurró Nami al ver como el rubio no paraba de llevar su cuerpo al extremo aun con sus intestinos colgando, no cediendo hasta lograr su objetivo.
El shock de los presentes y las repentinas imágenes negras, no permitió se percataran que el contenido en la pantalla había cambiado... Siendo el único aviso un burlesco discurso de un villano hacia el héroe entre las cenizas y polvo, no parando de humillar su forma escuálida, dando a entender que el mundo desconocía su frágil identidad; rompiéndolo no solo por fuera, si no por dentro.
Los estudiantes dirigieron su atención hacia el abrumado rubio que volvía a ser afectado por el discurso del villano.
—¡Deku! —Pidió Ochako a su amigo para que detuviera el video.
—S-Si...
—Déjalo. —Ordenó Luffy atento sentado a lado del golpeado jubilado que no era capaz de mirar la pantalla.
—Ruffy kun... Reconsidéralo. —Solicitó Jinbei actuando como la voz de la razón al ver como el pasado aun afectaba al rubio, más el capitán no respondió.
El polvo del video se disipó, rebelando como la persona que todos conocían y veneraban de los videos anteriores desaparecía frente a sus ojos, volviéndose el frágil y esquelético ser que era ahora... Sin embargo, aun con la desventaja, el héroe siendo atacado tanto física como emocionalmente, no desistió y usó el resto de su fuerza enfocada en un golpe, destrozando su brazo al chocar con el recargado y deforme puño de su enemigo.
Una lluvia de sangre se hizo presente en el campo; los músculos de All Might llegaron a su límite, terminando por explotar debido a la fuerza ejercida en el impacto de puños, cubriendo por completo el rostro del héroe en ese brillante tono carmesí seguido de un contrastante morado ocasionado por los vasos sanguíneos rotos que se filtraron por todo su tejido blando del hombro hasta la yema de sus dedos.
La imagen era espeluznante y extremamente gráfica, tanto que los héroes no podían siquiera volver a ver esa batalla; en especial Bakugo que se notaba más afectado que el resto. Mostrándose con un inusual remordimiento que no había presentado antes.
Con su cuerpo casi inutilizable y a merced del enemigo; All Might usó su brazo servible de cebo, para finalizar la batalla enfocando nuevamente todo su poder en su ya destrozada extremidad, aunque eso podía implicar dejarlo inutilizable, golpeando una última vez directo en el rostro a su enemigo y sepultándolo en el suelo, dejando el inconsciente villano dentro de un cráter.
—Es tu turno. —Se escuchó la voz de los temblorosos restos que antes solían ser considerados el pilar de la justicia, apuntando a la cámara.
Los poseedores de Haki más experimentados entendieron lo que trataba de decir, al percatarse de las "voces" idénticas que habitaban dentro de los dos héroes de estrecha relación, en especial por la reacción del peliverde ante la escena.
Un incomodo silencio abundó en la sala, despues de que Deku cerrara la aplicación para evitar comenzara a reproducir más videos.
—Pon videos de gatitos. —Sugirió Koda queriendo amenizar el ambiente.
—Ese tipo es terrorífico. —Expresó aterrado el tirador.
—Parece una hormiga a lado de Kaido. —Zoro refunfuñó, desacreditando al enemigo numero uno de la nación.
—¿Ese es All For One? —Preguntó la arqueóloga sudando frio
—Así es...
—La persona que Bakanee quiere...
—SI... ES EL
—La famosa batalla de Kamino... ¿Eh? —Pronunció Sanji. —Tu ultima ¿No, All Might?
La pregunta del cocinero tomó por sorpresa a Toshinori, a quien nunca le había llamado por su nombre, y ni hablar de su alias de héroe.
—Parece que los videos harán que tengan respeto a All Might. —Pronunció aun, un tanto perturbado el representante.
—A ver si ahora Luffy lo deja de golpear. —Comentó Shoji.
—Ya lo respetaba... —Aclaró Robin que acompañaba al héroe de múltiples extremidades.
—¿En qué mundo es eso respeto? —Reclamó Iida
—Luffy desde un inicio le dio su lugar tratándolo como un igual.
—Eso no es respeto... Tratarlo como un igual no es respetar.
—Quizás no lo notaron, pero mientras viajaban con nosotros, consultaba las decisiones de All Might... Luffy es el capitán, el no debería de consultarlos, simplemente tendrían que responder a sus decisiones... Pero ambos comprendieron la posición uno del otro desde que se conocieron. Tal vez no es el mismo respeto al que están acostumbrados... Pero así se maneja entre dos figuras de autoridad
Las palabras de Robin resonaron en sus cabezas. La joven edad y boba apariencia de Luffy les había olvidar que no solo era un capitán... sino un emperador. Uno de los 4 capitanes más fuertes de su era y una de las 3 fuerzas que regían el orden del mundo, solo comparándose con la marina y los Shichibukai... Un emperador no debía doblegarse ante nadie.
