En un mundo donde solo el ochenta por ciento de la población tiene dotes especiales, solo Japón posee el menos del uno por ciento de esta estadística.
Se ve a un niño, no mayor a 5 años, su nombre es Izuku Midoriya, resulta que es parte de esa mínima estadística en Japón, actualmente está en el jardín de niños discutiendo con el que el creería que era su mejor amigo.
—¡Ya basta Kacchan!—
—¿Si no que?, solo eres un perdedor sin don—
Esa noche llegó con nuevos raspones y moretones, al entrar a su casa pudo escuchar a su madre discutiendo con su padre, algo que se volvió común desde que lo diagnosticaron como peculiar. Subió corriendo las escaleras, hacia su cuarto llorando, esa fue la última vez que oyó a su padre, después de eso los abandonó.
Su madre termino en múltiples trabajos para mantenerlos, por lo que no pasaba mucho tiempo con su hijo, gracias a esto el pequeño Izuku termino aprendiendo a como cuidarse solo, el era su propio médico, su propio casinero, su propia compañía.
A la edad de 6 años comenzó a buscar pequeños trabajos para conseguir algo de dinero extra, comenzó a replicar figuras de sus héroes favoritos con arcilla y yeso, al principio no era bueno, pero con el tiempo fue mejorando, también había comenzado a realizar análisis de peculiaridades, ya sea de héroes, villanos que aparecían en televisión o de sus propios compañeros.
Fue a la edad de 7 años cuando un hombre con el que trabaja le pregunto por sus análisis una noche que al pequeño se le calló su cuaderno.
¿Por qué un niño trabaja en la noche? fácil, fue lo único que encontró, al estar siempre solo en casa, comenzó a aburrirse por lo que en las noches salía a visitar los cafés nocturnos, una noche le ofrecieron trabajar en uno, era de muy mala pinta, y no era un café normal, era un bar/café, de esos que por el día son cafés y por la noche era un bar, a Izuku como el niño que era no le importo, siempre y cuando le pagarán, pero algo muy interesante que aprendió es que lugares como este eran una gran fuente de información.
Cómo niño curioso que era, comenzó a prestar más atención a las conversaciones que algunos tenían, por lo que se enteraba de todo lo que se contará en ese lugar.
Cuando cumplió los 8 años, ya era muy común verlo en distintos bares, algunos le decían el hijo del Underground, Izuku ganó experiencia en esos dos años desde que comenzó a trabajar en ese bar, por lo que era más maduro que un niño de su edad, algunos lo tomaron de un pequeño informante, ya que al estar rondando por varios bares y zonas grises, se llenó de buena información, la noticia del niño que hacía exelentes análisis de dones se extendió rápidamente por el bajo mundo, por lo que no era una sorpresa para el niño que le pagarán por qué hiciera un análisis de dones.
Estaba más que feliz de hacerlos, además de que le pagaban muy bien por ellos, definitivamente las noches en los bares eran sus favoritas, aprendió cosas nuevas todas las noches, incluso más de las que aprendía en la escuela.
Hablando de la escuela, está no era mucho mejor, siempre le hacían bullying, y a veces los maestros le exigían de más, tal vez no tenía un don, pero eso no ocultó el hecho de que no fuera inteligente, por lo que los maestros lo explotaban con eso, lo peor era que apresar de mantener a la escuela en alta escala, lo seguían tratando mal, no hacían nada cuando sus compañeros lo molestaban y lo agredían física y verbalmente.
Un día llego de la escuela con un brazo roto, debido a que lo habían empujado de las escaleras, su madre no pudo recogerlo, por lo que llamaron a su tía Mitzuki, pero ella estaba en un viaje de trabajo junto con su esposo, por lo que Kacchan tampoco estaba.
Izuku se dió cuenta de que Kacchan/Katsuki Bakugo, siempre mantenía a sus compañeros a raya, por lo que al no estar el los demás niños eran más duros, aunque nadie lo supiera más que el, Kacchan en realidad si se preocupaba por el, siempre después de la escuela Kacchan lo visitaba y juntos trataban las heridas de Izuku, Kacchan le había dicho que solo era para mantener las apariencias. Izuku seguía indeciso, si era verdad o solo era una excusa.
Ese día al llegar a uno de los bares muchos le preguntaron lo que le había pasado, este solo les dijo que fue un accidente en las escaleras de la escuela, muchos no creyeron que fuera un accidente, pero no lo cuestionan.
A pesar de que era un niño, sabían que si el quería les haría pasar un mal momento.
