Una canasta de pinic, tres pañaleras, los números de emergencia y un par de besos en la mejilla, había sido lo único que Mew y Bright habían recibido de sus respectivos esposos antes de ser
abandonados en la playa.
El abogado gruñó intentando no dejar caer las cosas que llevaba entre los brazos, pero le era casi imposible y sinceramente no entendía porque era necesario llevar tantas cosas a la franja de arena cuando su hermano vivía a unos metros del mar y podría ir sin problemas en caso de que necesitarán algo.
—James ven dame la mano —Mewpidió al ver que su hijo mayor corría en círculos delante de ellos con sus pasos torpes aún
—Ya estoy grande —el pequeño se detuvo para verlo notando que su papá no estaba enojado por lo que decidió seguir con su juego mientras le respondía.
—Si, yo se que eres grande pero aun así ven y dame la mano —Pidió con paciencia pues sabia que su hijo estaba pasando por la etapa de independencia, a sus cuatro añitos quería sentir que el mundo podía ser controlado por sus deditos, le vio hacer un par de pucheros tiernos y se contuvo de reír
pues no quería que su rubiecito se pusiera triste.
—¿Vamo a hace castillo de alena? —Mew volteo atrás mientras sentía la mano de James tomar la suya.
—Claro, apuesto a qué Natt estará muy feliz por ayudarte —Bright respondió, se veía fresco y animado, aún cuando bajaba en su silla de ruedas por el camino pavimentado que habían construido desde el hotel hasta una plataforma muy cerca del
borde del inmenso mar, donde una sombrilla y una manta les esperaban. Alexander quién era el más cariñoso estaba sentado en una de sus piernas mientras que Natt estaba en la otra. Un
empleado del hotel les ayudaba empujando la silla para no perder el control y atropellar a su amigo aunque no estaría nada mal a los ojos del empresario.
—¿Papá no va a venir? —James miró inclino su cabeza para mirar a Mew
—Si, en un par de horas vendrá con el tío Win.
—¿Po que? —Cuestionó.
—Están ocupados —Respondió aunque el mismo no sabía del porqué la repentina salida de los chicos, Gulf sólo le había dicho que tendrían cosas que hacer y que los niños querian ir a la playa por lo que sería su turno de hacerse cargo de los mellizos un par de horas.
—¿Po que?
—No lo se, pero no te preocupes vamos a divertimos —Sonrió convencido de ello.
¿Qué tan difícil era cuidar de sus hijos?
Él ya los había cuidado en casa y dedujo que sería lo mismo.
Debía ser pan comido.
Podía escuchar la canción de los guardianas de la galaxia mientras se veía a él mismo en cámara lenta corriendo atrás de sus dos monstruos, sus ojos se abrieron de par en par al ver a James correr hasta en agua, sus pequeños pies siendo rápidos debido a su poco peso mientras él siendo un adulto tenía dificultad para atraparlo. Alexander al lado de Win estaba siendo apachurrado por un niño que no sabía de dónde había salido pero que no dejaba de tocar a su bebé.
Su amigo estaba en una crisis de pánico intentando tranquilizar a Natt en su llanto desgarrador y es que ninguno de los dos adultos se esperaba que el bebé de un año y medio iba a caminar a pasitos torpes hasta el castillo de James para dejarse caer sobre el, destruyendolo por completo, ni tampoco esperaban que James le arrojará toda la tierra que sus manitas habían podido atrapar.
—¡James! —Mew casi sufre un infarto al ver que una ola impactaría al menor, estiró la mano con rapidez tomando la camisa del menor logrando alzarlo en el momento justo para que la ola no impactara con el y en su lugar lo abrazo contra su
pecho alzandolo lejos de todo peligro. Aunque el niño había escapado por un regaño seguro,ahora reía sin parar.
—¡Mew!, ¡este niño de aquí está babeando a tu hijo! —Bright señaló apuntando a los dos menores, Alexander sólo se quedaba quieto al sentir los abrazos de un niño de su misma edad. Pará Bright siempre era divertido ver a Mew celoso por sus hijos, no toleraba que otro niño aún si estaba en pañales los tocará, porque para él abogado sus tesoros siempre permanecerian a su lado. No, definitivamente los mellizos no tendrían pareja nunca mientras él estuviera vivo.
