Aquino unió sus labios con los de su pareja, Duxo, y saboreó el leve sabor a menta que adornaba la boca de Duxo, mientras este disfrutaba de un delicado toque a vainilla en el beso. El castaño se separó lentamente de los labios de Duxo y, con los ojos color miel avellano brillando, observó durante unos segundos los párpados cerrados de su amado. Luego, ambos unieron sus frentes.
Una brisa suave ingresó a través de la ventana abierta, alzando los cabellos de Duxo y Aquino, acariciando sus rostros y jugueteando con sus cabellos.
Duxo, con cariño, acarició el cabello de Aquino, notando que este estaba más sonrojado de lo normal. Con una sonrisa traviesa, Duxo bromeó.
-Estás sonrojado más de lo normal.
Aquino respondió con un puchero, un dejo de molestia en su voz, -Tú también lo estás, idiota!-
Duxo rió suavemente ante la respuesta de Aquino y, con dulzura, acercó su rostro para besar la frente de aquino. -Tienes razón-, admitió con cariño, -pero estoy seguramente sonrojado por tu hermosura-.
Aquino no pudo evitar sonreír, sus mejillas aún teñidas de un ligero rubor. -Y y-yo por la t-tuya,- confesó.
El viento seguía jugueteando con sus cabellos, como si estuviera escuchando su conversación y celebrando que ambos pendejos al fin tienen un tiempo juntos. Ahora duxo se acerca a los labios de aquino, el castaño con las mejillas rosadas y sus manos temblorosas al atreverse sentarse en el regazo de duxo, comienza a jugar con el pelo de duxo.
- Ya. - Dijo aquino separando a duxo de sus labios. - Tengo hambre.
Duxo se ríe. - ¿Qué quieres comer...? - Pregunta con voz perversa duxo.
- Eh, y..yo.. - Aquino se levanto del regazo de duxo, y quedo reflexionando.
- Qué piensas, hagamos sandwiches, compre algo en el centro... - Duxo sonríe. - ¿O quieres comer eso? - Sonrie duxo.
Duxo se adelanta y sale primero de la habitación, donde aquino se tumba boca bajo en la cama, y luego suspira y saca su cabeza para poder respirar, coge su celular y mira la hora: 22:53. No es nada malo aun comer a esa hora...
Lunes, 24 de noviembre de ????
Un noviembre particularmente gris y frío, Duxo se encontraba en su pupitre, sumido en sus pensamientos, observando la lluvia que caía lánguidamente fuera de la ventana. Las hojas, de un amarillo dorado y tonos rojizos, se desprendían de los árboles en un lento ballet que parecía hipnotizarlo. El sonido de las gotas de lluvia golpeando el cristal se sumaba a la melancolía del otoño. Duxo suspiró pesadamente, sintiendo el peso de la monotonía escolar que lo rodeaba.
El timbre que marcaba el final de la hora de descanso sonó, y Duxo volvió la mirada hacia la puerta mientras sus compañeros regresaban al aula. Sin embargo, en esta ocasión, no le tocaba compartir la hora de filosofía con Aquino, con quien solía disfrutar de profundos debates y risas compartidas. Esta vez, le tocaba sentarse junto a Tommy, un compañero menos conocido pero igualmente amigable.
Duxo rompió el silencio con una sonrisa y un saludo amigable:
- Hey, Tommy. - saludó Duxo, observando cómo Tommy tomaba asiento a su lado.
Tommy correspondió al saludo con un gesto de cabeza y se acomodó en su silla. El aula mantenía su atmósfera tranquila y serena, pero Duxo decidió iniciar una conversación para romper el silencio.
- ¿Qué pasa? - preguntó Duxo, curioso acerca de cómo Tommy estaba llevando la tarde.
Tommy suspiró, reflejando un poco de aburrimiento:
-No me gusta la lluvia.. ya lo sabes... - respondió Tommy.
- Por cierto, leí en el grupo de filosofía que el maestro va a faltar. - mencionó Duxo, tratando de añadir un poco de emoción a la tarde. - ¿Tendrimos 1 hora libre..? -Piensa duxo.
Tommy levantó una ceja.
-No, al parecer vendrá su reemplazo. - farfulló Tommy, desinflando las esperanzas de una hora libre.
Ambos miraron hacia la puerta, donde una nueva maestra suplente entraba en el aula con una mirada decidida y lista para la clase. Aunque la hora libre ya no parecía una opción, al menos tendrían la oportunidad de aprender algo nuevo bajo una perspectiva diferente.
