Kyle.
Estoy apresurado llevando los trajes para el evento de Halloween con mi hermana Lucy. Esta vez hasta Lyla y Dylan salieron implicados y aunque ya no lo recordaban, tenían que cumplir con el acuerdo al que llegaron con Lucy. La señorita Skeeter se los recordó exactamente hace cuatro meses, así que aunque no quisieran, tuvieron que cumplir.
Es gracioso imaginarlo porque todas las tardes tenían que llegar a la escuela de baile de la señorita Skeeter para poder ensayar. Como se imaginarán, no fue tan sencillo hacerlo debido a que ambos son doctores y están demasiado ocupados salvando vidas. Al principio sí fueron todos los días sin falta alguna, hasta la segunda semana que comenzaron a faltar por sus ocupaciones, por lo que llegaron a un acuerdo con la profesora de mi hermana y optaron por únicamente ensayar los fines de semana, así sería más sencillo para ambos.
Dylan no tiene muy buena coordinación para el baile y Lyla... Ella es un caso aparte. Pero lo intentaron, se esforzaron y hoy será el gran día en que le demuestren al mundo que así como son excelentes médicos... pues no son nada buenos bailarines.
Me entusiasma ver cada vez más mi trabajo en estas obras, sobre todo porque hace cuatro meses también me reuní con la diseñadora Alexandra Bianchi. Le debo una muy grande a Lyla. Gracias a la cita que me acordó con ella le pude mostrar muchas obras de arte, así que ahora ella ha decidido asociarse conmigo para el desfile de Invierno en Italia. ¿Pueden creerlo? Viajaré a Italia con Will por supuesto y toda mi familia también irá. Además, es una gran oportunidad para que conozcamos oficialmente a la familia de Lyla. Sinceramente estoy muy emocionado por todo lo que está pasando en mi vida. Eso sin contar que ahora vivo con Will y es algo verdaderamente asombroso. A veces no estamos de acuerdo en muchas cosas de la casa, pese a ello, aunque podemos llegar a tener conflictos, hemos aprendido a gestionarlos, solucionarlos y llegar a un punto medio.
Cuelgo el último vestuario en el travesaño móvil donde están el resto de las prendas y se lo entrego a la persona encargada de subirlo en un camión donde serán transportadas. Esta vez debo decir que están más ostentosos que en otras ocasiones, así que es imprescindible que sean transportados de esta manera.
Ahora debo prepararme para la sorpresa de Lucy, ya que además de ser hoy su recital, es su cumpleaños. No cumple años exactamente en Halloween, sino el veintinueve de octubre, este recital es anticipado a Halloween y hasta ahora Lucy cree que nadie recuerda su cumpleaños. Es una broma cruel, pero tendrá que esperar hasta en la noche cuando termine el show.
Will me acompaña a la casa de mis padres donde llegarán todos los bailarines para la fiesta sorpresa. Mis tíos le prepararon su pastel favorito decorado de bailarina, lo cual estoy seguro le va a fascinar.
Las horas transcurren rápidamente y una vez dan las siete, Will y yo llegamos al auditorio junto a mis padres.
—¿Creen que nos dejen ver a Lyla y Dylan? —inquiero burlándome un poco, ya que Dylan en realidad está disfrazado de príncipe encantado del bosque y Lyla de una bruja despiadada. Me da curiosidad cuán malvada parecerá Lyla con el rostro angelical que tiene. Tal vez a Dylan le parezca sexy.
—Dudo mucho que te dejen entrar a burlarte de tu hermano, Kyle —habla mi padre mientras me sigo riendo por lo bajo al mismo tiempo que me imagino a mi hermano. —Así que compórtate y aguarda cinco minutos más para que comience el show.
Ruedo los ojos y giro mi rostro hacia Will. Él me sostiene la mano negando con la cabeza. Le encanta cómo soy, incluso cuando me burlo de mi hermanito mayor.
Los siguientes cinco minutos faltantes parecen una eternidad, hasta que la voz de la señorita Skeeter se escucha en las bocinas y las luces se apagan. El telón se abre y...
—Oh... por... Dios —eso sale de mi boca. Dylan parece sacado de un cuento de hadas. Se ven increíble vestido así. ¿Así puede verse mi hermanito con un atuendo tan majestuoso como el mío? Bueno, no seré tan egocéntrico, la verdad es que él es medio guapo, yo sólo le ayudé un poco más a resaltar su belleza.
—Vaya, Kyle, el doctor... digo, Dylan se ve increíble —comenta Will —, no puedo esperar a ver a... ¡Madre mía!
Mis ojos se abren como platos al ver a Lyla aparecerse poco después. ¿Esa mujer sexy que tengo enfrente es mi cuñada? ¿Dónde quedó la cara de niña buena?
—Definitivamente quiero una película de esto —aseguro chaqueando los dedos —¿Estás segura que estás grabando todo, madre?
Lyla.
«Ay, Dios. Esto ha sido todo un reto»
Una vez terminado el show me apresuro a desmaquillarme. Lucy no paró de molestarme diciendo que después del show podría quedarme así e ir a amarrar a Dylan a la cama, que eso le podría gustar. Su hermano casi se escandaliza ante la idea, aunque a escondidas me dijo que no le molestaría que lo secuestrara toda la noche. Obviamente fue broma y no tanto. Dylan y yo no hemos tenido intimidad desde que somos novios. No porque no queramos, sino porque cada vez que lo hemos intentado algo sale mal. Si no es por los pacientes en el hospital, es porque Will o Kyle llegan de sorpresa a su departamento o al mío, o porque surgen cosas en las que debemos apoyar, pero después de la fiesta sorpresa de Lucy, le tengo una sorpresa a Dyl; créanme, a partir de esta noche no pienso soltar a Dylan. Es... broma, o tal vez no.
Pese a las bromas y todo lo relacionado con nuestros disfraces, lo cierto es que el espectáculo salió increíble. Los que se lucieron fueron obviamente todos los integrantes de la escuela de ballet de Lucy y ella... ella es fabulosa en lo que hace. Ya quiero verla siendo mayor en los mejores espectáculos de danza del mundo. Sé que puede lograrlo y cada día demuestra que es una maravillosa bailarina.
Una vez que Dylan y yo nos vestimos con nuestras prendas habituales, salimos de los vestidores para reunirnos con el resto de la familia. Lucy parece un poco molesta aunque trata de disimularlo y no es para menos, ya que nadie la ha felicitado por su cumpleaños número quince. Es cruel y he estado en varias ocasiones a punto de decirle la verdad, sólo que todos acordamos no decir absolutamente nada y debemos aguardar un poco más.
—¿Nos vamos a cenar, Lucy? —cuestiono y ella frunce el ceño. Cruza los brazos y gira la cara molesta.
—Lo hiciste genial, Lucy —comenta Dylan dándole un puñetazo amistoso en su hombro —. Siempre te luces. Así que vamos a casa que te tenemos algo especial.
—¡Dylan! —exclama su madre abriendo los ojos de par en par.
—Perdona, mamá, pero ya la hicimos sufrir demasiado. Dylan se coloca de cuclillas ante su hermana, toma su barbilla entre sus dedos y hace que ella gire su rostro hacia él —¿Creíste que nos habíamos olvidado de tu cumpleaños, hermosa? Eso nunca.
El rostro de Lucy se ilumina ante las palabras de su hermano mayor. Pronto la cara larga que tenía es remplazada por una sonrisa de oreja a oreja más brillante que la misma Luna.
—¡¿Es en serio?! —grita emocionada, salta de alegría y al poco tiempo se detiene para fruncir el ceño. —Aguarden, ¿entonces ustedes fingieron todo el día haciéndome creer que se habían olvidado de mi cumpleaños? ¡Eso es muy cruel! ¿Por qué me hicieron eso?
Todos nos miramos entre nosotros buscando alguna justificación, la cual sólo es que queríamos darle una sorpresa. Sin esperarlo, lágrimas comienzan a brotar de los ojos de Lucy y luego vienen manotazos para Dylan.
—Eres un pésimo hermano mayor, Dylan —le reclama entre sollozos—. No te creí capaz de hacerme esto, ni a ti Lyla. Todo el día estuve creyendo que realmente se habían olvidado de mi cumpleaños. Ha sido un día horrible, excepto por el recital de Halloween.
—Lo... sentimos, Lucy, no era nuestra intención —. Dylan se apresura a abrazar a su hermana para calmar su llanto. Quiero unirme a ese abrazo, pero no sé si sea prudente. Pese a ello e ignorando mis pensamientos, al final lo hago.
—Sólo queríamos darte una gran sorpresa en la casa junto a tus compañeros de baile —aseguro sonriendo —. Ellos ya se fueron para la casa con sus familias y van a estar esperándote, así que, ¿puedes perdonarnos?
Lucy se sorbe los mocos, limpia su nariz y sus ojos.
—Tendré que pensarlo muy bien antes de perdonarlos —comenta frunciendo las comisuras de sus labios—, aunque me será más fácil hacerlo si prometes que en Italia me llevarás a un espectáculo de ballet. A Kyle le conseguiste a una diseñadora famosa, a mí llévame a un espectáculo y seré feliz.
Sonrío de lado. Esta niña es increíble.
—Claro que te llevaré a un espectáculo de ballet, bella bailarina —aseguro —. Te compraré las mejores entradas y será una noche increíble. Ya lo verás.
—Entonces todos quedan perdonados, familia —habla Lucy abriendo sus brazos —. Denme un abrazo que hay que irnos a esa fiesta sorpresa.
(Soundtrack sugerido: exploding-mehro)
Cada quien se va en su auto rumbo a casa de los padres de Dylan. Para cuando llegamos los compañeros de Lucy también comienzan a llegar con sus respectivos regalos. Pronto la fiesta se convierte en eso, una fiesta de adolescentes que no paran de bailar al ritmo de la música. Incluso los tíos de Lucy, sus padres, Kyle, Will, Dylan y yo nos ponemos a bailar su música que es increíble.