Aunque ya no veía al mundo de la misma manera en la que lo veía antes, su sueño seguía rondando en su mente, quería ser un héroe, al menos uno clandestino, su madre seguía pensando que era algo muy peligroso para el, pero el no se rendiría, por lo que cuando no pasaba tiempo en alguno de los bares, practicaba parkour en uno de los parques de patinaje, había tenido que escapar unas cuantas veces de los héroes clandestinos o policías que vigilaban en la noche, no quería que su madre se enterará de lo que hacía en las noches.
A pesar de que nunca estaba, era muy, sobreprotectora en esa situación, no estaba molesto con su madre, en lo absoluto, solo pensaba que a veces exagera demasiado las cosas, una vez lo encerró en su habitación casi todo el día cuando le dijo que quería entrenar con Kacchan para ser héroes.
Eso le sorprendió mucho, más porque era uno de los pocos días en los que podía convivir con su madre, pero ella solo lo mantuvo encerrado por un comentario ¿pero que podia hacer el?, solo era un niño de 8 años.
Estaba tranquilo atendiendo en el bar, si, era pequeño y raro para los que no lo habían visto, pero el era feliz haciendo esto, eran estos lugares donde nadie lo juzgará por no tener un don, hace ya un mes que está aprendiendo a preparar las bebidas, era menor por lo que no podia tomar para probarlo, por lo que hacían el juego del azar, dónde estuviera practicando escogería al azar a uno de los clientes para que probaran la nueva bebida que preparara.
No hace falta decir que muchos querían que le tocará, ya que era bien sabido que a pesar de ser el primer intento del niño, parecía que tenía un talento innato para esto.
Izuku seguía siendo un niño, por lo que a pesar de tener más conocimiento del resto de los niños, aún se emocionaba al ver una nueva peculiaridad, o cada vez que lo elogiaran por una bebida bien hecha.
Estaba saltando por los tejados, sabía que podía ser peligroso, ya se había caído muchas veces, pero siempre lograba recuperarse, esto del parkour no le sentaba mal, llegó a uno de los bares que frecuentaba.
—¡Hola a todos!— saludo, recibiendo algunos de regreso.
— Alguien quiere hablar contigo, en privado— uno de los guardias señaló a un hombre mayor sentado en una mesa.
— Ok, gracias por el aviso— se subió su capucha, acomodo su cabello tapando sus ojos y se acercó al hombre.
— Hola, ¿se le ofrece algo conmigo?—
—¿Tu eres el gran informante?, solo eres un—
—¿mocoso?, si, me lo dicen seguido, pero uno nunca sabe lo que te puedes encontrar en este lado de la moneda—
— Como sea, busco información sobre alguien, pero quiero que sea en privado, ¿eso se puede?—
—¡Claro!, lo que sea para ayudar a los demás, sígame— se bajó de un brinco de su lugar guiando a su nuevo cliente a la parte trasera del establecimiento.
— Seré claro, quiero información sobre el símbolo del mal, ¿has oído sobre el?—
— Mmmm, escuchas muchas cosas en este negocio, ¿de cuánto estamos hablando, Gran Torino?—
— Mocoso listo, me agradas, sabes de lo que estás hablando, por eso accediste a ayudarme—
— La verdad, si, se aprende rápido con mucha experiencia, ahora que le parece si hablamos en un lugar más privado, este no es un lugar seguro— dijo voltean a ver a una esquina.
— Si...—
Con eso ambos de un momento a otro desaparecieron del lugar.
—¿Adónde me lleva, abuelo?— pregunto mientras era guiado por el hombre mayor.
— Espero que no tengas problemas con ir a mi casa está algo lejos, y hay más personas involucradas en esto—
— Lo único que tengo que ocultar es mi identidad lo demás no me interesa—
— Bien—
Continuaron por un par de horas, eso le sirvió de entrenamiento de resistencia, el hombre mayor era rápido y debido a su poca experiencia y su pequeño tamaño, tardaron un poco más de lo esperado.
— Bien hemos llegado, no lo hiciste mal mocoso, estás aprendiendo— le dió un pulgar arriba en lo que el niño recobraba el alimento.
— Entraré primero, luego te llamaré, ¿por cierto como te llamó?—
— Anarisuto está bien— dijo mientras se enderezaba .
— Bien—
El hombre entro en su casa, Anarisuto logro reconocer a tres personas más.
—¿Encontró nuestra fuente de información?— pregunto un hombre alto de cabello verde y anteojos, su nombre era Sasaki Mirai, también conocido como Sir Nighteye.
—Si, pero para la otra, ¡se más específico!, hubieras visto mi sorpresa al verlo —
— Tranquilo, señor Torino, no creo que sea para tanto— hablo un hombre más bajo, tenía el cabello corto obscuro y ojos a juego, su nombre era Naomasa Tsukaushi, detective de Musutafu.