Duxo y Tommy intercambiaron miradas, aceptando la realidad de la situación, pero también con la curiosidad de ver qué les depararía la lección de filosofía con esta nueva maestra suplente. Mientras la lluvia continuaba cayendo afuera y el noviembre avanzaba lentamente, la tarde prometía ser inesperada e interesante.
Después de la emocionante clase de filosofía, Tommy se despidió de Duxo y se dirigió a su clase de diseño, dejando a Duxo en el pasillo. Mientras caminaba por el pasillo iluminado por las ventanas, observaba la luz tenue del día de noviembre que se filtraba a través de los cristales. La lluvia continuaba cayendo suavemente afuera, añadiendo un ambiente aún más sereno al escenario.
Duxo finalmente llegó al aula de literatura, el lugar donde aquino compartía su pasión por las letras. Al entrar al aula, su mirada recorrió la habitación y encontró a Aquino sentado en su pupitre de siempre, con un libro abierto frente a él.
La sonrisa se dibujó en el rostro de Duxo al ver a soarinng sentado en su pupitre mirando la ventana, y aquino en su pupitre allí, y se acercó.
- Aquinoooo, te extrañe..! - Dice duxo abrazando por detrás a aquino, esto asusta un poco a aquino por el repentino abrazo.
Aquino suspira. - Mierda, me asustaste, casi arranco la pagina de la novela...
Aquino levantó la vista de su libro.
- ¿Qué pasa con la novela...? - Leyendo la portada del libro, que se hacia llamar "The Cement Garden" - ...eso da miedo, ¿cierto..?
- De hecho, me está perturbando. - Dice aquino.
- No me digas que eso tenemos que leer y sacar un analisis de 30 paginas. - Pregunta duxo.
- No, soarinng la trajo y me presto, lo devuelvo cuando termine la clase de literatura... - La respuesta de aquino relaja a duxo.
Después de la clase de literatura, Aquino se levantó y devolvió el libro que había estado leyendo de Soarinng. Soarinng, que hasta ese momento había estado callado y con una leve sonrisa, recibió su libro de vuelta. Aquino, abrazó a Soarinng.
- Está bien, no hiciste nada malo...
Soarinng, con una expresión de tristeza en el rostro.
- Ya casi es un mes... - Dice deprimido.
- Se le pasará, tal vez esté esperando que te acerques o algo así, probablemente... - Susurra aquino en el oido de soarinng.
Luego, Aquino cambió de tema y preguntó con suavidad.
- ¿Saldrás hoy con nosotros al cine, cierto?
Soarinng asintió, mostrando una pequeña sonrisa.
Aquino se despidió de Soarinng con otro abrazo reconfortante y se unió a Duxo, quien estaba nuevamente perdido en sus pensamientos, mirando por la ventana donde las gotas de lluvia seguían cayendo con tranquilidad.
Eran las 4 de la tarde, y finalmente, las clases habían terminado. Duxo se sentía liberado, como una paloma que al fin podía alzar el vuelo. Con un suspiro de alivio, miró el reloj y pensó en lo rápido que pasaba el tiempo durante la semana escolar. Esperaba con ansias que llegara el próximo lunes, ya que ese día era el único en el que salían temprano de clases.
Duxo esperaba pacientemente en el pasillo de la clase de Matemática Aplicada, con una sonrisa en el rostro mientras observaba la puerta del aula. Sabía que en pocos minutos, la puerta se abriría y una avalancha de alumnos saldría corriendo, ansiosos por llegar a sus próximas clases. La escena era un caos organizado de mochilas, risas y apresuramiento.
Finalmente, la puerta se abrió, y como predijo Duxo, un grupo de estudiantes salió apresuradamente del aula. Aquino fue uno de los últimos en salir, con una mirada de cansancio en el rostro después de una intensa clase de Matemática Aplicada.
Duxo se acercó a Aquino y le sonrió, ofreciéndole ayuda. - Pasa tu mochila, tú camina al frente.
Aquino asintió agradecido y le entregó su mochila a Duxo. Ambos, avanzaron por el pasillo, mientras los demás alumnos seguían apresurándose a su alrededor. Aquino caminaba con pasos más ligeros, sintiéndose aliviado de no tener que cargar su mochila después de la agotadora clase.
Duxo y Aquino caminaban por la calle, disfrutando de la brisa fresca mientras esperaban afuera de una parada de microbús. En pocos minutos, un microbús se aproximó y se detuvo frente a ellos. La puerta se abrió, revelando varios asientos libres.
