—Queremos que hagas una locura absurda– dijo Felix con mucha seriedad. —¿Uh?–.
Hyunjin desvió la mirada hacía Jisung quien sonrió coquetamente y se acomodó el cabello antes de darle un trago a su bebida. Felix movía los dedos impacientemente sobre la mesa con su piña colada casi intacta y sus cejas gruesas muy juntas. Apenas llevaba dos minutos ahí y Hyunjin empezaba a creer que algo no cuadraba.
—No entiendo...– respondió finalmente.
—Vamos a sabotear la boda de Jeongin– explicó Jisung, sin dejar de sonreír.
Hyunjin casi se va de espaldas, casi.
—¿Por qué?– preguntó aturdido, aunque en el fondo no quería escuchar la respuesta.
—El tipo con quien va a casarse... ¿Cómo decirlo...?– Jisung hizo una mueca —bueno, digamos que no es exactamente un pan de dios, además...– —Fue mi novio– interrumpió Felix de manera abrupta —hace como cinco años cuando regrese a Australia–.
Hyunjin escupió un poco de su cerveza, la espuma casi le sale por la nariz. Jisung soltó la carcajada como si hubiese leído el mejor meme del mundo.
—¿Entonces...?–
—Jeongin no sabe que Chan me dejo a mi por irse con él... ¡Ni siquiera sabe que salí con él! Yang piensa que Christopher y yo solo somos conocidos–.
—Que jodido ¿no crees?– Jisung sonreía de oreja a oreja —Chan dejó a Felix para irse con Jeongin así como Jeongin te dejó a ti para irse con él, karma is a bitch–.
Felix desvió la mirada. Hyunjin ni siquiera estaba seguro de entender lo que ocurría. Su cabeza siempre era lenta para analizar las cosas por lo que necesitaba de un momento para que todo tomara sentido en sus
pensamientos. Sin embargo Felix no lo dejo analizarlo por completo cuando siguió hablando.
—Bang solía ser heterosexual y ya una vez intentó dejar a Jeongin por una mujer porque "sus padres no aceptaban una relación homo y querían casarlo con una niñita rica idiota". Jeongin sufrió mucho en ese entonces, cayó en depresión e incluso golpeó a un tipo y terminó en prisión, ya sabes, puede llegar a ser violento cuando quiere–.
Han asintió a las palabras de Felix mientras abría mucho los ojos y se empinaba su tercer tequila de la noche, su rostro empezaba a verse rojo. Hyunjin no recordaba que Jeongin fuera agresivo.
—Chan no merece a Jeongin– sentenció Felix.
—En cambio, yo si– Jisung suspiró soñadoramente —si logramos sabotear la boda, Innie correrá a mis brazos en busca de consuelo, le daré todo el amor que merece, nos casaremos, tendremos cinco hijos y una perra llamada Conchita–.
Felix le arrebató el cuarto shot de tequila antes de que lo bebiera. —Ya estas alucinando– exclamó y tiró el líquido dentro del tarro de cerveza de Hyunjin quien simplemente lo observó en silencio. —Nuestra intensión simplemente es evitarle más dolor a Jeongin. Es obvio que Chan lo lastimará de nuevo y Jeongin se arrepentirá toda su vida de haberse casado. Le ahorraremos el tiempo, el dolor y el precio del divorcio–. —Pero... No creo que nos corresponda a nosotros...–
—¡Claro que si nos corresponde, porque nosotros lo queremos muchos y lo amamos mucho en su momento!– Jisung sirvió un poco mas de tequila y se lo pasó a Hyunjin—bebe un poco más y escuchanos hablar mal del prometido de Jeongin¿bien?–.
Al parecer Hyunjin tropezaba dos veces con la misma piedra ya que luego de algunas horas y muchos tragos de tequila, vodka y otras cosas que no supo identificar ya se encontraba incluso planeando la muerte del tal Chan mientras la bruma de licor en su sistema lo hacia ponerse bipolar.
—Siempre me caíste mal, me quitaste a Jeongin y hasta te burlabas de mi... Tienes cara de princesa y hueles a bebé... ¡Deja de ser tan perfecto!– le gritaba a una estatua de bronce cerca del parque.
—Estoy acá, grandísimo idiota– lo llamó Felix, pellizcando el puente de su nariz mientras se lamentaba de haber permitido que esos dos bebieran tanto.
Jisung se partía de la risa por cualquier cosa, incluso si simplemente veía pasar un mosquito. Hyunjin intentaba buscarle pleito a todas las cosas inanimadas que encontraba en su camino, desde bancas y espejos hasta autos y árboles. Supo que era momento de llevarlo a casa cuando estuvo a punto de agarrarse a puñetazos con una pared de ladrillo rojo mientras inventaba poses de kickboxing.
De alguna manera logró hacer que Han entrara a un Uber luego de que empezara a tararear alguna extraña canción con mensajes subliminales. Dio la dirección a la cual debía llevarlo y llamó por teléfono a Minseok, el compañero de piso del casi desfallecido ebrio para que lo recogiera.
—Solo faltas tú– suspiró cuando giró hacía Hyunjin—dame tu dirección–.
—¿Mi qué?–.
—¿Dónde vives?–.
—En una casa– Hyunjin mantenía los ojos ligeramente cerrados —¿eres un acosador?–.
