¿Sabes esas veces que necesitas expresar de alguna forma todo lo que sientes, aunque seas incapaz de adivinar cuáles son tus verdaderas emociones?
Esas veces que lo único que quieres hacer es gritar con la esperanza de que alguien te escuche y ponga nombre a lo que te carcome por dentro.
Pero no gritas y, por consecuente, nadie llega,
te encierras en tu cabeza con mil pensamientos bullendo dentro de ella,
crean tanto bullicio que es imposible discernir de que tratan cada uno de ellos.
Te abruma el sentir tanto en tan poco tiempo,
es cuando recuerdas el por qué haces de tu vida un entretenimiento,
una mente distraída con cosas banales no puede enfocarse en los temas personales.
Pero tu estrategia no es infalible, y hay momentos en los que no puedes evitar sentir todo con ferocidad,
la sensación es abrumadora y la situación, impredecible,
deseas contárselo a alguien con el objetivo de hallar tranquilidad,
pero la vulnerabilidad de la acción es sobrecogedora.
Al final optas por transmitirlo lo mejor posible a papel,
con la esperanza de que el puño que perfora tus pulmones
ceda en su agarre al ver el lío de sentimientos decrecer.
Las canciones que pongo no suelen tener nada que ver con lo que expreso en el texto, simplemente me inspiraron en el momento de hacerlo.