Duxo y Aquino decidieron sentarse juntos y ocuparon un par de asientos cerca de la ventana. Se acomodaron, contentos de haber conseguido lugares cómodos. El microbús emprendió su recorrido, y la tarde continuaba.
Duxo, curioso por su próxima salida, rompió el silencio y preguntó a Aquino:
- ¿Qué vamos a ver en el cine, Aquino?
Aquino, que estaba ocupado revisando su celular, parecía molesto.
- No... se canceló lo que íbamos a ver... - Murmura aquino
Duxo suspiró pesadamente, pero en lugar de desanimarse...
- Pero aún así, nos vamos, hay un monton de pelicula, no era solo ella. - Sonrie duxo.
Una sonrisa se formo en los labios de aquino.
-Entonces vamos a ver el Winnie the pooh que esta en la cartelera.
Duxo miro a los ojos de aquino, y suspiro.
- No sé que tienes con las peliculas de terror, pero te encantan.
El microbús avanzaba por la ciudad con un ritmo constante, y Aquino estaba sumido en sus pensamientos mientras miraba por la ventana. De repente, el conductor aplicó los frenos de manera brusca, haciendo que el vehículo se sacudiera violentamente. Aquino, desprevenido, se golpeó la frente y la nariz con el asiento delantero.
Duxo, sentado a su lado, sintió la sacudida pero logró sujetarse con firmeza al asiento para evitar un golpe similar. Preocupado por aquino.
- ¿Dolio?
- Noo, parece no más duxo.. - Dice con voz ironica.
- Bueno, es normal. - Se rie duxo, luego pasa sus manos en las mejillas de aquino. -¿Necesita de un beso la frente para que le deje de doler, aquinin?
Aquino sintió un repentino rubor en sus mejillas cuando Duxo pasó sus manos suavemente por ellas para asegurarse de que no se hubiera lastimado. Aquino le sonrió tímidamente y agradeció. - Aquí no.. -
Luego de un viaje en microbús que parecía no tener fin, Aquino y Duxo finalmente bajaron del vehículo y se encaminaron hacia el departamento que compartían. El día había sido largo, y ambos ansiaban llegar a casa para relajarse. Sin embargo, lo que se suponía que sería una llegada tranquila pronto se convirtió en un momento inesperado de tensión.
Aquino, decidió darse una ducha rápida. Pero lo que inicialmente parecía una tarea sencilla pronto se convirtió en una demora que agotaba la paciencia de Duxo. Mientras el agua corría, el tiempo pasaba, y Duxo comenzaba a impacientarse.
Finalmente, incapaz de soportarlo más, Duxo golpeó la puerta del baño con frustración y preguntó con voz exasperada -Aquino, ¿qué estás haciendo para tardar tanto?-
Aquino con voz timida y nerviosa. -N-No quiero estar s-sucio duxo...
La respuesta inusual hizo que Duxo se quedara perplejo, y antes de que pudiera formular una respuesta, Duxo con una sonrisa... -¡Me estás obligando a entrar contigo al baño!- Las mejillas de aquino se tiñeron de un ligero rubor debido a su comentario inusual.
- Era de joda aquino, ya termina tu paja. - Dice duxo con tono bromista.
- ¡No me estoy pajeando, que mierda estas diciendo! - Dice aquino molesto.
- No quiero ver tus restos por la pared, asi que te pido amablemente a que limpies. - Dijo duxo con una risita.
Finalmente, Aquino terminó su ducha.
- Limpiaste, ¿cierto? - Pregunta duxo.
- ¡Qué no lo hice! - Dice aquino con un puchero.
- Ya, ya, si no lo hiciste porque te molestas..? - Se vuelve a reir duxo.
- Ya entra. - Dice aquino con las mejillas rosadas.
Mientras Duxo entraba al baño para darse una ducha y Aquino continuaba su rutina de vestirse, Aquino aprovechó el tiempo para revisar los mensajes de su grupo de amigos en su teléfono. Se puso cómodo en su habitación, leyendo los mensajes entrantes.
Los mensajes de sus amigos hablaban sobre sus planes para ir al cine en la noche.
Total palabras: 2000
Ya acaba el libro, algo fuerte el proximo cap?
Bueno, creo que dije algo nsfw el capitulo anterior, cierto? Decidi no hacerlo, además no quiero arruinar el fic con eso xd, y mi horny ya saque casi todo en ''cuerda'' Así que, si se me viene lo horny lo voy a escribir ahi y ya...
Duxo en el capitulo anterior: