Él amor es complicado, un poco de todo como dirían muchos. Llevaba días ignorando a sus amigos por orden de Duxo, tenía que ser cauteloso a la hora de la entrada, del receso y de la salida. Veía con tristeza como sus amigos llamaban con la intención de hablar con él, de reconfortarlo y apoyarlo, pero él no podía desobedecer a su "corazón".
Aunque ya se estaba hartando, ya comenzaba a estresarse más de lo normal, odiaba estar solo, odiaba no poder hablar con alguien sobre lo que lentamente lo mataba por dentro, quería sentir de nuevo el cariño que sus amigos le brindaban con la inocencia de hacerlo sentir mejor, Aquino sabía que no serviría de mucho pero solo quería sentirse verdaderamente querido y amado.
Odiaba ya no ser libre, odiaba tener que mandarle su ubicación en tiempo real al azabache, odiaba ya no tener voz ni botó, odiaba con toda su alma ya no poder decidir. Aquino ya no era libre de nada, no podía siquiera ir a una cafetería si Duxo no le daba permiso primero.
Soltó un suspiro pesado, tenía un nudo en la garganta, las palabras no salían al momento de hablar con el azabache, era como un ser sin voz cuando estaban discutiendo, su opinión nunca se tomaba en cuenta siempre se hacía lo que Duxo pedía y de verdad, ya se estaba cansando.
Llegó al departamento el cual se encontraba vacío, Duxo estaba en la universidad y después tenía que ir a un trabajo de medio tiempo, aunque los padres de ambos les daban dinero suficiente como para mantenerse, siempre era mejor estar prevenidos. Aventó la mochila a una esquina de la habitación y se sentó adolorido en el sofá. Venía cansado y con hambre de la universidad pero todavía tenía tareas que terminar.
Después de un descanso de diez minutos se levantó del cómodo sillón y fue a donde se encontraba su mochila la cual tomó y fue a la mesa de la cocina para empezar a hacer sus tareas, ya estaba casi al final de su segundo semestre y no podía fallar nada.
Terminó agotado sus tareas y al momento de revisar la hora en su celular se sorprendió al ver que Duxo no había llegado todavía, no le quiso tomar importancia pero sinceramente tenía miedo de que el azabache lo volviese a engañar.
No le gustaban sus tratos, sus amenazas o sus prohibiciones pero hace tanto dejó de intentar romper con el azabache y había una razón, sabía perfectamente que Duxo no lo dejaría separarse de él, después de todo según él mismo ojilila el a sido la única compañía que a tenido en años.
Justo al recordar esas palabras la puerta se abrió dejando ver al causante de su miseria, Duxo había llegado y al ver a Aquino se dirigió a él, acariciando el cabello suave del castaño.
-Hola Aquinito...- El mencionado no se sorprendió, sabía que Duxo después de algunos días le volvería a hablar como si nada, Aquino sabía que el ojilila necesita un descanso para aliviarse mentalmente y luego volverían a ser como antes, como si las amenazas y jalones jamás hubieran pasado.-¿Qué haces? Perdona la demora pero tuve que ir con Loco para ayudarlo en algo, ¿Lo recuerdas? Era el lobo con lentes que fue al restaurante.- dijo acercándose más al castaño y posicionar su mano en el hombro del más bajo, acariciandolo con cariño .
Aquino se sentía incómodo aunque quien lo tocara era su pareja, no le gustaba para nada el contacto físico cuando se trataban de caricias morbosas y eso Duxo lo sabia.
-Si lo recuerdo y no te preocupes, apenas iba a ponerme a ver una película.- Dijo sincero el menor.-¿Quieres verla conmigo?- Duxo asintió mientras acariciaba los brazos del ojimiel. Algo andaba mal y Aquino lo sabía, nada bueno va a pasar, Duxo estaba demasiado pegajoso con él, algo que no era normal del todo.
Aquino se levantó de la silla donde estaba sentado y camino en dirección a la sala, Duxo lo seguía y al momento de llegar ambos se sentaron en el sofá mientras elegían una película. Aquino recordó como la última vez al estar en un lindo momento con el azabache, no terminó muy bien gracias a su imprudencia y su poco cuidado a la hora de guardar sus cosas, sintió un escalofrío pero al sentir los brazos de su pareja rodeándolo se relajó un poco, un abrazo era lo único que pedía y lo único que quería recibir.
La película apenas iba por la mitad, habían elegido una de Spiderman por petición del castaño quien miraba emocionado la televisión. Todo estaba bien, era un lindo momento y Duxo le mostraba afecto ya no con caricias si no con abrazos y para Aquino eso era suficiente.
Repentinamente sintió como la mano de Duxo que antes se encontraba en su hombro se resbalaba lentamente hasta llegar a uno de sus muslos el cual apretó, la mano del azabache seguía moviéndose muy lenta y tortuosamente hasta que rozo una zona prohibida, Duxo estaba casi a punto de tocar la entrepierna del castaño cuando este tomó repentinamente la mano del azabache quien estaba confundido ante el acto.
-Para Duxo, me incomoda eso...- Dijo el castaño mientras agachaba la cabeza.-No estoy listo aún, no tengo experiencia en nada y no me gustaría tener "eso" en este preciso momento...-
El castaño y el azabache compartieron algunas palabras más y el mayor se disculpó entre dientes. Aunque el pelinegro le asegurara a Aquino que no estaba enojado se notaba a kilómetros que Duxo estaba más que enfadado.
Al terminar la película ambos fueron a la habitación, Aquino para bañarse y Duxo para cambiarse y poder dormir. Salió del baño con miedo de ver al otro despierto, soltando el aire retenido al verlo profundamente dormido.
Se secó el cabello y al terminar de guardar las cosas se metió en la cama y se cobijó por el frío infernal que hacía dentro y afuera del departamento. Cerró sus ojos y se acurrucó como un bebé, durmiendo profundamente y soñando con un mundo sin dolor.
.
.
.
.
.
Gracias por las 1k de vistas de verdad, nunca pensé llegar a esos números y verdaderamente me siento feliz y agradecida por el apoyo que le dan a esta historia.
Les prometo que intentaré actualizar más seguido para acabar esta historia lo más rápido posible y que esté completa de una vez.
Y de nuevo Gracias por el apoyo y tengan un bonito día 💖
-1067 palabras