Al ritmo de mehro, Dylan y yo movemos las caderas como mejor sabemos, aunque no lo hacemos muy bien pero nos divertimos mucho.
Will y Kyle saben moverse muy bien. No dejan de mover los brazos, las caderas, los hombros, todo. Y cuando miro a los señores Sangster veo de dónde sacaron Lucy y Kyle sus dones en el baile: de sus padres. Vaya que saben moverse. No obstante, al cabo de un rato ya no pueden bailar más y deciden irse al jardín con los tíos, mientras Will y Kyle no dejan de moverse como el resto de los adolescentes que no paran de ovacionarlos por lo asombrosos que son.
Dylan y yo tratamos de mantener el ritmo, sólo que nos cansamos y optamos por marcharnos arriba a la que es su habitación. En ella hay retratos de él cuando era un niño de cuatro años mientras su madre, en ese entonces su niñera, lo ayudaba a vestirse. Es increíble cómo puedes ver parte del crecimiento de alguien a través de las fotografías y ver a Dylan es una sensación cálida dentro de mi pecho.
—Tu madre me va a odiar, pero cuando menos se lo espere me voy a robar una de estas fotos para tenerla en la sala de mi casa. Eras una cosita hermosa de niño y ahora de adulto... —dejo la frase sin terminar, elevo mis cejas de manera insinuante y tratando de verme sexy.
Dylan se acerca colocando sus manos alrededor de mi cadera. Lo veo sonrojarse y acaricio su mejilla derecha.
—¿Crees que sea grosero despedirnos de todos allá abajo y llevarte a mi departamento? Te tengo una sorpresa —le hago saber susurrándole a su oído.
Nuestras miradas se encuentran. Él niega con la cabeza.
—Ya estuvimos mucho tiempo aquí, así que dudo mucho que se molesten o digan algo al respecto.
—Entonces, corazón, ¿te puedo secuestrar?
—Por supuesto, doctora Rico —acepta tomándome de la mano.
Bajamos para despedirnos de todo y antes de salir, Will se me acerca para desearme lo mejor esta noche, ya que él sabe mi plan.
Para cuando llegamos a la puerta de mi departamento, saco una venda de mi bolso y se la muestro a Dylan.
(Soundtrack sugerido: You There-Aquilo)
—¿Qué es eso?
—Usted, doctor Sangster, va a tener que aceptar que le vende los ojos porque adentro hay una sorpresa.
Dylan pasa sus ojos de la venda hacia mí por varias ocasiones mientras se va dibujando una sonrisa en su rostro. Suspira, cierra los ojos y esa es mi señal para vendarle los ojos. Una vez hecho esto, abro la puerta de mi departamento, donde hay un camino de velas encendidas, las cuales las encendió Gemma, la niñera de mi mascota Wilson, a quien esta noche se llevó para que Dylan y yo pudiéramos estar solos.
Lo guio a través del camino hasta que llegamos a la sala. Estando ahí le quito la venda de los ojos para que vea las velas y el camino de rosas que conducen a mi habitación.
—¿Tú hiciste esto? —inquiere sorprendido.
—Pero claro que sí, doctor. ¿Te gusta?
—Me encanta, Lyla.
Se gira hacia mí para tomar mi rostro entre sus manos y darme un beso profundo, lleno de pasión. Yo meto mis dedos entre su cabello, acaricio su pecho y pronto mis manos están debajo de su playera.
Lo siguiente que sucede es que Dylan y yo hacemos el amor. No necesitan una descripción detallada para eso, simplemente debo decir que estar con él es lo más maravilloso de todo este mundo. Sentir sus labios sobre mi piel y poder tocar la suya es una sensación de conexión y de mariposas en mi estómago que no cambiaría por nada ni nadie.
—Te amo, Lyla —me susurra besando mi cabeza cuando estamos a punto de quedarnos dormidos en los brazos de Morfeo.
—Yo te amo demasiado, Dylan —respondo acurrucándome en su pecho —y quiero estar así siempre contigo.
—Entonces... ¿te casas conmigo? —inquiere y casi no le entiendo eso último, pero lo hago. Reacciono y lo miro, sólo que él ya se ha rendido ante el sueño mientras sus brazos se entrelazan en mi cuerpo.
«¿Es en serio que Dylan me acaba de pedir matrimonio? ¡Dylan me acaba de pedir matrimonio!»
***
¡¿Qué Dylan qué?! ¿Les gustó que hiciera eso al final? ¿Creen que fue correcto? Tal vez Dylan ni se acuerde qué dijo por el sueño, pero eso lo sabrán hasta el siguiente capítulo.
Nos leemos luego.
P.S.: Ya casi es Halloween o Día de Muertos en mi país, así que les pregunto: ¿ustedes harán algo ese día? ¿Lo festejan? ¿Se disfrazarán? Yo estoy pensando en maquillrme pero aún no sé cómo.