—¡A las estatuas de marfil, Uno, dos y tres así, el que se mueva baila el twist! —Mew grito la canción que solía usar Gulf cuando los mellizos no se quedaban quietos y para su sorpresa los infantes sonrieron, quedándose en sus lugares sin mover
un pelo, incluso Natt había dejado de llorar para mirarlos curioso —Vamos niño babas.
Mew intento apartar al infante de Alexander pero éste se aferro con ganas y el abogado se vio obligado a jalarlo del torso mientras el niño se resistía a soltarlo —¡Voy a demandarte por acoso!, ¡suelta a mi bebé!.
—¡Mi bebé! —Gritó el niño, haciéndolo fruncir el ceño.
—¡Ya hueles a suegro! —Bright se perdió en carcajadas al ver a su amigo.
—¿Te callas?.
—¡No!, ¡Mio!--Grito el niño después de ser apartado de Alexander, una mujer apareció corriendo por la arena con visible preocupación.
—¡No!, ¡Alexander e mi hemano! —James dijo antes de mostrarle la lengua pero sin moverse.
—¡Khalan! —La mujer gritó, Bright espero ver a su lado a su propio amigo, pero cayó en cuenta de que ese era el nombre del niño cuando la mujer se lo arrebato a Mew de los brazos —Lo siento,
me distraje y el se ha escapado.
—No ha pasado nada, solo estaban jugando —Bright respondió al ver que el abogado no lo haría pues estaba concentrado en buscar en la bolsa de Mark toallas húmedas.
La mujer sintió que estaba de más por lo que dio media vuelta con su hijo en brazos quien miraba a Alexander con el brazo extendido.
—Vamos cariño te quitaré los restos de baba de ese mocoso —Mew tomó el paquete y de un jalón sacó una cantidad exagerada de toallas.
—Ya lo chupo e diablo —James se burlo al ver como su papá limpiaba las mejillas de su hermano, de la misma forma en la que limpiaban sus juguetes cuando caían al suelo.
—Papi —Alexander miró a Mew con los ojos cristalinos, su labio tembló y el mayor supo que un berrinche estaba a punto de llegar, solo fue cuestión de segundos para que Alexander soltara el
aire retenido —¡me chupo e diabo!
—No, mi amor no te chupo nada —El abogado lo cargo para arrullarlo, miró a James mientras suspiraba, no entendía de dónde sacaba tanta maldad hasta que vio a Bright sonreírle.
Definitivamente no lo dejaría con el peli negro jamás —Deja de llorar o vamos a llorar también.
—No, no, no, ya no llolo —Alexander limpio sus ojitos tallando sus puños y se recargo en su padre.
—Ya es tarde, creo que es buena hora para que coman —Bright opinó mirando su reloj, Mew le dio la razón sentándose en la plataforma de madera, una manta la cubría haciéndola cómoda para comer ahí, abrió la canasta y sacó los recipientes leyendo los nombres.
—apá —Natt llamó mirando a su progenitor, el bebito comenzó a moverse y Bright supo que su hijo quería que lo bajará, se sintió orgulloso al verlo tambalearse hasta su tío que limpiaba las
manos de los mellizos con gel antibacterial.
—Así, frota tus manitas —el castaño le mostró a su sobrino como hacerlo y por respuesta obtuvo un par de palabras que nadie entendió.
—¡Si, Dinosaurio! —James festejo al ver los nuggets de pollo con figuras divertidas, Natt le apoyo gritando algo que de nuevo no entendieron.
—Papá no me gusta —Mew supo que Alexander se refería al pollo, pues a diferencia de los niños de su edad, solo quería comer verduras,
—Si no te lo comes, tu papá se va a enojar y nos mandara a dormir al sofá a los dos.
—Damelo a mi, y te doy los veduras —El mellizo mayor dijo al oído de su hermano.
—Yo le diré a Gulf que cambiaron su comida —Bright no perdió oportunidad para molestar a sus sobrinos.
—Tío malo.
—¡No! —Natt reclamó al escuchar, ambos adultos no evitaron reír al ver su carita enfurruñada.
—No puedo creer que este enano te defienda tanto —Mew acarició la cabeza del bebé.
—Win dice que cuando estaba en su pancita, si se quejaba de mí o alguien mencionaba mi nombre el comenzaba a moverse y pateaba fuerte.