Felix se llevó una mano a la frente recordándose que debía ser paciente. —Dame tu teléfono– ordenó, acercándose para tomarlo él mismo cuando Hyunjin simplemente no reaccionó.
Empezó a hurgar en los bolsillos del pelinegro cuando de pronto; —¡Ayuda, me esta atacando éste acosador!–.
Felix retrocedió de inmediato cuando las personas que circulaban por la acera se giraban a ver de qué se trataba. Con las mejillas ardiendo de vergüenza, decidió que era mas fácil simplemente llevar al idiota a su casa. Y así lo hizo.
—No vuelvo a beber con ustedes– decía al tiempo que llevaba casi a rastras a Hyunjin hasta el interior de su solitaria vivienda. —¡Ya llegue, KKami!–.
Un ladrido respondió a aquello.
Una pequeña bolita de pelos bajó corriendo por la escalera hasta llegar a ellos en donde empezó a saltar sobre sus patas traseras moviendo la cola alegremente. Hyunjin frunció el ceño y se inclinó para observar a la pequeña cosa.
—Es un perro– explicó el pelinegro, sonriendo como tonto mientras apuntaba al cachorro.
—No me digas– Felix rodó los ojos y arrojó las llaves de su casa sobre una mesa cerca de la entrada —haz algo bueno y quítate los zapatos antes
de entrar–.
Hyunjin se dejó caer sobre el suelo con las piernas extendidas observando sus botas mientras extendía los brazos intentando llegar hasta ellas.
—No puedo...– se quejó aunque en realidad ni siquiera estaba haciendo el esfuerzo de alcanzarlas.
—Jodidos cielos, denme paciencia– masculló Felix antes de inclinarse y ayudar a Hyunjin a sacarse el calzado, a su lado, KKami tomaba las pesadas botas con el hocico y tiraba de ellas hasta colocarlas en el lugar que les correspondía.
Hyunjin sonrió cuando finalmente pudo mover los dedos de los pies libremente.
—Tengo dedos... Tengo muchos...–
—¿Sufres de retraso o algo?– Felix lo obligó a ponerse en pie y lo empujó al interior de la sala.
Hyunjin caminaba como un bebé aprendiendo a dar sus primeros pasos y en el camino intentó pelear un poco con el espejo que Felix tenía cerca del televisor.
—Vas a dormir aquí, ni creas que compartiré la cama contigo– anunció Lee, empujandolo para que se sentara en el sofá mas ancho de su sala. Hyunjin frunció el ceño, sus ojos casi completamente cerrados y su cabello muy desaliñado le daban un toque de vulnerabilidad. Felix lo observó en silencio desde arriba, mordiéndose el labio inferior cuando una idea perversa le cruzó la mente.
—Ya duerme– dijo, sacudiendo la cabeza para alejar sus pensamientos tan desagradables.
Los ojos del castaño se detuvieron sobre Hyunjin cuando este buscó a tientas el cinturón tan ajustado para desabrocharlo y posteriormente se dirigieron hacia el botón y el cierre del pantalón.
—¿Qué haces?–.
—No me gusta... Dormir así...– balbuceó Hyunjin, tratando inútilmente de tirar de sus pantalones hacia abajo.
Felix mordió nuevamente su labio inferior, las manos le quemaban por algún motivo, sus ojos no podían apartarse de ese lugar.
Quizás, solo podría echar un vistazo y ya, uno pequeño.
—Déjame hacerlo– dijo y se aproximó para recostar a Hyunjin sobre el sofá y finalmente bajarle los pantalones hasta los muslos y... —¡oh, jodido
infierno!–.
Sus ojos se abrieron amplio cuando los músculos de aquellos gruesos muslos aparecieron desnudos frente a él. La piel era clara y dura, aquellos eran los muslos de una persona sumamente trabajada. Seguro hacia ejercicio todos los días ¿o practicaría algún deporte?
Su boca se hizo agua mientras tocaba la piel expuesta, sus labios hormigueaban y sus dientes temblaban pidiendo morder. Los muslos de Hyunjin lucian jodidamente apetitosos.
Levantó ligeramente la playera y finalmente pudo ver solo un poco del bulto que escondían los boxers tan apretados. Intentó no observar demasiado mientras seguía bajando la mezclilla del pantalón hasta que finalmente lo tuvo en los tobillos.
Aquellas piernas deberían ser consideradas un pecado, un insulto a todos los hombres del mundo cuya dieta diaria consistiera en comida rápida, es decir un insulto directo a Lee Felix.
Se tomó un momento para pasar la punta de sus dedos sobre ambas piernas y se detuvo cuando llegó hasta casi la ingle.
—Imagina ser follado por alguien así– dijo en voz alta, sorprendiéndose a si mismo al escucharse.
Quiso retractarse pero su mente morbosa le lanzó una imagen exquisita de si mismo debajo de aquel chico recibiendo estocada tras estocada, partido por completo a la mitad, sintiendo esos muslos rebotar contra su culo.
El ladrido de Kkami lo hizo volver a la realidad. El cachorro lo observaba desde abajo moviendo la cola y ladeando la cabeza con inocencia.
—Soy un cerdo– concluyó y decidió que dejarle el pantalón hasta los tobillos era suficiente.
Al alzar la mirada se encontró con Hyunjin completamente dormido, respirando con tranquilidad, sus labios se movían ligeramente. —Me largo– masculló Felix y caminó hacia las escaleras cuando su mente le empezó a lanzar mas escenas dignas de película porno. ...