— Es verdad abuelo, no parece que sea para tanto— hablo un hombre de gran musculatura, rubio y de ojos azules, era Toshinori Yagi, también conocido como el héroe número uno de todo Japón, All Migth.
— Como sea, puedes pasar, Anarisuto—
—¿Analista?— pregunto Tsukaushi a nadie en específico.
— Oye abuelo, una advertencia hubiera estado bien — dijo mientras entraba.
— Esa voz, yo la conozco— dijo Naomasa mientras apuntaba al más bajo.
— Eres el de las denuncias anónimas—
— Bingo, es bueno conocerlo en persona, detective Tsukaushi, soy su fan —
—¿Gracias?—
— Bueno no me esperaba esto, eres tan chiquito— dijo Toshinori
— Por supuesto, soy de bolsillo para su conveniencia, ¡claro que estoy chiquito!, ¿pensé que si alguien me contrataba era por qué ya sabía sobre mi, ¿cuantos años creen que tengo?—
— 8— dijo Sasaki.
—¿10?— dijo con duda Toshinori.
— Casi, ¡pero tengo 9!, pero, el tiempo corre y son dos horas de aquí a mi casa, y mi guardian llega a las 6, así que no perdamos tiempo— Saco un cuaderno del interior de su sudadera.
Los hombres se sorprendieron al ver la gran cantidad de armas blancas que poseía, Anarisuto se dió cuenta de esto, no era un asesino era solo por su seguridad, se negó a trabajar para muchos grupos de villanos y Yakusas, que algunos lo intentaron secuestrar, nada nuevo, por lo que tubo que aprender a usar armas, no usaría las de fuego, era menor para portar una.
—¿qué miran?— dijo cerrando la cremallera de su suéter.
—¿Acaso nunca vieron a un niño portando cuchillos?—
Todos se quedaron callados, Anarisuto solo se burló, ojeo las páginas de su cuaderno hasta encontrar lo que buscaba.
— Bingo, aquí tienen— dijo ofreciendo el cuaderno.
Gran Torino lo tomo y puso los ojos en blanco.
—¿Esto te parece una bro—
Anarisuto lo interrumpió y extendió una pequeña lámpara hacía el héroe mayor, este la tomo y la encendió revelando variedad de información, en el cuaderno, siguieron ojeando más hasta llegar a un apartado que decía posibles devilidades.
"A pesar de su gran don que le permite robar otros dones, he notado que solo ha robado los de tipo emisor y solo algunos de transformación mezclados con rasgos emisores, por lo que es muy probable que sean apagados con una peculiaridad que deshabilite este tipos de dones, un ejemplo seria, el don Erasure del héroe clandestino Eraser Head"
Todos voltearon a ver al niño que jugaba con un hilo, en lo que ellos leían la información del cuaderno, este niño era un genio, ¿cómo nadie había notado eso?, pero ante esto una nueva duda surgió.
— Niño, ¿de dónde sacaste está información?— pregunto Gran Torino.
—¿Mmm?— volteo a ver en dirección de los hombres.
— Oh, eso, pensó que tenía un don de inteligencia o análisis— dijo encogiéndose de hombros.
—¡¡¿QUÉ?!!— gritaron los cuatro.
Anarisuto tuvo que taparse los oídos, sabía que los tomaría por sorpresa pero eso era demasiado.
— Si, trato de que me uniera a el, pero me negué amablemente, recuerdo eso como si hubiera cido ayer, oh espera un momento, fue ayer— dijo rascándose la cabeza.
Los hombres lo miraron con creciente horror, este niño estaba loco, desafiar así al símbolo del mal, definitivamente estaba loco.
— Estás loco— dijo Naomasa
— No estoy loco, es solo la honestidad de un niño, acaso no han oído la frase de "Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad" o lo que piensan en su defecto, ¿cuando recibo mi parte?, no me queda mucho tiempo antes de irme, el reloj hace tic, tac— dijo señalando al reloj.
— Es verdad, estamos hablando con un informante, no con cualquier niño— dijo Mirai entregándole un sobre con dinero al niño.
— Es un honor hacer negocios con usted— tomo el cuaderno arrancando las ojas y entregandocelas junto con la lamparita.
— Toshinori, Mirai, Torino, Naomasa, nos vemos— hizo una reverencia antes de desaparecer en una bomba de humo.
Cuando el humo se despejó los hombres se miraron.
— Si es el hijo del Underground— dijeron al unisono.
Perdón por las faltas de ortografía
Chao 👋👋👋