—Así me hubiera gustado que fueran estos dos, míralos uno me vomitaba y el otro me hacía pipí. —Dijo, los niños hicieron como si no escucharan y comenzaron a comer —ven Natt, vamos a
comer.
—¡Ño!,¡apá! —respondió, tomó con sus pequeñitas manos el contenedor con su nombre, no era sorpresa para ninguno e incluso Mew lo sabia. Natt era muy pequeño, pero se había adaptado a la condición de su papá con facilidad, y lo incluía
en todo, por lo que aunque Bright no pudiera ir por su comida, el bebé lo haría pues no dejaba que nadie más que sus papás lo alimentaran.
El pequeñito con apenas un año y medio, quitaba sus juguetes del suelo para que la silla automática no se quedara atorada, le llevaba sus peluches a Bright para jugar con él o abría las puertas siempre. Sin duda era una mezcla de Bright y Win, un bebé demasiado lindo y noble.
—¿Como se dice.? —Bright preguntó a su hijo al verlo recibir el pequeño recipiente. Con dificultad lo sostuvo antes de darle un beso en la mejilla a su tío.
—Gacha.
—De nada cariño, ve para que tu papá te dé tu comida.
—¿Papá tu le tienes miedo a papi Gulf?- Alexander preguntó después de un rato de pensar, el mayor le miró curioso para después pensar en qué responder.
—No, no, no —dijo moviendo las manos al frente —Bueno si.
—Dinos algo nuevo —todos giraron a la vez, Win estaba divertido mirando la escena y Gulf sintió que su corazón se aceleraba con la imagen de su esposo cuidando de sus hijos.
—¡Papi! —Wim sonrió y tomo a su bebé en brazos, el pequeño tenía las mejillas llenas de salsa de tomate y un poco de pasta entre sus manitas que no dudo en ofrecerle, y el castaño aceptó sin quejas.
—Terminamos antes y decidimos volver con ustedes —Gulf caminó hasta sentarse al lado de Mew, beso sus labios fugazmente y después se centro en sus niños —Alexander, debes
comerte el pollo, es bueno para ti.
—¿Nos dirán por qué tanto misterio? —Preguntó Bright pero los recién llegados sólo se miraron cómplices, ambos guardaban una sorpresa muy alegre pero no era momento de decirla así que se hicieron los desentendidos.
—No, tendrán que esperar un tiempo —Gulf sonrió recargadose en su pareja, aún en el calor de la playa sentía que necesitaba de su tacto, su calor.
—Por tí esperaría una eternidad —Mew susurro en su oído, tan suave que sólo el chef lo escucho.
Podían pasar años y se amarian con la misma intensidad.
—Creo que dejaré de comer postres —Winle dijo al pelinegro mientras el mayor acariciaba sus cabellos.
—¿Porque?.
—Aún no puedo bajar los kilos que subí por Natt.
—Pará mi estas perfecto —Bright respondió, no mentía el amaba las mejillas abultadas y el rostro aún joven de su esposo —Tan hermoso como siempre.
—Lo dices porque me amas.
—Si, y porque te amo no me importa nada, ante mis ojos eres maravilloso.
—¿Puedes parar?- —l instinto de hermano celoso siguió en Mew, quien se había callado por un montón de tiempo —Aun no te perdono por casarte con mi hermanito, él es demasiado
chiquito para ti.
—Pero ya tenemos un hijo,¡tómala! —contra atacó burlón —Y te aseguro que no fui yo quien lo persiguió.
—Además, creo que no deberías preocuparte más por nosotros —El ex modelo dijo sonriente, mostrando sus dientes —Ahora tienes dos hijos, y deberás cuidarlos a ellos.
—¿De que hablas?, ellos están bien cuidados —Mew dijo orgulloso.
—Pues si te duermes podrán venir niños a robarte a sus pequeños —Bright segundo.
—Sobre mi cadáver, antes de que algún niño se acerque me cambiare de nombre.
—¿Como te llamamos ahora? —Preguntó Gulf riéndose, Mew siguió su vista hasta toparse con el niño llamado Khalan y otro más que abordaban a sus hijos, Alexander estaba de nuevo bajo las babas
del infante y James recibía los dulces que el niño desconocido le ofrecía.
—¡SUELTA A MI BEBÉ!