Las luces de los dormitorios se apagaron, dando la despedida a los piratas que eran escoltados por el afligido héroe hacia el Sunny, manteniéndose en silencio, mientras Luffy no paraba de golpearlo en la espalda celebrando sus hazañas, repitiendo lo geniales que eran los héroes.
El colorido barco parecía esperarlos con una de sus luces prendidas que captó el interés de la banda.
—Ah, por fin llegan. —La voz provino de una cabecilla asomándose del Sunny.
Una silueta de grande cornamenta rodeada por una alborotada cabellera negra que combinaba con su tétrica vestimenta, solo resaltado unos brillantes ojos amarillos delineados por una gruesa franja roja que disimulaba el morado de su hematoma.
—¿Y tú quién eres y que haces en el Sunny? —El carpintero preparó sus municiones hacia la invasora.
—¿Por qué luces así, Bakanee? —Cuestionó el pequeño doctor que no paraba de usar su tierna e inusual nariz azul para reconocer al forastero.
—Funeral, vestí para la ocasión. —Respondió ondeando cual niña, las faldas de su vestido. —Pero para ser sincera... Parece que los que vienen del funeral son algunos de ustedes. —Masculló haciéndoles el feo.
—¿Y los cuernos?
—Lo que quedó de mi comida, tenía que aprovecharlos... No iba a dejar que se desperdiciaran.
—...
El ultimo comentario logró poner nervioso al reno que tragó saliva al percibir el aroma a pino de la mujer, con un inusual rastro a ese hedor metálico y pútrido proveniente de la sangre seca.
—¿Hubo avance? —Cambió de tema el tritón al percatarse de su nervioso nakama.
—Nada... Pero aproveché para cotizar unos retretes por los que rompió Roronoa, y eso me recordó que debía conseguirle esto. —La asistente lanzó una pequeña ficha con la marca de una huella al peliverde que solo la vio intrigado, levantando una ceja.
—¿Qué es esto?
—Mantenlo siempre contigo... Es para localizarte en caso de que te pierdas. —Respondió bajando del barco para retirarse despues de cumplir con su pendiente.
Una gota de sudor recorrió la nuca del jubilado al asomarse a ver la posesión en manos del espadachín. —YUE... ESO ES PARA PERRO.
—Si, no iba a darle uno de humano. Uno de mascota pasará desapercibido por los elementos de seguridad... —Explicó inexpresiva, tomando de su bolso una cartilla canina con información.
—Lo registré bajo el nombre del Babas... Un Pughuahua... Tuve que llenar un documento, aquí encontrarás su número clave para localizarlo. —La mujer hizo entrega de la cartilla de vacunación al héroe encargado de su cuidado.
—¡Tch! Tu~ —El espadachín rechinó dientes molesto, mientras el trio de bobos liderados por Sanji no paraban de reir en el suelo, burlándose de la nueva identidad de su nakama.
—De nada, eso era todo. —La mujer sonrió con la mirada, despidiéndose agitando delicadamente su mano en el aire, continuando con su camino.
—¡Oi! ¡Bakanee!
—¿Sí? Capitán Monkey
—¡Quiero salir a buscar cosas para una gran fiesta! —Ordenó el capitán, saltando alegremente con sus brazos completamente extendidos.
—¿Nunca le son suficientes?
—¡Hay una niña que tenemos que hacer sonreir!
—¡SI, SI! —Apoyaron Usopp y Chopper.
—¿Una niña? —Preguntó interesada. —¿Ojos rojos y cabello gris?
—¡SI! ¡Eli, la niña triste! —La aclaración del trio, iluminó el rostro de la asistente con una amplia y sincera sonrisa ante el inocente y bondadosos deseos del Emperador.
—Claro, mañana saliendo del cementerio lo puedo llevar.
—¿También nosotros? —Chopper y Usopp se apuntaron insistentemente con pequeños saltos.
—Por supuesto
—SERÁ MUCHO TRABAJO, ¿ESTÁ SEGURA DE LO QUE HACE?
—Le recuerdo que parte de mi trabajo es ayudarle con la carga... Estarán bien.
—ME PREOCUPAS MAS TU... TE VAN A METER EN PROBLEMAS... EN SERIO NO SABE EN LO QUE TE ESTAS METIENDO.
—Nami dame dinero. —Gritó el azabache a su compañera que le vio con cierto repudio al escuchar la orden.
—¡¿EH?! Espera luffy, no podemos... Pero Eri-chan... —La voz de la navegante temblaba aceptando que debía cooperar, aunque eso implicara gastar lo que habían estafado del jubilado.
—No se preocupen por eso, yo me encargo de sus gastos... Solo es dinero...
—DEFINITIVAMENTE TE VAN A METER EN PROBLEMAS Y DEJARÁN EN BANCARROTA. —Masculló el rubio.
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Sundancer aquí:
Originalmente este capitulo se trataría de la problematica de Eri y la carga de un heroe con uno que otro chistecillo ahí... Pero terminé metiendo los ultimos momentos de All Might, en vez de brevemente referenciarlos.